Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?
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lunes, 7 de noviembre de 2022

Entrevista con una autora novel

Hace un tiempito ya, Sofía y yo tuvimos ocasión de betear un texto de una autora a la que, en aquel momento, no conocíamos de nada. A las dos nos pareció un libro con un gran potencial y tras hacer nuestras sugerencias y pequeñas correcciones nos quedamos con el corazón calentito pensando en qué sería de esa historia (un retelling del mito de Apolo y Dafne) que tanto nos había gustado. 

Para mayor alegría nuestra, al cabo de unos meses, la autora nos informó de que tenía una oferta de una editorial (luego vino alguna más) para publicarla y las dos dimos botes de alegría. 

Ni que decir tiene que en cuanto salió la preventa pedimos unos cuantos ejemplares, para casa pero también para regalar. Una edición muy bonita, por cierto, y los detallitos de la preventa muy acertados.


 

Ahora la autora nos ha hecho un hueco en su campaña de promoción para concedernos una entrevista para este blog que cada vez es menos de mamis y más literario (aunque en mi cabeza son dos conceptos que siempre han ido unidos, por alguna razón, así que tampoco me choca tanto, la verdad) 

Sin más preámbulos, os dejo con Mar García

Elena: Lo primero de todo, felicitarte por el éxito de El alfil y la Dama, no hago más que verlo por todas partes, estarás muy orgullosa, ¿es tu primer libro?

Mar: Cuando hablamos de primer libro, es complicado de responder, además sabiendo la cantidad de formas de publicar que hay hoy en día. Por un lado, es el primero que publico de la mano de una editorial, pero, por otro, llevo muchos años publicando cosas en Wattpad e incluso lo he intentado con la autopublicación, así que no, cierta experiencia sí que tengo.

Lo diferencio porque, aunque parezcan lo mismo, ni siquiera tienen que ver entre sí. Quisiera decir que sí, que es mi primer libro porque estoy orgullosa de él y de todo lo que estoy consiguiendo gracias a ello. Sería bonito que este fuera el principio de todo, pero tampoco puedo olvidar mis raíces y el camino que hay detrás de mí, cómo es que años de práctica y de error me han llevado a donde estoy ahora. 

Es algo que no se tiene muy en cuenta, que se piensa que los escritores nacemos con un don y ya está. La realidad es que he escrito cosas nefastas a lo largo de mi corta vida, sobre todo si tenemos en cuenta la edad y la inexperiencia, pero no me arrepiento de haberlo hecho y mucho menos de admitirlo, porque sin ello seguramente no estaría hoy aquí. Es más, probablemente dentro de diez años me avergüence de este libro y quiera cambiarle mil cosas, porque no escribiré igual que lo hago ahora.

Elena: ¿Qué te parece más difícil? ¿escribir la novela, encontrarle editorial o darla a conocer una vez publicada? 

Mar: Siempre diré que lo más fácil de publicar un libro es básicamente escribirlo. Eso sabemos hacerlo más que de sobra, porque es lo que nos gusta hacer, pero hay que tener en cuenta que escribir un primer borrador no es suficiente: hay que corregir, buscar lectores beta, volver a corregir, corregir, corregir, corregir... Hasta que llega un momento en el que decides mandarlo a editoriales.

Lo gracioso es que la cosa no queda ahí, porque para mandarlo necesitas informarte bien de esas editoriales, buscar un buen título, una buena sinopsis, un resumen que englobe toda la obra, etc.

Y tampoco queda ahí, porque después de firmar aún tienes trabajo por delante. Ahora tienes ayuda, pero constantemente te bombardean el correo con bocetos de portada, escenas que hay que cambiar, correcciones del editor, dar el visto bueno a la maquetación...

