Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

jueves, 25 de junio de 2015

Helado de plátano exprés

Hoy quería compartir con vosotros mi último descubrimiento, muy apropiado para estos calores que nos vienen. Lo he titulado helado y lo he puesto en la etiqueta de cocina con lamamma pero lo cierto es que, tanto llamar a esto helado como llamar al proceso cocinar, es mucho decir. Queda muy resultón, eso sí:


El caso es que hoy he cogido un plátano que ha resultado estar demasiado maduro y he recordado que había visto yo en algún tuit algo sobre cómo hacer un helado con plátano maduro. He buscado el enlace et voilá, tan sencillo como pelar el plátano, quitarle las hebras y cortarlo a rodajas no muy finas. Se ponen a congelar durante un par de horas y, al cabo de ese tiempo, se baten. Ya está. Al principio cuesta un poco por estar congelado pero enseguida se ablandan lo suficiente y queda una consistencia muy cremosa, no exactamente de helado pero algo parecido.

Ya veis, facilito, facilito y muy apañado para prepararnos una merienda sanísima y fresquita en un periquete y de paso aprovechar esos plátanos que, con este calor, a la que nos descuidamos se nos maduran demasiado.

viernes, 19 de junio de 2015

Vuelve #mamiconcilia



Ya os he hablado antes de #mamiconcilia y #papiconcilia, los libros de testimonios de padres y madres trabajadoras sobre cómo se las organizan para conciliar su vida laboral y familiar. Como de costumbre, podéis descargar de forma gratuita la versión en pdf o epub en el siguiente enlace:

http://mamiconcilia.com/descarga-mamiconcilia/

Lo único que se pide a cambio es que lo compartáis en alguna red social, no es mucho ¿no?

En esta nueva versión he tenido el placer de participar con mi propio testimonio. La mayoría de vosotros no vais a descubrir nada sobre mí que no sepáis ya, pero hay otros muchos relatos de gente muy diferente que, sin duda, vale la pena leer. ¿Os lo vais a perder? Os dejo algunas píldoras para ir abriendo boca:

"Una buena organización y reglas claras han hecho que
todos sobreviviéramos a nuestra forma de vivir"

"Descubrí que dejarlos ser y hacer es bueno para que
crezcan no solo de talla."

"Quería seguir creciendo como profesional, pero no quería
apartarme de mis hijos"

"Las dudas y la maternidad son dos cosas que siempre van
de la mano"

"El ejemplo que vemos en casa influye en nuestras decisiones de
vida."

"Trato de medir el éxito de una manera diferente, no en dinero,
títulos, o cosas, sino en la alegría que me da hacer lo que me
gusta."

Bueno, como muestra un botón... os dejo descubrir los relatos completos de cada una de estas mamis (y un papi) y cómo cada uno se organiza como buenamente puede. ¿Os animáis a dejar vuestro propio testimonio en #mamiconcilia o #papiconcilia? Lo mejor de esto es la gran variedad de experiencias y puntos de visto que se pueden dar. No hay una fórmula mágica para el éxito, ni en la vida, ni en la maternidad, ni el trabajo, ni en la pareja, imposible encontrarla para la conciliación así que supongo que la clave está en la creatividad y la flexibilidad. ¡Ánimo que imposible no es!

miércoles, 17 de junio de 2015

De cumpleaños


Vaya, ¡ya ha llegado mi cumpleaños otra vez!. Este año me ha pillado más despistada que otras veces. No, no es que se me haya olvidado mi propio cumple, que os veo venir y no estoy tan mayor todavía como para eso, pero sí es verdad que, normalmente, desde un par de semanas antes ya estoy pensando en ello, proclamándolo a los cuatro vientos, planeando algo especial que hacer ese día... Y este año algo de eso ha habido pero no mucho, la verdad. 

Y sin embargo, siempre me ha gustado cumplir años, ya sabéis que tengo vocación de bisabuela y para eso me voy a tener que hacer muy viejita así que más vale que me guste... Tonterías aparte, esto del cumpleaños es como las navidades, que parece que hay que hacer repaso del año pasado y buenos propósitos para el siguiente. Yo de propósitos de momento paso, al menos hoy, pero repaso sí hago sí. Repasemos: debo decir que este año ha sido estupendo en líneas generales, no me puedo quejar: tengo una salud de hierro, una familia estupenda, un trabajo que no está mal (y que en ocasiones durante el año ha llegado a estar muy, muy bien) y me encuentro estupendamente conmigo misma, ¿qué más se puede pedir?

