Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

jueves, 28 de diciembre de 2017

Nuestro reto lector: Diciembre.

Este mes ha sido especial, y especialmente satisfactorio para todos nosotros, creo.

Si recordáis, para diciembre nuestro reto era leer toda la familia un mismo libro que luego pudiéramos comentar. Aunque podría parecer difícil encontrar un libro válido para todos, lo cierto es que no lo fue en absoluto. Partíamos de la recomendación de mi amiga Elena sobre "La lección de August", que habían disfrutado enormemente tanto ella como su hija así que sin dudarlo nos lanzamos a por él. 



El libro desde luego vale la pena. En palabras de Sofía "¡es el mejor libro que he leído nunca!" y mira que es lectora mi chica... 

Pero lo mejor de todo ha sido que lo hemos ido leyendo todos juntos, en voz alta, un capítulo o dos cada uno, y ¡ha sido genial! Tenía mis dudas de que no se nos hiciera muy pesado pero qué va, estuvo muy, muy bien. Os aconsejo probarlo.Y eso que hubo algún momento en que sólo pudo seguir leyendo uno de nosotros porque los otros andábamos inmersos en un mar de lágrimas y no fuimos capaces de seguir leyendo. 

Después fuimos a ver la película pero la verdad, está a años luz del libro (ninguna sorpresa, por otra parte) Supongo que si no habéis leído el libro la peli está bien pero, como suele ocurrir, el original es mucho mejor. 

En estos tiempos en que el bullying está, por desgracia, de plena actualidad, es un libro muy recomendable y que además cuenta la historia sin dramatismos y desde distintos puntos de vista, lo que resulta bastante enriquecedor. 

En resumen, si no lo habéis leído todavía, ¿a qué estáis esperando? (y probad a hacerlo en familia, leyendo por turnos para los demás, toda una experiencia) 

domingo, 17 de diciembre de 2017

Cuando facebook te hace pensar

Escribo esto un domingo por la tarde, mientras la música ochentera/noventera de Kiss Fm me transporta mentalmente a otra época, ya lejana, pero siempre fresca en mi mente. Época de grandes sueños y proyectos. Una época por cierto en que las nostalgias mañaneras de facebook no podían alterar mis días simplemente porque a la red social por excelencia le faltaban aún unos cuantos años para existir.

Ahora, sin embargo, la puñetera tiene la capacidad de darle la vuelta como a un calcetín a mis pensamientos en un momento dado. No ella, claro, que solo puede recordarme cosas que yo misma he publicado o compartido. El poder de autoalterarme es todo mío, supongo, pero menuda herramienta el facebook.

No me enredo más. Todo esto viene porque esta mañana mi querido facebook me ha recordado amablemente la foto que publiqué el año pasado de nuestra cena de empresa. Nada destacable en la foto en cuestión, salvo que también este viernes tuve cena de empresa pero con otra empresa y otros compañeros. Las cosas nunca vienen solas, claro. Si yo no llevara ya mil ideas bullendo en mi cabeza sobre mis últimos tumbos laborales y mi situación actual, la nostalgia "facebookera" se habría quedado ahí. Pero me pilla en el momento en que me pilla.

Sabéis lo importante que es para mí conseguir equilibrar facetas en mi vida. Sabéis también, porque hablo demasiado, que hace ya meses que no consigo reequilibrarme. No solo por el trabajo, desde luego, hay muchos factores que entran en juego. Y no es que pueda quejarme. Hace un momento he rellenado otro de nuestros papelitos para el tarro de momentos felices de este año.


No está tan lleno como el del año pasado pero no por falta de ocasiones sino porque hace un año lo cogimos como novedad y, por tanto, con mucha más fuerza, y este año se nos olvida muchas veces rellenar el papelito de turno. 

Si me pongo objetiva he de reconocer que 2017 ha sido un buen año en todos los aspectos. Ha habido cambios importantes (nuevo cambio de trabajo y nuevo miembro peludo en la familia los más importantes) pero en líneas generales debo decir que han sido favorables, aunque hayan contribuido en gran medida a mi "pérdida de equilibrio". Ha habido también malas noticias, por supuesto, fundamentalmente de salud de personas muy cercanas y queridas, pero que por ahora se van resolviendo satisfactoriamente. Por otra parte ha surgido algo que me preocupa y que será tema de un próximo post y que hace que todo lo demás se vuelva relativo. 

Pero relativo o no, ahí está. Zelda se va calmando mucho pero es una perrita nerviosa y todavía altera mucho nuestras vidas. Empezamos la semana que viene con un profesional que nos va a ayudar mucho con ella, espero. No sólo cuestiones básicas de obediencia y comportamiento, que me preocupan poco porque es una buena perrita y más lista que el hambre. En cuanto nos enseñen a enseñarle estoy segura de que esos pequeños trastornos de cachorrona llena de entusiasmo irán desapareciendo rápidamente. Más me interesa que puedan enseñarnos a ayudarle a gestionar mejor esos nervios suyos y su reacción a la frustración. Os iré contando. 

En cuanto al trabajo... bueno... ahí ya estoy hecha un mar de dudas. Será que cuanto más mayor me hago más exigente me vuelvo y desde luego menos conformista. Desde luego cada vez tengo más claro lo que quiero, pero, sobre todo, lo que no. Hace unas semanas otra nostalgia "facebookera" volvía a hacerme pensar. Al parecer hace unos años compartí la siguiente frase:

"Un excelente lugar de trabajo es aquel en el que confías en las personas para las que trabajas, estás orgulloso de lo que haces y te agrada la gente con la que trabajas"

Cuando llegué a esta empresa lo hice escapando de un lugar de trabajo en el que no se cumplía apenas ninguna de estas condiciones. Ahora confío plenamente en mi jefe directo (dejaremos el resto de escalones para más adelante, cuando pueda valorarlos con más criterio), estoy orgullosa del trabajo que estoy realizando (o de gran parte de él al menos)  y desde luego me agrada la gente con la que trabajo. Mucho. 

¿Y entonces? ¿no debería bastarme? ¿será cosa mía, que cada vez soy más inconformista? ¿será esta obsesión mía por evolucionar siempre? Evidentemente no todo es color rosa, faltaría más. En ningún sitio lo es, pero creo que las ventajas compensan los inconvenientes. Es muy poquito lo que necesitaría que cambiara para estar de verdad bien, ¡pero tan importante! 

Todo eso ha desatado un simple recordatorio de facebook, hay que ver. A ver si voy desenredando poco a poco la madeja y reorganizándome en mis precarios equilibrios. Os iré contando. 

viernes, 1 de diciembre de 2017

Nuestro reto lector de noviembre

Noviembre ya: ¡qué rápido se está pasando el año! y nosotros seguimos, incansables, con nuestro reto lector. Para noviembre teníamos que hacer caso a algún amigo y darle una oportunidad a algún libro que nos hubiera recomendado.

Si recordáis, yo tenía intención de hacer caso por fin a recomendaciones varias sobre "los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" pero os voy a contar un secreto: se me sigue atragantando.  Empecé a echarle un vistazo y pensé que bueno, igual hasta me gustaría, pero después estuve de viaje por Francia y vi, de casualidad, un libro que había visto recomendado en una revista y me había llamado la atención. Lo compré si pensarlo mucho y me puse con él. Así que cambié una recomendación por otra y mi lectura de este mes ha sido "Le bonheur n'as pas de rides".






A Sofía le recomendó su mejor amiga "La vida secreta de Rebecca Paradise". Se lo leyó en un pispas. Como suele pasar, al principio le costó un poco entrar en la historia pero luego le enganchó totalmente y ya no podía soltarlo. Es una chica que suele recurrir a las mentiras para solucionar sus problemas, acaba escribiendo un blog y descubriendo algunos secretos.



 A Guille por su parte le recomendaron uno de los libros de la colección "Futbolísimos", en concreto el 8, en el que una ola de incendios coincide con la llegada del circo del fuego, ¡qué sospechoso todo!.