¿Y lo peor? Es que sigue sin acabar, porque luego de todo el machaque que te has dado (que para mí todo lo anterior fue a lo largo de un año), tienes que ponerte a promocionar. Eso significa moverte, aprender de marketing, hacer entrevistas allí, aquí y donde sea, ponerte a hacer tiktoks, hablar con la gente, hacer contactos, lecturas conjuntas... Y todo un sinfín de cosas, por tal de que tu libro no caiga en el olvido.

Elena: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiera dedicarse profesionalmente a esto?

Mar: Creo que para dedicarte a esto, hay que tener dos cosas claras:

La primera es el esfuerzo que lleva todo esto detrás, que no se trata de escribir una semanita y ya tengo mi novela publicada. Conlleva mucho trabajo y no es fácil de llevar.

Y lo segundo es encerrar a esos pajaritos que tenemos normalmente en la cabeza. No, no somos los mejores escritores del mundo y tenemos que ser consciente de que nos equivocamos y debemos mejorar. Además, también tenemos que ser conscientes de que ganarse la vida con los libros es realmente complicado y no es un mundo tan bonito como parece. Eso de volverse famoso y millonario solo pasa en Estados Unidos y muy pocas veces. 

Elena: Como escritora, doy por hecho que también eres una voraz lectora, ¿qué género o géneros te gusta más leer? ¿y escribir? 

Mar: Sí que soy lectora, aunque el voraz tal vez no. Por supuesto que leer nos nutre como escritores para técnicas de escritura o para estructurar una historia, pero para cosas así también podemos recurrir a otros recursos como los juegos y las películas/series.

De adolescente sí que era una lectora voraz, he llegado a leerme libros en un día. En esa época los libros que había en auge eran los de Divergente, Los Juegos del Hambre, Hush Hush, libros de John Green... Los vivía como nadie. Eso sí, conforme he ido creciendo he empezado a leer menos y de manera más selectiva. Lo hago con calma y no me avergüenzo de decirlo, porque cada uno lee a su ritmo, sobre todo siendo conscientes de que cada uno tiene un tiempo libre limitado y que lo consume según le apetezca.

Ahora mismo lo que más me gusta leer es la fantasía y la ciencia ficción, sobre todo si los mezclan con romance. Para escribir sí que solo me atrevo con la ciencia ficción mezclada con el romance, pero tampoco me preocupa porque este gran género tiene montones de subgéneros que se pueden explorar.

Elena: Aparte de la clásica pregunta de si eres escritora mapa o brújula ¿cómo fue en concreto tu proceso de creación de los personajes principales?

Mar: Ante esta pregunta, siempre contesto lo mismo: soy escritora de brújula, pero de las que van por el bosque sin la brújula, a donde el camino le lleve. De lo que escribo, no planifico nada en absoluto, todo lo tengo en mi mente y los sucesos fluyen según convienen. Llega un momento en el que no sé ni cómo lo hago.

Así que los personajes surgieron sin más, porque tenían que hacerlo. Aquí por lo menos tenía la base de los personajes de la obra original, pero el resto fue porque me apetecía, porque la historia me lo pedía así. Ya cuando me preguntan por qué Apolo es trans y bisexual o por qué Dafne es asexual, lo único que puedo responder es: ¿y por qué no? Algo que tengo por seguro es que, todo lo que escriba, tiene que tener alguna representación del algún tipo. Yo misma estoy cansada de las historias en las que todos los personajes son alocisheteros blancos y con cuerpos normativos, porque no me parece realista, solo una simple idealización arrastrada por la discriminación.

Mi mayor interés en todo lo que creo es escribir cosas que a mí mismo me hubiera gustado leer de más joven. La representación para mí es lo más importante, porque yo misma he vivido lo que es que en todo lo que consumes sea con personajes que no tienen nada que ver contigo. Vivimos en un mundo lleno de diversidad, con personas distintas que tienen sus propios problemas como cualquier otra. Quiero historias de todo tipo, con personas que podrías encontrarte en la vida real.

