Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 31 de octubre de 2008

¿Halloween o día de difuntos?

Estaba ya preparando en mi mente este post cuando he leído el último de Mariluz. Ella se quejaba de la "invasión" de costumbres extranjeras en detrimento de las propias. Yo sin embargo no lo tengo tan claro. Para empezar, como he expresado en mi comentario, porque todo lo que sea conocer y fomentar costumbres nuevas me parece enriquecedor, creo que es lo mantiene viva a una cultura, lo que fomenta su evolución, su cambio, su desarrollo... no es que haya que cogerlo todo, lo de la comida rápida por ejemplo es una importación realmente asquerosa para un país con una de las mejores dietas tradicionales del mundo.

Sin embargo lo de Halloween no me parece mala idea. Para los críos es algo realmente divertido y para los adultos también puede serlo. Hoy mismo me comentaba una compañera que es ella quien maquilla y disfraza a toda la panda de amigos de su hijo y después se disfraza también ella (o al menos se maquilla de forma más o menos terrorífica) para recibir con un buen susto a quien llama a su puerta (aparte por supuesto de con un buen surtido de chuches)

Dejando aparte el aspecto puramente lúdico de la celebración (de la que os invito a leer su historia), lo cierto es que no me ha gustado nunca "sacralizar" la muerte. Supongo que tiene que ver con mi falta de fe en cualquier religión, es posible, pero para mí la muerte es simplemente el final de un proceso, el de la vida. No concibo un más allá ni entiendo la costumbre de ir al cementerio. Tampoco reservar un día en el año para acordarse de los muertos. Todos mis lectores sabéis que mi pérdida más reciente fue la de mi abuela (que fue una auténtica madre para mí), hace poco más de un año y no creo que haya pasado un sólo día sin que algo me la haya recordado. Tampoco ella entendió nunca lo de subir al cementerio. Decía, y qué razón tenía, que las cosas se demuestran en vida, no a una lápida.

Me ha gustado en el diario ADN de hoy la columna de Espido Freire. Os invito a leerla, a mí me ha hecho reflexionar y me ha inspirado este post. ¡No olvidéis luego compartir vuestras reflexiones!

jueves, 30 de octubre de 2008

Y una vocación temprana

La de Sofía, que para mí que va para estilista porque hay que ver, desde bien canija, cómo combina la ropa... sólo recuerdo una vez, de muy chiquitita que se empeñó en ponerse una combinación rara de colores, pero ya se sabe... los genios no siempre son comprendidos...

Es cierto, oye, aparte de que empezó desde muy prontito a querer escoger ella misma su ropa (y por supuesto sus complementos), el caso es que no se le da nada mal combinarla. A veces se viene conmigo también mientras me visto y le digo que me ayude a escoger la ropa, que le encanta, y también le gusta mucho que vayamos de tiendas juntas y seleccionarme prendas (me falló un día en que yo quería comprarme una blusita blanca muy mona y ella empeñada en que esa no, que era blanca... claro, a ella le gustaba la camiseta lila con dibujos... mucho más animada, donde va a parar...)

Ahora que pienso, también recuerdo una vez en que le pedí que le dibujara algo a su padre en una tarjeta de felicitación (hará más de un año de esto) y estampó varios borrones de colores pero de esto que te lo quedas mirando y piensas... sí pues en un museo de arte moderno no cantaría nada... no es amor de madre, de verdad, es que le quedó una combinación de colores muy acertada. En cuanto sea un poco más mayor le pediré a mi hermano (diseñador gráfico) que le enseñe la teoría básica de los colores, esta niña promete...

Hablando de eso... un libro que compré en el Guggenheim pensando en leérselo cuando fuera más mayor y le encanta desde hace meses es "La verdadera historia de los colores. Para niños amantes de la pintura"de Eva Heller. Es un cuentecillo muy divertido sobre los distintos colores básicos, su "personalidad" y lo que ocurre cuando se pelean entre ellos y empiezan a mezclarse. Muy majo. Con una historietilla sencilla enseña la teoría más elemental de los colores básicos y sus mezclas.

