Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?
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jueves, 22 de agosto de 2019

Cómo sobrellevar la vuelta de vacaciones


Hace unos días, un comentario en Twitter acabó llevándome a una reflexión muy interesante. La conversación fue la siguiente:



Bromas aparte sobre la legalidad o ilegalidad de mis primeras ideas, lo cierto es que me dio que pensar. Últimamente trato de autoconvencerme de que el trabajo no es ni debe ser una forma de autorrealización (o no la única al menos) porque no siempre se puede tener el que querrías o de la forma que querrías y también hay que saber sobrellevar eso. Por supuesto lo ideal sería tener un trabajo que te apasione en el que te dé igual que sea lunes que viernes porque lo disfrutas igual y no coges el fin de semana como si fuera la última botella de agua del desierto. Pero, seamos prácticos. Ni eso es siempre así, ni es tan fácil hoy en día cambiar de puesto ni mucho menos encontrar el ideal.


Lo dicho, seamos prácticos. Partiendo de la base de que tenemos un trabajo que no nos apasiona pero en el que tampoco estamos tan mal que realmente no haya otra opción que huir de él, ¿qué hacemos para mejorar nuestra jornada laboral? O, como planteaba Raúl, ¿qué hacemos para tener más “sensación de vacaciones” en nuestro día a día?


Supongo que esto depende de cada uno pero para mí lo fundamental es encontrar algo que te permita disfrutar todos los días (o casi). Si no es el trabajo, entonces hay que asegurarse de que sea otra cosa. Para algunos será hacer actividades en familia, para otros algún hobby…
Estoy pensando en lo que me haría falta a mí pero no resulta tan fácil.


He pensado primero en dedicar un ratito al ejercicio. Precisamente estoy pensando en volver al gimnasio. Lo dejé porque con mis nuevos horarios no estaba yendo nada pero realmente lo necesito así que habrá que "hacer un poder" y darle la prioridad que merece, que al final todo se reduce a eso. El día tiene 24 horas, cómo las gastemos depende de a qué le damos más importancia.

Sin embargo, ir al gimnasio no me ayudará a sentirme de vacaciones.

Siguiente planteamiento: dedicar un ratito cada día a escribir (o documentarme). Estoy trabajando ya en la tercera parte de mi saga de pequeñas brujas y es cierto que cuando más tiempo le dedico es cuando estoy de vacaciones, sobre todo en el pueblo. Peeerooo, lo que son los hábitos: esto lo relaciono con el ratito tranquilo en la terracita con mi coca cola zero zero y mis almendritas, pistachos o lo que tocara ese día. No estoy segura de que tener que sacar sí o sí un rato aunque sea al final del día, ya cansada, para escribir, me haga sentir de vacaciones. Tengo que darle una vuelta a esto para encontrar el modo de hacer que se parezca más al ratito tranquilo del pueblo. Quizás reservarme un hueco para tomar algo en una terraza o parque (esto tiene otro inconveniente, que es que la batería de mi portátil murió hace tiempo y necesito enchufe, pero bueno, nada que no tenga arreglo, busquemos soluciones, no problemas) Prometo pensar en ello. 


Por supuesto la desconexión laboral fuera de horas de trabajo, eso es obvio (aunque no tan fácil) y sobre la desconexión en general del móvil… es cierto que estando en el pueblo, con cobertura limitadísima y fluctuante, he tenido que desconectar, pero a la fuerza. No me siento cómoda sin poder consultar a gusto mis redes sociales, mis cuentas bancarias o incluso el tiempo que va a hacer. No sé si estoy gravemente enganchada o no, pero la desconexión no me hace descansar sino más bien al revés. Sin embargo, reservar algún ratillo al día para olvidarme del móvil por completo no me parecería mala idea. Lo probaré también.


¿Qué trucos utilizarías tú para que la vuelta al trabajo no suponga tanto choque?  ¿me lo cuentas en comentarios?

miércoles, 26 de julio de 2017

Preparando las vacaciones

Este año, con tanto cambio, estoy un poco despistada con mis vacaciones. Digamos que no las necesito tanto como otras veces así que tampoco soy muy consciente de lo cerca que las tengo ya. Menos mal que las planeamos ya hace tiempo y ya teníamos todo reservado... pero no sé, me falta ese punto de ir preparando cosillas, cosas que queremos ver... aprovecharé esta entrada para contaros y así me voy centrando yo también.






Este verano toca Roma (con la fresca, sí, lo sé, estamos así de locos, también nos fuimos a Sevilla en pleno agosto). Pero además, para redondear la locura, hemos pasado de ir en avión para hacer kilómetros por la preciosa costa azul francesa y hacer una noche de ida y otra de vuelta por allí: Cannes y Marsella han sido las localidades escogidas.