Si habéis echado un vistazo al enlace anterior, con las instrucciones del reto, habréis visto que para diciembre tenemos que escoger un solo libro para toda la familia, que luego comentaremos entre todos. Mi amiga Elena nos habló hace un tiempo de un libro que les había gustado mucho tanto a ella como a su hija: "la lección de August" así que con él nos pondremos. Ya os contaré.


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Bizcocho de calabaza #singluten

En esta época tenemos calabazas por todas partes y apetece muchísimo la clásica crema calentita para cenar o como primer plato, pero hay otras opciones. Hace unos días encontré en el muro de Facebook de una amiga una opción de bizcocho de calabaza vegano y sin lactosa, que decidí adaptar para que también fuera sin gluten. Podéis ver la receta original aquí. Yo la seguí casi al pie de la letra (tentada estuve de añadirle huevo en vez del plátano pero por ser de mi amiga Lauri lo mantuve vegano, cambiando únicamente la harina, que yo utilicé de maíz. (Jengibre no tenía, pero seguro que le da un toque fantástico, otra vez pruebo con él)





Así que mi versión queda así:


INGREDIENTES

-1 taza de harina de maíz
-1 taza de calabaza de calabaza asada
-1 plátano.
-1/2 taza de azúcar panela
-1 cucharadita de canela.
-1/2 de clavos de olor.
-1 cucharadita de levadura de hornear.
-1 pizca de sal.

PASOS 

  1. Tamizar la harina sobre un bowl.
  2. Mezclar con la harina lo ingredientes secos: levadura, canela, clavos de olor, sal y azúcar.
  3. Chafar el plátano y la calabaza con un tenedor hasta hacer una pasta homogénea
  4. Integrar las dos mezclas en un mismo bowl.
  5. Poner en un molde y hornear 30 minutos a 180 grados.


A mí particularmente no me convenció mucho la textura. La falta de gluten es lo que tiene. Se me ocurrió tarde pero para otra vez probaré a añadirle chía a la masa de calabaza y plátano y dejarlo reposar un poco antes de añadir el resto de ingredientes. También se puede probar con goma xantana pero con esto no he probado nunca, no os puedo decir. Aún soy muy novata en el mundillo sin gluten.


A mi marido sin embargo le encantó el bizcocho tal cual. Guille no quiso probarlo, no es muy de bizcochos este chico. Y a Sofía le faltó sólo espolvorearle un poco de panela con canela por encima para encontrarlo estupendo.


Así que, pese a todo, supongo que vale la pena probarlo (si probais con chía o goma xantana o cualquier otro truco contádmelo, porfa)




lunes, 6 de noviembre de 2017

#RunforAlexia

Alexia Daval era una joven francesa con una afición muy común: correr. El 28 de octubre salió a hacer su recorrido habitual pero nunca volvió. Varios días después su cuerpo apareció calcinado. Según los primeros resultados de la investigación fue estrangulada.






Ayer precisamente escuchaba en el telediario que Kathrine Switzer, la primera mujer que corrió el legendario maratón de Boston, iba a participar, a sus 70 años, en el de Nueva York. 50 años han pasado desde que aquella valiente se enfrentó a la organización de tan mítica carrera, que no estaba dispuesta a dejar correr a una mujer. La corrió, la completó, y nos abrió camino a todas las demás para que podamos correr la carrera que nos apetezca.


50 años después resulta que sí, podemos competir en la categoría que decidamos, ¿y todavía no podemos salir a correr solas sin miedo? No, me niego a aceptarlo.


Por toda Francia se han organizado durante este fin de semana carreras en homenaje a  Alexia y muchas mujeres están publicando sus kilómetros recorridos en homenaje a ella, pensando en ella. Os invito a echar un vistazo a esta web y, si queréis, a sumar vuestros kilómetros, aunque esté pensada para Francia. Me parece atroz este asesinato, como cualquier otro, supongo, pero me parece muy bonita la reacción de tantas otras corredoras aficionadas francesas que han querido rendirle homenaje corriendo por ella los kilómetros que ya no podrá hacer. ¿Os unís?



martes, 31 de octubre de 2017

Nuestro reto lector: Octubre

Seguimos al pie del cañón. Y, como os comentaba por aquí, este mes de octubre este mes la cosa iba de miedo.


Siguiendo nuestras previsiones, me sumergí por fin en la lectura de ese imprescindible que es el Dracula, de Bram Stoker. Maravilloso, no puedo decir otra cosa. Bueno sí, os puedo contar que yo, que normalmente tiendo a saltarme (o al menos leer rápidamente) las descripciones, en este caso las disfruté muchísimo. Seguramente por la influencia del teatro en el autor tiene una forma distinta de de mostrarte lo que está contando que me encantó. ´


Guille, por sugerencia de su hermana, se lanzó con "El libro del cementerio", de Neil Gaiman, pero este le está costando un poquillo, quizás no era todavía el momento para él.


A Sofía sin embargo le encantó "Hyde", de David Lozano a pesar de que también dudábamos si no sería demasiado pronto para introducirla ya en sus lecturas juvéniles (y en su retorcida mente) Pero como me hija tiene un punto macabro muy curioso pensamos (con razón) que se llevaría bien con su literatura, como así ha sido.






El mes de noviembre nos trae la oportunidad de hacer caso a esas recomendaciones que a veces nos pasan amigos o conocidos y que a veces nos generan dudas.


Tengo que ver todavía con Guille y Sofía a qué amigo van a hacer caso pero yo tengo bastante claro que me voy a animar con algo que me han recomendado una y mil veces y siempre me daba como cosilla por esto que dices "ya estamos con el gurú de moda". Bueno, no hace mucho me lo volvieron a recomendar encarecidamente así que le voy a dar una oportunidad, ¡qué menos! Hablo de los "7 hábitos de la gente altamente efectiva" Ya os contaré...

miércoles, 18 de octubre de 2017

Tener o no tener perro

Me ha costado muchos años conseguir tener un perro. De pequeña siempre lo pedí y siempre me dijeron que cuando tuviera mi casa hiciera lo que quisiera pero allí no. Cuando por fin tuve mi casa, mi marido tampoco quería un perro, a pesar de lo mucho que le gustan. Por fin, Guille y yo nos confabulamos y nos salimos con la nuestra. Desde hace unos meses tenemos a una preciosa cachorrona con nosotros. ¿Nos alegramos? Por supuesto. ¿Es todo de color rosa? Ni mucho menos.

Nos lo recuerdan año tras año en distintos medios: un perro no es un juguete.

Si quieres mantener una vida ordenada, descansar cuando te apetezca o ver tranquilamente tus series favoritas en la tele, ¡no tengas perro! Tener un perro implica mucha faena, y desde luego responsabilidades. Evidentemente hay que alimentarlo y asegurar que tenga cubiertas sus necesidades básicas pero es que eso va mucho más allá de dejarle agua y comida a mano. Un perro necesita paseos frecuentes, hay que vacunarlo contra no sé cuántas cosas y llevarlo al veterinario a sus revisiones. Hay que educarlo correctamente, no sólo por nosotros y por nuestros vecinos, lo primero de todo por él mismo, porque un perro bien equilibrado es feliz pero a veces no sabemos lo que necesita. Hay perros de naturaleza sumisa, estos son más fáciles. También hay perros más tranquilotes y otros más movidos. Cuando el cachorro es del tipo dominante, hay que tener mucho más claro cómo educarlo. Sobre todo que sepa desde el primer momento (y recordárselo cuando sea necesario) que el líder no es él.

Lo primero desde luego es escoger correctamente el tipo de animal que encaja mejor en nuestras vidas aunque a veces, como en nuestro caso, parece que es el cachorro quien te escoge a ti. Ya llevábamos idea de adoptar un perrete, buscar uno ni muy grande ni muy pequeño, que se adaptara bien a la vida en un piso, activo porque también nosotros somos movidos pero no demasiado…  pero fue llegar al pueblo y encontrarnos con que una podenca ibicenca había aparecido hacía unos meses, la habían preñado y había tenido 7 cachorrillos. Entre todos los del pueblo la habían cuidado y alimentado y se ocuparon de encontrar hogar a todos los cachorretes, pero cuando nosotros llegamos todavía quedaba una. Nuestra princesa. Fue verla y tener claro que se venía con nosotros. La madre no era pequeña pero conociendo al padre, teníamos claro que la pequeña Zelda iba a alcanzar un tamaño considerable.



