Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidades con glamour


Porque acaba un año y empieza otro, aunque al final se trate sólo de un número en el calendario, porque estamos hartos de crisis, porque no hace falta gastarse dinero para ser glamouros@s, porque me acuerdo desde hace días del memorable post (y su continuación) de Miss Sybarite del año pasado y porque, por supuesto con su permiso, he decidido retomar su extraordinario reto del photocall de Nochevieja.

En este caso, si os parece, ampliaré el periodo a las navidades completas. Podéis enviarme vuestras más glamourosas fotos (no hace falta que se os vea la cara si no queréis) del momento que decidáis de estas fiestas aunque para mí el momento ideal para ponerse súper divina de la muerte es la Nochevieja por esto de despedir el año como se merece y, por supuesto, recibir al nuevo con todos los honores. Hasta el 3 de enero se recibirán las fotos en lamamma05@gmail.com ¡Que no me falle nadie! (también valen detalles especiales de la decoración de la casa, mesa, árbol...)

Y ahora el turno de los consejitos:

- El año se empieza estrenando algo. Ropa, pendientes... o el pijama si os apetece, pero se estrena algo (Lamamma dixit)

- No olvidéis vuestra lista de buenos propósitos. No es broma. Para mí, que no soy religiosa, el auténtico sentido de estas fiestas (no por la navidad sino por el fin de año) consiste en hacer repaso del año que termina, analizar lo que he hecho, lo que no, y como seguir evolucionando y mejorando durante el año que entra. Para los católicos, ya de paso, dedicar algún ratito a pensar en lo que de verdad significan estas fiestas para vosotros, no tiene por qué estar reñido con el glamour ni con los regalos, pero también hay que pensar en ello.

- El año se empieza con una buena copa de champagne rosé en cuanto acaban las campanadas (y digo champagne, no cava, que los hay buenísimos pero no es lo mismo, para defensores del cava, aseguraros al menos de que sea excelente, no es cosa de empezar el año con mediocridades...) Lo del rosé se me ocurrió el año pasado por eso de que el 2009 pintaba tan negro que pensé que había que darle un empujoncito para empezar a verlo todo de color rosa. Chorrada monumental, ya, pero oye, yo lo hice y estoy contenta de cómo me ha ido todo. Pienso repetir, tengo un proyecto importante para el 2010.

- Sed cuidadosos en la elección de los regalos que debáis hacer. Si el regalado no ha mostrado preferencias, tomarlo como un reto. Pensad cuidadosamente en sus gustos, elegir con cariño y sorprenderle favorablemente.

- Haceros algún autoregalo, concederos un capricho. Para regalos útiles o prácticos siempre hay tiempo. No hablo de gastar mucho dinero, puede ser una tontadita que os apetezca especialmente, pero seguro que hay algo con lo que daros un pequeño homenaje, da igual que sea una valiosa joya o una baratija, una edición especial de ése libro con tanto significado para vosotr@s o un DVD de oferta, concederse el tiempo de tomar un largo baño de espuma o comprarse el aceite dorado para el cuerpo con aroma a caramelo de Sephora y embadurnarse de los pies a la cabeza con él.

- Si os toca celebrar alguna comida en vuestra casa, la mesa debe de ser tan glamourosa como el menú. Comer es toda una experiencia sensorial, no la limitéis. Observar la presentación de los platos, la disposición de la mesa, concentraros en primer lugar en los olores, dejar que os impregnen, después probar un pequeño bocado, sentir su textura, escuchar su sonido al morderlo, dejar que su sabor os invada, tratar de describirlo, aunque sea mentalmente. Tomaros vuestro tiempo, comer deprisa es un sacrilegio (y lo dice Speedy González, pero os juro que intento corregirme) Y no os olvidéis de que el mejor es siempre el primer bocado. No hace falta inflarse a comer para quedar satisfecha. Y puestos a elegir, yo me estoy volviendo fan fatal de la nouvelle cuisine. Prefiero muchos platos con pequeñas cantidades que uno sólo enorme. Probar varios sabores, texturas, pero siempre un poquito de cada.

- Cuidar vuestra apariencia. Para el maquillaje os remito a la lección magistral del año pasado de Miss Sybarite, añadiendo únicamente una sugerencia propia, yo para este año pienso apostar por un tono vino subidísimo para los labios. No olvidéis tampoco el atuendo. De acuerdo que siempre hay que adecuarse al entorno, no nos vamos a vestir igual para el cotillón de un hotel de cinco estrellas que para ir a casa de la familia, pero para estas navidades busquemos un toque de elegancia, ¿vale? Y no olvidéis enviarme luego vuestra mejor foto. Da igual que sea sólo un detalle pero que sea glamouroso.




martes, 15 de diciembre de 2009

Sonrisas sin lágrimas


Ya hacía días que no recibía yo una invitación a un meme así que me alegro mucho de cumplir inmediatamente la primera de las condiciones: agradecer a Mari Luz que me haya enviado sus sonrisas.

Y aquí van las mías, como manda el meme, con una sonrisa de oreja a oreja:

1. ¿Qué es aquéllo que siempre logra robarte una sonrisa?

Muchas cosas, muchísimas, es extremadamente fácil hacerme sonreir, pero cuando, por circunstancias, necesito forzar la sonrisa (ejemplo, posar para una foto, cosa que odio y hago fatal) suelo recurrir a algún recuerdo especial. Varía con el tiempo, lógicamente. Ahora mismo, recurriría sin dudarlo a la imagen de mis hijos jugando con su padre.

2. La persona con la sonrisa más bonita del mundo es...

A saber... para mí todas las sonrisas son bonitas si son sinceras, pero las que más, las que no vienen a cuento de nada. Ya sabéis a qué me refiero. Entras en una tienda donde no conoces a nadie y te reciben con una amplia sonrisa... te diriges a Hacienda porque te ha llegado una carta tan inquietante como sólo ellos saben redactar (aunque luego sea para comunicarte una chorrada sin la menor importancia) y te reciben sonriendo. Para mí, ésas son las sonrisas más bonitas del mundo.

3. La última que te quedaste sonriendo embobad@ fue...

Ayer por la noche. Estábamos cenando y Guille remoloneaba con su tortilla así que Sofía decidió que se hacía cargo ella. Que ella sería la mamá y Guille su bebé y le daría la cena. Y sí, sí, se sentó a su lado y, trocito a trocito, le hizo comerse toda la tortilla. Y el gandul de él, que sabe comer sólo tan bien como yo encantado con el paripé.

4. ¿Qué canción tiene un efecto mágico en tu sonrisa?

Varias, pero si solo puedo elegir una sería sin duda Our House, de Madness. Me traslada de golpe a un mágico verano en un mágico lugar, con mágica gente.

5. Regálanos una imagen que te guste para que podamos sonreir todos juntos.

Ésa es fácil. Es la imagen que me representa en blogger:



Mi mano, la de mi hija Sofía y la de mi hijo Guille.

Y, por último, enviar cinco sonrisas a cinco blogs y por supuesto avisarles de que el destello que ven a lo lejos es el de tus dientes mostrados en esta sonrisa radiantes.

Y mis sonrisas van para:

El Charolito: que, siempre, siempre, tendrá una de mis sonrisas a mano cuando la necesite, y cuando no.

Merce: mis idas y venidas por tu blog son un poco como el Guadiana pero nunca te olvido del todo.

Azul añil: me gusta tu blog...

El notario de la realidad: me pasa contigo como con Merce, pero ya véis que a la hora de repartir sonrisas no os olvido.

A la mamá atribulada: a la que no olvido aunque tenga un poco descuidado el blog...

¡Nunca dejéis de sonreir!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Entrando en el espíritu

Bueno, bueno, que no se diga... poco a poco voy entrando. Será porque hoy ya hace un frío que pela en esta mi querida Zaragoza, será porque esta tarde tenemos café en casa de la familia para acabar de organizarnos con los regalos, será porque estoy contenta, será porque será. El caso es que ya puestos me he acordado de la invitación de Mariluz a participar en esta curiosa cadena lotera entre blogs. Que tocar no sé si tocará algo entre tantos participantes, pero oye, no deja de tener su punto. Así que a siguiendo las reglas:



Las condiciones para participar con este número son:

- difundir la iniciativa en nuestro propio blog, incluyendo un enlace al artículo original

- invitar al menos a otros cinco blogs a participar

- dejar un comentario con el enlace a nuestro propio post en el blog de Alas de Plomo que, después de verificar que se cumple la primera condición, nos asignará un número de participación

Así que, complida la primera condición, vamos con la segunda. Reparto suerte a:

Eva, de Desde Rusia con... aunque no sé si no te han invitado ya antes...

Y una vez cumplidos estos dos requisitos, paso por Alas de Plomo a dejar mi comentario...

jueves, 10 de diciembre de 2009

Espíritu navideño

O lo que sea... el caso es que este año me parece a mí que me falta. Habiendo niños en casa huelga decir que ya están puestos árbol y belén y escrita la carta a los reyes magos (yo también, que el otro día me quede colgadísima con un anillo que espero que me traigan porque he sido muy, muy buena este año), pero no siento que se acerquen las navidades. Y eso que ayer, volviendo de hacer unas compras con Sofía (me dio el arrebato de hacer natillas y no tenía canela en rama) estuvimos contando las luces de toda la calle.

Así que sí, calles iluminadas (sin tanta profusión como en Madrid ni tanta moderación como en San Sebastián), casa decorada, regalos solicitados, colegio avisando de las celebraciones correspondientes, familia hablando de las comidas y cenas navideñas, citas de temporada que empiezan a rellenar mi triste agenda social... y yo que no me doy por enterada, oye.


¿Hace falta algo especial para sentir el espíritu navideño? en mi caso, obviaremos si no os importa el tema del auténtico sentido de estas fechas porque a mí ya sabéis que la religión... vamos, que en ese sentido me daría igual estar celebrando el Iom Kipur. Pero sí que es verdad que, normalmente, el ambientillo navideño se me impregna por todo el cuerpo. No os diré que me siento más feliz, ni mejor persona ni nada de eso. Pero nadie puede negar que las ciudades están más bonitas en estas fechas y las casas más alegres. Tampoco es lo mismo entrar en una oficina para realizar cualquier trámite y encontrarla decorada o no. Quizás no me sienta mejor persona por estar en Navidad, ni me porte mejor con mis semejantes que el resto del año (yo trato de ser igual de buena o de mala todo el año) pero sí me siento distinta.