Cuando empezamos a planearlo, la idea era poder llevarnos a nuestro perrito, que aún no teníamos pero pensábamos tener, con nosotros. Así que buscamos un hotel en el que admitieran mascotas (y tuvieran opciones para celiacos, pero eso en Roma es fácil) y hasta teníamos localizada una preciosa playa para perritos muy cerca de la ciudad.


Peeeeroooo, las cosas no siempre salen como uno había planeado. Nosotros pensábamos ir a la perrera o alguna asociación y adoptar un perrito, no muy mayor pero tampoco muy pequeño. Ese era el plan, hasta que llegamos al pueblo y nos encontramos con un último cachorro de una camada de 7 para quien buscaban familia. Ni que decir tiene que fue verla y llevárnosla puesta. Así que de golpe y porrazo nos encontramos con una perrita de mes y medio con la que había que empezar todo el proceso de vacunaciones y demás. El caso es que para cuando vayamos a Roma aún no tendrá todo en orden y por tanto no nos la podemos llevar. Afortunadamente los abuelos ya la han adoptado como a otra nieta más y se harán cargo de ella mientras nosotros estemos fuera pero nos da penita no poder llevárnosla...


En fin, que me voy. Roma decía. Pero Roma con niños, así que nada de días estresantes de madrugones y palizas para verlo todo. A cambio mucho callejeo, descanso y helados tantas veces como se nos antojen y disfrutar, disfrutar y disfrutar. Que si hay que volver porque nos hemos dejado cosas sin ver pues ya se volverá. Tengo que leerme bien esta web, ya os digo que no encuentro tiempo para prepararme pero de este fin de semana no pasa.


Y, como no podía ser menos, también hemos preparado nuestro propio jueguecito, al estilo de aquello que hicimos un verano en nuestra propia ciudad, ¿os acordáis? Esta vez cada uno de nosotros tiene que escoger un monumento o historia de Roma y prepararse una pequeña exposición para contarnos a los demás lo que ha averiguado. Ya os contaré. Entre tanto, se agradecerán las sugerencias y comentarios sobre Roma.



viernes, 10 de febrero de 2017

París en familia

Todos sabéis, que soy fan, pero fan, fan de póster de París. Una compañera de trabajo está preparando un próximo viaje allí con sus hijas y yo ando haciendo memoria de las veces que he estado por allí para recomendarle sitios y cosas que ver. Pero claro, no es lo mismo ir en pareja, que por trabajo, que con niños, incluso yendo con niños no tiene nada que ver si tienen una edad u otra. Nosotros, si recordáis, la primera vez que fuimos con ellos a París Guille todavía iba con chupete. Poco más de un año él y poco más de 3 su hermana. Un viaje diferente, sin duda. Lo conté en su momento aquí.



Después estuvimos en otra ocasión en Eurodisney, que para mí son cosas muy distintas... yo siempre he dicho que si se va a París, se va a París, y se va a Disney se va a Disney (aunque la mayoría del mundo lo haga junto, que ya lo sé, rarita que es una) Les gustó, claro, pero tampoco os vayáis a pensar. Les dices de volver y te dicen que sí pero a París, que en Disney ya han estado...

Y en París también, que de aquella vez no se acordaran mucho, pero de la última, con mi parisienne, ya lo creo que se acuerdan.

Así, que recopilando consejos, que era de lo que trataba esta entrada:

¿DÓNDE ALOJARSE? Si vais con niños, sobre todo si son pequeños, lo mejor es un aparthotel, donde puedes organizarte mucho mejor con ellos, pero las habitaciones familiares de los Novotel también son siempre una buena opción. A veces se pillan buenas ofertas además (aunque París es París, hotel barato, barato no esperéis encontrar, y aun pagando caro ojo que te puedes encontrar cada cosa... por eso me gustan este tipo de cadenas, en las que son todos iguales. Al menos sabes lo que te vas a encontrar)  ¿Zonas? si podéis quedaros dentro del peripherique mejor, es el París más bonito. Fuera también hay algunas zonas residenciales majas pero si no sabes muy bien dónde vas corres el riesgo de caer en algún barrio no tan majo. En cualquier caso, con que tengas una parada de metro cerca ya vas bien. Nosotros la primera vez estuvimos por Republique, la segunda nos animamos a alojarnos en la zona nueva de La Defense. En los dos sitios estuvimos bien. Recuerdo también en un viaje de negocios en el que caímos en un aparthotel por la zona de Malakoff (fuera del peripherique) que tampoco estaba nada mal. Un consejo sí os doy. Tratad de tener alguna referencia de confianza tanto de la zona como del hotel. Lo de reservar por internet está muy bien y leerse los comentarios en los distintos portales, si sabes filtrarlos bien, también, pero si podéis preguntar a alguien que ya haya estado, mejor. Otra opción simpática, si os gusta el camping (que siempre he pensado que es lo ideal para los niños), es el del Bois de Bologne, tanto si vais con tienda o caravana como si preferís alquilar un bungalow.