Nuestra perrita muy sumisa no es precisamente, va obedeciendo algunas órdenes pero con otras tenemos más dificultades. ES un terremotín como corresponde a sus 5 mesecitos y lo de obedecer todavía lo lleva regular. Así que estamos pensando en buscar unas clases de adiestramiento en las que nos ayuden. Hay algunas órdenes básicas que todo perro debería obedecer, para mí la más importante es la de acudir a la llamada. Es una cuestión de seguridad, del perro y de los demás.


Así que sí, echar cuentas. Además de la responsabilidad, del trabajo que da, de que hay que sacarlo, te apetezca o no… ¡te cuesta un dineral! ¿Quieres un perro? ¡Genial! Pero ¿te lo has pensado bien? 

viernes, 29 de septiembre de 2017

Nuestro reto lector: septiembre

Seguimos al pie del cañón con nuestro particular reto lector. Durante el mes de septiembre debíamos comenzar una nueva colección. Para los niños es fácil, hay muchísimas, pero yo no tenía muy claro qué leer. Al final recordé una saga que llevaban tiempo comentándome algunas amigas y que nunca me había terminado de animar a coger. Los libros de Valeria.



Encajaba bien en el reto así que me animé con el primero de los libros: "En los zapatos de Valeria". No está mal si lo que buscas es algo ligero y divertido. Es un poco tipo a "Sexo en Nueva York", de hecho enseguida identificas a cada una de las protagonistas con su equivalente en la serie, pero lo cierto es que engancha bastante. De hecho una vez terminado el primero, me fui leyendo casi del tirón los siguientes.

En cuanto a Sofía, se animó con una colección de esas que a todos los que hicimos la EGB nos suenan (aparte de los cinco, que ya se los había leído): Los Hollister, concretamente con "Los Hollister y el ídolo misterioso", que no es el primero de la colección pero es el que teníamos por casa. No le ha entusiasmado mucho, creo.

Guille, por su parte, se decidió por comenzar con la serie de "Misterios a domicilio", de la zaragozana Begoña Oro. Cuesta un poco sacarle opiniones claras sobre los libros que lee, pero he conseguido enterarme de que sí que le ha gustado y de que lo recomendaría. No está mal...

Para el mes que viene, octubre ya nos planteamos el reto en base a la fiesta de Halloween (sí, como ya he contado alguna vez por aquí, me gusta Halloween y sí, me gusta más que todos los santos, que en mi casa de todas formas no ha sido nunca tradición, y no, no viene de EEUU, la fiesta de Halloween es muchísimo más antigua que todo eso y de raíces celtas) Volviendo al tema que nos ocupa, esta vez sí tenemos ya claros los libros que queremos leer.

Yo pienso aprovechar para cubrir una laguna imperdonable en mi perfil lector. ¡Todavía no he leído el "Drácula" de Bram Stoker! es el momento de ponerse a ello.

Para Sofía creemos que ya es momento de introducirse en la retorcida y macabra mente del gran David Lozano, así que se va a atrever con "Hyde", pese a que su padre teme que después de esto no quiera volver a una excursión con el colegio, jejeje... a mí no me preocupa. Sofía misma tiene un punto macabro muy interesante, le gustará.

Para Guille tenía más dudas pero al final, por recomendación de su hermana, que ya lo había leído, se va a animar con el fascinante mundo de Neil Gaiman, concretamente con "El libro del cementerio"

Como siempre, os cuento más dentro de un mes.




miércoles, 20 de septiembre de 2017

Viajando sin gluten

En esta familia nuestra nos da poca pereza viajar, la verdad (otra cosa es el dineral que se va en ello) El hecho de que Sofía fuera celíaca nunca nos pareció que fuera a cambiar esto. Es verdad que la preparación del viaje cambia un poco. Ya no vale eso "ya comeremos por cualquier parte" Sobre todo en según qué países. Este verano habíamos decidido ir a Roma pero en coche, haciendo noche a la ida y a la vuelta en un par de ciudades costeras francesas.


En Italia no tuvimos ningún problema para encontrar cosas sin gluten y que la gente supiera de qué les hablabas. Hasta vi en un área de autopista los típicos sándwiches envasados pero sin gluten. Lo de los franceses sin embargo es caso aparte. No dudo de que en tiendas encontrarás de todo, como aquí, pero salir a comer por ahí ya es otro cantar. Y lo estar seguro de que no va a haber contaminación cruzada ya... cierto que llevábamos ya apuntados algunos sitios recomendados pero de ellos dos estaban cerrados justo el día que íbamos nosotros por allí.






Aún así, no hay excusa para no viajar hoy en día. Google es cada día más listo y si tú le preguntas por sitios "sans gluten" o "senza glutine" según el destino, algo te encuentra, luego ya tiene que estar abierto y te tiene que pillar más o menos bien, claro, pero encontrar encuentra.


Por supuesto, el kit de supervivencia celíaca no puede faltar en ningún viaje, nunca se sabe. Pan sin gluten, las bolsitas para tostadora o sandwichera, galletas, algún dulce, nesquik... bueno, cada uno en función de sus necesidades básicas... Y luego, claro, la opción de ir entrando a supermercados a por lo que falte. Nosotros en Italia algún día compramos pan y embutidos para comer en plan picnic en el parque y no tuvimos problema en comprar también para nuestra celiaquita. En Francia, como estuvimos menos tiempo no llegamos a probar, pero vaya, que después de la experiencia sí hemos pensado que la próxima vez que viajemos por allí (que no tardará porque es un poco nuestra segunda casa) nos buscaremos un aparthotel y al menos las cenas y desayunos las haremos bien.


De verdad, que no os de miedo. Hoy en día hay mil sitios donde buscar previamente la información: Grupos en Facebook, aplicaciones mil para el móvil, asociaciones nacionales o regionales, que incluso te proveen de los textos explicativos sobre la celiaquía en varios idiomas para que puedas presentarlos en cualquier hotel o restaurante allá donde vayas, el propio google... ¿vais a perderos todo un mundo solo por el gluten? ¡Seguro que no!


A los que sois madres/padres de celiacos, tampoco sobreprotejáis a vuestros hijos. Enseñadles más bien a buscar y preguntar. No podréis evitar que un día vuelen solos y seguro que entonces querréis que sepan sacarse las castañas del fuego ¿a que sí?

lunes, 11 de septiembre de 2017

Más rara que un perro verde

¿Sabes esas veces en que se te pone una sensación rara en el estómago por cualquier cosa? ¿y de repente un comentario más o menos tonto te pone de morros para toda la tarde? ¿cuándo quieres hacer una cosa pero haces justo lo contrario? Así llevo yo toda la semana. No sé muy bien cómo empezó todo. Tengo la vaga sensación de que fue un pequeño contratiempo, una tontería, el lunes a primera hora, en el autobús que me llevaba al trabajo, el que me despertó esa sensación incómoda en la barriga. A partir de ahí, algo que me habían comentado el viernes anterior, y a lo que no di demasiada importancia, de repente me empezó a preocupar vagamente. Fue avanzando la semana y con ella pequeñas cositas, a las que de normal no habría hecho demasiado caso, se iban uniendo a la desagradable bola que yo solita estaba formando y el jueves, un comentario tan poco afortunado como poco importante, le prendió fuego a la bola y me puso de un humor de perros.



El viernes decidí que ya estaba bien de tanta tontería y decidí volver a ser yo. El fin de semana ha sido estupendo, la verdad. Lo de tener perro es toda una historia, para bien y para mal, tengo que escribir una entrada sobre esto. Sin embargo una nube grisácea sigue persiguiéndome. Me despierto pronto por la mañana y me enfrasco en diecisiete versiones de una conversación pendiente que no sé cómo enfocar. La cabeza me va a mil hasta que decido cerrar el "chiringuito mental", levantarme de una vez y ponerme en marcha.