Este año, en lugar del espíritu navideño, me invade una infinita pereza. Me cuesta ponerme a pensar en qué hacer para comer el día de Año Nuevo (tradicionalmente celebrado en mi casa con las dos familias), no he comprado turrones ni adornos nuevos para el árbol... y me salvo por los pelos porque compré una planta de pascua pero debo confesar que originariamente era para unos amigos, aunque luego cambiamos el obsequio (salieron ganando) y me quedé la planta para mí.

Y el caso es que me gusta la Navidad... ¿y a vosotr@s? ¿qué os sugieren estas fechas?

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Estados alterados

Venía yo hoy pensando que sin falta tenía que actualizar este pobre blog. Y venía pensando también en el profundo agujero sin fondo en que se ha convertido últimamente mi cerebro. Nada, ninguna idea razonable sobre la que escribir. Y en éstas que reviso actualizaciones recientes y me encuentro con el melodramático e incitante post de Eva. Y digo incitante porque me han entrado unas ganas locas de ponerme dramática yo también. Sí, sí, justo con ese gesto de la mano en la frente... pero sobre todo me ha recordado por qué no puedo vivir sin libros (éso y la insoportable cantidad de tiempo que hace que no voy al teatro), y es que leer es sumergirse en otros mundos, en otras vidas, y sea mejor o peor el libro, raro es el que no consigue transportarte por unas horas, hacerte reir, temer, alegrarte o sufrir y sí, ¿por qué no decirlo? dotar de cierto dramatismo a nuestras rutinarias vidas.



Sin embargo, a raíz de las turbulencias creadas por la maternidad, pasé un tiempo sin poder dedicarme demasiado a la lectura. Ahora ya, con los dos niños en horario escolar razonable y con una cierta libertad horaria que ya no me haría ninguna gracia abandonar, he podido recuperar el placer de sumergirme, durante largas horas o intensos minutos, según se de el día, en dramas o aventuras ajenas. De hecho hace días ya que venía pensando en añadir una pequeña nota en el lateral en la que reflejar mis actuales lecturas y bueno, ahí mismo la tenéis. Pero aprovecho y, a falta de idea mejor con la que rellenar este post, hablemos de mis últimas aventuras literarias:

- Millenium. Sólo la primera parte. Me pareció tan mala que, a pesar de que debo reconocer que la historia me enganchó, no he tenido mayor interés en leer la continuación. Renueva mi convencimiento de que yo también puedo publicar.

- Réquiem. Ya os hablé de él. Es la tercera parte de la trilogía de David Lozano. Novela juvenil. Bien escrita, buena historia (imprescindible haber leído las dos primeras, claro), mantiene bien el ritmo y consigue un final más que digno, lo que no era fácil visto el jardín en el que se había ido metiendo a lo largo de las tres novelas. Bastante mejor que Millenium. Renueva mi convencimiento de que con un poco de constancia yo también podría escribir.

- La isla bajo el mar. Simplemente brillante, como de costumbre en Isabel Allende. Renueva mi convencimiento de que yo jamás seré una escritora de verdad.



jueves, 19 de noviembre de 2009

Bebé en venta



Acabo de ver en el telediario que una adolescente india ha puesto en venta a su propio bebé, según su versión para poder pagar la factura del hospital donde ha estado ingresado su marido durante 3 meses. Un total de 360 euros, toda una fortuna en la India. Según ella, no tiene nada más valioso que su propio bebé que pueda vender para obtener el dinero. El hospital sin embargo niega toda la historia. ¿Quién tendrá razón? lo cierto es que es lo de menos. Lo de más es que este caso ha salido en las noticias, pero ¿cuántos no lo hacen? ¿en cuántos países se compran y venden niños por pura necesidad? ¿cuántas niñas son vendidas a un marido para quitarse de encima una boca que alimentar? Como madre no consigo imaginarme vendiendo a ninguno de mis hijos pero por supuesto la perspectiva desde la que yo lo veo es totalmente distinta, como privilegiada habitante de un país desarrollado y con una calidad de vida extraordinaria, hasta con la dichosa crisis.

Pero si ya Hansel y Gretel fueron abandonados en el bosque por sus padres para que se perdieran en él porque no tenían con qué alimentarlos... ya, vale, es sólo un cuento, pero la realidad suele superar a la ficción y de hecho el infanticidio era un hecho común en la Edad Media. Algo hemos avanzado desde entonces, desde luego, pero no siempre lo parece... ¿no os da asco a veces vivir en este mundo? no tengo ganas ahora de profundizar en las desigualdades entre (o intra) países, en la influencia de los países desarrollados sobre los demás, en política, en solidaridad, mejor o peor entendida... no, no me apetece profundizar ahora en ello, tod@s sabéis de sobra de qué hablo.

Sólo quiero volver a intentar meterme en la piel de una madre tan desesperada como para vender a su propio hijo, porque por mucho que lo intente no puedo concebir que ninguna madre pueda hacer algo así sin dolor. Y sin embargo... me viene a la memoria la madre de la pequeña Alba, esa niña a la que su padrastro confinó con sus palizas a una grave discapacidad de por vida. Dejando aparte el rosario de errores y descoordinaciones con los que las distintas administraciones contribuyeron al desenlace del caso, lo más grave de todo es que está probado que la madre conocía los hechos y no hizo nada por evitarlos. ¿Alguien puede entender que una madre sepa que su pareja está maltratando reiterada y gravemente a su hija y no haga nada? es más, cuando se empezó a investigar el caso acusó a su ex marido, no sólo no la protegió sino que desvió la atención de la investigación.

¿Eso es una madre? lo siento pero no me entra en la cabeza. Así que sí, supongo que efectivamente habrá madres tan desnaturalizadas que sean capaces de pensar fríamente en vender a su bebé y considerarlo una opción válida. Me parece terrorífico. Pero también las habrá a las que se les parta el corazón pero realmente no encuentren otra salida para una situación insostenible. Y me pregunto si se puede llegar realmente a una situación tan extrema que te haga ver a cada uno de tus hijos simplemente como una carga, ¿es posible llegar a no quererlos? ¿o quizás a que ese amor quede enterrado bajo toneladas y toneladas de problemas?. No es fácil tomar la distancia adecuada desde el cómodo sofá de mi casa y con la tripa llena a pesar de mi dieta para adelgazar...

Hay días en que me avergüenzo de ser humana...

lunes, 16 de noviembre de 2009

De porqué el comunismo no funciona

Y mira que en teoría tiene algunos puntos interesantes, no digo que no... pero eso, en teoría... y ¿por qué? y sobre todo, os preguntaréis... ¿y eso qué tiene que ver con Mamá a Bordo? pues os lo explico:

¿Habéis pensado alguna vez en contar cuántas veces al día dice vuestr@ hij@ "¡ES MÍO!" si está claro... en la naturaleza del ser humano está grabado a fuego el derecho/deseo de la propiedad privada. Imposible que un sistema comunista funcione.

Ahora en serio, va por etapas, es cierto. Y Guille está pasando por la etapa capitalista por excelencia. Esta mañana hemos tenido una divertida discusión a propósito de dos peluches. El héroe de la familia: Totoro (el personaje de la foto aquí abajo) y un perrito. Totoro es de Sofía. De hecho se lo regaló Guille cuando nació, aunque claro, él no era consciente de ese detalle, pero algun@s recordaréis que, en aras de una mejor recepción del nuevo ser que venía a perturbar la privilegiada vida de la hasta entonces hija única, pensamos que el bebé llegara a casa con un regalito para su hermana mayor. En fin, que me lío. El caso es que Guille insistía en que los dos peluches son suyos. Y yo que no, que Totoro es de la tata y el perrito mío (es cierto, es una larga historia pero me lo regalaron a mí mucho antes de que incluso Sofía hubiera nacido así que ES MÍO... ¿veís? el comunismo es imposible) Total, que entre risas (menos mal que le ha dado por ahí) nos hemos pegado un buen rato que no, que es mío, jajajaja, ¡no! ¡mío! Os dejo la ardua tarea de decidir quién es más crío de los dos, si el niño o la mamá, jajajaja.

Y mientras os lo pensáis, aprovecho la coyuntura para recomendaros a l@s de Madrid y Barcelona, ya que en el resto de España por lo visto no tenemos derechos, que aprovechéis que han decidido distribuir por fin (después de una veintena de años nada menos) la peli "Mi vecino Totoro" en cines. De verdad, no dejéis de verla. Aún no he conocido a nadie, ni grande ni chico, que la haya visto y no le haya gustado, es... es... yo qué sé... una peli infantil de verdad, pero además de las que dejan obnubilados a los mayores. Sólo os digo que nosotros estamos pensando en ir a ver a la familia de Madrid... ejem...

Uy, cómo se me ha ido el tema, ¿no?

jueves, 12 de noviembre de 2009

Publicidad encubierta

O descubierta, puesto que lo anuncio a bombo y platillo hasta en el título, pero es que me ocurren dos cosas (o más) me acabo de dar cuenta de que llevo demasiados días sin escribir y ¡eso no puede ser!, a continuación me he dado cuenta de que no tenía ni idea de sobre qué escribir, ¡desastre total! así que pensando, pensando, he caído en contaros que esta noche, pasmaros todas, ¡voy a tener vida social! no, no, no me miréis así, que de verdad que lo mío es de pena. Desde que soy madre mi agenda privada le daría pena a cualquier ermitaño. El caso es que sí, mira, esta noche estoy invitada a la presentación de un libro (y ahora que caigo, mañana tengo otro acto interesante... madre mía, ¡qué overdose!)

