Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

martes, 31 de diciembre de 2013

Feliz 2014

Bueno, pues ya estamos de nuevo en ese día tan tonto en que parece que tenemos que hacer repaso del año que se va y sanos propósitos para el que llega. En realidad daría igual hacerlo un día que otro pero como nunca está de más que nos lo recuerden, pues aprovecharemos hoy para la instrospección anual.

2013. Puedo decir sin dudarlo que ha sido un buen año para mí. Hemos pasado grandes momentos en familia, me ha traído un cambio laboral importante (y favorable), he conocido nuevas personas muy interesantes y ha venido sóla esa obligada limpieza de amistades o simples conocidos que se da cuando dejas una etapa y comienzas otra. Sin dolor, esa transición natural en que algunos se caen y otros se quedan, quizás ya para siempre.

De los 5 propósitos que marqué en mi agenda para 2013 he cumplido nada menos que 4 (EL PROPÓSITO por excelencia de todos los años se me sigue resistiendo) Alguno de ellos me parece ahora incluso una tontería, ¿tan enorme se me hacía a mí esto que ahora me sale con facilidad?, otro era francamente difícil pero a veces las cosas se entrelazan sólas y si no has perdido nunca de vista tus objetivos estás preparado para aprovechar las circunstancias a favor. Veremos qué nos depara 2014.



Para este próximo año más que propósitos o deseos nos hemos propuesto, en familia, retos. Cada uno el suyo, lógicamente. Comentados e impuestos entre todos. También debemos ayudarnos entre nosotros a conseguirlos, por supuesto. Y como buenos retos, van acompañados de su particular plan de acción para conseguirlos. El mío es un reto deportivo y tengo claro qué debo hacer para conseguirlo. ¡A por ello pues!

Además tengo un deseo. Lo colgué el otro día en el arbolito de los deseos de la Plaza del Pilar, aunque lo puse en clave. No es que sea un gran secreto pero en fín, tampoco es para ponerlo a la vista de todo el mundo en tan céntrico y concurrido lugar. Por el mismo motivo tampoco lo pondré aquí. Pero sí os diré que no pienso dejar que se quede en mero deseo. En este caso no está tan claro qué hacer para conseguirlo. No depende enteramente de mí pero siempre será más fácil que ocurra si trabajo por ello que si me quedo sentada esperando que algo o alguien me conceda el deseo. ¿Habéis visto la peli de Tiana? ella, a diferencia de su amiga, no cree en eso de pedirle un deseo a una estrella. Tiene un gran deseo, sí, pero sabe perfectamente que nadie se lo va a regalar, que va a tener que currárselo, y mucho, para lograrlo. Y eso es exactamente lo que hace.

Así que para este año necesitaré un poco de fuerza de voluntad, unos cuantos buenos amigos, de los que te ayudan a desarrollarte, y un buen montón de:


Lo mismo os deseo. Que sigamos encontrándonos por aquí y podamos compartir nuestros éxitos durante el próximo año, ¡y muchos más!

martes, 24 de diciembre de 2013

¡Felices fiestas! (o qué hacer con unos niños alterados en Navidad)



No hay como las navidades con niños, eso es innegable. Tengo un par de generadores eléctricos en casa que no paran, sobre todo Guille. Cynthia me pedía por facebook ideas para hacer con ellos en Navidad. ¡Eso quisiera saber yo también! Pero bueno, os contaré un poco lo que estamos haciendo y vamos a hacer nosotros.

1. El infalible en esta casa: cocinar. Los tenía tan alborotados este mañana que los he puesto manos a la masa a hacer unas galletas navideñas, con lo que les gusta a ellos el pringue y amasar... la receta la hemos sacado de aquí.



2. Ya metidos en faena, nos hemos puesto a adelantar trabajo con el postre de mañana. Un tronco de navidad que hemos encontrado aquí.

3. Otro imprescindible con esta tropa de manitas vocacionales (más zaborreros que manitas en realidad pero donde hay buena voluntad se perdona la torpeza genética): las manualidades. Basta con recurrir a San Google bendito para obtener un montón de ideas pero ya que estamos poniendo links, aquí os dejo algunos:

http://manualidadesnavidad.org/

http://www.manualidadesnavidad.es/

http://www.hogarutil.com/decoracion/manualidades/manualidades-navidenas.html

http://lasmanualidades.imujer.com/tag/manualidades-de-navidad

http://lluviadeideasyrecursos.blogspot.com.es/2011/12/manualidades-para-navidad.html

Bueno, con esto ya tenéis para entreteneros hasta las navidades que viene si queréis...

3. Patinar sobre hielo. Si dejamos aparte la maravillosa pista de hielo de Jaca, los de Zaragoza sólo podemos disfrutar de este lujo para estas fechas, eso sí, ahora podemos escoger entre la céntrica y recogidita pista de la plaza del Pilar o la más grande y al aire libre de Puerto Venecia. Para mi desgracia, a maridín, con todo lo que gusta el patinaje, lo del hielo no le mola nada así que hay casi que sobornarle para conseguir ir a patinar todos juntos. Otro gallo nos cantaría si a él le gustara.



4. La ruta de los belenes. Cada uno en su ciudad pero seguro que para estas fechas tenéis un montón de belenes de todo tipo montados. Otra idea para pasar una tarde aburrida (mejor si no hace mucho frío claro) es investigar un poco sobre cuáles son más interesantes para ver y hasta si hay alguno un poco especial por algún motivo y llevarles a verlos. Para que se fijen bien, nada como proponerles como juego ir encontrando en cada uno de ellos los personajes que les vayáis indicando.

5. Teatros, ballets y otras actuaciones. Además del típico cine, claro. Seguro que tenéis un montón de representaciones previstas para estos días, a distintos precios y hasta gratuitas. Aprovechadlas.

6. Recogida de juguetes: en casa ya sabéis que ha adquirido ya el rango de tradición. Antes de que venga Papá Noel cargadito de regalos (no mucho, por favor, todo en exceso es malo), revisión de juguetes. Los que ya no se usen y estén en buen estado, a donarlos. En todas las ciudades hay organizaciones que recogen ropa, libros, juguetes... hacemos sitio, ayudamos a que otros niños sean un poquito más felices estas navidades y enseñamos a nuestros hijos el valor de la solidaridad y que no todo el mundo tiene tanta suerte como ellos.

7. Nosotros que tenemos cerca el Pirineo, un día haremos también una escapada a ver la nieve, que por Zaragoza eso de ver nieve tiene más de milagro, no sé si navideño o normal, que de realidad. La intención es hacer un muñeco de nieve pero eso ya no puedo prometerlo. Lo que sí prometo es poner foto si lo conseguimos.

8. Este año tenemos la gran suerte de disfrutar de una gran noria a los pies del Ebro así que otro plan que no nos va a faltar estas fiestas es subir en ella por la noche para disfrutar de las vistas de nuestra ciudad iluminada (aunque este año la iluminación navideña brilla más por su ausencia que por su presencia... no protestaré mucho por ello, estamos en crisis, pues no deja de ser un gasto innecesario, pero queda tan bonito...)

9. Para la parte religiosa de la familia, que va en aumento, esta misma tarde tienen prevista una particular misa del gallo. Se celebra en el cole pero por la tarde y adaptada a los niños. No olvidemos el verdadero sentido de la navidad, al menos para los católicos. Para mí no dejan de ser unas fiestas más, aunque creyentes o no, lo que no se puede negar es que Jesús fue un gran profeta y dejó grandes enseñanzas así que no está de más celebrar su nacimiento.

10. Aprovechar para hablar mucho en familia. De lo que significa la navidad, de nosotros mismos, de cómo ha sido este año, de cómo queremos que sea el siguiente, de cosas que podemos mejorar, de lo que deseamos, de lo que esperamos... aprovechemos el espíritu navideño para algo más que para inflarnos a comer y gastar dinero como si lo regalaran.

Con esta parrafada y con mis mejores deseos para estos días y sobre todo para el año que se avecina, os dejo por ahora. Volveré antes de fin de año, seguro. Este blog no sería el mío sin una lista de propósitos de año nuevo que rara vez cumplo (aunque los del año pasado no me fueron tan mal) Y sin una carta a los Reyes Magos que no sé si publicaré o no.

De momento a Papá Noel le pido un poco más de paciencia y un par de toneladas de fuerza de voluntad para seguir la dieta que debería.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Y la melancolía

Días grises y/o lluviosos, hormonas rebotadas, dudas e incertidumbres hacen a lamamma persona quejicosa. 