Y cuando el desarrollo normal del día de familia con perro te deja ese ratito de fin de semana para disfrutar un rato del último libro al que me he enganchado, resulta que encima acabas cayendo en ciertos párrafos y ciertas frases que te remueven algo por dentro y atraen de nuevo al nubarrón.

Por casa me dicen estos días que vaya genio llevo y tienen razón. Y el caso es que ni siquiera sé por qué. Supongo que es lo que me pasa cuando no acabo de encontrarme cómoda conmigo misma o con mis circunstancias.


El jueves del humor negro alguien me preguntó, viendo mi cara de malas pulgas, si tenían solución mis problemas. Automáticamente le contesté que todos los problemas la tienen. Y así lo creo, sólo que resulta incómodo cuando todavía no sabes cuál va a ser y eres consciente de que algunas son bastante menos apetecibles que otras.

viernes, 28 de julio de 2017

Hablando de buenas intenciones...

Será por el verano, los cambios de horarios, los viajes de unos y otros en la familia, que la perrita aún no puede salir... o será simplemente que no tengo remedio pero ¿os acordáis de todas esas maravillosas buenas intenciones mías? No hará falta que os cuente en qué han quedado ¿no? En fin, me voy a tomar lo que me queda hasta irme de vacaciones con calma y filosofía zen, o budista, o la que me quede más a mano, pero en cuanto vuelva de Roma sí que sí me pongo manos a la obra (no os riáis, que os he oído)






¿Por qué será tan difícil cumplir con los buenos propósitos? no para todo el mundo, claro. Hay quien se propone algo y lo sigue con férrea voluntad. No es mi caso, obviamente... En serio, necesito trucos y consejos, ¿puedes ayudarme? ¿Qué te motiva a ti para no caer en la tentación o la pereza?


Esta entrada es vuestra, ¡ayudadme a completarla!

miércoles, 26 de julio de 2017

Preparando las vacaciones

Este año, con tanto cambio, estoy un poco despistada con mis vacaciones. Digamos que no las necesito tanto como otras veces así que tampoco soy muy consciente de lo cerca que las tengo ya. Menos mal que las planeamos ya hace tiempo y ya teníamos todo reservado... pero no sé, me falta ese punto de ir preparando cosillas, cosas que queremos ver... aprovecharé esta entrada para contaros y así me voy centrando yo también.






Este verano toca Roma (con la fresca, sí, lo sé, estamos así de locos, también nos fuimos a Sevilla en pleno agosto). Pero además, para redondear la locura, hemos pasado de ir en avión para hacer kilómetros por la preciosa costa azul francesa y hacer una noche de ida y otra de vuelta por allí: Cannes y Marsella han sido las localidades escogidas.


Cuando empezamos a planearlo, la idea era poder llevarnos a nuestro perrito, que aún no teníamos pero pensábamos tener, con nosotros. Así que buscamos un hotel en el que admitieran mascotas (y tuvieran opciones para celiacos, pero eso en Roma es fácil) y hasta teníamos localizada una preciosa playa para perritos muy cerca de la ciudad.


Peeeeroooo, las cosas no siempre salen como uno había planeado. Nosotros pensábamos ir a la perrera o alguna asociación y adoptar un perrito, no muy mayor pero tampoco muy pequeño. Ese era el plan, hasta que llegamos al pueblo y nos encontramos con un último cachorro de una camada de 7 para quien buscaban familia. Ni que decir tiene que fue verla y llevárnosla puesta. Así que de golpe y porrazo nos encontramos con una perrita de mes y medio con la que había que empezar todo el proceso de vacunaciones y demás. El caso es que para cuando vayamos a Roma aún no tendrá todo en orden y por tanto no nos la podemos llevar. Afortunadamente los abuelos ya la han adoptado como a otra nieta más y se harán cargo de ella mientras nosotros estemos fuera pero nos da penita no poder llevárnosla...


En fin, que me voy. Roma decía. Pero Roma con niños, así que nada de días estresantes de madrugones y palizas para verlo todo. A cambio mucho callejeo, descanso y helados tantas veces como se nos antojen y disfrutar, disfrutar y disfrutar. Que si hay que volver porque nos hemos dejado cosas sin ver pues ya se volverá. Tengo que leerme bien esta web, ya os digo que no encuentro tiempo para prepararme pero de este fin de semana no pasa.


Y, como no podía ser menos, también hemos preparado nuestro propio jueguecito, al estilo de aquello que hicimos un verano en nuestra propia ciudad, ¿os acordáis? Esta vez cada uno de nosotros tiene que escoger un monumento o historia de Roma y prepararse una pequeña exposición para contarnos a los demás lo que ha averiguado. Ya os contaré. Entre tanto, se agradecerán las sugerencias y comentarios sobre Roma.



lunes, 17 de julio de 2017

Buenas intenciones

Este año me adelanto en mi tradicional lista de buenas intenciones. Normalmente no suele ser hasta septiembre cuando me da la neura (o bien fin de año, claro) pero esta vez ando revolucionada ya mismo, en plenos calores de mitad de julio. Será porque desde la 10k no he vuelto a correr nada de nada, será porque últimamente estoy descuidando un poco la alimentación y cayendo en viejos vicios, será por encontrarme de nuevo a gusto con lo que hago. Será por lo que sea, pero dieta sana y deporte vuelven a estar en primera línea de mis pensamientos. Habrá que ver si soy capaz de ahora de sacarlos de ahí y llevarlos a la acción pero habrá que intentarlo al menos. Tengo ya unas cuantas ideas y hombre, factibles sí son, que ya tiene una unos añitos como para meterse con imposibles o dejarse liar por deslumbrantes milagros, así que cuestión de planteárselo en serio ¿no? 


¿O no? ¿por qué será que me cuestan tanto estas cosas? sé lo que debo hacer, cómo planteármelo para que sea agradable y llevadero, y en consecuencia además más eficaz... ¡¡¡¿y por qué no lo hago?!!!




Me matan las excusas, creo. Siempre surge alguna. Hoy no me da tiempo, hoy llueve, hoy hace demasiado calor... Me conozco, sé que debo planteármelo como obligación y además planificarlo bien para no caer en una de ellas. También sé que me beneficia ponerme pequeñas recompensas, pero sólo me funcionan la primera semana, luego ya dejan de ser incentivo. Y dejan de serlo porque la recompensa falsa no puede ser nunca la motivación para nada. La motivación tiene que ser real. Hay que encontrar nuestro auténtico porqué, pero reconozco que no siempre lo tengo claro, o quizás no es tan fuerte como para mantenerme en el camino. 

En fin, que mi cabeza va más rápida que mis dedos y esto lleva camino de convertirse en un auténtico auto-análisis psicológico, que me veo venir, y este blog es lo que es, pero no es ningún diván así que lo dejo aquí. Os reitero mis buenas intenciones para los meses venideros a ver si, a base de pregonarlas, acabo por cumplirlas, sobre todo la de ir en bici al trabajo, que no será por no habérselo dicho ya a todo el que me ha querido escuchar pero ni por esas... esta semana lo hago, lo prometo (no me ha visto nadie cruzar los dedos, ¿verdad?) El viernes os cuento si he cumplido la promesa. Podéis reñirme sin piedad si no es así. 


miércoles, 12 de julio de 2017

Mi elemento

Hoy escribo desde una habitación de hotel en algún lugar de algún país, poco importa. Para cuando lo leáis ya estaré de nuevo en el coche tragando kilómetros para ir a ver a gente que todavía no conozco, hablar un rato con ellos y volver a empezar la rueda. Sé que a mucha gente este trabajo no le gusta nada pero yo me siento bien en él. Quizás no viajando continuamente, al final agota y te pierdes demasiadas cosas, pero una escapada de vez en cuando, romper con la rutina de la oficina. Ver cara a cara a esa gente con la que normalmente sólo hablas por teléfono, conocer lugares nuevos, empresas nuevas... sí, definitivamente me gusta, me siento bien, en mi elemento, o casi.

