Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?
Mostrando entradas con la etiqueta navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta navidad. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de diciembre de 2021

Un año rarito



Creo que en esta definición del título estaremos muchos de acuerdo. 2020 nos sorprendió a todos con una pandemia inesperada que hizo tambalear nuestras rutinas y nos obligó a adaptarnos a nuevas formas de vivir, de relacionarnos, de trabajar... Ninguno esperábamos al principio que fuera a durar mucho pero duró, ya lo creo que duró, ¡y dura! así nos ha pillado de desprevenidos esta nueva ola a final ya de 2021, que parecía que ya estábamos acabando, que nuestras vidas iban volviendo poco a poco a una cierta normalidad y no, de eso nada. Navidades rarunas de nuevo, este año incluso más que el anterior. 

Pero eso no quita que yo mantenga mis viejas tradiciones. Sobre todo la de hacer, en familia, repaso del año con nuestro calendario de adviento, que nos sirve de soporte para, día a día, ir haciéndonos preguntas sobre cómo ha ido el año, qué se podría mejorar, nuestros propósitos para el siguiente... en fin, estas cosas. 

¿Y cómo ha ido mi año? pues eso rarito. Y no especialmente por el covid, que cuando una tiene una vida social tan limitadita como la mía, pues hombre, mucho no afecta. Ha sido un poco puñetero en cuanto a problemillas varios de salud en la familia, que afortunadamente no han llegado a mayores, y ha sido rarito a nivel de trabajo sobre todo. He pasado por varias fases en ese sentido a lo largo del año pero parece que me he quedado en una razonablemente buena, con ciertas expectativas para el año que viene que sospecho que no se van a cumplir pero ahí están. Por ahora lo encaro con prudente optimismo, que no es poco. 

Por supuesto es el momento también de plantearme mis famosos retos para el año nuevo. Sobre todo uno es famoso por repetido año tras año y nunca conseguido (sigh) El clásico de perder peso, que os diría que este año sí que sí me lo planteo en serio y lo voy a lograr, pero como eso también lo digo año tras año, pues mejor me callo. Eso sí, eso no quita para que de verdad me lo plantee súper en serio, claro. Estoy pensando en la posibilidad de hacer una sección mensual fija en este blog para ir contando por aquí mis avances (o retrocesos) en ese sentido, a ver si así me lo tomo más en serio. Si yo la teoría la tengo clarísima pero es que entre la perecita de hacer ejercicio de forma regular (irregular sí hago, mucho, pero claro, aquí la constancia es fundamental), y lo que me gusta a mí comer... y bueno, lo de que en el trabajo haya siempre algo dulce para acompañar al café tampoco ayuda. Tengo que pensar en cómo "prohibirme" a mí misma con éxito comer guarradas de esas, que encima tampoco os creáis que me gustan tanto, si es más el impulso este de que está ahí, lo veo, me lo como. A ver si aprendo por fin a parar y pensar antes de echar mano al bizcocho de turno.

El otro gran objetivo del año va a ser terminar mi proyecto de novela negra, que me he empeñado yo en explorar este género y me está costando horrores avanzar. Además, tengo que dar por cerrado ese proyecto para poder ponerme con la cuarta parte de mi saga de libros infantiles, que el tercero sale ya en breve y hay que ir pensando en darle continuación. ¡Os iré contando!

En fin, que después de un año raruno, raruno en muchos aspectos pero no malo en realidad, encaro el 2022 con ciertas dosis (prudentes) de optimismo y energías renovadas pero justitas. Reconozco que otros años estoy más ilusionada con lo que vendrá. Supongo que la dichosa pandemia nos ha puesto en nuestro sitio en cuanto a planes y esperanzas, pero lo cierto es que en mi caso no ha sido solo la pandemia. Lo de las expectativas es un arma de doble filo que hay que aprender a manejar. En ello estoy.  

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Los besos que nos faltan

No sé yo, algo no me cuadra aquí. A mis casi ya dos años, empiezo a tener claras las diferencias entre mis recuerdos de vidas pasadas y esta que me ha tocado vivir ahora. Y no lo veo, francamente. Ya de normal me parecía a mí que me besuqueaban y achuchaban menos que otras veces pero yo qué sé, hay familias y familias, igual me ha tocado una más sosa esta vez, aunque mamá y papá sí son muy cariñosos conmigo. 

Sé que ha llegado la Navidad. Ha cambiado mucho de unas épocas a otras, claro, pero siempre es perfectamente distinguible. La del año pasado no la recuerdo mucho, es en esta franja entre el año y pico y los casi 3 años cuando somos capaces de percibir con mayor exactitud lo que ocurre a nuestro alrededor y, sobre todo, relacionarlo con nuestros recuerdos de vidas pasadas. Esos recuerdos que, ya me lo sé, desaparecen en cuanto dominamos un poco la lengua. ¿Por qué será? yo procuro retrasar siempre el momento del habla para ver si así consigo recordar un poco más de tiempo, pero tarde o temprano ocurre. En fin, que no recuerdo muy bien qué paso el año pasado pero desde luego que estas navidades no son normales, de eso estoy seguro. Aparentemente sí, la gente va y viene con miles de paquetes, como siempre, se adornan las casas, se compra un montón de comida (ni en el mercado me pellizcan los mofletes como otras veces, qué cosas). Pero me falta gente en casa, me faltan besos y abrazos. 

Los mayores no paran de hablar de algo que llaman Covid, de que no sé quién ha dado positivo y está confinado, de otros que están con síntomas... ¿síntomas de qué? no entiendo gran  cosa pero sí sé que esta Navidad no está siendo como yo las recordaba. No vienen familiares, no nos juntamos a cenar ni a comer, apenas han decorado un poco la casa y todo el mundo anda triste, como preocupado. Yo creo que también a ellos les faltan besos y abrazos. Será cosa del Covid ese y sus síntomas.

Afortunadamente el viejo Papá Noel no falla. A él no deben afectarle esas cosas que dicen. Anoche mis papis pusieron bajo el árbol mis zapatitos y un platito con dulces mientras me contaban entusiasmados que era Nochebuena, la noche  en que Papá Noel deja regalos a los niños que se han portado bien y que yo había sido muy bueno así que seguro que me traía muchas cosas. Por detrás se oía al abuelo refunfuñar que cuánta tontería, que no me estaría enterando de nada y que para qué tanto cuento y tanto regalo y tanta historia, con la que está cayendo. 

Esto ya sí me suena más, el comportamiento de los mayores con los niños pequeños es siempre divertidísimo. Entre los que nos toman por tontos de remate y nos hablan con voces raras, los que simplemente nos ignoran, los que hablan de todo delante de nosotros pensando que no nos enteramos de nada (jaja, si ellos supieran) y luego los pocos que nos toman en consideración como personas de verdad. Esos son mis favoritos, aunque confieso que me río mucho más con las memeces de los otros. 