Peeeeeeeeerooooo (algún pero tenía que haber), lo cierto es que los 40 eran un punto psicológicamente importante para mí. No por la edad en sí misma, que cada vez estoy más convencida de que ésa está en la cabeza de cada uno, sino más bien porque fue el límite que hace años me marqué para haber conseguido ciertas cosas que entonces consideré que debían realizarse en la treintena. Acertada o equivocadamente, eso no lo sabría decir. Visto que la principal de esas cosas no la he conseguido, vamos a pensar que me equivoqué y que no necesariamente debía hacerse antes de los 40, ni siquiera antes de dejar los 40, margen que generosamente me concedí a mí misma en mi último cumpleaños. Peeeeeeeeerooooo, ahí está eso...

Tampoco es algo que me preocupe excesivamente, no soy yo de martirizarme tontamente, la verdad. No sé qué me depararán los próximos años ni quiero saberlo, cada uno es dueño de su propio destino y se va construyendo su camino paso a paso, decisión a decisión, y el final será más o menos interesante pero lo realmente fascinante es recorrer ese camino e ir descubriéndolo poco a poco. Quizás no lleguemos a alcanzar todas nuestras metas pero al menos nos acercaremos lo más posible a ellas.

Así que podéis felicitarme (o podéis olvidaros, no pasa nada, a mí me pasa mucho), podéis hacerme regalitos (le tengo echado el ojo al Samsung Galaxy S6, yo por dar ideas sólo, pero que no os sintáis obligados ¿eh?), podéis celebrarlo conmigo (o no, que si os tengo que invitar a todos me dejáis fatal) pero lo que sí que os agradeceré mucho es que sigáis recorriendo el camino conmigo y dejando vuestra huella en él.

¿Cuento contigo?

lunes, 15 de junio de 2015

Impresiones post-reto

Este pobre blog lleva unos altibajos muy raros, pero supongo que no puede ser de otra manera considerando los míos propios. Al fin y al cabo no deja de ser un reflejo mío, no muy fiel, cierto, no se puede contar cualquier cosa por aquí, pero reflejo en el fondo. Me fijo en la fecha de mi última entrada y me doy cuenta de que coincide perfectamente con el último cambio significativo en mi vida (¿recordáis la entrada sobre el complejo de Madonna? pues al final el problema fue precisamente no reinventarme de nuevo, en fin, tiempo al tiempo...)

Pero ya me conocéis, sé que no puedo engañaros y que ningun@ os vais a creer que he tenido abandonado el blog sólo por eso. Es cierto, no ha sido el único cambio. Os dejé inmersa en un nuevo reto personal, introducirme en el mundo del running. Pues bien, una cosa llevó a otra y enlacé este reto individual con otro colectivo, quizás lo conozcáis, es el reto 10K Zaragoza:



Es más de lo mismo, sí, correr, correr y correr (yo, que siempre he seguido el chascarrillo de que eso es de cobardes, qué cosas) Pero ¿sabéis qué? resulta que no es sólo correr. Para empezar, ya sabéis que yo siempre he sido firme defensora de lo de poner retos en tu vida. Especialmente cuando otros aspectos de ella se han quedado un poco pochos. Yo particularmente me he encontrado en estos últimos meses con una vida laboral más bien aburrida después de un año y pico intenso, ajetreado, apasionante y movidito en varios sentidos. Ha sido un poco como haber estado pasándotelo pipa en el parque de atracciones y de repente encontrarte tumbada en el sofá viendo una peli sosa en la tele. Que no me quejo, ¿eh? que un poco de calma después de tanto ajetreo tampoco me ha venido mal, pero ya me conocéis, siempre buscando el equilibrio. 

Afortunadamente, justo en esta nueva etapa más tranquila (en el mismo trabajo pero con distintos proyectos) se han metido en mi vida (probablemente para quedarse) nuevas personas de las que te dejan huella. He conocido a un grupo estupendo de chicas de las que te recargan de energía en cuanto las ves, un equipo de entrenadores que se merecen una ola tras otra y he descubierto personalmente el por qué de aquel programa académico/deportivo que os comentaba en el último post.