A lo que iba, que aprovecho la circunstancia para hacerle publicidad a mi (fardemos un poco) "amigo" David Lozano, a quien quizás conozcáis por haber sido en 2006 el ganador del premio de literatura juvenil Gran Angular por su libro "Donde surgen las sombras", o quizás más bien por su famosa trilogía "La Puerta Oscura", de la que esta noche se presenta la tercera y última novela: "Réquiem"



En realidad es amigo de mi marido, pero bueno, ya sabéis, por mimetismo me lo acoplo, aunque os confesaré que guardo con él una cierta ambivalencia... es un chico majísimo, escribe fenomenal, y lo que le queda, porque viendo la progresión que ha llevado, y la que promete, hacedme caso, este chico dará que hablar. Me encanta sobre todo esta última trilogía y hasta ha conseguido que YO me compre todos los días el Heraldo de Aragón para seguir su relato por entregas, pero no puedo evitar cierta envidia (todo lo sana que ésta puede ser, pero envidia al fin y al cabo) porque ¡está viviendo mis sueños! joooooo, ¡yo también quiero poder vivir del cuento como él!

En fin, que esta noche tenemos presentación nada menos que en el Palacio de Sástago, edificio que de siempre me ha fascinado y estoy como niña con zapatos nuevos. Lo que hace la falta de vida social, ¿eh? la presentación de una novela juvenil y yo como si estuviera invitada a los premios Planeta... ays... qué vida tan aburrida la mía...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Érase una vez un pequeño obeso

Reconozco haber seguido más bien a medias el caso del niño gallego que a sus 9 años, y después de haber perdido unos cuantos kilos, anda ahora por los 70. No me he animado hasta ahora a hablar de ello por dos cosas sin duda íntimamente relacionadas. No tenía suficiente información y lo encontraba todo muy confuso. Pero hoy, leyendo en el Heraldo de Aragón que la fiscalía ha puesto una querella contra los padres por mantener al niño oculto en vez de entregarlo, he decidido ponerme manos a la obra.

Y sigo confusa, no creáis, porque anda, que no hay opiniones al respecto ni nada. Los padres, la Xunta, la asociación pueblo gitano... cada cual con su parte de razón, claro.

Porque vamos a ver, yo a los padres los entiendo. No sé hasta qué punto se han esforzado realmente por evitar la obesidad de su hijo, no sé hasta qué punto ésta puede ser resultado de su desidia o simplemente de una enfermedad del niño, que lo de la obesidad tampoco es siempre tan sencillo.



Pero independientemente de todo eso, lo cierto es que si a mí mañana me dicen que me van a quitar a uno de mis hijos, por el motivo que sea, me sale la leona que toda madre lleva dentro y a ver quién es el guapo que se lo lleva... ¿o no?

Pero claro, por su lado la Xunta afirma que esto no ha sido de ayer para hoy, que llevan mucho tiempo ya siguiendo el caso (por algún lado he leído que desde 2004, mucho me parece y por otro que desde 2008) En cualquier caso, afirman que tras reiterados avisos y varias medidas de distinto tipo los padres no se han puesto las pilas hasta que no se han visto entre la espada y la pared.

Por su parte, la asociación gitana pide que no se utilice al niño como cabeza de turco ¿¿¿??? si alguien entiende esta parte que me la explique... me he debido perder algo del caso.

Vamos, que aquí cada loco con su tema. Lo que me parece indudable es que, da igual los motivos, me parece una barbaridad dejar que tu hijo de 9 años llegue a esos niveles de peso. Es cierto que yo en su caso tampoco dejaría que me quitaran a mi hijo, pero no es menos cierto que tampoco habría jugado así con su salud.

En fin, os dejo el tema sobre la mesa, ¿qué opináis?

martes, 3 de noviembre de 2009

Aprendiendo de nuestros hijos

Algo que deberíamos tratar de hacer mucho más a menudo, por cierto, en muchos aspectos. Pero hoy estoy pensando en algo muy concreto. El lunes (festivo aquí) había hecho cardo para comer y como sé que es algo que mis hijos no se comen demasiado bien les prometí darles helado de postre si se lo comían todo. Se lo comieron así que cumplí. Guille apenas lo probó, de momento el helado le sigue pareciendo algo que está demasiado frío, me preguntó si se lo calentaba, le dije que no, que el helado se toma precisamente helado y tomó un par de cucharaditas más y punto. Sofía sin embargo se tomó toda su parte (les había puesto poquito) Le pregunté si quería más y me dijo muy seria que no, que tanto no le apetecía, que lo que le había puesto estaba muy bien. Hablamos de la misma niña que ve una bolsa de lacasitos, se come uno y ya no quiere más. Si yo tuviera ese talento natural en mi relación con la comida otro gallo me cantaría.

Y mira que lo sé. Que el primer bocado es el realmente bueno, que después de dos o tres ya casi te da igual estar comiendo una cosa que otra y desde luego que cuando ya estás harta, por mucho que sigas comiendo por pura gula ya no hay forma de recuperar ese placer del primer mordisco. Y voy aprendiendo poco a poco, no creáis. Con el chocolate, por ejemplo. Ahora ya sólo lo tomo negro, negro, lo más puro posible, y sólo un pedacito, con el café de después de comer (tampoco todos los días necesariamente) Tampoco me vale ya cualquiera. He ido probando varios, más o menos artesanales, más o menos comerciales. Pero desde que probé el Valrhona Abinao (85% de cacao) ya no me ha vuelto a satisfacer plenamente ningún otro. Ays...



Intento también moderarme con los postres cuando como fuera. Pedir fruta, compartirlo en caso de que sea dulce, o directamente, si ya he comido demasiado, pasar del postre (algo insólito en mí) Pero en general mi relación con la comida sigue estando a años luz de esa natural regulación perfectamente equilibrada que muestra mi hija a sus cuatro años y medio. Ojalá no la pierda nunca, aunque supongo que éso es realmente difícil.

Así que sí, trataré de aprender de ella en ese sentido, como he tratado de hacerlo en otras ocasiones en las que nos ha sorprendido con alguna reflexión sobre cosas en las que los adultos parecemos haber perdido todo sentido del raciocinio más básico. O sea, justo ese que los niños tienen todavía intacto.

Se habla mucho de los consejos de ancianos, que tenían un papel predominante en muchas culturas antiguas, pero ¿nadie pensó nunca en complementarlos con un consejo de niños? la unión podría ser explosivamente fructífera.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Cocinando con Sofía

Ya decía yo que algún día tendré que cambiarle el nombre a esta etiqueta... si es que esta niña va para estrella Michelín...

El caso es que ella quería hacer una tarta, pero no en su cocina (de juguete, claro), sino en la mía. Y me pidió que buscara una receta pero de niños. Así que nos encomendamos a San Google bendito y encontramos la siguiente receta:

Tarta de queso y plátano


Ingredientes:

plátanos maduros
queso fresco de untar
leche
una base de tarta ya preparada (comprada o preparada en casa, al gusto)

Preparación:

Se pelan y cortan los plátanos en trocitos y se echan en un bol (Sofía disfrutó mucho cortándolos ella misma con un cuchillo de esos con poco filo, que no tienen ningún peligro) Se añade el queso fresco y un poco de leche y se chafa y mezcla todo bien hasta conseguir una pasta untuosa (las cantidades a ojo, según vayáis viendo cómo queda de sabor y de textura añadís más de una cosa o de otra. Nosotras utilizamos una tarrina de queso casi entera, y si no recuerdo mal 4 o 5 plátanos más uno para decorar) La pasta resultante se extiende sobre la base de bizcocho y se mete al frigo hasta el momento de comerlo.



Yo no las tenía todas conmigo con la mezcolanza de queso y plátano pero la verdad es que quedó bastante rica. Y lo mejor fue ver a mi hija (que indudablemente tiene dotes de mando) diciéndome que yo era su ayudante y enviándome al salón hasta que ella me necesitara. Vamos, que se le subió a la cabeza el delantal... pero fue muy divertido para las dos. Y hay cantidad de cosas en las que nos pueden ayudar. Otra cosa que le gusta mucho a mi hija es darle forma a las albóndigas o a las croquetas y esta misma tarde ha decidido que ella hacía el postre. Se le han empezado a ocurrir una serie de ideas dignas de figurar en la carta del mismísimo Bulli pero como nos faltaban ingredientes al final se ha decidido por manzana y huevo. Se ha puesto de nuevo al mando y me ha ordenado echar aceite en la sartén, pelar la manzana y cortarla, ponerla en la sartén y luego añadir el huevo. A esas alturas ya había desaparecido de la cocina para irse a jugar con su hermano así que yo le iba preguntando ¿qué hago ahora? y ella me iba dando órdenes desde el salón... todo un carácter esta niña. El resultado ha sido una especie de revuelto de manzana que, os lo creáis o no, estaba bastante bueno. Claro que también los tengo acostumbrados a comer de vez en cuando tortilla de manzana así que la asociación parecía lógica.

No sólo es divertido cocinar con ellos, además es una forma de enseñarles desde pequeños a preparar su propia comida y pasar de los platos precocinados.

viernes, 30 de octubre de 2009

El hábito no hace al monje... pero ayuda

¿No os ha ocurrido nunca que un determinado traje os hace sentir distintas? antes de que me tachéis de loca, os aclaro que hablamos por supuesto de matices. Nos cuesta muchos años forjarnos nuestra personalidad (de hecho no terminamos nunca, afortunadamente) como para que un traje u otro nos los trastoquen todo. Pero sí estoy convencida de que la ropa que llevemos en cada momento tiene cierta influencia.

Me viene a la cabeza un artículo del XL Semanal de este domingo sobre el sacerdote Isidoro Macías, también conocido como el "padre patera" en el que comentaba lo siguiente sobre su hábito: "voy vestido así a casi todas partes. Me ayuda interiormente. El hábito y la cruz te aportan fuerzas, no te dejan rendirte ante las adversidades"

Yo nunca he llevado hábito, claro. Desconozco sus efectos, pero sí he llevado trajes de chaqueta, y ¿sabéis? no me siento igual con uno que con otro. Un buen traje, de cierta calidad, acompañado de los zapatos adecuados, me hace sentir más segura de mí misma, hasta más poderosa (hablamos de precios razonables, el día que me enfundé en un Armani supongo que me sentiré la reina del mundo pero por ahora eso me queda algo lejos)



Y no me malinterpretéis, no es que necesite un buen traje para sentirme segura, y por supuesto si no es algo que llevas dentro, ni el mejor corte, ni la mejor tela, ni los mejores zapatos serían capaces de darte seguridad. Hablamos de matices, insisto. Pero sí, me siento distinta con un traje o con otro, incluso me siento distinta vestida de rojo o de gris, de blanco o de negro, con unos zapatos o con otros (curioso también el poder de un tacón adecuado, sobre todo cuando no se llega al metro sesenta, como es mi caso), me enfrento de otra manera a mi interlocutor (y por supuesto también afecta el traje que lleve él/ella).