Casi porque todos sabéis que lo que de verdad, de verdad me gustaría sería vivir de la escritura. ¡Y qué difícil es eso! he hecho mis pinitos y he disfrutado muchísimo con las presentaciones, las charlas con lectores, ir de acá para allá a donde nos llamaran... de nuevo viajar, ver caras nuevas, conocer gente diferente, tener la ocasión de conocer otras realidades... mente inquieta la mía, definitivamente no estoy hecha para un trabajo rutinario. Y no es que la rutina no tenga sus ventajas, las tiene claro. Y entiendo a la gente que la necesita. Yo lo que necesito es más bien un equilibrio, también difícil de lograr, no tengo sueños fáciles yo.

No hace mucho hablaba con alguien un poco de todo esto y me decía que estaba harto de su trabajo, que no es lo quiere hacer, que nunca lo ha querido y sin embargo lleva ya muchos años realizándolo. Le pregunté qué quería hacer a cambio. Tampoco lo sabía. Ese es un mal muy común. No nos tomamos el tiempo de parar y reflexionar. Me acordaba de este gráfico, o de alguno parecido:



¿Os lo habéis planteado alguna vez? porque está muy bien eso de "el elemento", pero con frecuencia se nos queda cojo. Está muy bien eso de dedicarte a tu pasión pero en el mundo en que vivimos, nos guste o no, (casi todos) necesitamos un trabajo decentemente remunerado. ¿Habéis probado a vivir de la escritura? uff... así que sí, este trabajo me gusta, me sitúa, si no en el centro mismo al menos muy cerquita. Por supuesto nada es perfecto, ni hay forma de saber qué evolución seguirá. Bastantes tumbos he dado ya últimamente como para no saber esto, pero también sé que hay que disfrutar el momento, sin perder de vista el pasado ni descuidar el futuro, pero viviendo el ahora porque en menos que canta un gallo se nos ha escapado y si no hemos estado atentos lo habremos perdido. Lo que este en nuestras manos (que suele ser bastante más de lo que nos pensamos) tratemos de gestionarlo de la mejor manera posible y lo que no... bueno, depende, pero siempre hay opciones ¿verdad? aunque al final la única razonable sea cerrar una puerta para abrir la siguiente.





viernes, 7 de julio de 2017

Nuestro reto lector de junio

Que no creáis que nos lo hemos saltado, que soy yo que voy de medio lado últimamente y ni me había acordado de contaros...

Para junio nos tocaba meternos en el mundo del cómic y/o la novela gráfica, géneros injustamente menospreciados en muchas ocasiones.

Siguiendo las recomendaciones de la biblioteca del cole, Sofía y yo nos decidimos rápidamente por "¡Sonríe!" y "La casa" respectivamente.  Guille que está ahora a tope con la última versión del clásico videojuego "The legend of Zelda", pues ya veis, lo vio y a por él que se fue...



Ricardo sigue fuera de juego en cuanto al reto pero bueno, tres de cuatro no está nada mal... los demás seguimos al pie del cañón. Lo cierto es que nuestras lecturas de junio nos gustaron mucho, pero, como os decía, nunca he entendido muy bien la falta de interés por el cómic, a mí me parece un género fascinante y que ha dado auténticas joyas. Claro, que yo tengo un pasado un poco friki-manga, jijiji. Independientemente de ello, de verdad, os aconsejo tener siempre cómics a mano por casa, son una alternativa genial para un ratito muerto. Los hay para todos los gustos y de todas las temáticas así que no será por falta de opciones...

Y, con esto del fin de curso y mi cambio de trabajo, nos hemos metido a día 7 de julio y nosotros sin pensarnos la lectura del mes... Tocaba según he mirado en la chuleta , buscar el libro en el que se basara alguna película que hayamos visto y nos haya gustado. Uff, qué difícil... esto tenemos que pensarlo bien. Me parece que esta vez no os voy a poder adelantar nada pero si tenéis sugerencias que hacernos serán bienvenidas.


viernes, 23 de junio de 2017

Repaso de fin de curso

Aprovechando el final del curso académico de los niños, y que este está siendo un año un tanto raro para mí, voy a hacer uno de esos repasos del año que tanto me gustan.



Empecé el curso buscando un nuevo trabajo y lo termino cambiando de nuevo de empresa. Hay veces en las que ya desde el principio ves que no estás en tu sitio. Intentas adaptarte, miras a ver qué cosas puedes cambiar, pronto te das cuenta de las que no... y llega un momento en que ya tienes claro si vas a seguir allí o no. Eso me ocurrió a mí, con tan buena suerte que alguien de mi red de contactos, se puso en contacto conmigo para ofrecerme un proyecto interesante. Hablamos et voilà, el lunes comienzo etapa nueva laboralmente hablando.

Por otra parte, uno de mis objetivos para este año era retomar con fuerza este blog desde el que os escribo. Creo que a ese le he hecho bastante caso. Salvo algunas excepciones estoy manteniendo un ritmo de 3 entradas por semana que ya hacía tiempo que no seguía. Al final nunca se le puede dedicar todo el tiempo que a una le gustaría (de promoción y demás) pero bastantes pitos toco ya, no se pueden llevar todos a tope.

Y hablando de pitos... sigo dándole vueltas a la cabeza a la idea de volver a estudiar. No lo tengo nada claro. He estado haciendo bastantes cursos últimamente y, si ya con cursos sencillitos, me cuesta encontrar el tiempo que dedicarles, quizás pretender volver a la universidad sea una locura. No está decidido aún. En cualquier caso, eso será tema ya del curso siguiente...

Otro objetivo, repetir la 10k, conseguido también. No mejoré mi marca anterior como esperaba pero considerando que llevaba un gemelo sobrecargado y que hizo mucho más calor, pasaremos ese detalle por alto si os parece... lo que sí es cierto que no conseguí, como me había prometido, fue aprovechar mucho mejor los entrenamientos. Al final la rutina se nos come y no siempre se puede sacar ese rato obligado para el deporte. O será simplemente que no estaba suficientemente algo en mi lista de prioridades, que al final el tiempo ya sabemos que se basa en eso ¿no?

¿Qué me deparará el curso que viene? ya veremos, de momento necesito tomarme unos días para vaciar la cabeza y volverla a llenar con ideas frescas. Creo que este fin de semana va a ir de eso. Ya os iré contando.

miércoles, 21 de junio de 2017

Pereza máxima

Uff,  yo no sé si es el calor sofocante de estos días, que estoy otra vez en ese punto en que estoy dejando lo viejo pero aún no he empezado lo nuevo (laboralmente; sí, toca reinventarse otra vez) o una mezcla de las dos cosas. El caso es que ni hago ejercicio (no sé cuántas semanas llevo diciendo que esta semana sin falta vuelvo al gimnasio y a correr... (desde la 10k creo, y fue el 28 de mayo, casi un mes hace ya, ni escribo casi nada (ni blog ni cuento), ni tengo la casa ni remotamente decente... y para mí que cuanto menos haces menos te apetece hacer. ¡Ni siquiera he escrito mi tradicional entrada por mi cumpleaños!



La verdad es que tengo ganas ya de asumir un reto nuevo, algo que me ponga las pilas. Creo que necesito un fin de semana de pararme en seco y pensar qué quiero y cómo conseguirlo. De vez en cuando vienen bien estos parones, creo, pero, ¿cuántas veces nos concedemos ese tiempo para nosotros mismos? También es verdad que, como bien dice Quino en su viñeta, también a la pereza hay que respetarla. Demasiado a menudo nos empeñamos en combatir todo lo que nos pasa: la tristeza, la melancolía, la ira... igual simplemente deberíamos pararnos un poco a contemplar esos estados y descubrir por qué los sentimos, incluso disfrutarlos, siempre que no nos desborden. Así que creo que voy a disfrutar  todo lo que me dejen de mi pereza hasta el fin de semana y permitirme empezar trabajo nuevo el lunes con fuerzas renovadas y, con suerte, retos nuevos.

miércoles, 14 de junio de 2017

"El problema es el tiempo"

¿Cuántas veces habéis dicho, u oído, algo parecido? Es que no tengo tiempo... si tuviera tiempo... ¿pero de verdad no lo tenemos? Los días tienen las mismas horas para todos. Algunos hacen mil cosas y otros casi nada. Cada uno tiene sus circunstancias, claro, pero igualmente, al final se trata de cómo distribuyes tus horas y, sobre todo, fundamental, de cuáles son tus prioridades.