La curiosidad de un niño no tiene límites, aprovechemos estos momentos para ir enseñándoles conceptos básicos sobre multitud de cosas, luego no querrán aprender ni atados a la silla... sniff...

martes, 28 de octubre de 2008

Una vocación oculta

Últimamente estoy descubriendo aspectos insospechados en mí. Desde hace unos días, a Sofía le da por imitar a su señorita por las tardes. Llegas a casa y ya te aparece anunciando "ahora soy Beatriz" y te manda sentarte, o reparte los almuerzos... te cuenta cuentos (y este cuento, colorín, se ha acabado)

Y no sé yo si su seño será tan mandona o eso es aportación particular de mi hija pero hay que ver cómo nos lleva. Que si todos callados que estoy leyendo un cuento... que si ahora a recoger, que si en cinco minutos nos vamos... pero lo gracioso es que a través de sus teatrillos nos enteramos de lo que hacen en clase mejor que por lo que cuenta (esta mañana teníamos que hacer una ficha de celofán... a las 7 de la mañana... casi nada...) y aparte de que se nos cae a todos la baba viéndola ejercer de profe, me estoy dando cuenta de que realmente es un trabajo fascinante. Y mira que yo tengo poca paciencia, como para lidiar con una veintena de críos... pero están en una edad tan rica... y lo gratificante que tiene que ser ver sus avances día a día... ya lo es para nosotros como padres, claro, pero no nos engañemos, lo que avanzan en el cole, rodeados de otros niños y con un montón de horas por delante sólo para su educación, no lo pueden avanzar nunca en casa, entre tareas varias, díselo a tu padre que yo ahora no puedo y distracciones de todo tipo.

Así que me pregunto si no habré descubierto yo tardíamente mi vocación oculta. Lástima de hipoteca y de sueldo necesario de las narices, que si no igual colgaba yo trabajo y todo y me ponía a estudiar educación infantil o lo que sea que hay que estudiar para eso...

domingo, 26 de octubre de 2008

Mermelada de moras

Siguiendo con la nueva tradición gastronómica de este blog, le toca hoy el turno a la mermelada. Todo un experimento para mí. Recordaréis que para el puente del Pilar huímos al pueblo de mis suegros y cogimos una barbaridad de moras. En realidad todo vino de una conversación con unos amigos que también paraban por allí. Ellos las habían cogido ya el día de antes y aseguraban que había muchísimas y que iban a preparar mermelada, que ya lo habían hecho alguna vez y salía buenísima, nada que ver con las industriales (lógico, donde se ponga una mermelada casera...) Así que mi marido empezó a segregar jugos gástricos y a mí me picó la curiosidad porque era algo que no había hecho nunca. Y dicho y hecho, al día siguiente, recipiente grandote en mano, nos fuimos al "regajo", donde efectivamente, había moras para parar tres carretas. Y yo toda emocionada con la idea de preparar mi mermeladita (si es que soy fácil de contentar, ¿véis?)


Os cuento cómo la hice, aunque os advierto que no pesé ni medí nada, todo a ojo.


Ingredientes:
moras

azúcar

el zumo de un limón


(hasta aquí los oficiales, durante la receta descubriréis mis improvisaciones sobre la marcha)

Preparación:


El día de antes se añade suficiente azúcar a las moras para que queden bien cubiertas (sacudir el recipiente para que queden todas impregnadas) Dejarlo reposar durante todo el día echando un ojo de vez en cuando por si hay que añadir más azúcar.


En el momento de prepararlas, exprimir un limón (yo le añadí también el zumo de una naranja) y colocarlo todo en una cazuela. Con el jugo que sueltan las moras con el azúcar y los zumos ya no deberíais necesitar añadir agua pero de todas formas, yo por si acaso, en otro arrebato de lucidez creativa le añadí una chorradita de brandy (no mucho, justo remojar un poquito) Supongo que es mejor idea añadirlo el día anterior, con el azúcar, pero como se me ocurrió sobre la marcha, se lo eché directamente a la cazuela.


Dejar cocer a fuego lento... no sé como media hora o tres cuartos, y batir.


Echar en botes previamente esterilizados y, si queréis conservarlos durante un tiempo, volver a esterilizar una vez llenos y bien cerrados (entre un cuarto de hora y media hora, no más)


Sugerencia: a mí me encanta con queso fresco


jueves, 23 de octubre de 2008

Y fueron felices y comieron perdices

¿Y por qué los cuentos acaban siempre así? ¿por qué nunca nos han contado lo que ocurrió cuando el príncipe y la cenicienta tuvieron que aprender a convivir juntos cuando no se conocían más que de un vals rapidito...? y la pregunta más importante... ¿será cierto eso del amor para toda la vida?