Sofía: La escritura de este libro ha requerido de varios procesos de adaptación bastante difíciles, por una parte, el remake de un mito griego a la actualidad, y por otra, la creación propia de una sociedad basada en el ajedrez, que a su vez, no tiene nada que ver con los mitos griegos, ¿Cómo has logrado que elementos tan distintos confluyan en una misma historia de forma tan homogénea? 

Mar: Siendo esa clase de escritora que no planea nada, creo que ha salido bien porque he tenido suerte: como el que va a la cocina y se inventa un plato que acaba teniendo un sabor excepcional.

Sobre el mito he de decir que es un retelling, pero no la historia tal cual. El original es bastante tóxico si lo extrapolamos a la realidad, así que solo me dediqué a coger los puntos claves y los adapté a un mundo futurista.

El ajedrez lo que me otorgaba para el retelling, aparte de una división muy marcada, era una especie de elegancia, de alta nobleza, que buscaba, porque quería que mis personajes se movieran por esos lares y no por las zonas más bajas de la sociedad.

Sofía: Siguiendo con el mito y el ajedrez, el libro está lleno de citas de ajedrecistas famosos y fragmentos del mito original, ¿lo tenías planeado así desde el principio o te lo pidió la historia? 

Mar: Cuando comencé a escribirlo, me pareció interesante añadir un elemento así que marcara los cambios de narración. Al principio, pensé en hacerlo con poemas sobre Apolo y Dafne, pero luego pensé que era mejor si lo hacía sobre el ajedrez, porque me daba muchísimo más juego.

No fue nada sencillo unir las citas de los ajedrecistas a lo que ocurría en cada momento. En algunas narraciones fue un auténtico quebradero de cabeza.

Elena: Una cosa que me gusta hacer como lectora es tratar de descubrir qué partes de la novela nos ofrecen un retrato personal de quien la ha escrito, ¿cuánto hay de tí misma en El Alfil y la Dama?

Mar: No hay tanto como podría parecer. Si quitamos el tema de la obesidad y la asexualidad, no queda nada de mí. No me gusta hacerme a mí misma en una novela y, cuando creo a los personajes, normalmente dejo que ellos tengan vida propia. Dejo que tomen las decisiones según su personalidad y puedo decir que la mayoría de veces estoy de acuerdo con lo que hacen, pero no siempre.

Elena: Si tuvieras que remarcar solo una característica imprescindible para ser un buen escritor, ¿cuál sería?

Mar: Creo que a la hora de definir a un buen escritor, se cae mucho en la subjetividad, en el punto de vista de cada uno. Es algo que no me gusta, porque lo que yo pueda decir nunca será una verdad absoluta, ya que depende de la persona de la que estemos hablando.

Siempre se dicen que los buenos escritores tienen que leer mucho, por ejemplo, y puede que sea verdad y en muchos casos se dé, pero no es 100% seguro que sea verdad. Habrá algunos a los que no les sirva. Y otros pueden decir que hay que tener talento sí o sí, pero tampoco estoy de acuerdo, porque repito que depende mucho de cada caso particular.

Si tengo que decir algo, diría que lo mejor que pueden hacer es trabajar y esforzarse en mejorar cada día. Tal vez así consigan ser unos buenos escritores (en general, porque siempre aparecerá alguien que les dirá que no lo son) 


viernes, 7 de enero de 2022

Hacerse mayor

Después de toda la polémica con varias famosas que han dejado de teñirse las canas y los comentarios de todo tipo sobre la nueva Sex in the city, he visto recientemente dos cosas que me han hecho pensar en cómo la sociedad, y sobre todo la industria del espectáculo trata el envejecimiento femenino. Y digo femenino porque todos sabemos que los hombres se vuelven maduritos interesantes y las canas hasta les hacen más sexys, pero las mujeres solo nos volvemos viejas. ¿En serio? ¿a estas alturas de siglo y aun estamos así? 