Ay, sí, llevo un par de días más tontos. A eso de las 5 de la tarde -la británica hora del té, ¿tendrá algo que ver?- me empiezo a poner tristona y melancólica. Será porque empieza a bajar la luz y a mí la falta de sol me afecta mucho. Será porque no llama quien debería llamar ni se concreta lo que se debería concretar. Será porque se acerca la navidad, aunque ésta más bien suele ponerme alegre. Será porque llevo muchos días sin tiempo para escaparme al gimnasio o la piscina, sin patinar, sin montar en bici. Es curioso, siempre me ha gustado el invierno y sin embargo este año me está costando. Claro, que a mí el que me gusta es ese invierno de días fríos pero soleados, barridos con ganas por este cierzo nuestro que a tantos molesta y a mí me da vida. La lluvia no me molesta demasiado, incluso hay días en que me divierte pasear bajo ella sin paraguas ni nada, sentirla sobre mi rostro. Pero ay, la niebla... el primer día la encuentro bellamente tenebrosa, inquietante, misteriosa. Excita mi imaginación literaria y me hace sobrecogerme ante escenas como esta del Pilar iluminado surgiendo entre las brumas del Ebro.



Pero más pronto que tarde la falta de luz solar se instala en mi alma y me sorprende un estado de ánimo tan poco propio de mí como es la melancolía. Pese a todo, ya me conocéis, siempre tozudamente positiva, he decidido esta misma tarde, mientras me pelaba de frío en un ambiente más húmedo de lo habitual en esta ciudad de secano, que la melancolía no es un sentimiento tan malo al fin y al cabo y que debería aprender a disfrutar de él en los raros momentos en que me embarga. 

Pocos minutos más tarde, de vuelta a la calidez de mi hogar, con un par de tostaditas recien hechas y un tazón de cola cao calentito, todo rastro de tristeza había desaparecido. ¡No me ha dado tiempo de aprender a disfrutarla! tal vez deba esperar a ver si mañana a la hora del té vuelve la morriña y estoy más atenta. 


domingo, 8 de diciembre de 2013

Una de miedos

Estaba viendo con Guille dibujos animados y el capítulo iba de que uno de los personajes tenía miedo de un montón de cosas que el otro personaje le iba demostrando, una a una, que no tenían nada de amenazador. Y me ha dado por pensar en esto del miedo, sentimiento innato y profundo donde los haya. Mira que en esta sociedad tan avanzada nuestra hemos suprimido o enterrado bajo toneladas de supuesto sentido común y otras mandangas tantos y tantos instintos naturales que nos habían acompañado desde la más tierna prehistoria. Pero al miedo, como al amor (¿o instinto de reproducción?) no hay quien lo hunda. Afortunadamente, porque el miedo es absolutamente necesario. ¿Qué sería de nosotros si no lo sintiéramos nunca? ¿recordáis a Juan Sin Miedo? ¡qué tontería de cuento, ¿no?! ¿cómo puede alguien no tener miedo de nada? eso no es natural, sería como no sentir dolor con nada. Raro, ¡y peligroso! los zancochos que puede llegar a realizarse alguien a quien nada le duele. Igual ocurre con el miedo, esa reacción innata que se encarga de alertarnos de los peligros externos que nos pueden amenazar. ¿O no? Es todo tan subjetivo...

Siempre generalizando, que de todo hay, los que tenemos la suerte de vivir en países civilizados y además en ciudades tranquilas no tenemos demasiadas ocasiones de pasar auténtico miedo. Sin embargo pienso a veces en aquellos que sufren guerras, secuestros, pienso también ahora en las mujeres maltratadas por sus maridos, o en sus diferentes versiones, también hay hijos maltratados y maltratadores, violencia familiar en general, que por cercana es casi más terrible porque ¿qué hay peor que dormir con tu enemigo? Y según escribo, me da por pensar, ¿de qué te sirve entonces el miedo? ¿te da opción de protegerte? quizás, no lo sé, pero ¿no debería servir ese miedo para huir del maltratador? y sin embargo, qué pocas veces se hace... guardemos esta reflexión en caliente para luego.

Volviendo pues a la vida privilegiada (sí, lo es, con crisis y todo) que la mayoría de nosotros disfrutamos, ¿qué cosas nos dan miedo? que les pase algo a nuestros hijos, que nos atraquen (miedos relativos para quienes vivimos en ciudades tranquilas), los cambios, ése es un clásico, los deportes de riesgo, las pelis de terror... Si os fijáis los últimos son momentos que buscamos (los cambios no siempre pero en mi caso ya sabéis que tampoco es que los evite precisamente). ¿Necesitamos sentir miedo de vez en cuando? ¿y por qué dejamos que nos paralice en otras ocasiones? ¿Qué reacción nos provocaría en caso de auténtico peligro, ante un atracador por ejemplo? ¿Qué sentiría el domador de circo cuando le atacó la tigresa? ¡qué difícil es el miedo! se supone que nos tiene que librar del peligro pero jugamos con él, lo buscamos, o peor aún, cuando no lo hemos buscado nos paraliza en vez de ayudarnos. ¿Sabemos gestionar nuestros miedos a nuestro favor?

Fascinante emoción. Yo me quedo con una frase magistral que de paso me sirve como particular homenaje a esa inmensa personalidad que no puedo creer que nos haya dejado (de hecho no, Nelson Mandela no morirá nunca, hace ya tiempo que se ganó la inmortalidad. Sólo el envoltorio, su cuerpo gastado, ha muerto)





sábado, 23 de noviembre de 2013

Y hablando de niños...

Ya es oficial: a mis 39 añazos no estoy segura de quién es más crío, si mi hijo de 6 o yo. Porque vamos, que al niño se le ocurra la idea de bombero es hasta normal, pero que yo que no sólo le siga sino que se me hubiera ocurrido a la vez la misma chiquillada, es que es de nota, vamos. Vale, vale, os lo cuento:

Empecemos por el previo: ayer viernes compramos Guille y yo el tradicional calendario de adviento. Llegando ya a casa, Guille que lo estaba mirando y Sofía que quería llevarlo ella. Empezaron a discutir, Sofía empezó a lloriquear, yo que cuando me lloriquean por chorradas pierdo los nervios porque es algo que me supera... vamos, que os podéis imaginar que la escenita acabó más o menos como la batalla de San Quintín (todo muy acorde con el espíritu del adviento como veis) y con el calendario en cuestión subido a lo más alto de la más alta estantería para que ninguno de los dos le pusiera las manos encima.

Como después de la tormenta siempre viene la calma, los malos genios se calmaron y todo volvió a la normalidad pero hasta hoy no se ha atrevido Guille a pedirme de nuevo el calendario, que, dicho sea de paso, estaba tan alto que yo tampoco llegaba a cogerlo.

En estas que veo el monopatín del niño justo delante de la estantería en cuestión (correremos un tupido velo sobre el porqué había un monopatín, el de nuestro particular "joyas sobre ruedas", sí, en mitad del salón, no vamos a enfadarnos de nuevo). Y yo pensando, a mis 39 supuestamente maduros años: ¿y si me subo en el monopatín llegaré? Y a la vez Guille que me propone "súbete en el monopatín, mamá, que yo te lo sujeto"

¿Alguien duda de mi respuesta? y lo inestable que es un bicho de esos en un suelo de parquet y con ruedas nuevas...


No, no me he caído no. Y eso que para rematar la faena llevaba unas zapatillas de andar por casa de estas abiertas, abiertas, que ya se sabe que es lo mejor para subir a un bicho de estos por lo bien que sujetan el pie (ejem) Os contaré que el monopatín, con una de mis zapatillas, ha acabado en la otra punta del salón y Guille con cara de susto. Misteriosamente yo he vuelto a mi posición inicial, de pie frente a la estantería, e ilesa, preguntándome estupefacta cómo habría conseguido no matarme. En estas ya hemos pensado que casi mejor cogíamos un taburete, aunque desde luego ha sido mucho más aburrido.

Me gusta cuando me reencuentro con mi niña interior. ¿Y a vosotr@s? venga, confesad, ¿qué habríais hecho en mi lugar?