Yo os confieso que nunca había creído en él... hasta que conocí a mi marido. Como no había creído nunca en la fidelidad... hasta que conocí a mi marido. Recuerdo que cuando lo comentábamos entre amigas alguna me decía eso tan manido de "eso es porque no has encontrado a la persona adecuada" y yo la miraba con cara de pena y decía sin la menor convicción "sí, eso será..." y el caso es que hoy por hoy sigo creyendo haber encontrado al amor de mi vida, con quien quiero evolucionar y envejecer mano a mano, pero parece que todo se confabula en contra de tan altos ideales. No, no hablo de mí, mi relación sentimental no pasa por ningún bache, afortunadamente, pero ya sabéis, a veces parece que todo lo que oyes, todo lo que lees te lleva al mismo sitio. Y yo últimamente estoy sufriendo cierta sobredosis de malas noticias de pareja. En una semana me llegaron por dos sitios distintos sendas noticias de divorcios, uno de ellos de una pareja que llevaba como veinte años juntos. ¿El motivo? enamoramiento de otra persona en ambos casos.

Recientemente he leído también en blogs diversos comentarios sobre el mismo tema y al final, pues a una le da que pensar. Porque yo mira que sigo convencida de que voy a cumplir las bodas de platino con mi chico (para lo cual los dos tenemos que llegar a la muy respetable edad de 103 años, dicho sea de paso) pero ya me habréis oído decir que no dudar nunca es de tontos.


Porque ¿quién me garantiza a mí que el día de mañana no voy a enamorarme como una tonta de otra persona, o que no lo va a hacer mi marido? nadie, eso no puede garantizarlo nadie. Y hombre, yo tengo claro que hoy por hoy no arriesgo lo que tengo en casa por nada... pero ¿y mañana? las cosas cambian, las personas evolucionamos... ¿seguiré pensando igual dentro de 10 años? ¿seguiré teniendo la fuerza de luchar día a día por mi relación? porque, como bien apuntaba Superwoman en su última entrada, "el amor hay que currárselo" y yo mira, otra cosa no, pero si la relación vale la pena, lucho lo que haga falta por ella. En eso creo que los hombres son distintos, ¿no os parece? no sé si más cobardes o más derrotistas, o qué (hablo por mi propia experiencia, claro)

Os contaré que los principios de mi relación con mi marido fueron bastante complicados pero yo estaba segura de que me merecía la pena luchar y sufrir todo lo que hiciera falta y sin embargo su tendencia era más bien huir, o poner distancia por medio, o yo que sé. Bueno, ¿me entendéis no? en vez de luchar por algo bueno, aunque te haga sufrir un tiempo, prefieren renunciar a ello con la estúpida idea de que así no lo vamos a pasar tan mal. ¿No se darán cuenta de que nos hacen sufrir mucho más? En fin, será que es cierto eso de que somos de planetas distintos...

Pero bueno, no me enredo, que eso ya pasó, afortunadamente, y agua pasada no mueve molino. Siguiendo con el tema de hoy, y también un poco a raíz del último comentario de Sara en "fight for kisses": "que a veces los mayores se dan cuenta que aunque se quieren mucho no son felices viviendo juntos, y que por eso viven separados para ser feliz cada uno por su lado, y de este modo poder hacer felices a sus hijos" frase sabia donde las haya, me estaba planteando la eterna duda. Cuando una pareja va mal... ¿hay que luchar hasta el final por el bien de los hijos? ¿no es mejor para ellos, como dice Sara, que cada uno sea feliz separadamente? ¿no serán más capaces de hacerles felices a ellos? Me recuerda un libro muy interesante que releí hace poco de mi autora francesa favorita: Anna Gavalda. Os lo recomiendo, se titula "La amaba" y según su sinopsis (cito textualmente) "es un conmovedor diálogo entre una joven madre a la que acaba de abandonar su marido por otra mujer, y su suegro, quien viéndose hace años en el mismo caso que su hijo no se atrevió a dar el paso, dejar a su esposa y vivir el gran amor de su vida. Es una novela alegre y triste a la vez, un fragmento de vida, una punzante historia de amor, mediante la que Anna Gavalda a través de un diálogo conmovedor nos habla de nuestras vidas, nuestras dudas, nuestras renuncias, y también de nuestras esperanzas, nuestra ironía y nuestra ternura" La verdad es que aporta una visión interesante de las relaciones extramatrimoniales.