El caso es que sí, he debido ser un buen bebé porque la de cosas que me ha traído Papá Noel no son ni medio normales. Esto debe ser cosa también del covid ese, no sé. Les he oído decir muchas veces que no estoy viviendo una infancia normal y que habrá que ver cómo afecta eso a mi desarrollo. Pero yo he vivido muchos tipos de infancia ya, no sé a qué exactamente le llamarán normal. En cualquier caso, me da la sensación de que los mayores están constantemente tratando de compensar sensaciones con cosas. Pero el mundo no funciona así. A veces simplemente necesitamos que nos enseñen a gestionar mejor nuestras emociones, a veces hay problemas más serios  pero desde luego, si lo que te falta es reunirte más con tus seres queridos, no vas a poder compensarlo con un regalo. Ningún regalo puede sustituir los besos que nos faltan.  




jueves, 31 de diciembre de 2020

Adios 2020

¡Qué lástima! un año que parecía tan bonito, 20 20, los locos años 20 que decía yo tan feliz. Bueno, solo ha sido el primero, veremos qué nos deparan los siguientes pero ¡vaya comienzo! Y en fin, tampoco es que sea ni mucho menos la primera pandemia que azota el mundo, pero quizás sí sea la primera que se vive de una forma tan global y, sobre todo, desde esta perspectiva que tenemos todos últimamente de que no puede uno morirse de nada. No me malinterpretéis. Solo digo que hasta no hace tantos años la gente asumía que una parte de sus hijos se iban a morir, que no llegarían a demasiado viejos... esas cosas. La muerte se veía como parte de la vida de una forma más natural, creo. Los avances de la medicina han sido tan tremendos (afortunadamente, ya os digo, no me entendáis mal) que ahora parece que tengamos que ser capaces de vencerlo todo, pero no es así. Y aún con todo, hemos conseguido la vacuna en tiempo récord, hemos sido capaces de implantar (con mayor o menor éxito) medidas que han demostrado ser efectivas para controlar la expansión del virus (otra cosa es que sean sostenibles en el tiempo o que la responsabilidad individual y social sea la que es)  Sin embargo, algo en lo que creo que hemos fallado estrepitosamente ha sido en encontrar un equilibrio. No me parece razonable que haya tantísima gente mayor que se haya quedado sola durante meses, que hayan muerto tantos pacientes sin poder despedirse de sus familias, que se haya abandonado a su suerte a personas con necesidades especiales, que necesitan sus cuidados diarios, sus terapias, sus rutinas y que han sufrido tremendos retrocesos en su desarrollo.



El caso es que, con la perspectiva de que a lo largo del año que viene podamos ir recuperando poco a poco la normalidad, llegamos todo a esta nochevieja con esa sensación de que por fin nos libramos de un año aciago, aunque no sea exactamente así. No olvidemos que 2021 va a empezar con rebrotes, de mayor o menos calibre eso ya lo veremos, según nos hayamos portado todos estas fiestas (miedito me da) y que aún nos quedan unos cuantos meses duritos antes de remontar.


Y pese a todo, 2020 nos ha dejado algunas perlas para la reflexión ¿no os parece? A mí particularmente se me ha quedado grabada la extraordinaria recuperación de la Tierra durante ese confinamiento global al que nos vimos sometidos. Y sin embargo, ¡qué poco nos costó volver a las andadas! y bueno, otras cosas en las que no me apetece meterme ahora, los que me conocéis ya sabréis por dónde voy. 


A mí particularmente no me ha ido mal, debo reconocerlo. No hemos tenido sustos en cuanto a salud y el trabajo nos ha ido bien, también a los chicos con las clases online. Es mucho más de lo que tantas y tantas personas pueden decir. Este resumen de año es por tanto algo distinto al que suelo hacer. Me quedo con lo positivo y renuncio a engancharme en lo negativo. He logrado algunos de mis objetivos y me enfrento al 2021 con fuerzas renovadas para lo que me quedan por conseguir. Todos esperamos mucho de 2021 pero no debemos olvidar que es mucho lo que depende de nosotros mismos. No vale eso de depositar nuestras esperanzas en un número, o en una estrella fugaz, o en un deseo pedido al soplar una vela, o lanzado al aire, o enterrado en papel de semillas... para este próximo año tengo deseos sí, eso no pueden faltar nunca, pero sobre todo tengo objetivos.




martes, 31 de diciembre de 2019

Los locos años 20

No queda nada para dejar atrás 2019, un año que no pasará a la historia como mis favoritos pero que ha tenido sin duda cosas buenas. En pocas horas daremos entrada a los que espero que como reza mi título, sean de verdad mis locos años 20. Lo serán, seguro, de mis hijos, les pillará en plena adolescencia y más alocada juventud. Aburrirnos seguro que no nos aburrimos.

Pero todavía estamos en 2019 y, sin dejar el año, esta misma tarde he tenido ocasión de probar algo que llevaba tiempo queriendo hacer. ¡Volar! 


Gracias a Terminal Zero Fly y su alucinante túnel de viento he podido acabar el año liberándome al menos simbólicamente de ciertos lastres que venía arrastrando y que no quiero llevarme a 2020. Lo cierto es que simbología aparte (os confesaré que llevaba conmigo escondido entre la ropa un papelito con mi deseo más ambiciosamente loco para el próximo año, tontería o no, quería hacerlo volar), la experiencia de volar me ha gustado muchísimo. Hay quien se encuentra tenso pero yo me he sentido totalmente relajada y libre. Cierto que vas controlada por el monitor pero tengo claro que no me voy a quedar con este bautizo. Quiero aprender al menos los movimientos básicos para ser capaz de moverme sola en el aire así que sin pretenderlo, de la experiencia de hoy ha salido uno de mis propósitos para el año entrante. 

Tengo muchos más, pero el más importante de ellos va a ser centrarme en lo importante. Porque me he dado cuenta de que últimamente quiero abarcar muchas cosas, no me centro en ninguna, y al final, no solo no obtengo resultados de verdad en ninguno de mis objetivos sino que acabo teniendo despistes de lo más tontos en cualquier cosa. Ya me ha pasado esto alguna otra vez y no me gusta. Cuanto antes le ponga punto final mejor. 

Una cosa que sí va a tener prioridad sobre las demás es acabar la tercera parte de mi libro. 

Luego por supuesto me propongo seguir manteniendo un equilibrio en mi alimentación y deporte, pero este año creo que no voy a marcar objetivos específicos en estos ámbitos, me conformaré con no desviarme del camino. 

A nivel personal ya os avancé que tengo trabajillo por delante con cierta persona. A punto estuve ya hace unos días de arrepentirme de mis buenas intenciones pero respiré hondo, dejé pasar el momento y un par de días después estaba lista de nuevo para intentarlo. Me parece que esto me va a costar mucho... me armaré de paciencia.

En familia queremos recuperar esa buena costumbre de ir echando papelitos a un bote con esos buenos momentos que todos vivimos día a día y a veces se nos pasan por no prestarles atención. 