Decía que había visto últimamente dos cosas que me habían hecho pensar en ello. Una entrevista a Jennifer Anniston en la que se le alaba que haya confesado su verdadera rutina de belleza, más allá del clásico beber mucha agua y dormir mucho con lo que tradicionalemente han intentado convencernos las grandes bellezas de que ese y no otro era el secreto de su excelente aspecto (con la maravillosa excepción de la top model Cindy Crawford, que ya dijo hace muchísimos años que cualquier mujer que dedicara ocho horas al día a estar guapa como hacía ella, ya que lo consideraba su trabajo, lo estaría) 

Pero a lo que voy yo no es a si hace falta más o menos esfuerzo, más o menos dinero, para mantenerse joven y guapa. A lo que voy es a ¿por qué demonios tenemos que seguir estando jóvenes y guapas eternamente? no es natural, no es lógico, no es ni siquiera sano, y menos mentalmente. Nuestro cuerpo evoluciona, afortunadamente, como nuestra piel, nuestro comportamiento, nuestra mente. ¿Tiene algún sentido que nos estanquemos en unos eternos veintitantos o treintapocos como mucho? ¿para quién? para mí no tiene ni pies ni cabeza. Claro que está bien cuidarse, hidratar la piel, hacer ejercicio y comer sano para mantenernos en forma, pero de ahí a negarse al paso del tiempo hay un abismo. 

Y con esto llego a lo segundo que me ha hecho reflexionar: El personaje de Sylvie en Emily in Paris, serie en la que mi hija coincidimos en que nos ha gustado "a pesar de Emily" Bueno, yo particularmente, ya sabéis, si sale París ya tiene muchos puntos ganados. Mi hija se parte porque cada dos por tres viendo la serie me entra la morriña aguda y le lloriqueo que yo quiero volver. Pero ciudad maravillosa donde las haya aparte, volvemos al personaje de Sylvie: Mujer madura que por supuesto que se cuida y viste divinamente (mucho mejor que la protagonista en mi opinión), pero que no oculta sus arruguitas. Hablo de la serie, debo confesar que he estado buscando alguna foto en la que se vean pero aparentemente están todas retocadas. 

Estamos en el camino pero todavía lejos, por lo visto. Que a un personaje como ella, mujer de éxito, independiente, elegante, que se lía con quien le da la gana, independientemente de la diferencia de edad, nos veamos obligados a retocarles las fotos para eliminar arruguitas me parece vergonzoso. Durante toda la serie pensé que ella sí me parecía un modelo de mujer mayor que podría inspirarme, como me lo pareció la gran Kate Winslet cuando devolvió varias veces las fotografías retocadas que pretendían utilizar para la promoción de su serie Mare os Easttown por no verse reflejada en ellas, sin sus arruguitas, sin su barriga: "les dije: chicos, sé cuántas arrugas tengo en los ojos, por favor, devolvedlas todas" 


Pues eso, dejadnos nuestras arruguitas, dejad que nuestro cuerpo evolucione como debe, que no podemos tener 20 años para siempre (ni ganas, al menos yo). Dejadnos hacernos mayores con dignidad y que nadie tenga que sufrir por no estar tan joven como alguien que nos importa un pimiento desearía. No sé a ti que me estás leyendo pero a mí particularmente me importa un bledo lo que piense la industria cinematográfica. Y que conste que me parece estupendo que Jennifer Aniston dedique tanto tiempo y dinero como le apetezca a mantenerse eternamente joven, está en su derecho. Pero en el mismo derecho que estamos las demás de dejar que el paso del tiempo deje sus huellas en nuestro cuerpo y en nuestra piel. Cada arruguita, cada estría cada michelín, cada hoyuelo de celulitis son parte de nosotras, de nuestra historia y de nuestro desarrollo. Y está fenomenal cuidarse, deberíamos hacerlo, mantenernos ágiles, sanas y también atractivas, claro que sí, pero siempre desde el sentido común y el respeto, a nuestros cuerpos, a nuestras vivencias, a nuestra edad, a nosotras mismas, en fin. 

miércoles, 23 de abril de 2014

23 de abril

San Jorge, patrón de Aragón y Día del Libro, dos buenos motivos para que sea un día especial para mí, aunque no sé qué tiene que ver una cosa con otra. Aún así, me ha encantado este dibujito que he visto por facebook. No sé de quién es, lo siento.