En fin, os dejo tema para reflexionar y espero vuestros comentarios al respecto.

lunes, 20 de octubre de 2008

Crisis vs "pajaritos en la cabeza"




"Nos da igual la crisis. Solo nos casaremos una vez en la vida y para ese día no reparamos en gastos. Pediremos un crédito y punto."






Leo esto en el Heraldo de Aragón de 20 de octubre (tras la feria Expobodas celebrada en Zaragoza) y se me ponen los pelos de punta. Me estoy acordando de los comentarios sobre "quitarse de comida porque de otro lado no se puede" y es que es verdad, qué lelos nos hemos vuelto, o de qué manera hemos perdido el sentido de nuestras prioridades vitales. Porque lo malo no es que una pareja se exprese así (mientras se sube a la limusina que está pensando en alquilar para su bodorrio). Lo malo es que el director del certamen afirme sin pudor que "en este sector no existen los recortes presupuestarios porque las parejas siguen echando el resto". Y vamos a ver, que a mí me parece muy bien que cada uno se gaste lo que pueda en su boda (léase también bautizos y comuniones) pero echar el resto porque sí, endeudarse para darle más empaque a ¡una boda! me parece más que ridìculo, estúpido. ¿Lo importante no era casarse? ¿unirse civil o religiosamente con la persona con la que has decidido compartir el resto de tu vida? ¿Qué pinta un crédito bancario en todo esto?

Pero mira, sí, al final todos tenemos lo que merecemos y al fin y al cabo, la actual crisis económica ¿no viene un poco por ahí? y esto es simplificar muchísimo el problema pero ¿no viene del sobreendeudamiento de la población? ¿de las barbaridades financieras de los bancos? Pues al final, lo dicho. Que estamos hasta el cuello en una estupenda crisis por la poca cabeza de gobiernos, especuladores, financieros y, por supuesto, también de la gran mayoría de consumidores de a pie (alguno se salvará supongo). Y que sí, que es verdad que nos hemos acostumbrado a un nivel de vida X y que nos empeñamos en mantenerlo, se pueda o no. Y la vida no es así. La vida dice que cuando puede uno darse un capricho se lo da, que tampoco es cuestión de malvivir guardando los millones para nuestros herederos, pero cuando no se puede, pues se aguanta uno y busca otras opciones para mimarse, que siempre las hay.


Y os aseguro que no seré yo quien tire la primera piedra, pero valga al menos la regañina para hacer una reflexión personal porque todos, y yo la primera, cometemos errores con nuestra economía y a veces hace falta una mirada externa que nos lo muestre, como comentaba en "al mal tiempo buena cara" Elena de su suegra, que no sabía de donde iba a poder quitarse gastos si no era de comida y resulta que tiene una hermosa lista de superfluos.


En otro orden de cosas (o en otro mundo, directamente) tenemos la controvertida feria del lujo recientemente celebrada en Munich. En el momento económico actual la feria ha recibido críticas por todas partes pero volvemos a nuestro axioma básico: "la vida no es así", porque la vida es que a la mayoría de los mortales la crisis nos afecta a nuestro modo básico de vida pero a un pequeño porcentaje de personas les supone perder cantidades exhorbitantes en inversiones diversas y consolarse del disgusto comprándose el último modelo exclusivísimo de Ferrari. Y no es que a ellos no les afecte la crisis, es que les afecta... de otra manera...



Y hablando de crisis, me permito recomendaros un programa que a mí me encantaba y que vuelve a Cuatro el viernes 24: "Ajuste de cuentas" (el programa está razonablemente bien pero reconozco que a mí el que me engancha es Vicens Castellano)

domingo, 19 de octubre de 2008

Cocinando con Lamamma

Se me ha ocurrido inaugurar esta nueva sección, tan propia de una auténtica mamma italiana. Os confieso que durante muchos años me dio terror (o quizás simplemente pereza) la cocina. Sin embargo, el capricho de preparar cositas ricas para el gran amor de mi vida (hoy mi marido y padre de mis hijos) me hizo descubrir una insospechada afición a los fogones.