Y supongo que con esto, ya que quiero centrarme, debería dar por cerrados mis buenos propósitos para el año. ¿Has pensado en los tuyos? 

En cualquier caso ¡¡¡FELIZ AÑO!!! nos vemos de nuevo en 2020. 

martes, 17 de diciembre de 2019

Fin de año, principio de año


Este año ando un poco desubicada porque por diferentes motivos no hemos podido realizar nuestro tradicional periodo de reflexión durante el Adviento. Normalmente para estas fechas ya tenemos bastante analizado el año que acabamos de pasar, hemos reconocido esas cosillas que todos podemos mejorar, y también las que hemos hecho bien, por supuesto, no podemos quedarnos solo en lo malo. También a estas alturas tenemos ya definidos una serie de objetivos que queremos conseguir durante el año entrante y, si se nos ha dado bien la cosa, más o menos una estrategia para lograrlos. 

Esta vez sin embargo no tenemos nada de eso, y me descoloca porque me parece importante para cerrar correctamente etapas. El fin de año no deja de ser una fecha más en el calendario, como el inicio de septiembre, también muy dado a los buenos propósitos, pero simple fecha o no, lo cierto es que es un momento tan bueno como cualquier otro para parar unos instantes y reflexionar. Vamos todo el día corriendo de aquí para allá y haciendo la mayoría de las cosas por inercia, no nos paramos lo suficiente, me temo. 

Así pues, me paro ahora y reflexiono. 

No ha sido un año especialmente bueno. Han pasado muchas cosas y no todas de mi gusto. Tampoco ha sido catastrófico, no pienso dejarme llevar por mi lado drama queen. En la parte positiva debo resaltar que me ha servido para trabajar a nivel personal muchos aspectos de mí misma que en algunos casos hasta desconocía. En la más negativa, me he enfrentado a alguna que otra situación desagradable con alguien a quien consideraba de alguna extraña manera un amigo, a quien por momentos llegué a expulsar casi totalmente de mi vida (todo lo que las circunstancias me permitían) y a quien, finalmente, por una carambola del destino de estas que de golpe te recolocan las prioridades sin comerlo ni beberlo, he decidido dar otra oportunidad. No prometo que salga bien, esto no depende solo de mí y he descubierto serias incompatibilidades en nuestras formas de ser que no estoy segura de ser capaz de cuadrar, pero parece ser que en su momento me caló lo suficientemente hondo para ser capaz siempre de afianzar sus raíces y resistirse a morir. Y para qué mentir, le echo de menos... no he llegado a entender muy bien cómo hemos sido tan tontos los dos como para estropearlo todo tanto, ni estoy segura de que tenga arreglo, pero me gustaría trabajar en ello durante este próximo año. Ya lo estoy haciendo en realidad. 

Como ya os comenté en la entrada de mi cumpleaños, me he enfrentado a algunos de mis defectos que, francamente, ni siquiera era consciente de tener. O sigo en ello, no estoy segura. En cualquier caso estoy puliendo cosillas, sigo trabajando en mi famosa y cada vez menos inalcanzable comunicación asertiva (estoy haciendo progresos, lo prometo, aunque de vez en cuando todavía se escape mi yo agresivo), y hasta estoy planteándome una posibilidad en el ámbito laboral que aunque todavía es remota, empieza a tomar visos de posible, lo que hasta hace solo unos semanas sonaba a utopía. No tengo nada claro que llegue a buen puerto porque en este mundo en que vivimos todo cambia tan rápido que lo que hoy es blanco mañana podría ser verde, o quizás dorado y con brillibrilli. Pero también sigo trabajando en aquello que os conté sobre Maslow, el ego y el desapego, que ya os adelantaba que no sería fácil pero creo que vale la pena.

Otras cosas ya os las he ido contando, mi segundo libro está ya en circulación (por cierto, excelente regalo para los niños estas navidades, no dejéis de pedirme vuestro ejemplar dedicado si lo queréis) y me considero muy afortunada en no pocas áreas de mi vida. Lo del deporte lo llevo regular, o más bien inconstante, como siempre, lo de escribir más de lo mismo... pero bueno, son esas clásicas cosillas a mejorar que siempre se me van quedando de un año para otro porque nunca es suficiente.

Resumen agridulce pues. No acabo de decidirme por si ha sido más agrio que dulce o al revés, supongo que depende de en qué áreas de mi vida me centre. Hablando de ello, no hace mucho volví a hacer una rueda de vida. La descubrí hace años y me parece una herramienta excelente, no solo para ver de un golpe dónde estás, sino también para relativizar, porque muy mal se te tiene que dar para estar fatal en todas las áreas de tu vida. Quizás hasta después de hacerla te sorprendes de lo bien que estás en alguna y ni siquiera te estás dando cuenta. Os lo aconsejo. 

Y yo creo que de momento lo dejo aquí. He parado, pensado y establecido el punto de partida para fijar objetivos para 2020 con sus correspondientes estrategias. Además estamos pensando en una nueva idea para ese acto simbólico que últimamente hacemos la última noche del año. Ya hemos hecho lo de lanzar nuestros deseos en globos, el año pasado escribirlos en papel de semillas y plantarlos... para este año nos ronda otra idea la cabeza pero todavía no puedo contaros, aún no está del todo definido.


lunes, 1 de enero de 2018

Resumen de 2017 y propósitos de Año Nuevo

Un clásico de estas fechas ¿verdad?, pero hay tradiciones que vale la pena mantener, ¿no os parece?

Estuve ojeando ayer el blog en plan repaso del año (viene muy bien como diario de a bordo, siempre te hace rememorar alguna cosilla de la que ya ni te acordabas). El repaso del año creo que ya quedó claro en mi entrada de hace unas semanas así que insisto. Lo malo es que en cuanto a propósitos me temo que también me voy a repetir. Ya en julio me planteé una serie de buenas intenciones que (oh, sorpresa) se quedaron en agua de borrajas.

Creo que para este año, definitivamente, lo que necesito es volver a encontrar mi equilibrio, lo que pasa por ajustar un par de cosillas en el plano laboral y volver a encontrar tiempo para hacer algo de deporte. Por supuesto, ahí sigue mi eterno objetivo anual de perder esos X kilillos que me sobran, aunque visto mi éxito de los últimos años estoy por apuntarme a este otro:


Ahora en serio. No puedo decir que 2017 haya sido un mal año pero me queda un regustillo de "sí, pero no lo suficiente" que hace que deposite grandes esperanzas en 2018 para terminar de redondear algunas cosillas que se han quedado un poco a medias. Hace poco vi esta imagen de Mr. Wonderful por facebook y solo pude pensar: "sí, por favor"


No espero grandes cambios pero, como cuando sales "de tranquis", sí tengo la sensación de que al final 2018 va a ser mucho más movido e interesante de lo que parece. ¿Querrás vivirlo conmigo?

miércoles, 18 de enero de 2017

Libros que importan

¡No me puedo creer que aún no os haya contado esto! parece mentira...