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Día internacional del niño

Escribo este post después de ver, con más de un escalofrío, los últimos detalles de la muerte de la pequeña Asunta. El enfoque original de esta entrada era totalmente diferente. Pensaba hablar de cómo quizás en un país desarrollado (por ahora, porque al paso que vamos, marcha atrás y sin frenos quién sabe a dónde llegaremos, pero seamos justos, hoy por hoy, lo somos) podría chocar la necesidad de remarcar algunos de estos derechos. Pero sí, luego ves un caso tan inexplicable como el de Asunta y te das cuenta de que no, ni aquí ni en ningún otro país del mundo está de más recordar una y mil veces los derechos humanos en general y los de los niños muy en particular. Muy en particular porque mal que bien los adultos somos razonablemente autónomos y responsables de nuestros actos (o deberíamos) pero un niño es un ser inocente y dependiente de sus padres (o de algún adulto responsable de ellos en su caso). Y es responsabilidad nuestra no solo darles el amor que necesitan sino también garantizar su seguridad, lo que incluye que puedan vivir y jugar felices, sin necesidad de preocuparse por algo tan básico como su propia supervivencia, cosa que en muchos países hoy en día, en pleno siglo XXI, el siglo de la globalización y blablabla, muchos niños no pueden disfrutar.


Esta entrada va pues por esos niños obligados a trabajar para comer, a empuñar un arma para luchar contra sus semejantes o a jugar entre escombros. Me vienen a la mente muchas imágenes de grandes fotógrafos que han retratado estas y otras situaciones igual de espantosas pero me siento incapaz de escoger una. Tod@s teneís esas fotos en mente, como yo misma, no hace falta recordarlas. Me limitaré a hacer hincapié en una famosa fotografía que precisamente comentamos este lunes en la sesión de speaknic de la red zaragoza activa:


¿Os parece esa la mirada de una niña de 12 o 13 años? porque ésos son los años que tenía Sharbat Gula, durante muchos años conocida simplemente como "the afghan girl", cuando le tomaron esta foto. Mi hija tiene solo 8 años y desde luego no es esa su mirada, pero francamente, tampoco me la imagino con ese gesto tan profundamente serio de aquí a 4 o 5 años. No es esa la imagen que un niño debería tener. Se escapa al propósito de esta entrada pero si queréis podéis encontrar por la red la fotografía de Sharbat Gula con 30 años, cuando por fin fue reencontrada por el fotógrafo del National Geographic que la retrató en su niñez. Comprobadlo si os apetece, tampoco aparenta los 30...

Por terminar con una mirada más positiva, recupero otra de esas imágenes de niñ@s que todos (de mi generación al menos) guardamos en algún rinconcito de nuestra memoria. ¿Recordáis esas maravillosas campañas multicolores de Oliviero Toscani para Benetton? Luego viró hacia otro tipo de publicidad más dura y reinvidicativa pero hoy me quedo con ésta, que para mí, es la viva imagen de lo que debería transmitir un niño:


Las edades tampoco coinciden pero aún así, ¡qué diferencia en la expresión de esta niña comparada con la refugiada afghana... 

Por un mundo lleno de risas cantarinas y sonrisas infantiles; en sus bocas y en sus miradas. Luchemos todos por ello. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Momento pánico

Hacía tiempo que no me pasaba pero el viernes me ocurrió de nuevo. ¿Sabéis ese momento en que te giras y un espejo inoportuno te devuelve una imagen que ni siquiera reconoces? ese: "¿Quéeeeeeeeee? ¿pero de verdad esa soy yo?" y eso que iba arregladita pero no sé, no sé, sería el espejo, o la luz, o yo qué sé, pero esa tía tan fea que vi en el espejo no puedo ser yo.



De todas formas, qué mal me está sentando a mí este simulacro de otoño que tenemos. Estoy hecha una pupas (no os aburriré con el listado de mis pequeños males, ninguno es tan importante como para perder más tiempo con él) Y qué cierto es que no puede una verse bien por fuera cuando no está bien por dentro, ¿verdad?

En fin, será cuestión de empezar la puesta a punto cuanto antes, que en menos que canta un gallo nos pilla la navidad con su sobredosis de fiestas, regalos, amor y fraternidad y todas esas cosas que nos dejan agotad@s año tras año. El pistoletazo de salida ha sido dado ya con la acumulación de catálogos de juguetes y la consiguiente hiperactividad infantil, bolígrafo en mano, marcando con cruces, círculos y hasta con las pegatinas adjuntas en el propio catálogo. Mi hija es moderada pidiendo pero al enano acabé sugiriéndole que en vez de carta a los Reyes hiciera un paquete y metiera directamente el catálogo entero, que acabaría antes... ¡qué afición! de esta página todo, de esta página todo... menos mal que tienen claro que una cosa es lo que ellos pidan y otra lo que sus Majestades y/o el gordito de rojo les traigan finalmente.

Yo ya sé lo que me voy a pedir este año. Una tonelada de fuerza de voluntad, no la he visto en ningún catálogo pero son magos, ¿no? pues alguna solución encontrarán...

miércoles, 30 de octubre de 2013

El "elevator pitch" y la verborrea nacional

Leía yo el otro día en la Elle de noviembre la columna de María Dueñas sobre el discurso del ascensor y la afición española a (cito textualmente): "las conversaciones interminables, irnos por los cerros de Úbeda y a la más temeraria improvisación" Según ella "nos cuesta un esfuerzo inmenso proporcionar informacion sintetizada y bien estructurada" Precisamente por eso es útil el elevator pitch. Para quien no esté muy al tanto del anglicismo de turno (que mira que se nos imponen los anglosajones, como si no tuviéramos vocabulario propio y una millonada de seres humanos hablando nuestra lengua, en fin...), el elevator pitch viene de la idea de que si te encontraras en un ascensor a alguien interesante para promocionarte a tí o a tu idea sólo tendrías un par de minutos para contársela y convencerle. Así que no vale el irnos por las ramas, la información debe ser clara, concisa, concreta e impactante. Desconozco si será cierto o no que a los españoles nos cuesta elaborar un mini discurso con estas características, pero no cabe duda de que tenerlo previamente preparado y ensayado puede constituir una ventaja importante si queremos evitar que el posible inversor (o contratador) acabe como el de la viñeta:


Y pensaba yo en lo que me cuesta a mí prepararme y ensayar las cosas, sobre todo en comparación con mi hija. Somos polos opuestos en ese sentido. Ella repasa y repasa y repite y repite y ensaya y ensaya. Yo por más que quiera ponerme a prepararme un pequeño discurso, es que no puedo... siempre acabo improvisando. Por suerte para mí, no me cuesta esfuerzo sintetizar (será la costumbre) ni remarcar los puntos más importantes y tengo cierta facilidad para adaptarme a los tiempos impuestos (dentro de un orden, que tampoco tengo una varita mágica) pero sí que envidio esa capacidad de trabajo de mi hija, para un examen, para una presentación en el cole. No se queda satisfecha hasta que no lo ha repetido varias veces y está totalmente segura de saber exactamente lo que tiene que decir y cómo. Creo que tenemos mucho que aprender la una de la otra. No me cabe la más mínima duda de que yo debería prepararme al menos mínimamente mis presentaciones en vez de confiar siempre en la improvisación, que nunca está exenta de jugarte una mala pasada, y a ella seguro que le vendría bien un poco menos de rigidez. Las cosas no siempre salen como esperas y ser capaz de reaccionar a ellas en el momento, sin un plan al que ceñirte, a veces es determinante. 

Esto es como ser de Nesquik o de Cola cao me temo... ¿de qué tipo sois vosotr@s? ¿improvisadores nat@s o planificadores compulsiv@s?

lunes, 28 de octubre de 2013

Nuestra particular versión de "Joyas sobre ruedas"


No sé si conocéis el programa de Discovery Max, a nosotros nos gusta mucho verlo un ratito después de cenar y antes de mandar a los niños a la cama. Si no lo conocéis os lo resumo: el vendedor de coches Mike Brewer se ocupa de comprar coches clásicos o con algo especial y el mecánico Edd China los arregla, tanto estética como mecánicamente, dejándolos perfectos para su venta obteniendo un beneficio. 

Eso por un lado. Por otro, mi hijo Guille llevaba ya tiempo con una idea rondándole la mente: el monopatín. Sin embargo, últimamente se le había ocurrido que más que comprarlo, le apetecía hacérselo él. Casi nada, él lo veía muy fácil, claro, "cogemos una tabla..." en fin, bueno, ya sabéis. A mi marido se le ocurrió sugerirle comprarlo por piezas y montarlo juntos. Le encantó la idea.