Como todos los 23 de abril, y a pesar de que esta vez volvíamos tarde del pueblo, no podíamos dejar de dar una vueltecita por las casetas del día del libro. Hoy además tenía un objetivo claro. Me perdí la presentación del nuevo libro de David Lozano, a quien ya me habéis leído nombrar en este blog, y no quería dejar de pasar a verle y que me lo firmara. Sofía y Guille por supuesto se han comprado también sus respectivos libros. Aquí están pues nuestras adquisiciones de hoy.


Guille es que está futbolero perdido últimamente. En buena hora, pero si nunca le había interesado demasiado el fútbol. Sofía ahora está toda forofa de Bat Pat y yo, bueno, ya os he contado lo que iba buscando, y ahí está. Y lo mejor, la dedicatoria. ¿Recordáis que os dije que os guardaba una sorpresita? bueno, pues os contaré que en el primer libro que David me dedicó me llamaba "colega futura de las aventuras literarias" y en este... tatachán... en este me da la bienvenida "a este caótico mundo de los escritores". Pues sí, lo he conseguido. Un editor se ha fijado por fin en un cuento que os sonará: "El pijama mágico". Ya os dejé por aquí un fragmento hace tiempo (aquí), hoy os dejo otro para celebrar la buena nueva. Por ahora no tengo fecha de publicación, ya os contaré.

"Entre tanto, en un parque no muy lejano, Sofía y Fátima acababan de encontrar algo semioculto entre los arbustos. Era una caja de madera, con dos estrellas grabadas en su tapa. Sofía enseguida reconoció la de ocho puntas, formada por dos cuadrados entrecruzados. Tenía un colgante con esa misma estrella, igual que el resto de su familia. Era el símbolo de Teruel, repetido una y mil veces en la decoración mudéjar de sus famosas torres. La otra no la conocían. Estaba formada por dos triángulos superpuestos así que tenía seis puntas. La caja parecía bastante vieja, aunque estaba bien conservada. No pudieron resistir la curiosidad de abrirla. Además, quizás tuviera algún dato sobre sus dueños y pudieran devolverla. Estaban a punto de abrirla cuando les pareció ver una sombra acercándose a ellas. Se giraron rápidamente pero sólo vieron a un policía haciendo su ronda un poco más lejos. Aún así no se sentían seguras. Decidieron esconder la caja entre sus ropas y llevarla cuanto antes a casa de Fátima. Entraron casi sin saludar y directamente se encerraron en su cuarto. En el interior de la caja encontraron una bolsa de cuero que contenía una antigua llave de hierro, muy grande, y un extraño papel con caracteres que Sofía no podía entender. Fátima sí, enseguida reconoció la escritura árabe, aunque ella no sabía leerla."

miércoles, 29 de enero de 2014

La mujer más fea del mundo

Supongo que todos habréis visto ya el video porque lleva tiempo circulando por ahí pero por si acaso os dejo el enlace:


Yo reconozco que no lo he visto hasta esta misma mañana (hoy es festivo en Zaragoza, y se nota que un día de fiesta entre semana da para muchas cosas que normalmente no puedes hacer) Me han chocado varias cosas del video. Por supuesto admiro la fuerza de esta mujer que, en una edad tan complicada se descubre etiquetada en internet como la mujer más fea del mundo. Cerrar los ojos y volver por un instante a BUP (o a la ESO, yo es que soy de la EGB, qué se le va a hacer) ¿Recordáis cómo eráis entonces? pues ahora imaginaros que un día navegando por internet (obviaremos la discordancia histórica) os encontráis con que miles de personas se han estado riendo a vuestra costa y os considera tan espantosa como para merecer el título de la más fea del mundo. Terrible, ¿no?