¿Que qué es eso de libros que importan? pues si seguís el enlace encontraréis un montón más de información pero, básicamente, fue un mega amigo invisible, entre lectores, que la asociación zaragozana Atrapavientos organizó al amparo del mercadillo navideño de la Plaza del Pilar de este año. Sí, sí, como lo leéis, un amigo invisible a lo grande en el que cualquiera que pasara por allí podía participar. El único requisito era llevar (envuelto para regalo) un libro que hubiera sido importante para ti y rellenar un pequeño formulario básico. A cambio ya podías llevarte contigo otro libro, importante en la vida de otra persona. Ah, y había que escribir una dedicatoria, que se me olvidaba. Así, al abrir tu nuevo libro, tenías la ocasión de descubrir por qué había sido importante y para quién. Una ideaza. Por supuesto yo no podía faltar a una ocasión así.

Y, por descontado, mi libro importante tenía que ser de Carmen Martín Gaite. En realidad, debería haber sido Nubosidad Variable, cuyo personaje principal ya sabéis (o deberíais) que dio nombre a mi hija Sofía. Pero Nubosidad Variable no solo es importante en mi vida, es fundamental. Y hay libros de los que una no puede desprenderse aunque quiera. Mi intención era comprar otro ejemplar para llevar al intercambio pero ya no es un libro nuevo y no quedaban en la librería. Podían pedírmelo pero ya no llegaba a tiempo (culpa mía también, que con todos los días que estuvo se me fue pasando y al final casi no llego a participar) No esperaba no encontrarlo en librerías de todas formas... en fin, que al final opté por entregar otro libro, que no es Nubosidad Variable pero casi: "Irse de casa" Os invito a leer algo más sobre esta novela aquí.

Os confieso que cuando me dieron mi libro a cambio estaba hasta nerviosa. ¿Qué me tendría reservado mi amigo invisible? Con una mezcla de impaciencia y cariño arranqué el papel de regalo y ¡me encontré a Sherlock Holmes! madre mía, ¡qué flashback! El libro me transportó de inmediato hasta un ya lejano verano en que me dediqué a devorar sin descanso todas sus aventuras. Siempre le he tenido un cariño especial. De hecho, cuando estuve en Londres hace poco, a pesar de tener poquísimo tiempo para visitas (iba por trabajo y no me quedaba en la ciudad sino que viajaba a varias poblaciones desde allí) no pude por menos que madrugar un poco más (y ya sabéis lo que me cuesta a mí madrugar) para desviarme hasta el 221B de Baker Street. ¿Cómo ir a Londres y no rendir un pequeño tributo al más grande detective de todos los tiempos? Por desgracia el madrugón hizo que el museo todavía no estuviera abierto pero me conformé con plantarme unos minutos delante de la puerta.



En parte me dio pena no descubrir un nuevo autor o autora que quizás pudiera volverse también fundamental en mi vida pero compartir autor importante con un desconocido también tuvo su punto. Esa especie de reconocimiento casi anónimo de, "vaya, ¿tú también eh?" Fue una sensación curiosa.

En fin, que de vez en cuando la vida cultural de esta ciudad aún nos reserva gratas sorpresas. A juzgar por lo que he leído por ahí, la iniciativa fue todo un exitazo y parece, no sólo que se repetirá, sino que otras asociaciones y municipios han tomado buena nota y podría replicarse por ahí. Estad bien atentos por si llega a vuestras localidades.

miércoles, 4 de enero de 2017

Carta a los Reyes Magos

Como ya viene siendo tradicional, me planteo por estas fechas mi carta a los Reyes Magos aunque, la verdad, hay años en los que me paro a pensar y me daría hasta vergüenza pedir cosas cuando, echando la vista atrás, no puedo dejar de reconocer que tengo todo lo que necesito y gran parte de lo que quiero. Soy afortunada, y lo soy sobre todo, creo, por saber reconocer lo que disfruto y no engancharme en lo que me falta.

A pesar de ello, y ya que nos acercamos a la mágica fecha del 6 de enero, voy a hacer el ejercicio de reflexión anual para descubrir qué querría de verdad que me trajeran sus mágicas majestades.

Aún a riesgo de sonar a Miss recién coronada, lo primero que se me ocurre que querría es un mundo mucho más justo y solidario. Ver las noticias es un rompecorazones para cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad y, a pesar de ello, año tras año, nada cambia. El ser humano sin embargo ha demostrado en muchas ocasiones ser capaz de grandes gestos. ¿Qué falla pues? ¿dónde está el problema? ¿en quienes nos gobiernan? ¿en unas arcaicas estructuras políticas en las que cada uno se apoya en la rigidez del sistema y en los otros para no hacer nada realmente? Me estoy poniendo demasiado seria... sigamos.

En un entorno más cercano, le voy a pedir a los Reyes un novio, una novia y un bebé (ellos ya saben para quién, o quiénes...)

Y para mí, sólo pido un poquito de fuerza de voluntad para ser capaz por fin de cumplir ese viejo propósito que ha ido pasando año tras año sin apenas avances y del que ya estoy harta. Y ya puestos, para lograr uno nuevo, que estreno este 2017 y en el que tengo depositadas muchas esperanzas.

Para mi familia voy a ser muy clásica, de momento con salud para todos y mejor genio para algunos me conformaré. Cosas nuevas, diversión, algún viaje interesante... pero esto no hace falta pedirlo a ningún ente mágico, en nuestras manos está prepararlo ¿a que sí?

En fin, que nada nuevo bajo el sol, me parece. ¿Y vosotr@s? ¿qué les pedís a los Reyes Magos?

martes, 1 de diciembre de 2015

Empezamos el adviento



Ya tenía yo ganicas de empezar a abrir ventanas de nuestro calendario. No soy nada religiosa, lo sabéis, pero esta época me gusta mucho como momento de parón y reflexión. No es algo exclusivo tampoco del catolicismo pero ya que vivimos en el país en que vivimos, me casé con un católico, apostólico y romano y llevo a mis hijos a colegio religioso, tampoco nos vamos a poner exquisitos escogiendo otras celebraciones, el adviento ya me viene bien.

Desde hace algunos años hemos instaurado la costumbre del calendario en casa. Por supuesto lo de abrir ventanitas está muy bien, pero nunca quisimos que se quedara en eso. Por eso, desde el principio, decidimos vincular cada ventanita a una pregunta. Aprovechamos pues para irnos interrogando unos a otros sobre cómo ha ido el año, qué cosas hemos hecho bien o mal, cuáles querríamos mejorar para el año que viene, plantearnos retos... yo creo que todos, con unos cuantos días de anticipación, pensamos ya en las preguntas que querremos hacer cuando nos toque el turno.

