Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 27 de mayo de 2011

Una visión repentina

Esta mañana he tenido una fugaz visión de futuro. No, no es que me haya vuelto vidente de repente, es algo mucho más sencillo. Simplemente es que, volviendo a casa, he visto salir del médico a una abuelita encogida con pinta de simpática que iba de la mano del que supongo que sería su nieto. Y de repente me he visto a mí misma dentro de 50 años hablando igual de amigablemente que ellos con mi nieto, un chico alto, guapo y fuerte que también me sacaría dos cabezas, como a ella. Lo de alto es por definición, con lo pequeñaja que soy yo y lo que encoje una con la edad... lo de guapo, por obviedad, si es mi nieto ¿no me va a parecer el más guapo del mundo? y lo de fuerte, vale, eso es gratis, pero como es mi visión, me la invento como quiero.


¿Y sabéis qué? que me encanta la imagen, porque al contrario que a mucha gente a mí no me asusta envejecer. Cada etapa de la vida tiene su encanto y me encantará ser abuela, y hasta bisabuela si me dejan, porque ser abuelo mola, pero la ilusión que le hizo a mi abuela que nacieran mis hijos... eso yo creo que no es comparable con nada.

Así que sí, reconozco que una de mis más ambiciosas aspiraciones en la vida es llegar a bisabuela feliz (a ser posible con el bisabuelo a mi lado, aunque éste lleva camino de convertirse en viejo cascarrabias, pero será MI viejo cascarrabias) Y eso no significa que no disfrute de mis hijos hoy, de mi vida hoy, ayer, mañana, hace 10 minutos y dentro de 20. Yo disfruto cada momento, cada circunstancia todo lo que puedo. Como he disfrutado de mi forzoso parón laboral y pienso disfrutar mi vuelta al trabajo en unos días.

Pero ya sabéis, a veces la cosa más tonta te hace divagar por insospechados parajes...

Antes de irme, echarle un vistazo a ésto, no tiene desperdicio (niños explicando qué es un abuelo)

martes, 17 de mayo de 2011

Toca votar otra vez

Lo que en mi caso se traduce en un nuevo dolor de cabeza para tratar de decidir a quién demonios le concedo yo el honor de mi voto. A veces envidio a aquéllos fans acérrimos de un partido u otro, los que siempre tienen claro a quién votar, se lo merezca o no. Bueno, vale, confieso que sólo me ocurre en campañas electorales, el resto del año me gusta más tratar de ser objetiva con todos. Que también es difícil porque mira que me caen mal todos.


Y sin embargo no puedo dejar de ejercer mi derecho, que también considero mi deber. Es algo que mi abuela me grabó a fuego en las entrañas. Desde que tuvo edad para votar no dejó de hacerlo ni una sola vez. Incluso en sus últimos años, en que ya no salía apenas de casa, para acudir a las urnas no le faltaban fuerzas. Así que yo puedo tener dolor de cabeza, puedo terminar decidiendo votar en blanco, aunque no sirva de mucho, pero lo que nunca podré, y espero inculcar lo mismo a mis hijos, es abstenerme.

Y sin embargo, reconozco que me puede la pereza en cuestiones políticas. Es un tema que me asquea tanto que ni me molesto en protestar, lo que no deja de ser más grave aún que no ir a votar. Pero es que me aburre mortalmente el mundillo político, con sus corrupciones, sus peloteos, sus amiguismos... y encima al final resulta que da igual a quién votemos en España, al final quién decide la política española es la Unión Europea, y quien decide las políticas europeas resulta que son los mercados financieros... entonces... ¿qué falla aquí?

sábado, 14 de mayo de 2011

Y tal día como hoy

Pero hace ya seis añazos, andaba yo dando mis primeros pasos como madre primeriza, todavía en el hospital, bien arropada por visitas y enfermeras, antes de que me soltaran a la vida real con un bebé. Tal día como hoy nos hacía el padre de la criatura la foto que hoy os dejo aquí:


Ha llovido mucho desde entonces, muchas cosas han cambiado, algunas para mejor, otras para peor... y muchas, ¿quién sabe? no hay un universo paralelo donde podamos comprobar si nos habría ido mejor o peor tomando una decisión distinta (y si lo hay, no sabemos cómo acceder a él) pero si hay algo de lo que estoy segura es de que tomamos la mejor decisión de nuestra vida al animarnos a tener hijos. No hay nada como verlos crecer, tratar de educarlos lo mejor posible. Nada como la sensación de haber logrado algo cuando los ves portarse bien en determinadas situaciones. Nada como escuchar sus risas.