¿No tienes tiempo de estudiar inglés pero sí de salir a correr varias veces por semana? entonces no es que no tengas tiempo, es que prefieres dedicarlo a otra cosa. ¿Podrías salir a correr algún día menos y dedicar ese tiempo a estudiar? seguro que sí, ahora bien, ¿quieres hacerlo? ¿No tienes tiempo de ir a tomar un café con ese amigo al que hace tiempo que no ves? ¿seguro? ¿no será que tampoco te apetece tanto verlo?

Dejando aparte nuestras prioridades, ¿cuánto tiempo pasamos "empanados" frente a la tele? una cosa es un rato de desconexión y descanso, que a todos nos viene bien, y otra pegarte horas (con la tele o con el móvil, tablet o consola de videojuegos, a cada pecador su pecado)

¿Sabemos organizarnos el tiempo adecuadamente? ¿No os da la sensación a veces de que cuantas más cosas queréis hacer mejor os organizáis y al revés? Como entres en una espiral de "no tengo muchas cosas que hacer pero es que no me apetece hacer nada" ya estás perdido. O esos bloqueos mentales de "tengo mil cosas que hacer". En estos casos a mí me suele funcionar "vaciar mi mente" Ponerlo todo por escrito en una lista (las famosas listas) y ordenarlo. Sólo con eso de momento te quitas el agobio de llevarlo todo en la cabeza y es una forma de empezar a marcar qué hago primero, qué puede esperar, etc. ¿Sabéis lo de la tabla de urgencia/importancia? es muy útil para ordenar tareas. Os pongo una:


También es importante el tiempo que te va a llevar hacerlo. A lo mejor no es ni muy urgente ni muy importante pero te cuesta un minuto. Pues ¡quítatelo ya y te olvidas!

Es un tema siempre curioso este de la gestión del tiempo. De vez en cuando le doy alguna vuelta y yo no sé si aprendo o mejoro algo porque me siguen pasando las mismas cosas que a todos, que al final "no tengo tiempo", pero nunca está de más seguir intentándolo, ¿verdad? o al menos tener claro que para qué cosas sí quieres tener tiempo y para cuáles no. O dicho de otra manera, saber que a veces no es que no tengas tiempo sino simplemente que no lo quieres hacer (saber decir que NO, otra gran habilidad que dejaremos para otro día)

lunes, 12 de junio de 2017

Falsa pizza de quinoa

Hacía días ya que no os ponía recetita. En realidad ésta es una idea que probamos hace tiempo ya, incluso antes de saber que Sofía es celíaca. Desde luego como idea para una versión sin gluten de la clásica pizza, es genial. La quinoa, como sabéis, es un alimento completísimo y, lo cierto, es que esta falsa masa queda muy rica. La preparación es muy fácil. Nosotros hemos probado un par de variantes como el último día el experimento no me salió muy bien, os voy a dejar con esta receta de quinoarecetas.com:

Ingredientes:

  • ½ taza de quinoa
  • 1 taza de agua
  • 2 huevos grandes
  • ¼ taza de queso rallado de mezcla italiana o mozzarella
  • Aceite de oliva virgen
  • 1 ½ cucharadita de sal de ajo (ajo seco molido y sal de mesa)
  • ½ cucharadita de orégano seco
  • ½ cucharadita de albahaca seca
  • ½ cucharadita de levadura

Preparación:

  1. Coloca la quinoa sin cocer en un colador de malla fina y deja que corra agua fría sobre ella durante aproximadamente un minuto hasta que el agua se aclare. Sacude el exceso de agua.
  2. Añade la quinoa enjuagada y 2 cucharaditas de aceite de oliva a una olla mediana. Remueve de vez en cuando a fuego medio alto durante 6-7 minutos. El exceso de humedad se evaporará y la quinoa comenzará a tostarse.
  3. Cuidadosamente agrega el agua a la quinoa tostada. Lleva a ebullición y luego reduce a fuego lento durante unos 15 minutos, revolviendo de vez en cuando hasta que se haya evaporado el exceso de humedad y esté el grano en su punto, al dente.
  4. Pon la quinoa cocida en un tazón grande y deja enfriar por lo menos 10 minutos.
  5. Precalienta el horno a 220 grados celsius y prepara una hoja de hornear con papel de pergamino. Puedes untar un poco de aceite o mantequilla para que no se pegue demasiado.
  6. En un tazón pequeño mezcla los huevos, 1 cucharadita de aceite de oliva virgen, la sal de ajo, el orégano, la albahaca y la levadura. Bate hasta que esté todo bien combinado y homogéneo.
  7. Añade el queso a la quinoa y combina.
  8. Añade la mezcla de huevo a la quinoa y remueve bien hasta que esté todo bien combinado.
  9. Extiende la masa de quinoa en una capa de 1 cm aproximado en la forma deseada.
  10. Hornea durante 20 minutos o hasta que los bordes comiencen a dorarse. Y voilá!
  11. Una vez hecha la masa puedes añadir los elementos de la pizza y volver a meter al horno durante otros 5 minutos.

 A Sofía le gusta la clásica pizza de jamón y queso así que no nos complicamos mucho la vida

viernes, 9 de junio de 2017

Momentos de cambio

¡Qué difícil es a veces encontrar el equilibrio, ¿verdad?! las circunstancias de nuestras vidas van cambiando, y con ellas, se va alterando ese precario equilibrio que creemos haber encontrado. Ya me conocéis, sabéis que no soy especialmente reacia al cambio. Me gusta ir evolucionando siempre y soy poco conformista así que, obligatoriamente, eso debe implicar enfrentarme a cosas nuevas de vez en cuando. Siempre me hace gracia esa frase que aparece de vez en cuando por facebook "¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?" La respuesta debería ser siempre "hace poco".

Pero también hace falta una cierta tranquilidad, ciertas rutinas, y yo últimamente no termino de encontrarlas, no acabo de asentarme. Nuevos cambios se avecinan, veremos si esta vez sí me traen por fin ese esquivo equilibrio.



Claro que dentro de nada me encontraré con dos hijos "aborrescentes" en casa y ¡eso sí que va a exigir adaptaciones! de momento los tengo ya tan mayores como para prepararnos un plan sorpresa ellos a nosotros, pero no tanto como para que no quieran hacer planes con nosotros. Un dulce momento, sin duda. Trataré de aprovecharlo al máximo. Aunque, con todo el respeto que la adolescencia infunde, también he de decir que tengo el firme de propósito de acercarme a ella con la idea de tratar con una edad fascinante y tratando de recordar la mía propia. ¡Qué buenas intenciones! ya os estoy escuchando a las ya madres de adolescentes reiros de mi inocencia, ya... lo sé, lo sé, pero no me quitéis la ilusión...

Últimamente me ha dado por hacer cursos mil (lo de la UNED sin embargo no sé yo si acabará llegando a buen puerto). La semana que viene empiezo uno de inteligencia emocional al que le tengo muchas ganas. Ya os contaré.

miércoles, 7 de junio de 2017

De celebración

Hoy me ha comunicado mi editor que va a sacar una nueva edición de mi libro "El pijama mágico" así que, para celebrarlo, hoy voy a compartir un nuevo fragmento de su segunda parte, que aún no tiene título pero lleva buena marcha y espero que esté terminada para el verano. Valga esta entrada pues para despertaros la curiosidad por el nuevo libro y de paso para que quienes no tengáis todavía el primero aprovechéis la nueva edición para pedírselo a vuestro librero habitual (y si no lo tiene que lo solicite a la editorial, que todo problema tiene su solución)

Sin más os dejo con el nuevo fragmento:

Aquella noche, sin embargo, Esther volvió a tener uno de sus sueños. No le había vuelto a pasar desde que conocieron por fin a su tataratatarabuela, ni siquiera con su pijama mágico. A la mañana siguiente se despertó algo asustada y confusa sobre los detalles del sueño pero con las ideas mucho más claras sobre lo que había ocurrido. Y enseguida le contó a su hermana lo que recordaba: un dragón llegaba volando y se colaba en su habitación rugiendo y echando llamaradas por sus ardientes fauces. Estaba muy enfadado y no hacía más que gritar que le habían robado lo suyo y que a cambio quería el libro. Después todo se volvía confuso por el humo del fuego que empezaba a prender por todo el cuarto. De repente era la bruja la que aparecía de la nada y le decía a Esther que no se preocupara por las amenazas del dragón, que no podía hacerles ningún daño, pero que tuvieran buen cuidado de que el libro no cayera en manos de nadie, incluso si para eso debían utilizar la pirámide.
Las dos hermanas pasaron un buen rato discutiendo sobre lo que todo aquello podía significar. ¿Debían viajar en el tiempo para ocultar el libro? Pero estaban convencidas de haber encontrado un buen escondite. ¿Hasta dónde conocería el ladrón sus hábitos? ¿Era posible que las hubiera seguido el sábado hasta la tienda? Si sospechaba que podían haberlo ocultado allí no le sería tan difícil descubrir el escondrijo… con lo seguras que estaban ellas de haberlo hecho bien... ahora ya no sabían qué hacer. Si al menos pudieran consultarlo con su tataratatarabuela…  
Decidieron salir con su perro, llevarlo cerca de la tienda por si él detectaba algún peligro. No era una opción muy segura, pero tampoco se les ocurría nada mejor por el momento. Pensaron que volver al sótano de la tienda para sacar el libro sería más sospechoso que no hacer nada.

Así, se pusieron calzado cómodo y salieron con Dog a dar uno de esos largos paseos que tanto le gustaban. Con las orejas de punta y el rabo moviéndose a toda velocidad en señal de felicidad, Dog las fue llevando por donde se le ocurrió, aunque como era un perro muy listo, a las primeras indicaciones de las niñas ya fue capaz de intuir por donde querían ir y lo que esperaban de él. Las llevó pues, dando algún que otro rodeo por los parques de su preferencia, hacia la tienda. No se acercó demasiado pero sí se entretuvo en la plaza de enfrente, olisqueando aquí y allá. No era un comportamiento que pudiera llamar la atención de nadie, desde luego, pero con eso se aseguró de que no había pasado por allí la misma persona que había irrumpido en el dormitorio de sus amitas. Satisfecho con su inspección, tiró de la correa para seguir con su paseo, ahora ya libre de toda obligación.

 El libro pues estaba seguro, al menos de momento. Durante la caminata, sin embargo, las niñas no dejaron de estar inquietas y comentar una y otra vez el sueño de Esther, aunque no fueron capaces de llegar a ninguna conclusión. Tendrían que esperar acontecimientos…

lunes, 5 de junio de 2017

Cómo fomentar la autonomía en los niños

El otro día nos llegaba la revista para padres del cole, en la que hablaban precisamente de hiperpadres y niños sobreprotegidos. Son cositas muy tontas, no os creáis, que seguro que muchos hacemos sin darnos ni cuenta, creyendo además que somos muy buenos padres y hacemos lo mejor para nuestros niños. Y sin embargo, qué gran error. Estar todo el día pendientes de ellos, resolverles los problemas, protegerles de cualquier daños, o cosas tan tontas como hacerles la mochila, o estar encima de ellos para hacer los deberes, les roban la posibilidad de ser independientes, autónomos, de convertirse en adultos sanos, capaces y felices. Os pongo un ejemplo a ver si os reconocéis en alguno de los casos (si lo veis, si no se ve bien probar a hacer doble click, debería agrandarse):



Mis hijos directamente no se dejan hiperproteger, de lo cual estoy encantada, pero luego se me queda cara de tonta cuando todas las madres hablan de lo que han metido o dejado de meter en la mochila de sus hijos para una excursión de tres días y yo no tengo ni idea de lo que mis hijos llevan porque hace tiempo ya que esas cosas se las preparan ellos solos. Teniendo en cuenta que desde el cole les dan una lista de cosas que deben llevar y que el menor tiene ya 10 años, ¿qué razón hay para que no se hagan responsables de sus cosas? Lo comentaba con mi hija mayor (12) y no le entraba en la cabeza que alguien deje que sus padres le hagan la maleta porque entonces ¿cómo sabes lo que llevas? ¿y si sacas la ropa y te han puesto algo que no querías llevar? ¿o no te han puesto lo que sí querías ponerte? Ella lo tiene claro. Guille por su parte también me contaba en plan "vas a flipar" que hay niños de su clase que al salir al recreo se preguntan qué les habrán puesto de almuerzo. Él tampoco concibe no prepararse su propio almuerzo, como su propia mochila, y si un día se ha olvidado de llevar algo, pues mala suerte, asume las consecuencias y aprende de su error, que no se cae el mundo por eso.

Ser padres es una aventura, y nos equivocaremos todos mil veces, aún pensando que hacemos lo mejor para nuestros hijos. Nosotros seguro que nos estaremos equivocando en otro montón de cosas, pero al menos la revista del cole nos tranquilizó en este sentido. A veces oyes comentarios (o te dirigen miradas) que te hacen dudar. Porque esa es otra: si los mandas solos a comprar, ay, pobrecicos, si los dejas un rato solos en casa, qué mala eres, si no les ayudas con los deberes, no les haces ni caso... También hay que tener claro a quién hay que escuchar y a quién no, que boicots en esto de la educación no faltan, ¿no os parece? venga, confesad, ¿sois hiperpadres o les dejáis volar solos? (siempre en función de su edad, claro)

viernes, 2 de junio de 2017

Otra de nostalgias

He tenido estos días a mi niño de excursión con el cole así que hoy me vais a permitir otra de mis entradas nostálgicas, esta vez a cuenta de su primer año de vida... 10 años hace ya que nació el "pequeñín de la casa"¡cómo se pasa el tiempo! (y qué poco me queda para que se me ponga "aborrescente" perdido y pase de mí, habrá que aprovechar bien estos añitos)