No es todo tan bonito claro. Para empezar ya cuando llega el día de comprar el calendario de turno acabamos impepinablemente peleándonos. El que le gusta a Sofía no le gusta a Guille y viceversa, se acaba postponiendo para otro día y cuando por fin ya sí que sí que hay que comprarlo, hay que escoger alguno y da igual cuántos modelos hayamos visto, seguro que no coinciden en ninguno, hay que elegir y acaba la cosa en bronca. Todos los años les digo que se acabó el comprar calendarios, a ver si para el próximo año me acuerdo de proponerles el de la imagen como manualidad y de paso los tengo entretenidos un rato (si no se pelean haciéndolo...) Podéis encontrarlo, junto con otras ideas, aquí. Pero en realidad todos los años se me olvida y se repite la historia. Es un poco, a nuestra escala, como la historia de la humanidad, que siglo tras siglo sigue cometiendo las mismas equivocaciones, o, sin irnos tan lejos, como nuestros propios propósitos de año nuevo.

En fin, que llega la Navidad, fechas que, contra todo pronóstico, le encantan a mi alma atea, y ya estoy pensando en mi propio resumen del año (regularcillo esta vez), propósitos de mejora (muchos y muy variados) y cómo conseguir de una vez por todas llevar toda esa bonita teoría a la práctica. Herramientas no me faltan, últimamente le he echado el ojo incluso a una agenda estupenda que promete ayudarte en la faena, pero ya sé que, como en tantas otras cosas, la teoría la llevo estupendamente, es la práctica la que se me escapa así que me resisto a caer en la tentación de comprarla. ¿Conseguiré este año escapar del círculo vicioso por fin? se admiten apuestas.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cerrando 2014


Un año más que se me ha pasado volando y, esta vez, lo termino con un sentimiento agridulce. No puedo decir que haya sido un año malo ni mucho menos. Como dice mi amiga Rocío, de corriendo sin zapatillas, disfruto de una familia estupenda, mis necesidades básicas están más que cubiertas y tengo una salud de hierro. Es un año que he disfrutado muchísimo, tanto personal como laboralmente pero me queda la desagradable sensación de no haberme esforzado lo suficiente en demasiadas cosas. Sí, ya sé, lo de no cumplir los propósitos de año nuevo es un clásico pero esta vez es diferente. ¿Por qué? ni idea... seguro que es una mezcla de muchos factores pero para este año que entra, más que buenos propósitos, creo que necesito replantearme algunas cosas. Quizás esté un poco desaparecida entre tanto, o quizás justamente al revés, quién sabe. Sea como sea, ¡Feliz año a tod@s! y recordad:

"Mañana es la primera página de un libro de 365 páginas del que tú eres el personaje principal. ¡Escribe una historia inolvidable!"




domingo, 5 de enero de 2014

Queridos Reyes Magos



Yo ya no sé si este año he sido buena o no porque las cosas son cada vez más relativas, me parece a mí. Sé que podría haber sido mejor de lo que he sido, claro, eso siempre. Pero mal tampoco me parece que me haya portado, así hablando en general. En fin, que dejo a vuestro buen y sabio juicio la respuesta a esta pregunta. 

Lo que sí tengo bastante claro es lo que quiero que me traigais este año: fuerza de voluntad. Mucha, tanta como os quepa en vuestros grandes y mágicos sacos. Básicamente eso, con lo demás ya me voy apañando yo. Os pediría un pellizco de buena suerte, pero cada vez estoy más convencida de que la suerte se la forja uno mismo así que de ésa ya me ocuparé yo también. No sé hasta qué punto el mero azar puede llegar a influir en nuestras vidas aunque tiene su importancia también, claro. Pero si no lo sabemos aprovechar, si lo dejamos pasar... ¿es eso mala suerte? ¿o dejadez por nuestra parte? Os pido pues la fuerza de voluntad para esas cosas que ya sabéis vosotros, y la oportunidad para esa otra que tampoco se os ha escapado. 

Poco más puedo pedir, la verdad. Tengo casi todo lo que necesito, y tenerlo todo no creo que fuera bueno. ¿Por qué iba a luchar entonces? Lo dejamos pues aquí. ¡Feliz noche!




martes, 31 de diciembre de 2013

Feliz 2014

Bueno, pues ya estamos de nuevo en ese día tan tonto en que parece que tenemos que hacer repaso del año que se va y sanos propósitos para el que llega. En realidad daría igual hacerlo un día que otro pero como nunca está de más que nos lo recuerden, pues aprovecharemos hoy para la instrospección anual.

2013. Puedo decir sin dudarlo que ha sido un buen año para mí. Hemos pasado grandes momentos en familia, me ha traído un cambio laboral importante (y favorable), he conocido nuevas personas muy interesantes y ha venido sóla esa obligada limpieza de amistades o simples conocidos que se da cuando dejas una etapa y comienzas otra. Sin dolor, esa transición natural en que algunos se caen y otros se quedan, quizás ya para siempre.

De los 5 propósitos que marqué en mi agenda para 2013 he cumplido nada menos que 4 (EL PROPÓSITO por excelencia de todos los años se me sigue resistiendo) Alguno de ellos me parece ahora incluso una tontería, ¿tan enorme se me hacía a mí esto que ahora me sale con facilidad?, otro era francamente difícil pero a veces las cosas se entrelazan sólas y si no has perdido nunca de vista tus objetivos estás preparado para aprovechar las circunstancias a favor. Veremos qué nos depara 2014.



Para este próximo año más que propósitos o deseos nos hemos propuesto, en familia, retos. Cada uno el suyo, lógicamente. Comentados e impuestos entre todos. También debemos ayudarnos entre nosotros a conseguirlos, por supuesto. Y como buenos retos, van acompañados de su particular plan de acción para conseguirlos. El mío es un reto deportivo y tengo claro qué debo hacer para conseguirlo. ¡A por ello pues!

Además tengo un deseo. Lo colgué el otro día en el arbolito de los deseos de la Plaza del Pilar, aunque lo puse en clave. No es que sea un gran secreto pero en fín, tampoco es para ponerlo a la vista de todo el mundo en tan céntrico y concurrido lugar. Por el mismo motivo tampoco lo pondré aquí. Pero sí os diré que no pienso dejar que se quede en mero deseo. En este caso no está tan claro qué hacer para conseguirlo. No depende enteramente de mí pero siempre será más fácil que ocurra si trabajo por ello que si me quedo sentada esperando que algo o alguien me conceda el deseo. ¿Habéis visto la peli de Tiana? ella, a diferencia de su amiga, no cree en eso de pedirle un deseo a una estrella. Tiene un gran deseo, sí, pero sabe perfectamente que nadie se lo va a regalar, que va a tener que currárselo, y mucho, para lograrlo. Y eso es exactamente lo que hace.