Ésto por el lado, digamos profesional, pero ¿qué me decís del deportivo? Está claro que cada deporte tiene su indumentaria y como de eso sé más bien poco, no me meteré en la más adecuada para cada uno. Pero sí me ocurre algo. Si desde el principio de la mañana me planteo que voy a ir a nadar y me visto de forma más deportiva (valen unos vaqueros y una camiseta) y ni siquiera me maquillo, he comprobado que tengo muchas más opciones de cumplir mi buen propósito que si, por el motivo que sea, ese día tengo que arreglarme más. En ese caso, mis posibilidades de acabar yendo a la piscina son pequeñísimas. Y ¿por qué? si total allí me tengo que cambiar y ponerme el bañador de todas formas... pues por lo mismo, por el efecto de la ropa en mí. Creo que ya todos habéis ido observando que yo no es que sea muy deportista que digamos: me gusta nadar (un rato) pero estoy muy lejos de estar enganchada a ningún tipo de deporte así que me cuesta un relativo esfuerzo ponerme con ello, esfuerzo que es mucho menor si voy vestida y calzada de sport. Será tontería, pero me siento más deportista, más sana, más natural, más lo que sea...

Y ahora decidme, ¿es grave? no, venga, en serio, no me digáis que a vosotr@s no os afecta de alguna manera la ropa que lleváis. Nadie puede sentirse igual con un fabuloso vestido de fiesta que con el chándal, con un impecable traje súper profesional que con un suéter escotado... no puede ser, cada indumentaria tiene su momento y su estado de ánimo. ¿No estáis de acuerdo? contadme, ¿tenéis algún conjunto con el que os sintáis especialmente distintas?

miércoles, 28 de octubre de 2009

Treintaytantos

No, no voy a hablaros de aquélla mítica serie de nuestra tierna juventud... aunque sí que me remontaré un poco a aquélla época. Ya entonces se oía con cierta frecuencia eso de las mujeres en la treintena estamos en nuestro mejor momento. Sí, claro, pensaba yo con mis esplendorosos diecitantos. Pero ¿sabéis algo? ¡es cierto! Vale, entonces estaba mucho más mona. Pesaba x kilos menos (donde x es una variable indespejable, de verdad, no lo intentéis... ¡ni se os ocurra!) ejem, bueno, volviendo al tema. Que sí, que con mis diecitantos y veintipocos estaba más mona que ahora, no diré que no, y como además tenía mucho más tiempo también me cuidaba muchísimo. Recuerdo una vez en la piscina con una amiga. Estábamos leyendo alguna revista femenina y venía un artículo con trucos de belleza. ¡Los conocía todos y usaba la mayoría!. Ay, qué tiempos aquéllos, y eso que ahora que he recuperado una parte de mi vida privada vuelvo a cuidarme algo más...

Pero os contaré otro par de anécdotas: Debía yo tener 18 añitos y ese año se llevaban mucho los leggings (sí, todo vuelve tarde o temprano) A mí me gustaban pero me recuerdo perfectamente en el probador de la tienda mirándome y remirándome al espejo. Madre mía si tuviera ahora ese vientre plano que tenía entonces... planito, planito, de verdad, qué gusto... y sin embargo no me los compré porque me veía los muslos gordos. Ahora, con mis x kilos más salgo a correr a la calle con mis mallas (eso sí, negras, tampoco hay que tentar a la suerte) y tan ancha.

Otra: el otro día estaba en la piscina (¿veis? de paso os voy metiendo con calzador que estoy haciendo deporte, como prometí, jajajaja) y me dí cuenta de otra cosa. Bueno, en los vestuarios de las piscinas, ya sabéis, se ve de todo. Mujeres jóvenes, mayores, delgadísimas, gordísimas, musculadas, arrugadas... y lo cierto es que, al menos en esta piscina, aunque hay una considerable cantidad de cabinas cerradas casi siempre están vacías. Muy pocas mujeres pierden el tiempo en meterse en una de ellas cuando resulta mucho más práctico usar los bancos centrales, donde además hay mucho más espacio para moverse y dejar las cosas. Pues me dí cuenta de algo. A mis esplendorosos 18, con mis x kilos menos y desde luego sin rastro alguno de embarazos ni lactancias en mi cuerpo, yo usaba esas cabinas cerradas para cambiarme. A mis 35 sin embargo, con mi barriguita, mis eternos muslos gruesos, y dos embarazos a mis espaldas, no solo me cambio fuera sino que me paseo tan ricamente totalmente desnuda de los bancos a la ducha. ¿Contenta con mi cuerpo? bueno, no os diré que no me gustaría mejorar algunas cosas (vale, unas cuantas) pero sí es cierto que ahora me encuentro cómoda en mi piel. Lo que no es incompatible con estar a dieta y hacer ejercicio. Querer mejorar siempre es bueno (si no lleva a los extremos, claro) pero es verdad que con la confianza que te dan los treintatantos me siento mucho más a gusto conmigo misma y a eso es a lo que refiere la famosa expresión, claro.



Supongo que no es sólo cuestión de edad, también influye el desarrollo que haya seguido tu vida, que estés satisfecha con ella, que tengas una estabilidad sentimental... pero se supone que son todas cosas que consigues a partir de los treinta. A los 18, a punto de comenzar la universidad, me iba a comer el mundo. A los 28 el mundo ya se me había comido a mí. A partir de ahí empiezas a tratar de reequilibrar y hoy en día, espero que a mis 38 haya conseguido llegar a un acuerdo razonable con el mundo para disfrutarnos mutuamente, una especie de pacto de no agresión, vaya. Estoy en ello...

El caso es que sí, las mujeres a los treintatantos (y últimamente ya se oye decir lo mismo de los cuarentaytantos) estamos en nuestro mejor momento porque lo que hayamos podido perder en físico lo hemos ganado de sobras en experiencia, madurez y sobre todo seguridad en nosotras mismas y creedme, éso resulta mucho más atractivo que un simple cuerpo bonito.

Y no soy la única que lo piensa. Hace poco hablando con dos ex compañeros de trabajo se produjo una situación curiosa. Hablando de jovencitas yo aseguraba que donde esté una mujer de 35 (barriendo para casa, claro) que se quiten las demás. Y me sorprendió uno de ellos afirmando que "¿35? pues ya sólo te faltan cinco años para estar perfecta" Vale, él tampoco es un quinceañero precisamente, y además es de natural adulador, pero la reflexión es para tomarla en cuenta, ¿no os parece? (y me sé de una que se pondrá muy contenta con el comentario)

En cualquier caso, se tenga la edad que se tenga, que cada una tiene su encanto, indudablemente, lo importante es siempre sentirse bien consigo misma (bien dans sa peau que dicen mis amigos franceses)Eso siempre proyecta cierto atractivo. Se tengan 20, 40 o 90 años. Lamentablemente también es algo más difícil que aplicarse una crema todas las mañanas.

miércoles, 21 de octubre de 2009

¡Soy mayor!

La frase comodín de Guille últimamente. Todo quiere hacerlo él sólo, no quiere babero porque "¡no me mancho!" y de vez en cuando estalla en carcajadas sin venir a cuento con un "Teeeeteee nooooooo". La respuesta correcta es: "noooooo, el tete es de beeeebeeees" y él "¡tete de bebes!" Vale, será amor de madre, pero no me digáis que no es rico... hmmmm, esto me recuerda una viñeta de Maitena.

Cada día estoy peor...

Pero, babeos maternos aparte, es cierto que es increíble ver cómo crecen estos pequeñajos, como se hacen cada vez más autónomos. A la vez, tienes momentos en que se van al otro extremo, como cuando se me sube encima diciendo que es un bebé y se deja acunar y hacer cosquillas. Más valdrá aprovechar bien estos momentos, ¿verdad? en unos pocos años esquivará cualquier intento de beso o achuchón. Estoy de un topiquero que asusto, lo sé, pero ¡qué rápido pasa el tiempo! antes de que me dé cuenta estaré lidiando con dos preadolescentes enervantes. Y a veces tengo la sensación de estar perdiéndomelo todo, ¿sabéis? de no disfrutar lo suficiente de mis hijos, de no jugar bastante con ellos, o al menos no prestándoles toda la atención que debería.

Quizás debería incluir todo esto en mi lista de buenos propósitos.

lunes, 19 de octubre de 2009

sos

Ay, madre, me he quedado sin conexión a Internet en casa, por motivos que desconozco, y parezco un pez fuera del agua. Y menos mal que en su momento una amable vendedora me convenció de ponerme la conexión en el móvil que mira, no será lo más cómodo (no esperéis un post muy largo) pero para una urgencia... (y lo que no son urgencias, la verdad, nunca pensé que lo usaría tanto)

Y esto me hace enlazar con una serie de pensamientos encadenados que he tenido últimamente. Pequeñas cosas, ¿sabéis? El otro día por ejemplo estaba llenando un cubo de agua para fregar y me di cuenta de dos cosas: la primera de lo extremadamente afortunada que era por abrir un grifo y que de él saliera agua, así, sin más; y la segunda de que por poco que me gusten las labores domésticas, y mira que ne gustan poco, de nuevo debía sentirme afortunada por tener una bonita casa que mantener limpia y ordenada.. Demasiada gente no puede decir lo mismo.