Peeeeeeerooo, tantos días viendo Joyas sobre Ruedas al final va dejando su poso y un día encontramos en un cash converters un monopatín por 1,50 €. Estaba claro el resultado de esta secuencia de hechos, ¿no? pues ahí va el reportaje gráfico:



Así, lo compramos. Como veis, la lija totalmente estropeada, las ruedas gastadas y muy normalitas y la trasera, bueno, pues como se ve... Os lanzo una serie de fotos de Guille que no necesitan mucha información (aclarar que él básicamente posaba para la foto, el trabajo lo realizó casi todo su padre, aunque es cierto que trabajaron juntos y que a raticos Guille se lo curró también):

quitamos y cambiamos las ruedas por otras nuevas y mejores

















lijamos bien la superficie
cortamos la nueva lija con ayuda de papá


tras pintarlo de blanco, aplicamos el vinilo escogido

et voilá:




viernes, 18 de octubre de 2013

Listening...

No hago más que oir que deberíamos acostumbrarnos/acostumbrar a nuestros hijos a escuchar películas y series en versión original, y probablemente sea cierto pero ¿los vuestros se dejan? porque yo si consigo tenerlos 5 minutos escuchando la serie de turno en inglés ya hemos hecho mucho... y en realidad tampoco estoy tan segura de que sea tan, tan útil. Mi hermano se tragó todos los episodios de las tortugas ninja en alemán en la RTL y no sólo no tiene ni idea del idioma sino que ni siquiera quiere saber nada de aprenderlo.

Desde luego si tienes ya cierto nivel viene muy bien hacer oído (teniendo en cuenta que la tele es bastante más difícil de entender que una conversación cara a cara) pero ¿si no te enteras de nada? ¿hace algo realmente? hombre, como sistema para que vean menos tele no me parece malo, pero la verdad, para aprender idiomas... tengo mis serias dudas. 



Y luego sí, te cuentan que los países nórdicos sí tienen esa costumbre de mantener las versiones originales y resulta que es donde mejor inglés hablan en Europa (iba a decir aparte de los propios ingleses pero no sé, he escuchado hablar a alguno que no sé dónde habrá aprendido su propio idioma, ya lo decía el profesor Higgins en My fair lady: Why can't the English teach their children how to speak? , ¡qué gran musical!) así que mal no irá, supongo, pero tampoco me parece que sea la solución mágica para aprender todos idiomas. Si no se acompaña de una buena enseñanza de gramática y hasta de fonética nos tendrá que echar la bronca también el profesor Higgins (en español, por favor, esa manía de hacer las clases íntegramente en el idioma tampoco me gusta nada, una gran parte sí, sino no aprendemos más que la teoría y luego no sabemos hablar ni nos enteramos cuando nos hablan, pero la parte de gramática, por favor, en español, es importante que la entendamos bien)

Otra cosa que detesto son las traducciones simultáneas. ¿No os pasa a veces que la parte que nos dejan oir resulta que se entiende bastante bien y sin embargo la traducción no nos deja seguirla? ¡vivan los subtítulos!

Tema complejo este del aprendizaje de idiomas, ¿qué opináis? 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Algunos profes ponen los pelos de punta

Ya sabéis que esto del twitter es de lo más alcahuete. Entre tweets y retweets, y que cualquiera puede seguirte sin el más mínimo control por tu parte, acaba uno enterándose de cantidad de cosas sin pretenderlo. De esta forma tan tonta llegó ayer mismo a mi móvil el siguiente mensaje de una chica, llamada Diana, dirigido a David Lozano; escritor de novelas juveniles (muy bueno, por cierto): 

"Por favor, @DavidlozanoG, explícale a mi profesor de Lengua que la Literatura Juvenil no es para incultos subnormales"

Ya me conocéis, lo primero que pensé fue: "dime dónde puedo encontrar a ese lumbreras que ya se lo explico yo" 

Que un profesor de lengua opine semejante barbaridad me parece grave pero que encima se lo transmita a sus alumnos, ya no os cuento lo que me parece, más que nada por no llenar de palabrotas este blog, en general tan educadito él. 

Desconozco el contexto en el que el susodicho "profesor" pudo hacer semejante comentario así que no tomaré esto como algo personal contra él, entre otras cosas porque tampoco le conozco. Pero sí me parece un tema interesante sobre el que cavilar.


¿Por qué puede alguien pensar que la literatura juvenil es para incultos subnormales? ¿debería sentirme aludida? porque a mí me gusta... vale que es un tipo de lectura más bien ligero, fácil de seguir... hasta aquí bien, ya sé que hay a quien le gustan los ladrillos literarios pero en general, hasta donde yo llego al menos, el principal atractivo de un libro es que te entretenga, que se transporte a otros mundos, a otras vidas. ¿Le daríais a leer a un niño a Thomas Mann? ¿para qué? ¿para que odie leer de por vida? 

Los gustos literarios deben ir creciendo y adaptándose según la edad y la persona. Habrá quien vaya evolucionando en sus lecturas hasta llegar a las grandes obras maestras universales y quien se quede en los best sellers que periódicamente nos inundan. ¿Y qué? una opción no es mejor que otra. Si te gusta leer, te gusta leer, y tienes una vida interior más rica que los demás (a la fuerza, y esto no es una opinión, es un hecho, lo siento por quien discrepe). 

La literatura juvenil no tiene menor calidad que la adulta (de hecho es bastante difícil escribir para un público joven) He leído obras juveniles que le daban cien vueltas a muchos best sellers (no citaré títulos) y cuentos infantiles que ya hubieran querido poder escribir muchos autores de renombre. 

En cualquier caso, leer es fantástico: para el desarrollo del niño, del adolescente y del adulto, para aprender a escribir sin faltas ortográficas o gramaticales, a expresarnos correctamente y, ah, sí, para no quedar como unos tarugos en los famosos informes de la OCDE y similares.

Que un profesor hable en esos términos a sus alumnos de la literatura juvenil, que por lógica es la que a ellos les va a gustar leer, me parece un atentado contra su educación. Primero porque, insisto, la literatura juvenil por sí misma no es ni mejor ni peor que otros géneros, es amplísima y en ella caben obras maravillosas y auténticos bodrios, como en todas las demás. Pero si no sólo no fomentamos en nuestros hijos/alumnos/sobrinos/nietos, lo que sea, el gusto por la lectura, sino que además lo dificultamos con memeces como esta, ¿qué futuro nos espera? el sistema educativo ya hemos visto que hoy por hoy deja bastante que desear, ya hablamos en la última entrada de que se sigue ninguneando la educación artística y emocional. Se sigue primando la puramente lógica o científica, pero a la vez se deja a la investigación en España sin recursos... ¿qué hacemos pues? 

Volviendo a la formación integral de la persona... por favor, por favor, por favor... no digo que os empeñéis en que vuestros hijos lean si no les gusta, hay cosas que no pueden venir impuestas. Pero si les gusta leer cuentos que a vosotros os parecen tontos; tebeos, sean europeos, americanos o japoneses; novelas juveniles o hasta claramente infantiles... ¡dejarles que las lean! que el gusto por la lectura es libre y va evolucionando si se le deja. También al revés, si un niño quiere atreverse con un libro que no le corresponde por edad, dejad al menos que lo hojee. Si de verdad no es para él, pronto lo dejará, pero quizás le haya picado la curiosidad y lo retome más adelante. Y si resulta que sí es para él, dejad que lo disfrute. La magia de la lectura se da en todo tipo de géneros y sería cruel impedirle a alguien vivirla y disfrutarla como yo misma lo hago. 

En serio, ayer mismo, esperando en el dentista, me puse a ojear el libro que había sacado Guille de la biblioteca del cole y me pareció genial. Es el primer libro para niños de Camila Läckberg, la famosa escritora de novela negra y se llama "Super Charlie" Podéis llamarme infantil o hasta "inculta subnormal", si gustáis, pero el cuento es bueno y yo me lo pasé pipa leyéndolo. Espero que Guille también lo disfrute...



martes, 8 de octubre de 2013

¿Formación integral? ¿en serio?

Hace poco descubrí vía facebook un vídeo realmente interesante. Os dejo unos minutos para verlo:


¿Bailamos? por dm_523e02e4c6a97

(por si no os sale, éste es el enlace: http://www.dailymotion.com/video/x14zoq1_bailamos_shortfilms)

He visto comentarios sobre el vídeo en términos de escoger una carrera con futuro, pero yo creo que la escena es mucho más interesante que la elección de unos estudios u otros, al fin y al cabo eso se hace ya con cierta edad, no en la infancia. Para mí, lo interesante de esta pequeña historia es más bien el cómo concebimos la educación de nuestros hijos. ¿En serio estudiar inglés es lo más importante para un niño? que no digo que no sea importante, ojo, pero ¿no nos hemos vuelto un poco locos con los idiomas? yo estudié inglés desde pequeñita en el cole y empecé con el francés a los 18 años. A día de hoy, y sobre todo gracias a mi profesión, me manejo con soltura en los dos pero sinceramente, me siento mucho más cómoda en francés. Sí, en el que empecé con 18 años, no me he equivocado.