Así que para este año necesitaré un poco de fuerza de voluntad, unos cuantos buenos amigos, de los que te ayudan a desarrollarte, y un buen montón de:


Lo mismo os deseo. Que sigamos encontrándonos por aquí y podamos compartir nuestros éxitos durante el próximo año, ¡y muchos más!

martes, 24 de diciembre de 2013

¡Felices fiestas! (o qué hacer con unos niños alterados en Navidad)



No hay como las navidades con niños, eso es innegable. Tengo un par de generadores eléctricos en casa que no paran, sobre todo Guille. Cynthia me pedía por facebook ideas para hacer con ellos en Navidad. ¡Eso quisiera saber yo también! Pero bueno, os contaré un poco lo que estamos haciendo y vamos a hacer nosotros.

1. El infalible en esta casa: cocinar. Los tenía tan alborotados este mañana que los he puesto manos a la masa a hacer unas galletas navideñas, con lo que les gusta a ellos el pringue y amasar... la receta la hemos sacado de aquí.



2. Ya metidos en faena, nos hemos puesto a adelantar trabajo con el postre de mañana. Un tronco de navidad que hemos encontrado aquí.

3. Otro imprescindible con esta tropa de manitas vocacionales (más zaborreros que manitas en realidad pero donde hay buena voluntad se perdona la torpeza genética): las manualidades. Basta con recurrir a San Google bendito para obtener un montón de ideas pero ya que estamos poniendo links, aquí os dejo algunos:

http://manualidadesnavidad.org/

http://www.manualidadesnavidad.es/

http://www.hogarutil.com/decoracion/manualidades/manualidades-navidenas.html

http://lasmanualidades.imujer.com/tag/manualidades-de-navidad

http://lluviadeideasyrecursos.blogspot.com.es/2011/12/manualidades-para-navidad.html

Bueno, con esto ya tenéis para entreteneros hasta las navidades que viene si queréis...

3. Patinar sobre hielo. Si dejamos aparte la maravillosa pista de hielo de Jaca, los de Zaragoza sólo podemos disfrutar de este lujo para estas fechas, eso sí, ahora podemos escoger entre la céntrica y recogidita pista de la plaza del Pilar o la más grande y al aire libre de Puerto Venecia. Para mi desgracia, a maridín, con todo lo que gusta el patinaje, lo del hielo no le mola nada así que hay casi que sobornarle para conseguir ir a patinar todos juntos. Otro gallo nos cantaría si a él le gustara.



4. La ruta de los belenes. Cada uno en su ciudad pero seguro que para estas fechas tenéis un montón de belenes de todo tipo montados. Otra idea para pasar una tarde aburrida (mejor si no hace mucho frío claro) es investigar un poco sobre cuáles son más interesantes para ver y hasta si hay alguno un poco especial por algún motivo y llevarles a verlos. Para que se fijen bien, nada como proponerles como juego ir encontrando en cada uno de ellos los personajes que les vayáis indicando.

5. Teatros, ballets y otras actuaciones. Además del típico cine, claro. Seguro que tenéis un montón de representaciones previstas para estos días, a distintos precios y hasta gratuitas. Aprovechadlas.

6. Recogida de juguetes: en casa ya sabéis que ha adquirido ya el rango de tradición. Antes de que venga Papá Noel cargadito de regalos (no mucho, por favor, todo en exceso es malo), revisión de juguetes. Los que ya no se usen y estén en buen estado, a donarlos. En todas las ciudades hay organizaciones que recogen ropa, libros, juguetes... hacemos sitio, ayudamos a que otros niños sean un poquito más felices estas navidades y enseñamos a nuestros hijos el valor de la solidaridad y que no todo el mundo tiene tanta suerte como ellos.

7. Nosotros que tenemos cerca el Pirineo, un día haremos también una escapada a ver la nieve, que por Zaragoza eso de ver nieve tiene más de milagro, no sé si navideño o normal, que de realidad. La intención es hacer un muñeco de nieve pero eso ya no puedo prometerlo. Lo que sí prometo es poner foto si lo conseguimos.

8. Este año tenemos la gran suerte de disfrutar de una gran noria a los pies del Ebro así que otro plan que no nos va a faltar estas fiestas es subir en ella por la noche para disfrutar de las vistas de nuestra ciudad iluminada (aunque este año la iluminación navideña brilla más por su ausencia que por su presencia... no protestaré mucho por ello, estamos en crisis, pues no deja de ser un gasto innecesario, pero queda tan bonito...)

9. Para la parte religiosa de la familia, que va en aumento, esta misma tarde tienen prevista una particular misa del gallo. Se celebra en el cole pero por la tarde y adaptada a los niños. No olvidemos el verdadero sentido de la navidad, al menos para los católicos. Para mí no dejan de ser unas fiestas más, aunque creyentes o no, lo que no se puede negar es que Jesús fue un gran profeta y dejó grandes enseñanzas así que no está de más celebrar su nacimiento.

10. Aprovechar para hablar mucho en familia. De lo que significa la navidad, de nosotros mismos, de cómo ha sido este año, de cómo queremos que sea el siguiente, de cosas que podemos mejorar, de lo que deseamos, de lo que esperamos... aprovechemos el espíritu navideño para algo más que para inflarnos a comer y gastar dinero como si lo regalaran.

Con esta parrafada y con mis mejores deseos para estos días y sobre todo para el año que se avecina, os dejo por ahora. Volveré antes de fin de año, seguro. Este blog no sería el mío sin una lista de propósitos de año nuevo que rara vez cumplo (aunque los del año pasado no me fueron tan mal) Y sin una carta a los Reyes Magos que no sé si publicaré o no.

De momento a Papá Noel le pido un poco más de paciencia y un par de toneladas de fuerza de voluntad para seguir la dieta que debería.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Un clásico de estas fechas

Bueno, pues ya estamos finiquitando otro año más. Y yo sin hacer balance ni buenos propósitos... ¡este año casi me pilla el toro!

"Balanceemos" pues. Veamos, el año 2010 prometía ser muy bueno. Lo empecé con un proyecto empresarial a punto de caramelo, feliz como una perdiz (suponiendo que las perdices lo sean, más allá de la rima fácil) y con grandes expectativas. Demasiado grandes quizás. Acaba sin embargo con un miembro menos en la familia, con la empresa cerrada y eso sí, ilusiones renovadas (renovarse o morir, ¿no?) Tengo nuevas ideas en mente, un proyecto lanzado a ver si encuentra eco y la esperanza de que para las próximas navidades seamos alguno más (¡sobrinos! ¡hablo de sobrinos! que nadie se me embale)

Como sabéis, para el verano me cayó encima sin previo aviso una especie de prematura "crisis de los cuarenta" que me hizo incluso apuntarme a un gimnasio. Lo más sorprendente sin embargo es que me gustó el invento. Y he seguido yendo. Vale, con una constancia un tanto irregular pero me gusta y voy, que ya es mucho. Y es más, pienso seguir yendo durante el próximo año.