Empezaré compartiendo con vosotras la que quizás sea mi receta más típica, la que siempre doy cuando alguien me pide una idea para una postre fácil y delicioso: el brownie.

Guardo un recuerdo muy especial de esta receta porque está ligada a mi primera visita a París (a estas alturas, ya no hace falta que os hable de mi pasión por esta ciudad, ¿verdad?) En aquella primera ocasión, yo visitaba a mi amiga Joelle, que por entonces tenía la gran suerte de vivir y trabajar allí. Fue una semana (larga) estupenda. Por el día ella trabajaba y yo me dedicaba a visitar la ciudad a mi aire (para mí la mejor forma de viajar) y por la noche me descubría algunas de las maravillas de Paris la nuit. Con ella (toda una gourmande y gran forofa de la cocina, fácil o difícil, rápida o lentísima) aprendí a hacer una buena raclette y también la receta que ahora os presento:

Brownie:

Ingredientes:
- 200 gr. de chocolate negro para fundir
- 125 gr. de mantequilla
- 125 gr. de azúcar
- 2 cucharadas soperas de leche
- 80 gr. de harina
- 4 huevos
- levadura
- (si se desea, nueces u otros frutos secos)

Preparación:
Partir en trozos el chocolate en un bol apto para microondas. Añadir una cucharada sopera de agua y fundir en el microondas (podéis hacerlo si queréis en un cazo, pero yo os doy la versión rápida, que es la que hice con Joelle)

Añadir la mantequilla en pedacitos y volver a introducir unos segundos en el microondas. Mezclar bien hasta obtener una pasta lisa.

En otro recipiente, mezclar los huevos con el azúcar y batir bien hasta que la mezcla blanquee. Añadir la leche, el chocolate fundido, la harina (mezclada con un poco de levadura) y, si lo deséais, los frutos secos escogidos. Mezclar bien y verter en un recipiente previamente untado con mantequilla y harina.

Meter al microondas unos 6 minutos (tiempo medio estimado, tendréis que ir probando según la potencia de vuestro horno, ya sabéis, el truco del palillo nunca falla) y dejar reposar. Como antes, si lo preferís podéis cocerlo en el horno tradicional pero al microondas sale muy bueno.

Sugerencia: servir templando con una bola de helado de vainilla y unos hilillos de chocolate caliente por encima.

Ya me contaréis si os gusta la nueva sección o no.

sábado, 18 de octubre de 2008

Fight for kisses

No es nada nuevo que la llegada de un bebé a la familia altera enormemente la relación de pareja. El recién llegado absorbe tantísima atención que a veces nos olvidamos de nosotras mismas y por supuesto del padre de la criatura. Os invito a ver el vídeo del siguiente enlace y luego seguimos hablando, ¿vale? 



martes, 14 de octubre de 2008

el moderno bebé probeta

Hace ya 30 años que nació en Oldham (Inglaterra) Louise Brown, la primera niña probeta del mundo. Ahora se ha marcado un nuevo hito en la historia médica española. Ha nacido Javier, el primer niño seleccionado genéticamente para curar a su hermano Andrés, de 6 años y afectado de Beta-talasemia major, una anemia congénita severa que hubiera limitado su vida a una treintena de años a lo sumo, y siempre dependiendo de transfusiones continuas.

Agotada la opción del transplante de médula ósea de donante, al no haberse encontrado ninguno compatible con el niño, la aprobación de la nueva ley de reproducción humana asistida abrió un mundo nuevo a los desesperados padres de Andrés. Andalucía, pionera en diagnóstico genético preimplantatario, ofrece este servicio dentro de su sanidad pública (dichosas diferencias entre comunidades, ¿y si el niño hubiera sido aragonés? en cosas tan importantes, ¿no deberían ir todas las comunidades a la par?)