Un año de vida

Se me ha pasado volando... pero sí, Guille ha cumplido ya su primer añazo. Todo un año de descubrimientos, progresos, pequeñas decepciones... cuesta recordar sus primeros días. La indefensión de un recién nacido. Ahora ya es todo un pequeño chicarrón. Aprendió a gatear, aprendió a andar de la mano (su lema es "dadme un dedito de apoyo y me recorreré el mundo"), pero también ha aprendido una serie de habilidades básicas. Defenderse de su hermana, no dejarse quitar el juguete que quiere... y está desarrollando ya la cabezonería propia de la familia. Como lance el dedo señalando un objeto ya puedes intentar llevártelo a donde quieras que hasta que no le des el objeto en cuestión no parará. Y si decide tirar de tí hacia la terraza ya puedes tú intentar llevártelo hacia el lado opuesto que nones. Como no lo cojas en brazos y te lo lleves berreando, lo que es andando desde luego no te lo llevas. Y para eso no tiene fuerza ni nada el tío...
No deja de ser curioso que justo hoy haya descubierto yo el último documental sobre bebés de National Geographic (siempre fascinantes), esta vez precisamente sobre el primer año de vida del ser humano. Lo estaba viendo ahora en el especial de Terra (os dejo el link, vale la pena dedicarle un ratito) y me deja, como siempre, boquiabierta. Conocía la inmensa capacidad del cerebro humano, especialmente en los primeros años de vida, pero verlo así, tan científicamente explicado, y la vez tan asequible... es increíble. Sobre todo la plasticidad del cerebro de un bebé. Cómo es capaz de recuperarse en una medida que nunca habría imaginado de algo tan traumático como la extirpación de medio cerebro a un bebé de pocos meses de edad. El documental muestra a ese bebé convertido en un adolescente con mínimas diferencias con cualquier otro. No salgo de mi asombro.
Lo malo de dejarme a mí ver estos vídeos es que no falla, me entra la nostalgia de bebé y empiezo a tener ideas peligrosas... hablaremos de ello en el próximo post, si os parece...
Y es que lo de los bebés es realmente fascinante. La capacidad de aprendizaje que tienen... ya nos gustaría a todos conservarla de adultos, ¿verdad? la absoluta espontaneidad en sus reacciones... y aún así, son todos tan diferentes entre sí. Yo lo observo entre mis dos hijos, pero te pones a comparar con cualquier otro bebé y cada uno tiene su incipiente personalidad perfectamente definida, y perfectamente distinta al de al lado... tan pequeñitos, aparentemente con tan pocas habilidades o capacidades sociales... y sin embargo, unos pequeños expertos. Lo pensaba esta misma tarde yendo con Guille por la calle. Es que no falla, vas con él y va acaparando miradas. Y no es que sea un bebé extraordinariamente guapo (yo lo veo guapísimo, claro, pero siendo objetiva, tampoco es que llame la atención por eso) Sin embargo tiene una capacidad de seducción bestial. Va por la calle literalmente llamando la atención. En cuanto consigue que su objetivo le mire, le dedica una sonrisa encantadora y no deja títere con cabeza. Éso es lo que andaba yo pensando esta tarde con él. Que como mantenga esa mirada y esa sonrisa de mayor se va a llevar a todas las chicas de calle. Lástima que según nos desarrollamos vamos perdiendo capacidades... También de esto habla el documental. Nacemos con una serie de habilidades fantásticas que vamos perdiendo poco a poco en beneficio de otras más prácticas para movernos en nuestro medio. Digamos que nos vamos especializando...
Lo que me da un poco de pena es no haber podido seguir el desarrollo de Guille con tanta atención como el de Sofía. Supongo que es inevitable en cuanto hay hermanitos de por medio. El primer bebé no tiene que competir con nadie por captar la atención, la acapara toda sin hacer nada especial. Sin embargo para el segundo tienes mucho menos tiempo. No es que no le hagas caso, pero estás con él y la celoseta de turno ya te está reclamando. No quiero ni pensar en lo que será tener tres o cuatro hijos, o más. De hecho he leído últimamente sobre ésto en un par de libros. El último en el que estoy leyendo ahora: "El Mundo", de Juan José Millás, una "autobiografía novelada", como él mismo la describe.
Por supuesto puedes tratar de aprovechar al máximo las horas en las que estáis a sólas, pero en cuanto vuelves al trabajo, esas horas se reducen considerablemente. Yo aprovecho que Sofía come en la guardería para disfrutar a tope del pequeñajo en la hora de la comida, y a Sofía le dedicamos en exclusiva el ratito desde que su hermano se ha dormido ya hasta que se acuesta ella. Le encanta sobre todo el rato de leerle el cuento en la cama. Primero mamá y luego papá. Te pide unas 5 veces por semana el mismo cuento pero no importa... es un rato que todos disfrutamos mucho. Como el momento de acostar a Guille. Ese es mío por "prolongación de derechos de lactancia" Sé que hago mal en dejar que se acostumbre a dormirse conmigo pero para mí es un ratito de descanso, de intimidad con él, no son tantos los momentos en que podemos estar los dos sólos.
Bueno, que me voy ya del tema. Os dejo, no sin antes invitaros de nuevo a echar un vistazo al documental de National Geographic. Sorprendente...
Y ahora contadme, ¿cómo habéis vivido vosotr@s el primer año de vida de vuestro bebé? ¿No os parece una pena que no tengamos recuerdos de un periodo de vida tan fascinante?
Lamamma
Publicado domingo, 04 de mayo de 2008 21:49 por Mama_a_bordo

miércoles, 31 de mayo de 2017

Nuestro reto lector de mayo

Un mes más paso por aquí a dar cuentas del desarrollo de nuestro reto lector familiar (o casi, porque creo que el papi se ha descolgado definitivamente de él)

Como os comenté, Guillermo y Sofía se han iniciado en la novela detectivesca con alguno de los relatos del gran Sherlock Holmes. Les gustó pero no se animaron a seguir leyendo por ahora. Ya lo retomarán...

Yo, por mi parte, tras varias dudas, me animé por fin con "Miles de millones", de Carl Sagan, lectura que tenía pendiente desde hace años. De hecho, el libro es muy interesante pero de finales de los 90, con lo que, evidentemente, hay cosas que han quedado desfasadas, pero igualmente vale la pena leer sus reflexiones sobre el cosmos, la vida en la Tierra, la religión y la ciencia, la ética, el cambio climático e incluso el aborto.


Para el mes que viene el reto es fácil. Una novela gráfica o cómic. Lo que no será tan fácil será escoger cuál, ya os contaré.

Es un género muy interesante el de la novela gráfica, e injustamente minusvalorado muchas veces. Hay obras muy buenas en este formato y no me negaréis que unir el arte de escribir con el de la ilustración tiene mucho mérito.

Por otra parte, ¿cuántos grandes lectores de hoy en día empezarían leyendo a Mortadelo y Filemón o a  Zipi y Zape para luego ir evolucionando hacia otros cómics y otros géneros?

Dicho esto, y aunque es un género que en su momento sí leí más, ahora mismo ando algo perdida en cuanto a novedades así que si tenéis alguna sugerencia que ofrecerme para mi reto os lo agradecería.

lunes, 29 de mayo de 2017

Reeetooo... ¡re-superado!

Pues sí, casi tres meses después de esta entrada, llegó el gran día. Como era de temer, aquellas excelentes intenciones mías de aprovecharlo mucho mejor se fueron diluyendo con las semanas, las agendas difíciles, los compromisos, un gemelo sobrecargado... en fin, que os voy a contar... el caso es que no llegaba yo tan preparada como me hubiera gustado, ni mucho menos. Pero un reto es un reto, y mis #naranjitas son mis #naranjitas (¡por no hablar del equipazo de entrenadores que gastamos!) Así que, en la mejor forma o no, la cita era obligada y, hombre, que podía hacerla sí que lo sabía.

Y hecha está. No mejoré más que unos segundos mi tiempo del año pasado pero considerando que la sufrí incluso más, probablemente por el calor, me doy con un cantico en los dientes de haber hecho el mismo tiempo. Lo que es la cabeza en esto del correr, ¿eh? pensándolo fríamente, iba bien de pulsaciones, mi gemelo no me dio ninguna guerra (gracias a ese oportuno masaje de Jorge, del equipo de fisioterapeutas de Ómica), y sin embargo la cabecica se empeñaba en protestar y querer que parara. ¿Sabéis lo que cuesta cambiar ese chip? Menos mal que es una carrera llena de animaciones y gente apoyando (un bravo especial a las chicas que estaban animando en la llegada a la plaza del Pilar, ¡qué manera de desgañitarse para alentarnos a continuar!), ¡ese saxofón, impresionante! Carlos y sus cabezudos rociándonos con agua para mitigar un poco el calorazo que pegaba ya a esas horas. Y, como el año pasado, cuando ya creía que no llegaba, entraron mis liebres personales a correr el último kilómetro conmigo y ahí ya la cabeza no tuvo nada que decir. Los 10k volvían a estar a la vuelta de unas pocas zancadas más y tenían que ser míos de nuevo.


Como ya comenté el año pasado, lo de que los niños entren a la carrera no siempre es una buena idea y en muchas ocasiones está prohibido. En este caso, como veis en la foto, el grueso de la carrera ya había pasado y no había precisamente aglomeraciones a mi alrededor así que no molestaban a nadie ni suponía ningún peligro para otros corredores su incorporación a la carrera. Además, les había dejado entrar un miembro de la organización.

Por último, pero no menos importante, un besazo enooooormeee, a mi grupo de entrenamiento (al actual y al anterior, que siguen siendo parte importante de mi vida, pero también a tantas otras naranjitas que a pesar de entrenar otros días se han hecho también su hueco en mi corazoncito), y por supuesto al equipo de entrenadores, que saben guiarnos, animarnos, comprendernos, sacarnos una sonrisa aunque nos hayan dejado para el arrastre y darnos un gran abrazo cuando llegamos a meta. Todo ello capitaneado por el imparable (sobre todo con un micrófono en la mano) Sergio del Barrero, empeñado ya desde hace unos años en promocionar el deporte femenino y llenar el atletismo de mujeres. ¡Gracias a todos!

Seguidores