También me vuelven loca muchas veces, para qué vamos a mentir. Me desquician cuando empiezan a pelearse por una tontería y no hay quien los haga parar, o cuando voy con ellos por la calle, uno a cada lado, y hablándome los dos a la vez, a cada cual más alto para que le oiga mejor que al otro. Me agotan cuando todo es mamá, mamá, mamá, y todo quieren que se lo haga yo aunque estemos 10 en casa. Pero hasta en esos momentos, de repente me los quedo mirando y se me ensancha el corazón y algo raro me invade, y no puedo evitar sonreir.

lunes, 9 de mayo de 2011

¡Y qué 4 años!

Que se me hace mayor pero de verdad... este fin de semana hemos estado en el pueblo y ahora sí que ya se ha soltado de verdad. Ya se vuelve a casa él sólo, se va a casa de los primos, a tirar piedras al río... ya no necesita a nadie. Ahora lo que le tengo que enseñar es que está muy bien que se vaya él sólo (pueblo pequeño, no pasa carretera por enmedio...) pero que al menos se moleste en avisar, porque la primera vez que me apareció por casa sólo se había cansado de estar en la plaza con su padre y sus primos y se vino todo contento presumiendo de que había venido él solito. Le pregunto si lo sabe papá y me dice tan pancho que no.




Y yo creía que me iba a costar más darles esa libertad pero la verdad es que no. Seguramente es porque como yo nunca tuve pueblo hasta que me casé, no he hecho las barbaridades que los de allí recuerdan haber hecho y por tanto no tengo tanta consciencia de los verdaderos peligros de dejar a las criaturas sueltas por ahí (no con cuatro años, vale, pero todo se andará) De momento riesgo de pérdida no tiene (ya he dicho, pueblo pequeño, y cuando digo pequeño, ES pequeño), coches pasan pocos y despacio y eso sí que lo tienen grabado a fuego, vamos. Es oir un motor y se pegan a la pared y miran a ver por dónde viene. Así que por ahora estoy más contenta que unas pascuas con ese de que mi pequeñín sea tan independiente. Cuando les llegue la hora de las excursiones en bici y sepas que por más que les digas, sí, claro que van a ir por la carretera y a será otra cosa. Y cuando les toque la de las fiestas y beber, o, peor aún, ir a las fiestas de otros pueblos... entonces ya no sé qué será de mí. Pero de momento aún me quedan unos añitos buenos, los disfrutaré mientras me duren.

martes, 3 de mayo de 2011

Tal día como hoy

hace cuatro añitos de nada (o de mucho) estaba yo a estas horas tumbada en una cama de hospital tratando de recordar lo las respiraciones y los empujones y metiéndole prisa mentalmente a Guille para que llegara a nacer antes de cambiarnos de día, primero y fundamental, porque yo soy de acostarme pronto, oiga, y si ya me da una infinita pereza la idea de pegarme toda la noche de fiesta, no os digo nada la de pegármela de parto. Y segundo, pero no menos importante, porque el día 3 de mayo, de hace la tira de años, se habían casado mis abuelos y a mi abuela le hacía ilusión que el niño naciera el día de su aniversario de boda (a Sofía ya se le había pasado, aunque sólo por un día el aniversario de mis padres) y si a mi abuela le hacía ilusión, a mí también. Así que andaba yo recordando eso que decía siempre ella de "el 3 de mayo, la cruz de mayo" y en eso pensaba yo mientras veía pasar los minutos. Os parecerá una tontería pero cuando me dijeron que había nacido a las 23:45 del 3 de mayo me llevé un alegrón.