Si recordáis, precisamente la última entrada del blog de terra trataba precisamente de este tema. De sus implicaciones éticas y morales, de lo que podría venir después... no entraré de nuevo en ello, aunque sí quiero remarcar algo que me ha gustado. En alguno de los cuarenta sitios donde he visto hoy la noticia he oído entre las declaraciones de la madre remarcar que querían otro bebé por encima del tema de que fuera a salvar a su hermano. Es obvio que ha sido seleccionado para ello, nadie se va a engañar, pero me parece importante que Javier, como individuo, se sienta querido y deseado por sí mismo y no como tratamiento médico para su hermano, ¿no os parece?

En cualquier caso, mi enhorabuena a la familia por la llegada al mundo de su nuevo miembro, que siempre es motivo de celebración y, no se puede negar, en este caso mucho más, sobre todo sabiendo que todo lo que tiene que hacer el pequeño es donar la sangre de su cordón umbilical. No tendrá que someterse a tratamientos extraños, ni a operaciones, ni a donaciones de otro tipo. Simplemente desprenderse de su cordón umbilical, como cualquier otro bebé.

Los avances de la ciencia son siempre fascinantes, y como todo lo fascinante, puede dar algo de miedo. El desarrollo científico no tiene límites, pero la moral sí, pero la moral es algo tan subjetivo...

lunes, 13 de octubre de 2008

De los Pilares a los rebollones, o al revés.


Vaya puentecillo bueno acabamos de pasar. Huyendo como alma que lleva el diablo del agobio de las fiestas del Pilar, acabamos, pese a las funestas previsiones del tiempo, refugiándonos en ese pueblecito de Teruel del que ya os he hablado alguna vez: Bezas.


El viernes por la mañana fue de auténtico estrés. Mi marido trabajaba hasta las tres y yo tenía fiesta, así que aproveché la mañana para hacer cosas (más de las que nunca hubiera pensado que sería capaz de hacer con niños y todo) y a las tres menos diez estábamos un coche con el maletero lleno como si nos fuéramos para un mes, dos niños medio dormidos y una mamá, reponiéndose todavía del acelerón de la mañana, esperando con el bocata a un papá recién salido del trabajo. 

Viaje fantástico: autovía hasta Teruel, niños y papá dormidos como angelitos y mamá disfrutando de casi dos horas de relax y reflexiones personales al volante (me encanta conducir, sóla a ser posible, pero si mis acompañantes van dormidos la sensación es casi igual de buena) 

Algun@s ya sabréis que cuando viajo me preocupan relativamente poco las previsiones del tiempo. Mi marido se las arregla siempre para que haga bueno allá donde va. En este caso, tanto como bueno hubiera sido demasiado pedir, pero la lluvia tuvo el buen detalle de aparecer por la noche y a la hora de la siesta, exceptuando un pequeño chaparroncillo el domingo por la mañana, nada, cuatro gotas. 

¡Qué gozada de fin de semana! hasta los críos han estado más relajados que nunca. Han jugado con sus primos y otros niños del pueblo, nos lo hemos pasado pipa cogiendo rebollones, 
sobre todo Guille, que está hecho una auténtica cabra montesa. Sofía no, ella es más de ir a coger setas al Corte Inglés (herencia materna) pero curiosamente a mí me encanta, y mira que soy urbanita... pero andar por el monte, respirar aire
 puro entre pinares... Al día siguiente nos dedicamos a las moras. No las pesé pero lo menos cogimos dos kilos, qué barbaridad, las que había. ¡Y qué lujo de mermelada acabo de hacer! (y qué manera de autoboicotearme la dieta, porque precisamente light no es... eso sí, todo productos naturales... y total, por "un poco de azúcar", ¿no?) ya os contaré, que de momento sólo la he probado en caliente. Mañana le pondré "un poquito" a la tostada del desayuno... ays... quién tuviera el metabolismo de mi marido... da igual lo que coma... no engorda ni queriendo...

Peeeerooo, hasta los más largos puentes (hoy ha sido fiesta en Zaragoza) llegan a su fin y además hoy teníamos comida en casa de mi madre (Pilar, claro) así que esta mañana nos hemos vuelto para aquí, hemos comido con ellos (y con mi hermano, recién llegado de un viaje turístico por Rumanía) y por la tarde aún hemos aprovechado para llevar a los chicos a ver el manto de flores de la virgen y escuchar alguna jotica, que parezca al menos que hemos estado de Pilares...