Pensamientos de este tipo me están viniendo mucho a la cabeza últimamente, por eso, cuando de repente me encuentro perdida sin internet (y ni siquiera eso puesto que tengo esta otra conexión a mi disposición) no sé si sentirme estúpida, egoísta, frívola, o simplemente humana porque, seamos francos, más o menos comprometidos con mil y una causas, más o menos concienciados, al final lo que de verdad nos afecta y nos mueve a todos (salvo honrosas excepciones, que haberlas haylas) son nuestras pequeñas o grandes, importantes o ridículas, graves o leves miserias cotidianas. . N'est ce pas?

viernes, 16 de octubre de 2009

De boicots


El primero de todos el autoboicot a mi dieta, pero ese casi lo pasaremos por alto que total, estamos en Pilares, acabo de preparar una moussaka absolutamente pecaminosa (en varios sentidos, otro día os cuento la receta) y os juro por Snoopy (por lo menos) que el lunes que viene recupero la más estricta de las dietas y vuelvo a hacer ejercicio. De verdad de la buena...

Pero no venía yo a ésto... venía a anunciaros que con gran pesar de mi corazón (ejem) he decidido no comprar nunca nada de Ralph Lauren, ni peor aún, de Chanel (ejem, ejem) Va a ser difícil, ¿eh? Ahora hablando en serio, ¿os habéis enterado de la pesadilla de la modelo delgadísima a la que Ralph Lauren despidió por estar demasiado gorda?


A la derecha ella al natural (¿a alguien le parece gorda?) A la izquierda ella misma previo paso por photoshop, más al gusto de Mr. Lauren. Motivo más que suficiente para boicotearle, ¿no? y no es que vaya a notar lo más mínimo el hombre que yo no le compre, pero sirva al menos como declaración de intenciones.

Y para rematar, a Herr Lagerfeld, alma mater de Chanel, no se le ocurre otra cosa que asegurar que él no hace tallas mayores de la 38 porque no diseña para mujeres con sobrepeso... a este hombre se le fue la pinza hace ya muchos años. No tengo suficientes conocimiento sobre alta costura para juzgar su trabajo en Chanel pero yo diría que la gran Coco, la que luchó por liberar a la mujer de la tiranía del corsé, no habría estado de acuerdo, ¿qué pensáis? Tampoco es que este boicot tenga mucho mérito, ya me gustaría a mí poder permitirme vestir de Chanel, pero queda dicho igualmente. ¿Algún día volverán las mujeres con curvas? al mundo de la moda, quiero decir... en el mundo real conozco a pocos hombres a quienes les gusten los esqueletos por muy exquisitamente vestidos que vayan. Y dicho sea de paso, tampoco puedo entender cómo estas imágenes pueden incitar a la anorexia. ¿De verdad alguien, por muy trastornad@ que esté puede querer parecerse a éso? me refiero por supuesto a la imagen retocada, pero también a algunas de las modelos palo de escoba huesudo que se ven en pasarela.

Supongo que sí... misterios...

lunes, 12 de octubre de 2009

La Pilarica

De fiestas andamos por Zaragoza, y como es costumbre en mi casa, hemos huido el fin de semana grande. Demasiado follón para nosotros, tiempo tendremos de quedarnos cuando los niños sean más mayores y quieran fiesta, fiesta, fiesta...

En cualquier caso, no podíamos dejar de venir a tiempo para la comida familiar en casa de mis padres (mi madre es Pilar, como lo era mi abuela así que la tradición viene de largo). Después de la comida, paseíto hasta la plaza del Pilar a ver el manto de flores de la virgen y un ratito las jotas, que me han salido los niños baturricos hasta la médula. A Sofía le encantan, pero es que había que ver a Guille, subido a mis hombros, repitiendo palabras sueltas de la jota con los brazos en jarras... un cuadro.

Pero para mi gusto lo mejor del fin de semana ha sido la escapada a Bezas, el pueblito del que ya os he hablado otras veces. Para mí, que soy más de ciudad que el Corte Inglés, estos fines de semana rurales son todo un descubrimiento. Empezamos por lo típico de la temporada: coger rebollones (sería más apropiado decir buscar, pero bueno, alguno encontramos). Sofía, con su impecable sentido práctico, enseguida decidió que ella se dedicaría a buscar piñas. No, si tonta no es la niña, a ver... las piñas las tienes por todas partes y bien a la vista (y encima van fenomenal para la estufa) y los rebollones no están escondidos ni nada... ya hizo bien, ya... Esa misma tarde, recogida de nueces y membrillos (mermelada en preparación, ya os contaré)

El domingo por la mañana, excursión. No conocíamos las cascadas de Calicanto, en Tormón, así que para allá que nos fuimos.

Y nos gustó, nos gustó mucho... en el bar del pueblo, donde nos atendieron estupendamente, pudimos descubrir algunas de las opciones de excursiones que ofrece Tormón, así que decidimos volver, aunque quizás con los niños algo más mayores, porque todo hay que decirlo, se portaron como campeones, sobre todo Sofía, que es la menos dada a caminar por el monte y se hizo la excursión enterita (era corta), incluído cruzar por un "puentecito" de tablas y troncos que no era nada fácil, la verdad.

Pero yo iba con una idea fija en mente, el recuerdo de la mermelada de moras del año pasado (y la sugerencia del licor de moras de Mari Luz) así que frente a todos que me decían que ya no había moras, yo me empeñé en que sí, y sí, claro... cierto es que la mayoría estaban ya secas pero yo recordaba haber visto el día anterior algunas en perfecto estado al ladito del río así que me emperré y me emperré y al final fuimos a por moras (mermelada también en preparación, pero ya os conté la receta, no la voy a repetir) Siguiendo las instrucciones de Mari Luz también llené un cuarto de botella con moras y la completé con anis dulce. Ahí está también, siguiendo su proceso, a ver qué tal sale el invento.

Y eso es todo, por ahora... aún nos queda toda una semana de fiestas en las que procuraremos llevar a los niños a todas las actividades infantiles que podamos, que haberlas hay unas cuantas, pero a ver cómo nos apañamos. Por lo demás, mañana tiene que llevar Guille a la guardería su cachirulo y una flor (hacen una especie de ofrenda). Sofía como no tiene cole hasta el jueves, pues de momento nada pero ya está deseando ir a contar todo lo que ha hecho el fin de semana.




domingo, 4 de octubre de 2009

Chica Maitena


Hmmm... no termino de decidirme, creo que últimamente me identifico con todas y con ninguna a la vez. En cualquier caso, de lo que no hay duda es de que me he vuelto un prototipo de chica Maitena. Esta misma tarde oscilaba entre apuntarme a tai-chi y comprarme un bonsai, que he oído en el telediario que es de lo más relajante (???)

Decisiones trascendentales aparte, lo cierto es que nunca me he caracterizado por mi santa paciencia precisamente, pero últimamente ando más alterada de lo normal. Cierto que por una parte me encontraba bastante cansada, lo que ya estoy resolviendo con un complejo vitamínico, pero éso no lo explica todo. Malas contestaciones, nervios, salidas de tono... vale, estoy pintando un cuadro quizás exagerado, pero si le preguntáis a mi marido seguro que os dice que de eso nada, que hasta me quedo corta (sí, ellos también exageran) No, es cierto... hoy mismo hasta Sofía me ha dicho "no te pongas nerviosa mamá" y hace unos días, se le lió un poco la frase pero estaba clarísimo el sentido de su "mamá, no tengas tanta paciencia" Vaya, que hasta mi hija de cuatro años me da lecciones zen.

A ver si va a ser por eso por lo que no me han salido a mí bien los croissants. ¿Creéis que las emociones se reflejan en la cocina? ¿se podrán leer los estados de ánimo en el estado de la comida? porque si es así, yo debo sentirme muuuuuuyyyyyyy pesada... no, por nada... es que por no consultar otra vez la receta lo he hecho de memoria, y yo es que parezco nueva, vaya, que ir a fiarme de mi memoria es tan prudente como pedirle a un pirómano que te guarde la colección de zippos. Total, que la cantidad de harina no debía ser esa... no, decididamente no es normal que cada croissant pese media tonelada. Y que yo recuerde los de verdad quedan así como ligeritos, ¿no? los míos tienen una consistencia de hormigón, aproximadamente. Sí, vale, vuelvo a exagerar, pero no tanto, no creáis... en fin, volveremos a intentarlo, con receta, y en estado más armónico.

Tendré que pensarme lo del Tai-Chi. Aunque, como si no me conociera... anda que me iba a durar a mí mucho... no, mejor pensaremos en alguna otra manera de relajar los ánimos, ¿ideas?

domingo, 20 de septiembre de 2009

Una de dulces

Después del último post queda un poco raro, pero ya se sabe que de contradicciones vive el hombre, y la mujer más... y en cualquier caso no podía dejar de contaros mi último reto gastronómico. ¡Me he atrevido con el hojaldre! sí, sí, nada de esas láminas ni frescas ni congeladas, que vale que den el pego, pero os aseguro que nada que ver con un hojaldre de verdad, hecho con estas manitas y mi nuevo rodillo. Pero no creáis, el mérito no es mío. Ha sido una conjunción de casualidades y maldiciones. Por un lado, de todos es ya sabido que en cuanto me pongo a dieta (o lo que sea eso que hago yo) me entran unas ganas irrefrenables de probar a cocinar cosas ricas. En este caso, se me habían colado en mi mente las palmeritas de hojaldre. Y no es que pensara hacerlas, no, no, ni hablar... pero bueno, por mirar un poquito por internet no pasa nada, ¿no? así que encontré esta página en la que lo explicaba tan facilito y en la que además, nos tentaba a probar a hacer el hojaldre en casa siguiendo el paso a paso de una tal Su, en ese momento todavía desconocida para mí y desde entonces mi heroína.

Lástima que no hiciera fotos, quedaron de escándalo, de verdad. Y lo del hojaldre es verdad que no es tan difícil, ni siquiera requiere tanto tiempo puesto que hay muchos espacios de reposo en los que puedes hacer otras cosas. ¿Os animáis? os garantizo que el resultado vale la pena. Nada que ver con ninguna palmerita que podáis comprar en (casi) ningún sitio. Por supuesto en vez palmeritas podéis hacer mil otras cosas con el hojaldre, pero de eso ya no puedo hablaros (por ahora)

Por cierto, próximo reto: croissants (encontraréis la receta también en la página de Su, aunque yo quiero probar otra que tengo por ahí, de una auténtica francesa). Ya os contaré...