Como el que me he llevado hace un momento cuando mi chico, en una de esas salidas geniales que sólo puede tener un niño, me ha explicado que la nueva pasta de dientes que les he comprado sí que pica, pero que a él ya no le pica porque "¡tengo cuatro años!" Esto con una carita para comérselo. Como para comérsela era la tarta que le encargamos para la celebración de ayer, con la familia. Os pongo foto:


No me digáis que no es ideal... pues veréis la que tengo encargada para Sofía. (Si a alguien de Zaragoza le interesa que me pida el nombre de quien las hace, no hay catálogo, esto es personalizado del todo)

domingo, 1 de mayo de 2011

Madres, madrastras y madres sustitutas

No creáis, me resistía yo a escribir sobre el día de la madre. A mí es que estos días así tan de calendario en general me despiertan poco interés, más allá de la ilusión que ponen mis hijos en hacerme sus regalitos.

Pero entre que ando falta de inspiración últimamente y que se por distintas circunstancias he pensado bastante en las últimas semanas en la figura de la madre, pues mira, que bueno, que vale, que hablaremos de ello.

¿Por qué he pensado en madres? pues primero de todo porque la de una buena amiga está pasando un momento muy delicado y eso siempre te da qué pensar. Y sí, todos sabemos que es ley de vida que un día u otro perdamos a nuestros progenitores, pero pese a todo yo creo que nunca podremos estar preparados para ver peligrar su vida.

Por otro lado, aunque es algo que todos sabemos, me he dado cuenta más aún de lo importante que es la figura materna en la vida de cualquiera, sobre todo en los primeros años de vida, claro.


Y digo esto porque en el último programa de "hijos de papá" me quedé totalmente espantada al escuchar la conversación telefónica del pobre Christian con su madre. Mucha lágrima de cocodrilo, mucho mi amor, mucho "a partir de ahora mi prioridad vas a ser tú" y cuando Luján le comenta que van a hacer una celebración con los padres y le gustaría que acudiera es que ni se lo piensa la tía: uy, no, es que estas fechas... es que es complicado... vamos, que al final la que fue a la celebración, la abuela, la que siempre se ha ocupado del pobre chaval. Y aprovecho además para rectificar mi comentario sobre él en un post reciente. Porque si bien es cierto que según llegó daba penica verlo, hay que reconocerle dos cosas; una que ha aprovechado bien el programa y, según he leído en una entrevista suya en la web de cuatro, le ha impactado la experiencia; y la otra que bastante bien ha salido el pobre con la madre que tiene.

Lo que me lleva a pensar en lo de las madres sustitutas, porque a este chico le ha faltado desde siempre el cariño de su madre pero al menos ha tenido a su abuela que ha ejercido como tal. Y de abuelas yo también sé algo. A mí nunca me ha faltado el cariño de mi madre, afortunadamente, pero además he tenido una segunda mamá durante muchos años, porque para mí mi abuela ya sabéis que lo era. Y fijaos qué tonterías. El otro día viendo imágenes de la boda de estos chicos ingleses llamé a mi madre para comentar las típicas cosas, que si el vestido, que si los sombreros, que si la hermana, espectacular y chocante con su vestido blanco... pero a lo que me iba a la cama, de repente pensé en mi abuela, en que me hubiera gustado ver la boda con ella, sentadas mano a mano poniéndonos las botas comentando esto y aquello. Y eso que la ví con mi hija, que ya apunta maneras (coincidimos en que la mejor fue la hermana)

Y lo de las madrastras ya... si os digo la verdad lo he puesto un poco de relleno en el título, no tengo muchas experiencias yo con madrastras, pero lo cierto es que es un fenómeno cada vez más en boga, con tanto divorcio, nuevas parejas, parejas homosexuales y modelos varios de familia, lo de la madrastra ya es como el pan nuestro de cada día, ¿no? Y mira que tiene que ser difícil ejercer como tal, ¿eh? sobre todo según qué edad tengan las criaturas y cómo sea la verdadera madre, lo fácil o difícil que le de por ponértelo. En cualquier caso, espero no llegar a descubrirlo.

Y a todo esto, mi día de la madre estupendo. Por la mañana hemos pasado por casa de mi suegra a por los peques, que habían dormido allí. Luego a comer con mis padres y por la tarde, a patinar con mis niños (a la vejez viruelas, estoy más deportista yo ahora que cuando era cría, lo que tampoco es mucho decir, por cierto, pero aún con todo...)

¿Y vosotras?

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