Un 10 pues para ella por haber sabido superar el mal trago. Según cuenta, para ello fueron básicos tres pilares: su fe en Dios, su familia y sus amigos. Yo de fe sabéis que os puedo hablar poco pero supongo que para quien la tiene puede llegar a ser muy útil. A ella, si habéis escuchado el discurso, le salvó sin ninguna duda. Pero también habla de algo que le dijo su madre ya en el jardín de infancia. Importantísima pues la educación que esta mujer recibió desde pequeña. No sólo tuvo apoyo, sino que le enseñaron herramientas para vivir consigo misma. Vale, el caso de Lizzie es algo extremo pero ¿quién no ha tenido inseguridades alguna vez? Recordad, la educación de nuestros hijos pasa por que aprendan muchas cosas, sí, pero tan importante como la lengua, las mates o la historia, es que les enseñemos a gestionar sus emociones, a levantarse cuando se caigan, ¡a confiar en sí mismos! La vida sí es un camino de rosas, pero con sus espinas y todo. Demos a nuestros hijos las herramientas necesarias para recorrerlo disfrutando al máximo los tramos bonitos y sorteando sin demasiado daño los peligrosos. No podemos protegerlos de todo peligro, sólo enseñarles a hacerle frente. 

Ay, que me pongo mami otra vez (una vez que lo eres ya no puedes olvidarlo nunca, supongo). En realidad yo no quería hablar de ésto, por muy destacable que me parezca. Quería hablar más bien de los comentarios que Lizzi encontró bajo el video en youtube en el que la catalogaban con tan horrendo título. ¿Quién en su sano juicio puede aconsejar a una chiquilla formas de suicidarse? ¿Quién puede tener la poca vergüenza de aconsejarle tapar su cara con una bolsa antes de salir a la calle para no hacer sufrir a los demás? ¿Pero en qué mundo de degenerados vivimos? Y más importante aún. ¿Cuántos de esos dedos afilados frente a un teclado y parapetados tras un monitor habrían tenido las narices de decirle lo mismo cara a cara? ¿Qué nos está pasando? ¿Acaso la distancia del ordenador nos da licencia para decir cualquier cosa? También en internet hay unas reglas básicas de educación y el mundo virtual no está tan lejos del real como para que no nos afecte lo que pasa en él. Me parece escalofriante, la verdad. Afortunadamente en internet también he encontrado amig@s de los de verdad, gente que ha traspasado la barrera del ciberespacio y a quien debo muchas, muchas, cosas. 

En fin, yo sólo sé que si un día pillo a uno de mis hijos dejando ese tipo de comentarios en cualquier sitio, primero le cruzo la cara de una bofetada y luego me lo llevo de peregrinación a distintas asociaciones de discapacitados o enfermedades raras o lo que encuentre y que se pegue unas cuantas horas con ellos, ayudando como voluntario a ser posible y conociéndolos, sabiendo de qué va el mundo real antes de volver a abrir la bocaza (o el teclado)

martes, 26 de octubre de 2010

El ratoncito Pérez

No, no, a Sofía todavía no le toca visita del famoso ratoncito, pero por conversaciones recientes con distintas amigas cuyas hijas sí han perdido ya su primer diente, he retomado una vieja idea. Hace ya tiempo que pensé en dedicarle un post a tan entrañable personajillo pero no sé muy bien por qué la idea quedó en el tintero. Aprovecho para protestar públicamente. En España no hay manera de encontrar el cuento original. Según leo por ahí, se publicó por última vez en 1947. Curiosamente, en Japón vienen reeditando su adaptación regularmente desde 1953. Sin comentarios...

Pero vamos con el ratoncito. Al parecer todo surge cuando al rey Alfonso XII se le cayó su primer diente y la reina regente, su madre, pidió a un personaje muy querido en la corte y con conocidas aficiones literarias que le escribiera un cuento con tal motivo. Se trataba del padre Coloma. Se trataba de la calle Arenal, 8. Se trataba de un personaje definitivamente inmortal.