Pero no será enseguida, esta semana que entra la tengo un poco movida así que como pronto nos veremos de nuevo el domingo. Espero encontrarme para entonces muchos comentarios sobre vuestros propios resultados con el experimento del hojaldre casero. En serio, animaros, vale la pena.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La teoría de la relatividad

Si hace nada se me ponían los pelos de punta pensando en las madres adolescentes, hoy directamente me he espeluznado con la siguiente noticia que he leído en el 20 minutos:

"Muere una niña de 12 años en Yemen después de tres días dando a luz"

El bebé también falleció. La niña había sido obligada a casarse, según la tradición en su país, con un hombre de 24 años. Venía de familia pobre, claro.

Y a mí me parecía malo quedarse embarazada con 16 años... ya le hubiera gustado a esta niña... y encima con un novio al que quisiera y no con un marido impuesto, y en España, con todos nuestros medios sanitarios, y no en Yemen, desangrada en un hospital por falta de medios.

Poco más puedo decir, creo que la noticia habla por sí sóla. Sólo dejaros esa reflexión sobre la relatividad de los problemas. Ante sucesos como este nuestras pequeñas o grandes miserias de cada día de repente parecen insignificantes, ¿no?

martes, 15 de septiembre de 2009

Como niños

Os cuento: siguiendo con mis buenas intenciones/flamantes realidades, entre otras cosas que hice la semana pasada, el sábado se nos ocurrió irnos con los críos, la bici de Guille y los patines de Sofía, papá y mamá al parque. Nos lo pasamos... pues eso, como niños... Guille ha aprendido por fin a pedalear él solito, que antes le encantaba la bici pero había que empujarle, y Sofía va tan feliz con sus patines, aunque son tan de aprendizaje que no ruedan nada, claro. Papá es todo un experto, aunque según él ha perdido mucho... y mamá... bueno, mamá no se cae, que ya es algo,


O no se cae en circunstancias normales, al menos... porque cuando a papá se le ocurrió hacernos bajar unas escaleras... pues eso, como niños... y es que yo hacía más de cinco años que no patinaba, y teniendo en cuenta que realmente nunca he llegado a aprender de verdad bien... pues hombre, hacer equilibrios por las escaleras ya era mucho pedir. Eso sí, sólo se me fue el pie en el primer escalón pero lo suficiente como para dejarme marcada. Y más vale que se me vaya pronto el escorchoncillo porque la semana que viene tengo que disfrazarme de ejecutiva super eficiente clase F (falda) y no es un estilo que quede muy bien con el escorchón en la rodilla... ejem... ¡ si es que no se puede ir de niña a los 35!

Y no quería terminar este post sin un pequeño comentario sobre una noticia del día. Parece que por fin van a devolver cierta autoridad a los profesores (legalmente hablando) Ya era hora, ¿no? yo no entiendo cómo han tardado tanto, vamos, es que que un alumno pueda dar una paliza a su profesor con absoluta impunidad tiene narices, pero que hasta su padre pueda hacerlo... es que era inconcebible, vamos... a ver en qué deriva ahora ésto...

viernes, 11 de septiembre de 2009

Instinto maternal


Estoy viendo ahora mismo el programa de Cuatro "Madres adolescentes" y me ocurren dos cosas:

- se me ponen los pelos de punta de pensar en ser madre con ¡16 años!
- se me cae la baba viendo a los bebés, tan chiquititos




Y, sin embargo, ya me pasó el viernes pasado, se me cae la baba, sí, y me apetece volver a tener un bebito en brazos... pero ¡no propio! ya el otro día lo que pensé fue, ¡a ver si alguien a anima a hacerme tía! Es curioso esto del instinto maternal, ¿verdad? durante mucho tiempo no tuve nada parecido. De repente un día empecé a pensar en tener un bebé y en poco tiempo el "empezar a pensar" pasó a "lo quiero ya" pero lo más gordo fue después de tener a Sofía. Yo en principio había pensado en esperar un poquito más para tener el siguiente pero algo me quemaba por dentro. Poco después del parto ya estaba rabiando por otro bebé. Instinto maternal al cuadrado. Tanto fue así que empecé a tener miedo de que después del segundo me fuera a dar otra vez tan fuerte porque hombre, dos hijos está muy bien, pero tres o cuatro ya son demasiados para mí. Yo es que soy de la escuela práctica: si solo tengo dos manos, ¿qué voy a hacer con más de dos hijos?
Pero no, no hubo más instintos salvajes. Ni los ha vuelto a haber hasta el día de hoy, en que hasta cuando se me cae la baba con bebés ajenos pienso en sobrinos y no en más hijos.

Y digo yo, ¿hasta qué punto controla nuestra mente el instinto maternal y hasta qué punto es un instinto puramente animal?

Ah, otra cosa que me ha pasado con este programa es que vuelvo a hacerme cruces de cómo, a día de hoy, con toda la información que hay al alcance de cualquiera no sólo una cría de 15 o 16 años se queda embarazada sino que además, sin haber tomado jamás ningún tipo de protección se queda extrañadísima de que le haya ocurrido algo así. A mí se me escapa algo...


lunes, 7 de septiembre de 2009

Vuelta al cole


Ya casi oigo los aullidos de fondo: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡bieeeeeeeeeeeeeeennnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!!!!!! pues sí, sí, me uno a ellos... que al principio una coge con ganas las vacaciones con los niños pero llega un momento en que ya... bueno, no, en realidad no es eso. Al menos en mi casa, el momento "por favor, que alguien se los lleve un rato" llega cuando los mortales adultos tenemos que volver a nuestros trabajos habituales y los peque mortales tienen todavía una semana larga de vacaciones. Y yo no me quejo, que mis niños tienen a sus cuatro abuelos casi casi a sus pies y nos organizamos la mar de bien con ellos... ¿o era a costa de ellos? bueno, lo que sea. Pero aún así, os aseguro que esta primera semana de septiembre ha sido de locura. Las ganas que tenía yo de que llegara esta tarde/noche. Y eso que Guille ya empezó la guardería el martes pasado... llorando el primer día, gimoteando el segundo, poniendo morritos el tercero. El viernes ya por fin bien. Esta mañana de nuevo a lloriquear, claro, después del fin de semana... ¿se creería que le volvían a tocar dos meses de vacaciones?

Pero la gracia de la vuelta al cole no está sólo en los niños, no... ¿conocéis algún adulto que no siga contando septiembre como el año nuevo de verdad? los cursos escolares marcan a fuego, pero esta bendita costumbre española de las vacaciones en agosto también hace lo suyo. Un mesecito (más o menos corto o largo según la suerte de cada cual) de relax, estrecha convivencia con la familia, desconexión de la rutina... a la fuerza le da a uno por pensar. Así van gimnasios, abogados matrimonialistas y cursos de idiomas: haciendo su agosto en septiembre. Yo concretamente me he vuelto a apuntar a inglés (en mi descargo diré que me había apuntado ya en mayo) y mantengo mis buenas intenciones de hacer ejercicio (por ahora siguen siendo solo éso pero en cuanto normalicemos horarios infantiles, o sea mañana mismo, prometo convertirlas en brillantes realidades) Eso sí, la dieta la estoy llevando razonablemente bien. Bastante bien, de hecho, lo cual viniendo de mí es todo un exitazo. En cuanto al divorcio... sí bueno, reconozco haber pensado en él más veces de las razonables, pero no a causa de las vacaciones sino más bien de la falta de ellas.. nada que una temporadita de relax en el pueblo no pudiera curar.

Ay, la vuelta al cole... ¿sabéis lo que más recuerdo yo? esas excursiones con mi tía Carmen al Corte Inglés a comprar el material escolar. Estuche nuevo, cuadernos, mochila... a mi hermano (muy pequeño todavía) le decíamos que íbamos al dentista, pobre... y después de la compra, a la cafetería a desayunar/merendar en condiciones...

Y el primer día de cole: reencuentro con las amigas, puesta al día de las aventuras veraniegas, el olor a libro nuevo, las sesiones de forrado con mamá... ay, ¡esas vueltas al cole!. Ahora son un poco distintas, o muy distintas, pero siguen teniendo su encanto, ¿no os parece?

miércoles, 26 de agosto de 2009

Ying y Yang


Esta noche las noticias de nuevo me han sobresaltado pero esta vez además me ha chocado algo. La muerte y la vida, lo de siempre en un telediario, quizás, pero hoy había algo distinto. Por un lado, un bebé pequeñito, prematuro quizás, puede que incluso un aborto, encontrado muerto en un contenedor y por otro lado, una bebita salvada por una cesárea post-mortem. Las causas son en ambos casos escalofriantes. Nada nuevo tampoco, tal vez ni siquiera la coincidencia temporal. Del primero se sabe poco por ahora. Siguen buscando a la madre pero es uno más de demasiados casos de abandonos de bebés. Algunos son encontrados a tiempo, otros lamentablemente no.

El otro es directamente espeluznante. Sí, es cierto, a veces parece que nos habituamos tanto a estas noticias que perdemos la capacidad de horrorizarnos por ellas, pero un chico de 20 años que le pega un tiro en la cabeza a su mujer de 22, embarazada de nueve meses, es para algo más que horrorizarse, creo yo.

Pero no quería yo hablar de ésto. No de la parte horrible de la noticia, sino de la buena. De que esa niña ha sido salvada in extremis de la muerte. De que está en la UVI, sí, pero de que tiene una oportunidad de vivir pese a todo. ¿Qué tipo de vida le espera? pues lamentablemente no sólo dependerá de ella, pero en gran parte sí. Desconozco qué será ahora de ella. Pensemos que saldrá de la UVI en perfecto estado de salud. Lógicamente no contará con un padre y una madre que la cuiden y la mimen como todo bebé merece. Quizás sí cuente con una abuela, o con unos tíos, o con una familia de adopción. Obviamente ese primer paso determinará en cierta forma su futuro. Pero son tantas las influencias que podemos recibir a lo largo de nuestra vida... El bebé del contenedor sin embargo ya no las disfrutará. Ya no podrá dejarse aconsejar por una familia, biológica o no. Ya no tendrá el apoyo de unos amigos, sus buenas o malas influencias. No tendrá la oportunidad de descubrir qué quiere hacer con su vida. La niña del Vall d'Hebron sí. Es hija de un asesino, de acuerdo. Antes incluso de nacer ha perdido a su madre y ha sufrido una parada cardiorespiratoria. No parece un buen comienzo. Pero es un comienzo. Es una oportunidad.