Pero no quería yo hablar de los idiomas en específico. Lo que me preocupa tras ver a este padre es que realmente él cree que está haciendo lo mejor para su hija pidiéndole que estudie esas cosas y se deje de tonterías como bailar. ¿En serio? no lo creo, y no lo creo incluso aunque cometiéramos el grave error de hacer caso omiso a la obviedad de que un niño es un niño y necesita jugar y divertirse (y además tiene derecho a ello, de hecho es uno de sus derechos fundamentales, ahí lo tenéis, en el número 7)










(os he puesto esta versión actualizada, que me ha parecido muy curiosa, otro tema interesante, la relación de los niños con las nuevas tecnologías, lo dejaremos para otra entrada)

Decía pues que incluso aunque cometamos el error de olvidar este derecho porque nos hayamos obcecado en el derecho número 5, el de la educación, seguiríamos equivocándonos al dejar de lado cualquier tipo de educación artística o creativa para nuestr@ hij@.

Después de muchos años, nos dimos cuenta por fin de la importancia de la inteligencia emocional, del desarrollo equilibrado de nuestros hemisferios derecho e izquierdo. Pero ¿qué pasa? ¿se ha quedado sólo en la teoría? los niños tienen muchas horas lectivas en el cole, en las que se les enseñan las materias que necesitan aprender, en función de su edad (y del sistema educativo de cada país, que esa es otra guerra) ¿No deberíamos utilizar las horas extraescolares para desarrollar otros aspectos de su educación?. Es mi opinión, por supuesto, pero yo prefiero para mis hijos que en esas horas jueguen, hagan deporte o desarrollen actividades artísticas (música, manualidades, pintura, danza, hay mil opciones) antes que ahondar en contenidos puramente académicos (partimos de que mis hijos están en los primeros ciclos de primaria y van asimilando bien los contenidos que les enseñan, otra cosa sería que empezaran a tener problemas para seguir el ritmo de clase y hubiera que reforzarles en ese sentido)

¿Y por qué? pues porque para mí no hay desarrollo integral sin una atención a ese hemisferio derecho que parece que sigue siendo el patito feo de nuestro cerebro. Todavía no he conocido a un buen profesional que no haya desarrollado la parte intuitiva de su mente, me resisto un poco a usar el término por sobreutilizado pero sí, su inteligencia emocional. Se puede ser un hacha en pensamiento lógico y tratamiento de datos, pero si no sabemos relacionarnos con los demás, si no hemos prestado atención a nuestro lado artístico y sensorial, ¿cómo podríamos alcanzar nuestro grado más alto de desarrollo? No podemos. Os invito a leer un pequeño artículo de Borja Vilaseca, que lo explica mucho mejor que yo. Aquí: http://elpais.com/elpais/2013/02/15/eps/1360927595_598327.html

Os dejo reflexionar sobre todo ello. Pero después, contadme: ¿qué tipo de educación queréis para vuestros hijos?

viernes, 4 de octubre de 2013

Las apariencias...

engañan, sí, ¡y cómo! van dos días ya en esta semana que selecciono para tomarme un cafe sendos bares a los que les había echado el ojo por apetecibles. Bien decorados, luminosos... pues los dos igual, el servicio un desastre y el café malo.

Con los bares pasa como con las personas. El aspecto es lo primero que vemos, y es importante, claro que sí. ¿Cuántas veces no le hemos dado ni una sola oportunidad a algo/alguien por que nos ha echado atrás su aspecto? Ese bar oscuro y poco apetecible que sin embargo tiene el mejor cafe del barrio (o no, pero a veces pasa), ese tío tan feo y que viste tan raro pero que resulta que es el mejor especialista en su campo...



Con las personas es cierto que las cosas han cambiado bastante desde la generalización de la gran red de redes. Nos hemos acostumbrado a conocer a la gente sin verla en persona. A veces, después de un tiempo "hablando" con ellos por chats, foros, linkedin o similares llegamos a conocernos en persona (estoy pensando todo el rato en relaciones profesionales o establecidas por intereses similares, pero también vale para relaciones amorosas, o sin amor, que tampoco hace falta...) Y cuando nos conocemos en persona llegan las sorpresas. Te encuentras con que has establecido una relación excelente con alguien a quien nunca te habrías acercado en otras circunstancias. Por motivos muy diversos, a veces es simplemente la química que nos juega una mala pasada.

¿No os pasa a veces que alguien os "repele" sin motivo aparente? partimos de que mantiene una correcta higiene corporal, va correctamente vestido, no es ni guapo ni feo ni todo lo contrario... y sin embargo... ¡agh! lo normal afortunadamente es que las químicas entre nosotros sean más bien neutras. Pero también esa la contraria, esa que te hace sentirte irremediamente atraída hacia aquél otro que tampoco es ni guapo ni feo ni todo lo contrario ni huele especialmente bien, ni va especialmente arreglado pero que... hmmmmm...

También funciona con mujeres, por cierto, no tiene porque haber algo explícitamente sexual en ella, recuerdo que la primera vez que ví a la que hoy sigue siendo una de mis mejores amigas sentí ese rechazo instantáneo hacia ella... por suerte el tiempo se ocupa de poner en su lugar a esa caprichosa química.

Y no suele tardar mucho, la verdad. ¿Cuánto tiempo tardas en darte cuenta de que ese chico que tanto te atraía en realidad no te gusta tanto? ¿o que nunca podrías ser amiga de esa chica en la que enseguida te has fijado? pues el mismo que tardas en darte cuenta de que el bar tan bonito en el que llevas días queriendo entrar no vale un pimiento.


martes, 1 de octubre de 2013

Las bicicletas son para todo el año

¿O no? hombre, en pleno invierno con el frío y tal igual no apetecen mucho pero mira que era yo reacia a ellas y este último año, con eso de que el pequeño ya tiene bici "grande", (sin ruedines, claro)  y ya la controla estupendamente, nos hemos animado a hacer alguna pequeña excursión en familia y la verdad es que las he disfrutado mucho. Hasta me he animado a ir alguna vez a trabajar con ella (distancias razonables y con carril bici, si no ni loca). Según a donde vayas, el coche es una pesadilla (y mira que a mí me gusta conducir, y hasta me relaja, pero pagar parking ya no me mola tanto), el tranvía va siempre a tope y ya me ha tocado alguna vez que otra algún problemilla de retrasos. La bici me lleva por dónde yo le digo, a la hora que yo le digo y sin aglomeraciones, y encima hago ejercicio.

Y el otro día, casi por casualidad descubrí una ruta espectacular por la costa oeste francesa: La velodyssée. Hay etapas y etapas, pero si en el buscador seleccionais las familiares veréis que hay todo un gran tramo precioso que se puede hacer en etapas facilitas de unos 20 kilómetros como mucho. A mí me ha dejado flechada, la verdad. No me voy a comprometer a nada, y menos por escrito y aquí en público, pero que conste que me ronda la cabeza... Os dejo con una foto preciosa de la etapa de La Rochelle tomada de la web: http://www.lavelodyssee.com/


¿Me vais a decir que no os apetece?

martes, 24 de septiembre de 2013

Comparaciones

Esta noche, de nuevo volvía a casa por el Puente del Pilar y no he podido evitar pararme de nuevo a contemplar la imagen de nuestra flamante noria (ya nos hemos subido claro). Así está ahora.


Al hacer la foto he pensado en la que os puse hace poco más de una semana y en la comparación entre una y otra. En el fondo me gustaba más la imagen en construcción porque siempre me han atraído los inicios, llenos de promesas e ilusiones. Una vez que está ya todo hecho, y más en caso de construcciones temporales, no puedo evitar pensar que ya no toca crecer ni desarrollar sino ir madurando y, finalmente, morir. Sea una noria, un reto, un sueño, lo que sea. Y no es que la etapa de la maduración sea mala, no, pero es como en el enamoramiento. Una pareja de amor asentado tiene algo muy especial, sin duda, pero claro, no tiene comparación con las mariposillas en el estómago del principio.