El deporte te enseña muchas cosas, sí. No sólo te pone en forma, también te muestra cómo tu mente puede darte alas o bloquearte miserablemente, cómo tu cuerpo tiende a la pereza y dice "no puedo más" mucho, muchísimo antes de que eso sea cierto, cómo hay que aprender a controlar ese bloqueo y recordarte a tí misma que sí que puedes, aprender a interpretar de otra manera las señales que te manda tu cuerpo, reconocer cuándo de verdad tienes un problema físico y cuándo sólo estás en ese punto de adaptación al esfuerzo y sabes que en pocos minutos estarás como una moto, que simplemente es cuestión de pasarlo, que tu cabeza racionalice lo que está ocurriendo y se imponga sobre esas piernas que parecen negarse a continuar. 

No tendrá nada que ver (o tendrá mucho) pero el caso es que esas herramientas mentales tienen una utilidad clarísima también en nuestra vida personal y desde luego profesional. Todos tenemos alguna tarea de esas que nos parecen durísimas y sumamente desagradecidas para la que nunca encontramos el momento. En estos meses he descubierto que también esto es más bloqueo mental que otra cosa, que si consigues cambiar el chip, una vez metida en faena resulta que la tarea ni siquiera era tan dura ni tan desagradecida como me había empeñado yo en creer. 

Sabéis que me encanta seguir aprendiendo, cambiando y evolucionando siempre, y para eso nada mejor que conocer gente distinta, cuanto más variada mejor: en edades, en profesiones, en origen, en formación... todo eso me lo ha permitido este reto. Ni que decir tiene que mi reto individual del running para perezosas fue también extremadamente satisfactorio pero de otra manera. Es curioso, para empezar, cómo el mero hecho de ir acompañada te anima y te hace ser más constante, pero además el tener un equipo de entrenadores que cree en tí, que te motiva, que te guía, que te comprende, que nunca deja de sonreir... eso no tiene precio. 

Ya cuando me animé a patinar aprendí a confiar en mi profesor, a veces por encima de mí misma. Volvemos a los autobloqueos, a esos límites que normalmente sólo están en nuestra cabeza. Recuerdo cuando al final del curso exprés tuvimos que enfrentarnos a nuestra primera ruta urbana y yo me empeñé en que no estaba lista para hacerla (¿patinar por Zaragoza? ¿por la calle? ¿con los coches? ¿sorteando peatones? ¿cruzando calles?), hablé con mi profesor y le pregunté directamente "¿pero de verdad crees que estoy preparada para esto?" Me dijo que sí, me lo creí, y completé una súper ruta de la que me sentí profundamente orgullosa durante varios días después. Un tiempo después retomé las clases de patinaje, quería perfeccionar la técnica, aprender nuevos trucos. De nuevo confiar en mi profe me dio buenos resultados. Me recuerdo ejecutando movimientos de los que nunca hubiera pensado que fuera a ser capaz simplemente porque sabía que nunca nos iba a pedir hacer algo que no pudiéramos hacer y mi confianza en él era suficiente para romper mi límite mental. 

En el momento de plantearme este reto ese aprendizaje previo fue definitivo. ¿Prepararme para una carrera de 10 kilómetros en sólo tres meses? mi cabeza me dice que eso es imposible pero si ellos dicen que se puede, me lo creeré. Y sí, fue una cuestión de fe, lo reconozco. Durante varias semanas seguí pensando que era una barbaridad pero no perdí nunca ese punto de confianza en nuestros entrenadores. Al final, un esguince inoportuno a poco tiempo de la carrera me ha impedido completar el reto pero lo cierto es que para entonces ya lo veía perfectamente factible y, de hecho, en cuanto me sea posible lo completaré. Correr 10 kilómetros ya no me parece ninguna barbaridad. Ahora sé que puedo hacerlo, que hay que prepararse, claro, que hace falta entrenar, y entrenar a fondo, y que el cuerpo lo nota, pero también sé que nuestra mente, si le dejamos, nos pone los límites mucho antes de donde realmente están. 

No sé si esta vuelta al blog será real o ficticia, escribir es siempre importante para mí, y a veces, como ahora, siento la necesidad de hacerlo para expresar toda una serie de cosas que me rondan y, si no, se me quedan enquistadas, pero hay épocas y épocas y no sé si ahora mismo estoy en disposición de prometer una regularidad en mis escritos. Veremos... de momento, valga esta entrada como expresión de mi agradecimiento a mi equipo de chicas reto, que ya se han hecho un hueco para siempre en mi corazón, y por supuesto al equipo de entrenadores que tan bien nos han sabido guiar en este reto tan personal y a la vez tan colectivo. 

Seguidores