¿QUÉ VISITAR? hay mil cosas pero no os agobiéis. Yo siempre he dicho que París es para ir muchas veces en la vida así que tomarlo con calma y disfrutadla simplemente callejeando por ella. Con niños, de cualquier edad, yo optaría de primeras por un paseo en batobús, que de paso sirve para hacerse una idea general de los principales puntos turísticos y, según las caras que van poniendo ante unos y otros, ir pensando cuáles os merece la pena visitar o no. Si los niños ya tienen una cierta edad os recomiendo la subida a la Torre Eiffel. Mira que yo me resistía, no acababa de verle la gracia, pero ¡qué equivocada estaba! es espectacular, no sé si me gusta más de día o de noche... También subir a ver a las gárgolas de Notre Dame, yo llevaba varios viajes intentándolo y nunca podía y en este último nos tragamos la considerable fila para subir todos juntos (valió la pena). Por supuesto Notre Dame hay que verlo, a mí me tiene enamorada, pero con niños conviene hacer una visita rápida. La noria también es una visita recomendable con niños. Los interminables jardines de Versalles donde podéis pasar el día entero si queréis, los alrededores del centro Pompidou... no sé, es que hay mil cosas, y lo mejor es cuando ya has visto lo típico y empiezas a descubrir las cosas curiosas, como en este último viaje nuestro en el que descubrimos, de casualidad, un curioso parque con letras enormes formando la frase "Une pierre dans mon jardin" (no se entretevieron ni nada trepando por las letras y haciéndonos fotos cada uno en nuestra letra, menos Guille que se las hizo en la E a falta de G) o la plaza aquélla con columnas rayadas de distintos colores y tamaños.

Curiosidades que no forzosamente se ven en la típica primera visita:

La pequeña estatua de la libertad que la comunidad parisina de NY regaló a la ciudad conmemorando el centenario de la Revolución francesa. Es curioso verla...



El paseo por los canales cerca de la plaza de la Bastilla. Si tenéis suerte podréis ver algún barco y observar los juegos de compuertas para permitirle pasar de nivel. Si vais con buen tiempo, os sugiero llegar hasta la zona desde Dausmenil por la promenade plantée, una experiencia diferente y muy agradable.


¿DÓNDE COMER? Me canso de oir que comer en París es carísimo. No, no lo es, pero hay que olvidarse del típico menú español de dos platos y postre. Hay miles de brasseries donde puedes tomar un completo plato del día por un precio baratísimo, o si lo prefieres optar por los menús de entrante más plato o plato más postre (si vais varios tan sencillo como alternar y compartir los entrantes y los postres) Brasseries de estas las tienes por todo París. Para algo más rápido también es fácil encontrar pequeños puestos con bocadillos, croque monsieurs y similares pero yo no suelo utilizarlos, prefiero el plato del día.

Yo tengo solo dos sitios fijos a los que procuro ir siempre que paro por allí, para cenar unas espectaculares crêpes: 142 creperie contemporaine , cerquita de la Torre Eiffel, podéis planear comer o cenar allí si vais a verla.

Y en el barrio latino, podéis optar por alguno de los sitios donde sirven las típicas fondues o, mejor aún, las deliciosos y contundentes raclettes, o visitar otro de mis restaurantes de referencia (el de la sopa de cebolla, para quien me haya oído ya contarlo): a ver si me acuerdo del nombre o encuentro una tarjeta porque debe ser uno de los pocos sitios a los que sé llegar pero no sé ni cómo se llama... con lo poco que me oriento yo que siempre ando marcándolo todo en el google maps... nada, que no me acuerdo, pero sí tengo una foto del sitio:



 Como guía de viajes no tengo precio ¿eh? no me acuerdo de la mitad de los nombres, pero bueno, espero que este pequeño repaso os haya dado al menos alguna ideíta y, sobre todo, si teníais dudas de si valía la pena ir con niños o mejor esperar a que sean mayores, que se os hayan quitado las dudas (aunque si habéis leído mi primer viaje con ellos no sé si será para bien o para mal, jajaja)


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