Y esto me lleva a la idea original de esta entrada. Las comparaciones. ¿Odiosas?, ¿necesarias? no estoy segura, quizás sean simplemente injustas, e incompletas. No puedo evitar pensar en esa manía que tenemos las madres (y padres, y abuelas, y abuelos, y vecin@s, y hasta el último desconocido que pasa por la calle) de comparar niños. Que si el mío ya habla, pues el mío ya camina, el de al lado resulta que ya no lleva pañal... y sí, todos sabemos que cada niñ@ tiene su ritmo pero aún así los comparamos. Y nos comparamos a nosotr@s mism@s, con famos@s, con compañer@s o amig@s.

Todos tenemos de vez en cuando un día un poco rarito en el que nos parece que todo el mundo es más trabajador, más organizado, más alto, más guapo, más deportista, más listo, más... yo qué me sé. Pero, ¿lo son? ¿todo a la vez? seguro que cada persona que nos topemos es mejor que nosotros en algo, y no está mal compararnos, si es que nos sirve para mejorar ese aspecto, pero sin agobiarnos tampoco. No sabemos nunca qué hay detrás de esa excelente profesional a quien tanto admiramos, ¿quizás una vida personal complicada? se me ocurre, ni mucho menos quiero decir que todo buen profesional tenga problemas personales, faltaría más... ¿y detrás de la aparentemente perfecta ama de casa que mantiene su casa como los chorros del oro? no voy a entrar en psicologías baratas, entre otras cosas porque a) no soy psicóloga y b) es meterse en camisas de once varas y no estoy por la labor.

A lo que iba yo es a que comparar no es malo por sí mismo, pero tendemos a complicarlo todo. Igual que un niño que ha dejado el pañal a los 2 años no es mejor que el que lo deja a los 3 y que seguramente en otros aspectos de su desarrollo la comparativa sería totalmente distinta, no deberíamos machacarnos tanto en las comparaciones con los demás, son siempre, y a la fuerza, incompletas. Para empezar porque todos mostramos al exterior lo que nos interesa pero los trapos sucios se lavan en casa. Así que ni la vecina de al lado es tan perfecta ni nosotras tan desastres y si nos fijamos sólo en lo que nos va mal nos estaremos perdiendo un montón de momentos felices. También cada un@ de nosotr@s tenemos algo que alguien más puede estar envidiando en este mismo momento (mala cosa la envidia, por cierto) Vamos a disfrutarlo mientras tratamos de mejorar lo demás, pero sin estresarnos, por favor... poquito a poco, un paso tras otro, ¿os acordáis de lo que hablábamos de los inicios? la vida es un inicio constante si no cesamos de evolucionar. Deberíamos vivir con ilusión esos cambios mientras disfrutamos de la serenidad de nuestras situaciones más asentadas y estables. Equilibrio, siempre equilibrio...


jueves, 12 de septiembre de 2013

Como una niña con la nueva noria

¿Sabéis estas veces en que una simple imagen es detonante de toda una serie de ideas? También es verdad que venía yo de una conferencia sobre el éxito personal y empresarial un tanto diferente; así entre espiritual y filosófica sin perder el toque financiero. Demasiado espiritual para mí, lo reconozco, pero mala pragmática sería si no prestara atención a ciertas cosas, que por otra parte, al final en su mayoría no dejan de ser sentido común puro y duro, sólo que no siempre le hacemos caso.

Bueno, a lo que iba, que volvía yo caminando por el puente de piedra (también tenemos el puente de hierro y el parque grande, somos muy prácticos en Zaragoza poniendo nombres) y me he quedado embobada mirando esta imagen (no miréis el Pilar, no me séais guiris, mirad más a la derecha)


y, pese a que iba con prisa (primera reflexión: ¿por qué demonios vamos siempre corriendo y no podemos detenernos a contemplar lo que nos apetece y a cambio le hacemos una foto? ¿como premio de consolación?) he decidido olvidarme por unos segundos del reloj y aún me he detenido de nuevo en el otro extremo del puente para contemplar esta otra:


Ya, para los de fuera es más llamativo el Pilar, lo sé, pero a mí particularmente la torre del agua me chifla y tengo ciertos lazos sentimentales con la expo que hacen que me guste más mirar en esa dirección. Ya perdonareis que la calidad de la imagen no sea nada del otro mundo (ni de este) pero las he hecho con el móvil y un móvil, nos pongamos como nos pongamos, no es una cámara de fotos.

Reflexiones pues sobre la expo, la torre del agua, la pasarela del voluntariado... pero, sobre todo, sobre la noria en montaje (para las fiestas del Pilar). ¿Y por qué sobre la noria? pues porque la que suscribe en el fondo nunca ha dejado de ser una niña y me ponen una noria delante y me emociono. Además, oye, en Zaragoza vamos a tener una noria como la de Londres o la de París (por unos días, me temo, ya me gustaría a mí que la dejaran fija, me sacaba el bono anual sin dudarlo) y eso nos da cierto glamour, ¿no? bueno, igual a vosotr@s os parece una tontería, pero yo estoy convencida de una ciudad con noria panorámica es mucho más elegante.

Y a partir de ahí ya, mis ideas han tomado rumbo propio. He empezado pensando esa tontería de: "ya te vale, hija, con 39 añazos que tienes y emocionada como una cría por una simple noria" y plas, bofetada mental. "¿Pero qué tonterías son esas? ¿Qué tendrá que ver la edad con las emociones?" o tu trabajo, o la imagen que a veces nos empeñamos en dar. Porque pensaba yo en esas veces en que parece que tenemos que parecer súper profesionales y súper seri@s y no paramos de medir nuestras palabras y nuestros actos para que no se nos escape ni una pizca de espontaneidad. Pero nadie debería pretender ser alguien que no es ¿no os parece? Estamos de acuerdo en que hay momentos y momentos y situaciones y situaciones y que no sería lógico ni educado comportarnos igual con los amigotes en un bar un sábado noche que en una entrevista de trabajo, por poner un ejemplo.Vale, pero eso es educación, es seleccionar la parte de nosotros que queremos dejar salir en cada momento.Pero no tiene porque ser fingir ser otro.

Seguro que, como yo, os habréis encontrado más de una vez con el típico listillo que va por ahí con una seguridad pasmosa soltando las más alegres barbaridades con el mayor de los aplomos. A veces te engañan, sobre todo cuando tú mism@ no conoces muy bien el tema de que te hablan, pero por lo general el engaño dura poco. A veces no, a veces consiguen su objetivo y engañan a quien más les conviene pero rara vez podrán engañar a todo el mundo, y desde luego, nunca podrán engañarse a sí mismos. Puede ser útil a corto plazo en todo caso (y agotador, supongo) pero no sé si vale la pena. Yo tengo la teoría de que las personas que realmente valen la pena no se dejarían engañar por esa ficción, o al menos no por mucho tiempo. Así que, ¿para hacerlo?. Yo hace tiempo ya que decidí mostrarme como soy. Si no soy lo que mi interlocutor busca mejor que los dos nos demos cuenta lo antes posible.

Cada día estoy más convencida de que para ser feliz en esta vida (¿y qué es el éxito más que ser feliz?) no queda más remedio que ser honesto, con uno mismo y con los demás. Soy consciente de quizás en estos tiempos que corren pretender ser honesto puede ser hasta políticamente incorrecto pero yo al menos me cansé hace mucho de vivir según lo que quieren los demás. Al principio cuesta un poco, estamos demasiado acostumbrados a buscar la aprobación ajena, a hacer lo que se espera de nosotros. Pero una vez que le coges el ritmo es fácil. Y, oh sorpresa, acabas rodeada de la gente que de verdad importa y, oh sorpresa, las personas tóxicas y negativas van desapareciendo poco a poco. Y, oh, más sorpresa aún, las cosas te van saliendo bien. La suerte es un concepto ambiguo y comúnmente malinterpretado. No somos víctimas inocentes del azar. Cada uno somos responsables y coautores de nuestra vida, no víctimas de ella y debemos aceptar nuestra responsabilidad sobre ella y sobre nuestro entorno. Eso nos permitirá ser capaces de reconocer y aprovechar las oportunidades que se nos presentan.

He pensado más cosas (qué rápido fluyen las ideas a veces, desde las fotos hasta casa no habrán pasado más de 10 o 15 mn.), he pensado en algo que hemos hablado también en la charla. Sobre el miedo. Como pagamos por pasar miedo en el cine o en la montaña rusa más espectacular pero el miedo a decidir a veces nos bloquea.

Y todo por parar por unos segundos la vuelta a casa casi a la carrera y detenerme a contemplar los trabajos de montaje de una noria panorámica. Luego he llegado a casa y la primera frase de maridín me ha sacado de mi estado medio zen y me ha puesto de un humor de perros, pero esa ya es otra historia...