Mi abuela nació casi muerta. No daban un duro por ella, y menos en aquélla época. Y sin embargo resultó ser dura como el acero y vivió intensamente hasta los 94 años bien cumplidos. Su primer hijo no tuvo tanta suerte. Nació antes de tiempo, mala época todavía para un ochomesino. Vida y muerte de nuevo. Oportunidades ganadas y perdidas. Cuando la puerta se cierra para siempre está cerrada, no hay nada que hacer. Pero cuando la puerta se niega a cerrarse, éso es una oportunidad que hay que pillar al vuelo y aprovechar al máximo. Ojalá esa niña rescatada de las garras de la muerte, pase lo que pase en su entorno a partir de ahora, sepa siempre aprovechar sus oportunidades y construir una vida plena. No es tan difícil ser feliz, a veces parece que depende de mil cosas que escapan a nuestro control, pero no es así. Al final nuestra vida sólo depende de nosotros, o más concretamente de nuestra actitud ante ella, ¿no os parece?


miércoles, 12 de agosto de 2009

Operación michelín

Sí, sí, lo habéis leído bien. Yo este año en vez de a la operación bikini me he apuntado a la operación michelín. ¡Qué barbaridad! qué mal me está sentando a mí el verano... y estos días en el pueblo ya ni os cuento... se me ha ocurrido esta mañana pesarme y hasta la báscula se ha cachondeado de mí. No sé qué le ha pasado pero las tres primeras veces que me he subido el peso oscilaba entre los 130 y los 140 kilos y hombre, vale que he cogido algo de peso estos días pero ¡os aseguro que no tanto! Al final ya se ha centrado y me ha dado un peso con sentido. Una barbaridad igualmente, pero algo lógico dados los excesos de estos días. Así que ahora sí, empiezo, y muy en serio (sí, ya sé que esto es el cuento de nunca acabar) mi operación bikini pero para el verano que viene. Los propósitos del nuevo "curso", ya sabéis: dieta, ejercicio... vamos, el rollo de siempre, a ver cuánto me dura esta vez...

Os doy más detalles para que os riais un rato a mi costa (os dejo, no os privéis):

1. Me he comprado un producto de estos que supuestamente ayudan a adelgazar. No me creo ni la mitad de lo que pone pero al menos este no era muy caro, a lo que sí me he negado es a pagar una barbaridad para nada. Ya que creo que su efecto es más psicológico que otra cosa, al menos que no me cueste mucho. Estuve informándome sobre las pastillitas famosas del Allí (mitad de dosis del famoso Xenical) pero según los estudios que realizaron sólo se mostraron eficaces en personas con un IMC (índice de masa corporal) igual o superior a 28 y el mío está por debajo así que nada.

2. Ya me he informado de los precios de los abonos anuales de las piscinas municipales para recuperar esa buena costumbre que tenía yo de ir a nadar dos o tres veces por semana (no puedo comprarlo hasta el 8 de septiembre pero hasta me lo he anotado en la agenda, esta vez voy en serio... ejem...)

3. Y el más divertido de todos viniendo de mí. Estoy buscando tablas de gimnasia para realizar en casa y, ahora viene lo mejor, ¡cómo empezar a correr! yo... correr... si no tengo fuelle ni para correr 20 metros... pero bueno, precisamente de eso se trata, de empezar poquito a poco, ¿no?

Vamos, que de buenos propósitos está lleno el mundo... a ver si esta vez consigo que no se queden en eso.

lunes, 3 de agosto de 2009

Probando, probando

Parece que funciona... os cuento. Estamos ya de vacaciones toda la familia en aquél pueblito perdido entre montes del que ya os he hablado alguna vez así que no estaba muy segura de conseguir conexión a internet, pero parece que sí. Un poco lento, pero conecta, así que por aquí me tendréis entre siesta y siesta (más bien entre siesta de mayores y siestazo de los peques, que se tiran dos horas fácil) Así da gusto, chicas. Fresquitos, sin aglomeraciones, a tiro piedra de la playa (una hora aprox. la más cercana) y sin perder la conexión con el mundo real (¿o era éste el mundo real?)


De momento poco más. Sólo informaros de que la operación chupete de Guille ha sido todo un éxito. Tuvo un par de pequeñas crisis de "teeeeeeeteeeeeeee, buaaaaaaa, teeeeeeeteeeeeee" pero fueron cortas y llevaderas. Una leve recaída al llegar aquí al pueblo (nos habíamos dejado un chupete por aquí y lo encontró a la velocidad del rayo), me lo encontré bajando las escaleras tan feliz con un chupete en la boca, se lo quité sin contemplaciones explicándole que él ya no llevaba tete y como diez minutos de largos lloros después cogió por fin su moto para ir a ver al primo Marcos y crisis resuelta. No se ha vuelto a acordar de él. Veremos cuando venga su prima Aitana y la vea con uno...

Bueno, como os decía, ésto era solo una prueba así que os voy dejando ya, os iré contando...

martes, 28 de julio de 2009

Operación chupete

¡Uy, qué flash back! sí, sí, debía ser por estas fechas también cuando escribía yo el post sobre mi primera "operación chupete" (casi, comprobado, fue el 4 de agosto, os dejo el link) Qué cosas, releyéndolo ahora me doy cuenta de que Sofía todavía usaba biberón cuando le quitamos el tete. Sin embargo Guille hace ya meses que lo dejó. Por lo demás, pocas diferencias. A Guille el chupete se lo acabo de quitar hace ná. Parecido. Cabreo con él (con la comida también, y eso que éste es buen comedor, y Sofía ahora también, me ha chocado leer que entonces todavía comía mal, ya ni me acordaba... cómo pasa el tiempo... estoooo, que me voy, fin del inciso) A lo que iba, que me he enfadado con él porque estaba enredando porque no quería comer, sólo quería el tete, ya me había tirado su cuchara al suelo un par de veces... Y en una de éstas en las que pierdo yo la paciencia (a cualquier hora, lo reconozco, no soy precisamente el santo Job) le he amenazado con que como volviera a tirar la cuchara al suelo se quedaba sin tete para siempre. Y con toda su mala baba reconcentrada en un cuerpo tan pequeñito, la ha tirado de nuevo. Ya sabéis que yo siempre cumplo mis amenazas (si no más vale no hacerlas) así que sin pretenderlo, me he encontrado metida de lleno en mi nueva (y última, espero) operación chupete.

Poco os puedo contar por ahora, los tengo durmiendo la siesta (aún no, les oigo hablar, pero al menos están acostados) y según empezaba a escribir este post le oía reclamar su teeeeeteeeeeee. Pero lo cierto es que no ha llorado, sólo lo pedía y como no le he hecho caso, al final se ha callado. Éso o se ha levantado y ha encontrado un tete por si solo, que todo podría ser... luego lo comprobaré, pero no creo.

En fin, que esto de quitarles el tete es un rollo, pero con dos años y pico ya iba siendo hora, ¿no os parece? De momento parece que no va a haber demasiadas dificultades, ya os iré contando... también es cierto que dormirse aún no se ha dormido... ahora, que yo, otra cosa no sé pero cabezudica soy un rato, si he dicho que este niño ya no cata tete, no lo cata, vamos...

Ay, madre, ya se ha liado... ya están los dos llorando a coro... os dejo, a ver si pongo un poco de orden en esta casa de locos...

PD: poco después de acabar este post, cuando por fin he conseguido que los peques se durmieran, que les ha costado lo suyo, me he puesto con una relectura largamente ansiada: "El principito". Hacía aaaaaaañooooooos que no lo leía, y también aaaaañoooos (pero menos) que deseaba traérmelo de Francia. Por una cosa o por otra todavía no lo había hecho. Pero su momento llegó. Hace apenas unas semanas, estaba en Lyon, callejeando un poco por la ciudad antes de volver a Zaragoza, cuando descubrí una librería que me atrajo inmediatamente. Ahí estaba mon petit prince, esperándome en su estantería. No lejos de él un cuaderno de notas con una frase célebre en su portada: "It's time to start living the life you've imagined" (Henry James) Ni que decir tiene que los dos se vinieron conmigo. Es bueno recordar de vez en cuando lo verdaderamente importante en esta vida, ¿no? al fin y al cabo... "les grandes personnes sont bien étranges", ya lo dice el principito.

Creo que se entiende fácil pero por si acaso:

"Es el momento de empezar a vivir la vida que has imaginado"

y

"las grandes personas son realmente extrañas" (véase adultos que han perdido a su niño interior, o sea, muchos, y gente importante de todo tipo)

No perdáis nunca a vuestro niño interior. Ni renunciéis a vuestros sueños. Tampoco perdáis de vista lo que es realmente importante en vuestra vida.

