Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

martes, 29 de noviembre de 2016

Sombra aquí, y sombra allá, maquíllate, maquíllate...

Un espejo de cristal, y mírate, y mírate...



¿Que por qué me acuerdo yo ahora de Mecano? pues porque hace unos días me encontré diciéndole a una amiga, que no estaba en su mejor momento, que tenía que empezar a cuidarse más, a maquillarse un poquito para verse mejor... Y como en tantas ocasiones, una idea me llevó a una canción.

Lo cierto es que la letra es tremenda, por si no la recordáis (porque no seáis de mi generación, que si lo sois seguro que sí, jejeje) comienza así:

No me mires, no me mires (no me no me) 
no me mires no me mires déjalo ya 
que hoy no me he puesto maquillaje (jey jey) 
y mi aspecto externo es demasiado vulgar 
para que te pueda gustar. 
No me mires, no me mires (no me no me) 
no me mires no me mires déjalo ya 
que hoy no me he peinado a la mo (oda da da) 
y tengo una imagen demasiado normal 
para que te pueda gustar 

Ya veis, que si aspecto vulgar porque no lleva maquillaje, que si imagen demasiado normal porque no se ha peinado a la moda... la tiranía de la imagen entonces, ahora, y me temo que siempre.

Hace ya un tiempo que vi la noticia de que la cantante Alicia Keys había decidido no volver a maquillarse. Tiene miga la cosa, no creáis. Seguro que tu caso, como el mío, es totalmente distinto. A mí no me persiguen los paparazzi por la calle ni suelo estar invitada a grandes presentaciones o entregas de premio (alguna sí, que una tiene su pizquita de glamour también, pero en plan pequeñito, sin cámaras de televisión ni alfombras rojas) Entiendo pues que esa "obligación" de estar siempre perfecta llegara a agobiarla hasta el punto de rebelarse contra ella. Entiendo (a duras penas) que algunas mujeres consideren el maquillaje parte de una presión social que nos obliga a estar guapas. A duras penas digo porque yo nunca he sentido esa presión. Es decir, yo me maquillo cuando me apetece porque me hace sentir de una determinada manera. Como cuando me visto de forma especial o me pongo unos tacones más altos. ¿Obligación? no, ninguna. ¿Lo hago todos los días? pues no, tampoco, la mayoría de las veces me doy una base, un toque de rimmel y un brillo en los labios y a correr, en ocasiones especiales (o cuando simplemente me apetece) me maquillo un poco más pero también hay días en que no me pongo ni gota de maquillaje (oh, dios mío, ¿será mi aspecto externo demasiado vulgar?)

Entonces, ¿por qué le aconseje a mi amiga que se maquillara un poco cuando ella nunca lo hace? ¿le estoy trasladando algún tipo de presión? A mí no me lo parece, si no la ha sentido hasta ahora no creo que mis palabras le vayan a hacer agobiarse precisamente. ¿Me hará caso? pues no lo sé, eso es cosa suya. Yo se lo aconsejé porque soy consciente, por experiencia propia, del efecto que tiene en nuestro interior nuestro aspecto exterior. ¿O alguien puede decirme que se siente igual con chándal que con un traje de noche? ¿con vaqueros y camiseta o con un elegante traje de chaqueta? Y no quiero decir con esto que haya una indumentaria mejor o peor per se, depende siempre de lo que vayas a hacer. Pero el caso es que yo me siento más activa con mallas, zapatillas y camiseta técnica, totalmente disfrazada con traje de noche, cómoda y dispuesta a divertirme con vaqueros y camiseta, y enérgica y poderosa (sí, podéis reíros, es así) con el elegante traje de chaqueta y unos buenos zapatos de salón con tacón medio (si es muy alto sólo me siento incómoda).

Tampoco me siento igual el día que me maquillo un poco y voy bien peinada (de estos no hay tantos, estos rizos míos son rebeldes por naturaleza) que el que me cojo una coleta mal hecha y salgo a la calle con la cara lavada. La mayoría de días en realidad es un mix de las dos cosas pero bueno, ya me entendéis, ¿verdad? Que cuando una está un poco pocha, mirarnos al espejo y vernos feas nos apocha más, pero si te has molestado en arreglarte un poquito ya parece que nos cambia la forma de afrontar el día, ¿no?

¿Cómo lo veis?

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