Contadme lo que se os ocurra, no me dejéis sola en mis desvarios... ¿qué os da por pensar a vosotr@s cuando se os "suelta" la mente?

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cruce de agendas

Me estaba dando yo cuenta ayer de que mi agenda es un auténtico show. Como apunto tanto mis compromisos profesionales como las actividades de los niños (mi vida social ya sabeis que ocupa poco espacio, la pobre, cualquier día de estos le pongo remedio, lo prometo), sólo en esta semana han convivido en perfecta armonía reuniones laborales, fiestas de las monsters, natación y patinaje artístico. Hasta he quedado con algún amigo y todo. Madre mía, ¡qué vuelta de vacaciones! y este fin de semana celebraremos medio en paralelo nuestro aniversario de bodas (11 años ya) y el cumpleaños de mi madre.



Me gusta mezclar, lo reconozco. No soy de esas personas que necesitan un horario estricto y aún así les cuesta separar trabajo y vida privada. A mí me chifla, meterlo todo en una coctelera y alternar actividades personales, familiares, laborales y privadísimas. Cambio el chip en cuestión de minutos y no puedo evitar encontrar cierta gratificación en hacer cuatro cosas a la vez, o cinco si a mantener un ojo y un oído fijos en el móvil se le puede considerar cosa.

Sí, lo sé, hay quien piensa que así no hay quien se concentre en nada, pero en realidad, pensarlo. ¿Cuánto tiempo de trabajo seguido estáis de verdad concentrados y rindiendo al máximo? nunca me ha gustado la jornada continua, ocho horas seguidas de trabajo, por mucho que hagas alguna pequeña pausa, me resulta totalmente ineficiente. Ya sí, soy la única rara que defiende la jornada partida, o casi, pero es que de verdad que no rindo yo con esos horarios. Afortunadamente, ahora tengo un horario mucho más flexible y estoy feliz. Soy consciente de que hay ciertos trabajos que requieren un horario específico; horarios comerciales, trabajos a turnos... pero por suerte el trabajo que realizo ahora mismo da igual si lo hago a las 8 de la mañana o a las 10 de la noche, una vez con los niños acostados y la casa en paz. Me permite aprovechar mucho mejor mis propios ciclos naturales (hay horas a las que no rendimos nos pongamos como nos pongamos y otras en los que el trabajo nos cunde el triple, seguro que estáis de acuerdo conmigo)

Siempre he defendido los horarios flexibles, favorecen la conciliación familiar y laboral (para mujeres y para hombres, que parece que cuando se habla de conciliación sólo nos afecte a nosotras y que yo sepa los hombres también tienen familia y vida privada) Pero qué difícil es hacerlo entender en ciertas empresas... nunca he entendido por qué. Es una pena que haya tanta mente cerrada dirigiendo el país.

Uy, que se me va el tema del blog... ¿veis lo que os decía de mezclar? si es que no lo puedo evitar... pues hala, ahora que ya he dedicado un ratito a mi vida privada, me vuelvo a la laboral... caaaaaaaaambiooooo de chiiiiiiip.

lunes, 2 de septiembre de 2013

He vuelto

Bueno, bueno, este año, por circunstancias, he tenido súper vacaciones escolares (o sea, que me fui al paro a final de mayo y he tenido junio, julio y agosto para recargar pilas y muchas cosas más) Por suerte suertísima, ya a final de julio me confirmaron un nuevo trabajo para empezar a principios de septiembre (hoy mismo, de hecho) y con esa tranquilidad en el cuerpo he disfrutado de mis vacaciones y de las de mis hijos, que no siempre se puede..

No hemos hecho nada en especial. Una escapadita a los pirineos en tienda de campaña, que tenían muchas ganas los peques, alguna escapadita a la playa, y mucho pueblo, con sus ventajas y sus inconvenientes. Yo ya sabéis que soy más de ciudad que el Corte Inglés, así que muchos días en el pueblo me estresan. Sí, lo sé, lo suyo es que relaje, que desintoxique... sí, ya, pero a mí después de una semana me empieza a entrar el agobio. Y este año he estado más de una semana, mucho más...



Peeeeeeeerooo, tanto tiempo libre y tanta sobredosis de aire puro ha tenido sus efectos positivos también. He tenido tiempo para estudiar un poco de alemán, y de paso descubrir que sí, que lo tenía olvidado, pero no tanto como pensaba... es curioso el cerebro humano, cómo lo guarda todo por ahí, lo difícil es dar con la clave para recuperarlo pero está todo, todito, todo...  he tenido tiempo también de leer, por supuesto, y oh, sí, por fín he tenido tiempo de escribir a gusto (que los chicos sean mayores y campen a sus anchas por el pueblo ayuda, sin duda) Por fin he dejado casi finiquitada una novela que empecé a escribir la anterior vez que me quedé en paro (hará pues casi tres años) y que por causa de este último trabajo mío tenía totalmente abandonada, y también he aprovechado para escribir relatos varios, para mí, para amigos, para concursos...

Definitivamente, ha sido un verano estupendo y he vuelto con las pilas recargadísimas y más que lista para emprender mi nueva etapa laboral, que promete estar llena de retos y complicaciones, como a mí me gustan. Y por supuesto, para retomar este blog, que siempre vuelve a mi vida, como las cosas realmente importantes.

Pero basta ya de hablar de mí (¡qué ego tenemos los aspirantes a escritores!) Contadme, ¿qué tal vuestro veranito?

miércoles, 31 de julio de 2013

Vacaciones

Sí, ya habéis visto que en estos días no he actualizado. Estoy que voy y vengo del pueblo y allí no tengo conexión adecuada para continuar con el blog así que durante unos días más estaré un poco desaparecida de la blogosfera. Pero volveré, todavía no sé cuándo ni con qué frecuencia porque para septiembre empiezo nueva etapa laboral y como siempre, los inicios requieren ciertos ajustes. De momento, cargaremos pilas para la vuelta.


viernes, 19 de julio de 2013

El dulce veneno de la escritura

"Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, sin consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela, su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio"
Carlos Ruiz Zafón. El juego del ángel.



¡Y qué cierto es! No pretendo ser escritora, o bueno sí, sí que lo pretendo pero no estoy segura de serlo. En todo caso estoy segura de no tener un gran talento aunque oye, por ahí se ve de todo publicado, y no todo bueno... Sin embargo, efectivamente una vez alguien me pagó unas monedas por mis letras y sí, lo reconozco, desde entonces mi alma está vendida. Es un dulce veneno sí, pero veneno al fin y al cabo, y es un veneno que te recorre las venas sin cesar. En ciertos momentos con mayor intensidad que en otros, cada instante de nuestras vidas es distinto lógicamente. Y precisamente ahora, lo reconozco, el veneno me corroe. No sé si algún día este esquivo sueño será capaz de pagar mis gastos o eso ya es soñar demasiado, pero creo que ya nunca seré capaz de dejar de intentarlo. 

miércoles, 17 de julio de 2013

Look de boda

No suelo poner por aquí fotos mías, en general prefiero estar al otro lado de la cámara, pero de vez en cuando el ego se me revoluciona y, aunque no termino de verme (nunca termino de verme bien en las fotos) hoy voy a hacer una excepción y os voy a mostrar lo guapísima que me puse para la boda de nuestros amigos Fernando y Bea (estaba más guapo maridín, pero no sé si me dejará subir foto suya también)



Recogido de mi peluquera de cabecera: Lola Diloy. El maquillaje, ya sabéis, de mi último descubrimiento: Mary Kay (tanto tiempo probando bases varias y ahí estaba la ideal...): como prebase el maravilloso matizador de brillos (conocido para algunas como "el Fairy", para las que tenemos la piel tirando a grasa un auténtico milagro), una base fluida mate para pieles mixtas a grasas (en este caso la beige 6), sombras de ojos en tonos claros (sweet cream, rose mist y espresso), máscara de pestañas lash love en negro, un toque de colorete cherry blossom y para los labios un gloss red passion sobre un pintalabios pink melon. Para terminar, un par de flush flush del spray fijador de maquillaje Mary Kay by Skindinävia y ¡lista para brillar con el marido más guapo de la boda, con permiso del novio.



Tanto el top como la falda los compré hace tiempo en el Corte Inglés, igual que el echarpe. El bolso también lo tenía, no recuerdo de dónde, y las sandalias, con mega tacón y plataforma (y aún así ya véis por dónde le llego al chiquillo) son de Bibi Lou.