Ya, sí, me ha dado algo raro... el principito es lo que tiene... lo dejo ya...

lunes, 20 de julio de 2009

De rebajas y tallas


Siguiendo con mis obras personales, hoy he decidido que estoy hasta el gorro ya de esta crisis, que a la crisis la salva el consumo, y que mira, vale, me voy a sacrificar y voy a sacar de la innombrable al menos a mi querida ciudad, pobrecita... así que Visa en mano me he lanzado a la conquista de las rebajas (no, no soy precisamente de las que están el primer día a la puerta una hora antes para que no se le cuele nadie)

La experiencia ha tenido sus puntos positivos y negativos, claro. El positivo ha sido renovar un poco mi vestuario veraniego, que al pobre ya le venía haciendo falta. El negativo ha sido que me temo que con lo que me he gastado, no he levantado mucho el consumo, pero en fin, mi bolsillo también lo agradece el pobre. Pero lo curioso ha sido ver el reparto de tallas. Veo una prenda que me gusta y empiezo a mirar etiquetas: S, S, S, S, S, S, L

Otra prenda: S, S, S, S, M

Siguiente prenda apetecible: XS, S, S, S, S

Continúo: S, S, S, S, S, S, S, S


Y así hasta que queráis (y yo pensando si me habría equivocado y estaría en la sección infantil) Impepinablemente un montón de prendas de talla diminuta (porque las S además eran talla de niña, no os creáis) y según la suerte de cada una, como mucho una prenda de la XL, de la L o con un poco más de suerte un par de la M. ¿A nadie se le ha ocurrido preguntarse porque a estas alturas de temporada las que sobran por todas partes son las tallas de muñequita anoréxica? ¿Nadie se da cuenta de que las tallas que se venden son un poquito más grandes? vamos, más reales... que las mujeres de verdad tenemos curvas (unas más, otras menos) y sin nada que objetar a las delgaditas que entran sin problemas en las tallas más pequeñas (siempre que se alimenten correctamente y su delgadez sea sana), quizás sería más lógico empresarialmente dotar a las tiendas de una variedad de tallas más real, ¿no?

Vamos, es que luego que estamos en la peor crisis en la historia del capitalismo, que es el fin del sistema tal y como lo conocemos... pero ¡si es que no me extraña! miremos donde miremos (bancos, inmobiliaria, moda, da lo mismo) encontramos actuaciones fuera de toda lógica.

Así que por hoy me quedo con este texto que me acaban de reenviar, atribuido a Albert Einstein. Pensadlo:

No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. la creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias, quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia, el inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía, sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo, en vez de esto, trabajemos duro, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Albert Einstein



viernes, 17 de julio de 2009

Vuelvo


Sí, ya, vaya fechas, ya lo sé… de cara a las vacaciones casi me hubiera dado igual esperarme a septiembre, pero no quería dejaros sin noticias de mí hasta entonces.

Como ya os adelanté, mi vida andaba en obras, de hecho sigue en proceso de acondicionamiento pero digamos que las cosas están ya bastante avanzadas. No puedo daros muchos detalles por eso de la poca privacidad de un blog público pero os diré que mi vida laboral ha cambiado por completo.

Recuerdo un post a raíz de un email de Susi en el que os hablaba de que necesitaba cambios. Pues bien, siempre hay que tener cuidado con lo que desea… se puede conseguir. Con cuidado o sin él, por ahora no puedo quejarme demasiado. Parece que los cambios están siendo para bien. Sigue todo un poco en el aire pero me atrevo a aventurar que mi ansiado equilibrio está más cerca que nunca. Tampoco son buenas fechas para ésto, las vacaciones escolares, el mes de agosto, que laboralmente está más muerto que vivo… será más bien Septiembre quien marque la tónica, y para entonces espero volver a estar al 100% con vosotr@s.

No ha pasado un día sin que me recordara a mí misma que tenía pendiente esta vuelta, pero ¿sabéis? Para mí el blog requiere pasión, y a veces hay pasiones que no dejan hueco para mucho más. Algo así me ha ocurrido durante este tiempo. He estado tan absorta por mis cambios que no encontraba no sé si el tiempo, la energía, las ganas o todo a la vez, para dedicarme a mi blog. Confieso que hasta he pensado alguna vez que su tiempo había terminado, que al cerrar mi etapa laboral se cerraba también ésta. Pero no lo creo. Sigo reorganizando algunas cosas, ajustando horarios y adaptándome a una nueva forma de trabajar, pero creo que por fin ha llegado el momento de retomar esta pasión tan públicamente privada. Espero no haber tardado tanto como para que me hayáis desaparecido tod@s, nunca pensé realmente que estaría tanto tiempo ausente. En cualquier caso, ¡he vuelto!

jueves, 21 de mayo de 2009

Atrapada por un meme

Bueno, en obras o no, todos tenemos nuestros puntos débiles, y quienes los saben encontrar siempre serán capaces de hacerte reaccionar. Esta vez ha sido Eva, nuestra moscovita de adopción quien me ha enredado en una literaria tela de araña que por supuesto no podía dejarme indiferente.

Sin más preámbulos, voy con su meme:

Actualmente estoy leyendo: poquito a poco, saboreándolo como se merece, "Geografías", de Mario Benedetti, una compilación de 14 cuentos y otros tantos versos, agrupados en dúos afines. Su muerte bien merecía una escapada a la librería más cercana. Fui con mi hijo, a quien también le compré un cuento (le encantan, como a todo niño que aun no ha sido viciado por no sé exactamente qué) Lo mejor vino después. Quería ir a jugar a la plaza. Fuimos. Pero mi sorpresa fue que antes de ir a los columpios quiso sentarse en un banco a mirar su cuento. Un momentazo de los de archivar para siempre en mi personal registro histórico: los dos sentados en el banco. Él (dos años recien cumplidos) mirando su cuento entusiasmado y yo leyendo a Benedetti. Esos pequeños lujos con que te sorprende a veces el día a día. 

El libro que nunca terminaré: "La montaña del alma", de Gao Xingjian. Un libro precioso, lo reconozco, absolutamente delicioso. Pero demasiado descriptivo para mí. Se recrea de forma maravillosa en personajes, lugares y paisajes, pero precisamente éso nos hace incompatibles. No me gustan las descripciones, es uno de mis mayores defectos como escritora. No sé hacerlas pero además no me gusta leerlas, tiendo a saltármelas para pasar a la historia (creo que me estoy ruborizando por confesar semejante barbaridad pero es así) 

Un libro que me decepcionó: "La colmena", de Camilo José Cela, quizás simplemente se me atravesó. Lo leí obligada por el temario escolar, lo que también pudo influir, pero la verdad es que siempre he sido una lectora apasionada. Reconozco que obligar a leer no es un buen modo de crear afición pero yo ya la tenía más que adquirida, nunca me ha molestado que me obligaran a leer y comentar libros, es más, se me daban bastante bien los comentarios. Supongo que simplemente no era su momento. Quizás debería retomarlo. 

Un best seller que no tengo el más mínimo interés en leer: No tengo nada en contra de los best sellers. Me parecen lecturas muy entretenidas y una buena forma de despertar aficiones. Reconozco haber leído con gusto varios de ellos, sin embargo, no tengo la menor intención de leer (a pesar de tenerlo en casa) "Un mundo sin fin", de Ken Follet. Ya me leí "Los Pilares de la Tierra" y sí, me gustó, pero con uno tengo suficiente, no tengo interés en descubrir su secuela. 

Un libro que me gustaría que me regalasen: Las obras completas de Shakespeare (en inglés, claro) pero aún no me siento preparada para leerlo en su versión original. Algún día.

Un libro que me emocionó: hasta el punto de reservar el nombre de una de sus protagonistas para mi hija, "Nubosidad Variable", de mi admiradísima (y también ya fallecida) Carmen Martín Gaite. Una historia preciosa sobre la amistad entre dos mujeres que se conocen desde niñas, se separan por estas cosas que tiene la vida, y un día, por casualidad, se vuelven a juntar y retoman, por escrito, su relación, desgranando, en cartas una, en un diario la otra, sus vínculos, su pasado, su presente, y hasta su futuro quizás. Tengo notas sobre este libro en mil y uno de mis cuadernos. Lo he leído y releído hasta dejarlo hecho trizas. Creo que es el libro más estropeado que tengo. Me ha acompañado en momentos difíciles, fáciles, emocionantes, o simplemente desconcertantes. Se podría decir que es "mi libro de cabecera"

El libro que tengo pendiente de terminar: "La consolante" de Anna Gavalda (publicado aquí como "El consuelo", creo). Me lo traje el verano pasado de París (la descubrí durante mi primera estancia en Francia y siempre la he leído en francés, aunque se haya hecho muy popular en nuestro país y se puedan encontrar todos sus libros traducidos) Me han gustado todos sus libros, recomiendo especialmente "Ensemble, c'est tout" ("Juntos, nada más" en España), pero "El consuelo" se me está atravesando. No sé por qué, seguramente no lo haya cogido en el momento apropiado. A veces pasa, ¿no es cierto? un mismo libro se te atraganta en una etapa determinada y sin embargo lo retomas tiempo después y te fascina. Lo guardaremos para mejor ocasión. 

Un libro que me gustaría volver a leer: No era especialmente bueno pero me interesó muchísimo, ni siquiera recuerdo su título ni su autor (a ver si alguien me puede ayudar a reencontrarlo) Es un libro que un compañero de trabajo le había prestado a mi madre y, antes de devolverlo, me lo pasó a mí. Hace ya años. Relacionaba tipologías de mujer con diosas griegas (o romanas, no recuerdo, pero tanto da) Si un día lo encuentro lo compraré.

Un libro que recomendaría: cualquiera de Isabel Allende. Me fascina ese mundo tan mágicamente natural que la rodea. 

Un libro que me sorprendió: y me sigue sorprendiendo, y creo que siempre lo hará: "El señor de los anillos", (acompañado en la lectura por supuesto por "El Hobbit", pero también, imprescindible, por "El Silmarillion") Me sorprende, no la historia, aunque le reconozco su grandeza, sino la maestría de J.R.R. Tolkien para crear todo un mundo nuevo, toda una mitología acorde con él, y hacerlo de forma aparentemente tan sencilla. Me vienen a la mente unas palabras de Jesús López de Uribe, a quien podéis seguir entre otros, en el BlogoGlobo, dedicadas al gran Benedetti: "La sencillez de Benedetti recuerda que para que algo excelente parezca fácil de escribir... no sólo hay que tener genio sino echarle mil horas de trabajo." Bueno, pues eso mismo le pasa a Tolkien.

Y con esto termino mi meme, no sin antes invitar a unos cuantos amigos a continuarlo, si les apetece, claro. Me interesa especialmente lo que puedan aportarnos:

mi amiga Miss Sybarite
alguien muy especial para mí por muchas razones: El Charolito
la extraordinaria sensibilidad poética de Eria
alguien a quien admirar: Faria
otra extraordinaria sensibilidad artística en general: Pizarr

Y tantas otras personas a quienes no daría abasto para nombrar pero que por supuesto están invitadas a continuar con este meme. 

 

Seguidores