Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 4 de diciembre de 2015

Beplanner: mucho más que una agenda

Os comentaba en la última entrada que le había echado el ojo a una agenda que pensaba que podría ayudarme a organizar mi vida pero tenía mis dudas. Pues bien, dudas resueltas. He tenido la ocasión de tener en mis manos la beplanner, que desde luego es mucho más que una agenda, e incluso de hablar de ella con su creador: Bartolomé Bañolas, lo que ha terminado de convencerme de que he de pedírsela a Papá Noel. Es más, según íbamos hablando se me iban ocurriendo conocidos y amigos a quienes creo que también les gustaría (ya os iré contando personalmente)


Descubrí el sistema beanant un poco por casualidad, por algún comentario en facebook sobre alguien que se había animado a probarlo. Me resultó curioso y enseguida me metí en la web. Lo cierto es que resulta muy atractiva y enseguida terminó de despertar mi curiosidad pero, como ya me conozco, y ya me he llevado alguna que otra decepción con estas cosas, preferí no actuar por impulsos. Sin embargo no me quitaba la idea de la cabeza así que volví a echar un vistazo a la página. Me seguía gustando la teoría pero, pensé que sería lo de siempre, que yo la teoría la llevo siempre muy bien y planificar cosas se me da estupendamente pero que donde patino es en la realización final, así que creía que el sistema no podría ayudarme.

Pese a todo, algo en mi cabeza seguía devolviéndome a la web, no sé cuántas veces la revisé antes de decidirme. Al final, viendo el precio y viendo el precio de cualquier agenda un poco mona en papelería pensé que tal vez debería darle una oportunidad. Al fin y al cabo esto era algo más que una agenda, ¿o no?

Pues sí. Como os decía, he tenido la ocasión de conocer al creador del sistema y ver la herramienta y os puedo confirmar que se trata, desde luego, de mucho más que una simple agenda. Otra cosa que me preocupaba es que fuera otra de estas flipadas de grandes gurús que luego no hay forma de bajar al mundo real. Ya sabéis a qué me refiero, estas grandes teorías maravillosas que luego no son prácticas de ninguna de las maneras. Bueno, pues no, os puedo confirmar que de flipadas nada. Es un sistema basado en teorías organizativas y de liderazgo, sí, pero bajado absolutamente al mundo real desde la primera página. Se nota que Bartolomé es un hombre práctico. A mí al menos me ha parecido un sistema absolutamente acorde con mi propia estructura mental y perfectamente adaptado a mis necesidades, con herramientas puntuales que creo que sí me ayudarán a ser más constante y organizada en la consecución de mis objetivos y además con un buen acabado y un servicio absolutamente personalizado.

¿A quién se lo recomendaría? pues principalmente a:

- todo aquél que tenga ideas o sueños en la cabeza que no sepa muy bien cómo conseguir

- todo aquél que se vea desbordado por un área de su vida (generalmente el trabajo) y no sea capaz de equilibrarla con las demás

- cualquiera que, como yo misma, tenga muchos intereses en su vida y necesite un sistema que le ayude a desarrollarlos todos de forma más o menos coherente y equilibrada (esto de tener muchos frentes abiertos a la vez es muy divertido y enriquecedor pero incluso para quienes presumimos de ser capaces de organizarnos bastante bien, cualquier ayuda de verdad útil es bienvenida)

En fin, que si os veis reflejados en cualquiera de estas situaciones, o simplemente sentís que necesitáis instaurar un poco de orden en vuestras vidas, os invito a echar un vistazo a este sistema. Yo soy muy escéptica con estas cosas como ya habréis notado y sin embargo me ha gustado mucho.

martes, 1 de diciembre de 2015

Empezamos el adviento



Ya tenía yo ganicas de empezar a abrir ventanas de nuestro calendario. No soy nada religiosa, lo sabéis, pero esta época me gusta mucho como momento de parón y reflexión. No es algo exclusivo tampoco del catolicismo pero ya que vivimos en el país en que vivimos, me casé con un católico, apostólico y romano y llevo a mis hijos a colegio religioso, tampoco nos vamos a poner exquisitos escogiendo otras celebraciones, el adviento ya me viene bien.

Desde hace algunos años hemos instaurado la costumbre del calendario en casa. Por supuesto lo de abrir ventanitas está muy bien, pero nunca quisimos que se quedara en eso. Por eso, desde el principio, decidimos vincular cada ventanita a una pregunta. Aprovechamos pues para irnos interrogando unos a otros sobre cómo ha ido el año, qué cosas hemos hecho bien o mal, cuáles querríamos mejorar para el año que viene, plantearnos retos... yo creo que todos, con unos cuantos días de anticipación, pensamos ya en las preguntas que querremos hacer cuando nos toque el turno.

No es todo tan bonito claro. Para empezar ya cuando llega el día de comprar el calendario de turno acabamos impepinablemente peleándonos. El que le gusta a Sofía no le gusta a Guille y viceversa, se acaba postponiendo para otro día y cuando por fin ya sí que sí que hay que comprarlo, hay que escoger alguno y da igual cuántos modelos hayamos visto, seguro que no coinciden en ninguno, hay que elegir y acaba la cosa en bronca. Todos los años les digo que se acabó el comprar calendarios, a ver si para el próximo año me acuerdo de proponerles el de la imagen como manualidad y de paso los tengo entretenidos un rato (si no se pelean haciéndolo...) Podéis encontrarlo, junto con otras ideas, aquí. Pero en realidad todos los años se me olvida y se repite la historia. Es un poco, a nuestra escala, como la historia de la humanidad, que siglo tras siglo sigue cometiendo las mismas equivocaciones, o, sin irnos tan lejos, como nuestros propios propósitos de año nuevo.

En fin, que llega la Navidad, fechas que, contra todo pronóstico, le encantan a mi alma atea, y ya estoy pensando en mi propio resumen del año (regularcillo esta vez), propósitos de mejora (muchos y muy variados) y cómo conseguir de una vez por todas llevar toda esa bonita teoría a la práctica. Herramientas no me faltan, últimamente le he echado el ojo incluso a una agenda estupenda que promete ayudarte en la faena, pero ya sé que, como en tantas otras cosas, la teoría la llevo estupendamente, es la práctica la que se me escapa así que me resisto a caer en la tentación de comprarla. ¿Conseguiré este año escapar del círculo vicioso por fin? se admiten apuestas.

Seguidores