Y con esto enlazo con mis propósitos para el año entrante. Básicamente tienen que ver (para variar) con mi búsqueda constante del equilibrio, este año específicamente basado en el clásico "mens sana in corpore sano" Luego:

Mis propósitos de año nuevo (sí, esos que nunca se cumplen):

número uno: perder de una vez todas esos 10 kilos que me sobran (más o menos)

nummer zwei: recuperar mi perdidísimo alemán

número tres: volver a trabajar

Creo que con esto ya tengo trabajo para todo el año. Y encima como soy tan pava de publicarlos aquí, a final de 2011 podré volver atrás y arrepentirme de lo escrito. Lo que me recuerda que probablemente hiciera algo parecido el año pasado... voy a ver...

Entre tanto, os dejo por aquí mis mejores deseos para el año 2011 y que la próxima nochevieja podamos despedir con una sonrisa un año lleno de satisfacciones.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Antes de enrollarme y que se me olvide, lo primero es lo primero, y ésto es desearos a tod@s unas muy, muy felices Navidades (a pesar de las circunstancias de cada un@) Que no olvidéis que estas fechas van más allá del mero comprar y comer, aunque a veces no lo parezca. Que disfrutéis de la compañía de vuestros seres queridos y dediquéis vuestros pensamientos a los que ya no están para difrutarla con nosotros. Que disfrutéis también de los zancochos de organizar cenas y comidas, que también pueden ser divertidos (y si os cuesta probar con la famosa receta del pollo al whisky, que nunca falla)




POLLO AL WHISKY:

Ingredientes:
Un pavo de unos tres kilos, una botella de whisky, unas tiras de panceta, aceite de oliva, sal y pimienta.

Preparación:
Paso uno: rellenar el pavo con la panceta, atarlo, salpimentar y echarle un chorrito aceite de oliva.
Paso dos: Precalentar el horno a 180 grados durante diez minutos.
Paso tres: servirse un vaso de whisky para hacer tiempo.
Paso cuatro: meter el pavo en el horno cuando esté alcanzada la temperatura.
Paso cinco: Servirse otro vaso de whisky, beberselo y estar pendiente del horno con ojos ligeramente extraviados.
Paso seis: Boner el terbostato a 150 gramos, grados y esberar veinte binutos.
Paso siente: Servirse odro paso, odso peaso, e jigual do be sale.
Vaso 8: al cabo dun drato, hornir el abro bara condrolar y echar un chodretón de pavo al guisqui y odro quiski a uno bisbo.
Baso 9: Darle la vuelta al babo y quebarse la bano al cerrar el ordno, bierda!....
Passsso 10: Intentarr sentarrse en una silla y servirrrse unosss chupitossss bientrassss pasan los binutos.
Parso 11: Retirar el babo del horrrrno y luego regotgerrrrlo del suelo con un brapo, embujándolo a un blato, bandeja o similarrrr.
Faso 12: Rombersse la crissma al refalar con la grasssa.
Fassso 13: Indendar lebandarse sin soltarrrr la bodeella y rast varios indendosds, decidrir que en el suelo sestá de gojones.



Whiskies aparte, aprovechad también para divertiros cocinando con vuestros hijos, sobrinos, nietos o lo que cada uno tenga a mano. Nosotros preparamos ayer la base para unas trufas con nocilla. Como aún no las he probado, me abstendré de poneros la receta por ahora pero si salen buenas aquí la tendréis en unos diítas.

Entre tanto, lo dicho:

sábado, 11 de diciembre de 2010

En pleno adviento

Pues sí, un año más ha llegado diciembre, ha pasado el puente la Constitución y, quién más quien menos, andamos todos enzarzados en las preparaciones navideñas. Y un año más, pese a mi tradicional ateísmo, trato de inculcar a mis hijos algo más que el consumismo, los regalos y comilonas. Así que inspirada por las actividades de Pastoral del cole (sí, yo... que no crea no significa que no sepa reconocer las buenas ideas de las distintas religiones) y apoyada por un calendario de adviento de Mickey Mouse (con chocolatinas bajo las ventanitas) he instaurado en casa nuestro particular periodo de adviento. Tan fuerte como para poner una corona de adviento con sus cuatro velas y rezar y esas cosas no me da, pero sí aprovecho estos días para hacerles reflexionar un poco (antes de tener derecho a la chocolatina diaria) sobre lo que hacen bien y mal, lo que hacemos bien o mal los demás, propósitos de mejora...





Sobre la parte más estrictamente religiosa sé que ya les van contando (adaptado a su edad lógicamente) en el cole y como yo tampoco es que sea una experta precisamente, con eso me conformo, pero sí me parece importante que sepan que la navidad es algo más que papá noel y los reyes magos, ¿a vosotros no? ¿cómo vivís en vuestras casas estas fechas? contadme...

viernes, 8 de enero de 2010

Fotos navideñas

Bueno, bueno, glamour no sé si habréis tenido pero qué poquito os habéis animado con las fotos, ¿eh? sólo puedo dedicar el aplauso glamouroso a BB y a su hijo Guille, que me han enviado esta elegantísima imagen:




Dejo abierto el plazo todavía unos días por si alguien más se anima a última hora y mientras tanto, aquí van nuestras fotos con mención especial a mi pequeña princesa, que se viste y maquilla como una superstar (ver también fotos en flickr, en el enlace de ahí al lado)



La foto no me hace justicia para nada pero mi hija aporta glamour suficiente para las dos. Os la he puesto porque le he prometido a BB que habría una mía pero en realidad yo quería mostraros esta:



Y, por supuesto:



mis chicos sí que están guapos, ¿o no?

Lo dicho, que vamos a pensar que ni os habéis acordado de mandarme vuestras fotos y os vais a poner ahora mismo a enviármelas al email que os recuerdo ahora mismo:

lamamma05@gmail.com

¡Bien, bien, bien! una más que se anima... Bet me acaba de enviar estas dos fotos:



¡bonitos zapatos!



¡buen gusto, sí señora, un champagne estupendo!

sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidades con glamour


Porque acaba un año y empieza otro, aunque al final se trate sólo de un número en el calendario, porque estamos hartos de crisis, porque no hace falta gastarse dinero para ser glamouros@s, porque me acuerdo desde hace días del memorable post (y su continuación) de Miss Sybarite del año pasado y porque, por supuesto con su permiso, he decidido retomar su extraordinario reto del photocall de Nochevieja.

En este caso, si os parece, ampliaré el periodo a las navidades completas. Podéis enviarme vuestras más glamourosas fotos (no hace falta que se os vea la cara si no queréis) del momento que decidáis de estas fiestas aunque para mí el momento ideal para ponerse súper divina de la muerte es la Nochevieja por esto de despedir el año como se merece y, por supuesto, recibir al nuevo con todos los honores. Hasta el 3 de enero se recibirán las fotos en lamamma05@gmail.com ¡Que no me falle nadie! (también valen detalles especiales de la decoración de la casa, mesa, árbol...)