Y mañana... vuelta a la rutina... 

miércoles, 8 de octubre de 2008

Al mal tiempo, buena cara

Y yo ya la pongo, ya… pero mira que esta cuesta de… ¿septiembre? ¿octubre? ¿noviembre?está viniendo empinada, ¿eh? Si es que claro, que viene el lobo, que viene el lobo… y cuando llega te pilla de vacaciones, y anda, luego vuelves y te encuentras la casa patas arriba. Porque estaréis de acuerdo conmigo en que este año la “vuelta al cole” ha sido espectacular. A los clásicos: libros (o materiales varios en mi caso), ropa nueva, (que no les vale nada del año 
pasado) e imprevistos varios (llámese ruedas de coche desgastadas por ejemplo), se nos ha unido una crisis generalizada que nos ha puesto los pelos de punta a todos y todas.

Las noticias desde luego son de terror, pero lo malo no es eso. Lo malo es lo que palpas día a día, sector a sector. Lo que oyes por la calle, con los amigos… y lo que tienes en casa propia, claro… proyectos que se te frustran (por ahora), cuentas bancarias temblorosas… ays, ¡qué malita ha sido esta vuelta de vacaciones! Y eso que, dentro de lo que hay, me puedo dar con un canto en los dientes, al menos por ahora (y que dure)



Decían hace poco que habían caído una barbaridad las donaciones de ropa usada. Claro, a ver quién es el guapo que se va de compras ahora (aparte de para los críos, porque no te queda otra). Y si no te vas de compras, el consumo cae, y si el consumo cae, la crisis se ceba, y si la crisis se ceba… ¿quién se va de compras? Lo de la pescadilla, vamos.

Y lo suyo sería ahora acabar este post dando una serie de consejos bienintencionados para hacer frente a la crisis, pero casi lo vamos a hacer entre tod@s si os parece. Más que nada porque yo estoy con la mente un poco espesa ahora mismo y solo me vienen a la cabeza los gastos que tengo todavía pendientes… ays… ¡joía crisis…! os cedo el honor de comenzar…:

sábado, 4 de octubre de 2008

Madre no hay más que una...

¿Seguro? no lo tengo yo tan claro... y menos en estos tiempos que corren. Vale, una madre siempre será una madre, pero lo de las exclusividades me temo que se limitan a la pura biología. Porque, empezando por el caso más obvio, en el caso de un niño adoptado, ¿no hay más que una madre? pues no, está la biológica y la adoptiva, sin duda más madre que la natural. ¿Y si con el tiempo ese niño reencuentra a su madre y establecen una relación? dos madres. Más fácil aún... cuando en vez de una adopción es un período de acogida. La relación con la madre biológica no se rompe y a la vez se establece un lazo fortísimo con la madre de acogida. 

Pero no era de esto realmente de lo que yo quería hablar. En estos tiempos en los que los abuelos ejercen casi de padres, ¿madre no hay más que una? (aplíquese igualmente al padre) Mis hijos adoran a sus abuelos, sobre todo a mi padre y a mi suegra, que son los que más los han cuidado. Reconozco en ellos la relación que yo tuve con mi abuela materna y si me seguís desde hace al menos un año ya sabréis lo duro que fue para mí perderla. ¿Por qué? tenía 94 años, tuvo una muerte dulcísima, por la que cualquiera firmaríamos sin dudarlo y había estado hasta el último día en unas condiciones envidiables, sin dejar de valerse nunca por sí misma y con la cabeza casi mejor que la mía (que tampoco es mucho decir, por otra parte) Pues fue durísimo porq
ue el sentimiento no era el de perder a una abuela sino a una madre. Porque definitivamente, no, no creo que madre no haya más que una. Puede ser una tía, una abuela, o la nanny que nos ha cuidado desde bebés y con la que hemos mantenido la relación, hasta una hermana mayor si la diferencia de edades es importante, pero sí creo que se puede establecer ese vínculo materno filial tan fuerte con otra persona que no sea la madre natural. 


Desde luego nada de esto implica que se quiera menos a la madre biológica o que no se pueda establecer una relación especialísima con ella, pero lo de las exclusividades me temo que ya no funciona. ¿Qué pensáis? ¿tenéis vosotr@s una segunda o hasta tercera madre? yo sí...

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