Y dejo ya el ego tranquilo, el próximo post será más en mi estilo, creo... aunque la verdad, ya no sé cuál es el estilo de este blog. Está claro que ya no es tan de mami como cuando nació pero ¿de qué es ahora? supongo que simplemente mío, con mis contradicciones, mis rarezas, y en fin, mis cosas... 

¿cómo os gustaría que fuera el nuevo mamá a bordo?

sábado, 13 de julio de 2013

Finde sin niños

Vaya, quién me lo iba a decir a mí. Mis hijos llevan un par de semanas en el pueblo tan a gusto mientras nosotros nos cocemos en nuestros jugos en la ciudad. La norma es que entre semana los dejamos asilvestrarse a gusto con su abuela y el fin de semana pasamos por allí a vernos los unos a los otros y darnos nuestra ración de besitos y achuchones. La excepción a la norma es este fin de semana. Tenemos boda en Zaragoza así que no hay visita al pueblo. Y joooo, sí que me apetece por una vez salir tranquilamente con maridín, sin tener que preocuparme de si vamos con niños, si los dejamos con alguien, si habrá que ir a recogerlos pronto al día siguiente... peeeeeeeroooo, también me ha dado morriña...



ays, que me apetece achucharlos, oye... bueno, vosotr@s me entendéis, ¿verdad?



jueves, 11 de julio de 2013

¿e-book o papel?

Creo que ya tod@s sabéis, o intuis por lo menos mi respuesta a esta pregunta. No es que esté en contra el e-book ni mucho menos. Me parece un instrumento muy útil para determinadas circunstancias y al fin y al cabo, leer es leer, da igual el formato. Pero a mí particularmente, donde se ponga un libro de papel, con su olor característico, su crujidito de hojas, sobre todo cuando son ediciones bien cuidadas, o especialmente bien ilustradas... ¿cómo va a competir con eso un aparatejo electrónico? y l@s que me conocéis sabéis ya que no tengo nada en contra de la electrónica ni mucho menos. No es que sea la primera en comprar el último juguetito en el mercado pero sí que suelo acabar con algún capricho que otro. De hecho acabaré teniendo un e-book también. Pero será cuando vuelva a viajar con cierta frecuencia. Me parece un invento maravilloso para quien lee mucho en el transporte, incomparable para viajes largos en los que deberías hacer acopio de varias lecturas para que te duren (sobre todo si es uno lector voraz, como yo) Porque además, ¿qué haces? ¿te llevas libros gordos? pesan demasiado (y como viajes con según qué compañía aún te puede costar un ojo de la cara por sobrepeso) ¿ediciones ligeras de bolsillo de libros no demasiado gordos? necesitas seleccionar varios para no quedarte sin lectura a la primera de cambio... El e-book te soluciona el problema de un plumazo. Y sí, acabaré cayendo en el capricho, desde luego... pero todavía no. De momento donde más leo es en casa (con la honorable excepción de las versiones de prueba que me descargo en el móvil cuando dudo si debería comprar el libro o no) y para eso que no me quiten mis versiones en papel. De hecho, si un libro de los que he leído en el móvil (buena pantalla, se lee estupendamente y me viene bien para el metro por ejemplo) me gusta no me lo descargo allí, me lo compro en papel, por ahora al menos...





(en la foto mis preciadas ediciones del Señor de los Anillos (abierto) y El Hobbit, ilustradas por Alan Lee, vamos hombre, que no hay color con una pantallita electrónica)

Y leía yo hace poco un interesante artículo sobre niños y libros electrónicos que venía a confirmar lo que yo ya sospechaba. Por muy tecnológicas que sean estas criaturas nuestras, que manejan nuestros smartphones como si se hubieran criado con uno en el bolsillo del pañal, a la hora de leer o que les lean, prefieren sin dudarlo el libro tradicional. Y es que volvemos a lo mismo, un libro infantil se caracteriza en gran medida por sus ilustraciones y a los niños les gusta verlas, pasar páginas, acariciar portadas... 

Para mí que no se sueña igual en papel que en pantalla, ¿no creéis? 

martes, 9 de julio de 2013

Esos momentos de cambio

Sí, lo sé, a mucha gente le gusta la tranquilidad, tener su vida bien organizada y estable... y a mí también, no digo que no, así, en general... pero unas turbulencias de vez en cuando, lo reconozco, me dan vidilla.



Que no está el horno para bollos, cierto, que hoy en día un trabajo estable es un tesoro, también. Pero y lo que me gustan a mí estos primeros momentos de cambio, en el que exploras varias posibilidades y todo sigue abierto... luego se va complicando la cosa, claro. Proyectos que se quedan por el camino, pequeños fracasos... pero no pienso adelantar acontecimientos. Me dedicaré a disfrutar de ese dulce momento en que se te abre todo un mundo ante tí y todo parece posible. Ya me conocéis, yo no se quedarme quieta... pero os iréis enterando de mis proyectos poco a poco, por ahora es algo prematuro.

Entre tanto, me dedico a cuidarme lo mejor posible (he descubierto los cosméticos de Mary Kay, qué lujazo), a hacer algo de deporte, a cultivar mis aficiones... y sí, desde luego a buscar trabajo como una loca (¿alguien necesita una buena export manager?), no me puedo permitir yo mucho tiempo de paro, pero tiempo habrá de agobiarse por eso más adelante. Por ahora estoy yo muy zen reequilibrando mi nueva vida.

No puedo evitarlo, me gustan los cambios, los retos y que me pongan las cosas difíciles. Me crezco y me siento mejor que nunca. Me cuido más, me visto mejor, me maquillo con más cuidado, me subo a los tacones más altos... ¿seré rara? ¿o simplemente positiva?  yo que pienso que todo cambio es una oportunidad de oro y que sólo hay que estar atento para saber aprovecharla... ¿qué opinais?


sábado, 6 de julio de 2013

El país de todavía no

Algunas lo recordaréis de nuestra época de Terra, es un cuento muy de gordi, pero lo he regalado un par de veces a amigas embarazadas y la verdad es que ha tenido mucho éxito (ya, con las hormonas alborotadas es más fácil triunfar, lo sé) así que os dejo el inicio, a ver qué os parece:

La vida era muy cómoda en el país de todavía no. Allí vivían miles y miles de etéreas criaturas. Durante largos años, sus vidas transcurrían plácidamente, pero, de repente, un día, comenzaban a oír extrañas voces. No eran voces reales, eran mensajes que llegaban directamente al alma: de corazón a corazón. Al principio no hacían mucho caso, excepto los más curiosos, que acudían rápidamente a la llamada. La mayoría se hacían los sordos un tiempo, pero todos, tarde o temprano, tenían que acabar por admitir que desde algún sitio los estaban llamando, les pedían que fueran. Pero ¿a dónde? Nadie a quien consultaran podía darles respuesta. Sólo podían contar que de aquellos que habían acudido a la llamada nunca más se había sabido. Eso les inquietaba, claro, pero también tenían cierta curiosidad. ¿Qué habría más allá de su plácido mundo? Todos coincidían en que, con el tiempo, las voces se hacían cada vez más fuertes, pero también más atractivas. Tenían un tono apremiante, sí, pero también dulce y cariñoso. Poco a poco todos esos comodones seres iban cediendo a las llamadas y así comenzaban un fascinante viaje.

En el momento en que Bebé decidió seguir la llamada, algo se iluminó en su interior y, como una chispeante bolita, fue lanzado a gran velocidad hacia el infinito. En pocos segundos, aterrizó en una especie de bolsa llena de gusanitos tremendamente inquietos. Casi sin darse cuenta, fue absorbido por uno de esos gusanitos y una tremenda actividad comenzó a desarrollarse en el interior de la bolsa. Uno tras otro, los gusanitos fueron saliendo de ella a través de un largo tubo que los condujo directos a lo que parecía una caverna, con una gran bola al fondo. El gusanito que lo había absorbido empezó a adquirir velocidad, adelantando rápidamente a todos los demás y, sin pensárselo dos veces, se zambulló de cabeza en la bola. Parecía haber quedado totalmente encerrado pero la verdad es que era un lugar muy acogedor; suave, tibio y blandito. A su lado descansaba el gusanito, del que había salido despedido nada más entrar en la bola. Casi sin darse cuenta, Bebé se quedó totalmente dormido. Habían sido demasiadas emociones desde que decidió aceptar la misteriosa llamada y aquella bolita era tan cómoda...

Seguidores