Y ahora el turno de los consejitos:

- El año se empieza estrenando algo. Ropa, pendientes... o el pijama si os apetece, pero se estrena algo (Lamamma dixit)

- No olvidéis vuestra lista de buenos propósitos. No es broma. Para mí, que no soy religiosa, el auténtico sentido de estas fiestas (no por la navidad sino por el fin de año) consiste en hacer repaso del año que termina, analizar lo que he hecho, lo que no, y como seguir evolucionando y mejorando durante el año que entra. Para los católicos, ya de paso, dedicar algún ratito a pensar en lo que de verdad significan estas fiestas para vosotros, no tiene por qué estar reñido con el glamour ni con los regalos, pero también hay que pensar en ello.

- El año se empieza con una buena copa de champagne rosé en cuanto acaban las campanadas (y digo champagne, no cava, que los hay buenísimos pero no es lo mismo, para defensores del cava, aseguraros al menos de que sea excelente, no es cosa de empezar el año con mediocridades...) Lo del rosé se me ocurrió el año pasado por eso de que el 2009 pintaba tan negro que pensé que había que darle un empujoncito para empezar a verlo todo de color rosa. Chorrada monumental, ya, pero oye, yo lo hice y estoy contenta de cómo me ha ido todo. Pienso repetir, tengo un proyecto importante para el 2010.

- Sed cuidadosos en la elección de los regalos que debáis hacer. Si el regalado no ha mostrado preferencias, tomarlo como un reto. Pensad cuidadosamente en sus gustos, elegir con cariño y sorprenderle favorablemente.

- Haceros algún autoregalo, concederos un capricho. Para regalos útiles o prácticos siempre hay tiempo. No hablo de gastar mucho dinero, puede ser una tontadita que os apetezca especialmente, pero seguro que hay algo con lo que daros un pequeño homenaje, da igual que sea una valiosa joya o una baratija, una edición especial de ése libro con tanto significado para vosotr@s o un DVD de oferta, concederse el tiempo de tomar un largo baño de espuma o comprarse el aceite dorado para el cuerpo con aroma a caramelo de Sephora y embadurnarse de los pies a la cabeza con él.

- Si os toca celebrar alguna comida en vuestra casa, la mesa debe de ser tan glamourosa como el menú. Comer es toda una experiencia sensorial, no la limitéis. Observar la presentación de los platos, la disposición de la mesa, concentraros en primer lugar en los olores, dejar que os impregnen, después probar un pequeño bocado, sentir su textura, escuchar su sonido al morderlo, dejar que su sabor os invada, tratar de describirlo, aunque sea mentalmente. Tomaros vuestro tiempo, comer deprisa es un sacrilegio (y lo dice Speedy González, pero os juro que intento corregirme) Y no os olvidéis de que el mejor es siempre el primer bocado. No hace falta inflarse a comer para quedar satisfecha. Y puestos a elegir, yo me estoy volviendo fan fatal de la nouvelle cuisine. Prefiero muchos platos con pequeñas cantidades que uno sólo enorme. Probar varios sabores, texturas, pero siempre un poquito de cada.

- Cuidar vuestra apariencia. Para el maquillaje os remito a la lección magistral del año pasado de Miss Sybarite, añadiendo únicamente una sugerencia propia, yo para este año pienso apostar por un tono vino subidísimo para los labios. No olvidéis tampoco el atuendo. De acuerdo que siempre hay que adecuarse al entorno, no nos vamos a vestir igual para el cotillón de un hotel de cinco estrellas que para ir a casa de la familia, pero para estas navidades busquemos un toque de elegancia, ¿vale? Y no olvidéis enviarme luego vuestra mejor foto. Da igual que sea sólo un detalle pero que sea glamouroso.




viernes, 11 de diciembre de 2009

Entrando en el espíritu

Bueno, bueno, que no se diga... poco a poco voy entrando. Será porque hoy ya hace un frío que pela en esta mi querida Zaragoza, será porque esta tarde tenemos café en casa de la familia para acabar de organizarnos con los regalos, será porque estoy contenta, será porque será. El caso es que ya puestos me he acordado de la invitación de Mariluz a participar en esta curiosa cadena lotera entre blogs. Que tocar no sé si tocará algo entre tantos participantes, pero oye, no deja de tener su punto. Así que a siguiendo las reglas:



Las condiciones para participar con este número son:

- difundir la iniciativa en nuestro propio blog, incluyendo un enlace al artículo original

- invitar al menos a otros cinco blogs a participar

- dejar un comentario con el enlace a nuestro propio post en el blog de Alas de Plomo que, después de verificar que se cumple la primera condición, nos asignará un número de participación

Así que, complida la primera condición, vamos con la segunda. Reparto suerte a:

Eva, de Desde Rusia con... aunque no sé si no te han invitado ya antes...

Y una vez cumplidos estos dos requisitos, paso por Alas de Plomo a dejar mi comentario...

lunes, 5 de enero de 2009

Carta a los Reyes Magos

Ay, sí, sí, ya sé que os escribo ya un poco tarde, me he dado cuenta en la cabalgata, cuando vuestros carteros reales recogían las cartas de los niños... ¡ay, madre! ¡y yo sin haber escrito mi carta de todos los años!, he pensado, pero bueno, más vale tarde que nunca, ¿no? y como mis niños todavía están despiertos, que oigo protestar a Guille, está claro que todavía no podéis pasar por mi casa así que os mando esta misiva por la vía rápida (la de internet, claro) y a ver si llegamos a tiempo. 


Veamos, este año seré breve. Mi principal deseo esta vez es marcadamente egoísta. Me gustaría que le trajerais a Guille mucho, mucho, mucho sueño para que de una vez por todas duerma todas las noches de un tirón, que ya estoy yo vieja para seguir despertándome a horas intempestivas por los berridos de la criatura...

También os pido una chispita de magia para esos dos que vosotros y yo sabemos. A veces las cosas más simples se complican demasiado y no encontramos la salida, o encontramos demasiados tropiezos por el camino. Pero vosotros sois magos, seguro que tenéis unos polvitos mágicos que les hagan sortear todos esos tropiezos y volver a estar juntos como deberían, ¿verdad que sí?

Y para mí y mi familia... bueno, vosotros sabéis que este año que viene se presenta... digamos peculiar. Puesto que nos vais a traer cambios de todo tipo, os pediría por favor, si no es mucha molestia, que sean para bien. Aunque sé que lo serán, todo es cuestión de perspectiva, ¿verdad? y mi perspectiva de estas cosas siempre es positiva. Pero vaya, que si me echáis una manita mágica...

Nada más, sus majestades, ya les he molestado demasiado a tan tardías horas. Ay, no, sólo una cosita más... ¿me podríais traer una pizquita de voluntad para ser capaz de cumplir mis buenos propósitos del año? a cambio os prometo dejar atrás mis malévolas ideas sobre... bueno, vosotros ya sabéis de quién hablo también, ¿verdad? prometo olvidar toda idea de cruel venganza si me traéis al menos alguna de las cosas que os he solicitado. ¿Se pueden hacer tratos con sus majestades? 

Seguidores