No puedo resistirme a copiaros un fragmente del texto de otro blog (al que os remito para más información sobre la historia del ratoncito y del que también he tomado la siguiente imagen)

"La placa que el Ayuntamiento colocó el 5 de Enero de 2003, informando al respecto no era suficiente, al menos para mí. Quería saber más sobre el domicilio del “ratoncito Pérez”• Me introduje en el portal y, mirando a mi alrededor, nada llamó mi atención; hay tiendas, pareciendo sin serlo, un pasaje comercial. Fue al salir cuando me fije en unas bonitas columnas de hierro, alumbradas, por grandes globos de luz artísticamente decorados, y recordé, que en el libro de Enrique Sepúlveda, se describían las columnas del interior de la tienda en un dibujo. Saqué mi cámara para inmortalizar el hallazgo, y algo sorprendente me lleno de emoción ¡era Ratón Pérez !, ¡ estaba allí !, en una esquinita del pedestal de la columna izquierda , quieto, chulapón, pequeño y dorado, con sus gafas, su cartera y su sombrero, como Coloma lo describió. ¡Su estatura es real!, por este motivo no es fácil verlo, ¡ pero está ahí, en su tienda de toda la vida, en su domicilio de la calle Arenal, 8 !, y, me sentí tremendamente feliz. Cruz Pintor es la autora de esa pequeña escultura en bronce, que casi nadie conoce… Yo, que en mis sueños infantiles le había imaginado tantas veces de mil maneras, estaba ante él, ante “mi ratoncito Pérez”. Parecía que me decía algo… quizás “¿pero cómo me habías imaginado?” Me acerqué, besé mi dedo índice,… y se lo coloqué en su mejilla izquierda…¡ Qué más podía pedir ! Cualquiera puede verlo, él no se irá, seguirá quieto, inmóvil, para demostración de su existencia, de lo real del cuento. Si lo visitáis, será un maravilloso encuentro con ese ratoncito y con la tradición. Me prometí a mi misma escribir un poco de su historia, de su entorno, de su fama y de su casa, que gracias al cariño de los autores citados, podemos conocer un poco más."



Como os decía, en este país resulta prácticamente imposible encontrar el cuento original pero si alguno tenéis curiosidad, como yo misma, podéis leerlo (con un poco de paciencia) aquí. De todas formas, tengo la sana intención de ir transcribiéndolo poco a poco y hacerme mi propia edición casera (no es pirateo, juro que he intentado comprar el libro) pero bueno, ya sabéis en qué quedan a veces las sanas intenciones así que no prometo nada.

Sí os pondré un brevísimo resumen de la historia original que tomo prestada de aquí:

"Coloma lo presenta (al ratoncito Pérez) como un bonachón personaje que muestra al Rey Buby (apodo con que la Reina María Cristina llamaba a su hijo) las miserias de los pobres, antes de depositar un toisón de oro en su ilustre lecho.

El ratón vivía con su familia dentro de una gran caja de galletas, en el almacén de la entonces famosa confitería Prats, en el número ocho de la calle del Arenal, en el corazón de Madrid, a unos cien metros del Palacio Real. El pequeño roedor se escapaba frecuentemente de su domicilio y, a través de las cañerías de la ciudad, llegaba a las habitaciones del pequeño rey Bubi I (Alfonso XIII) y las de otros niños más pobres que habían perdido algún diente, despistando a los gatos, que siempre estaban al acecho"


Si la historia os intriga como me intrigó a mí, no os perdáis tampoco esta página del instituto Cervantes de la que saco la última de mis citas:

Quiso el Padre Coloma con este pequeño rey sembrar la idea de que todos los hombres somos hermanos: ricos y pobres, buenos y malos.

Y a todo esto... una de las conversaciones a las que me refería al principio giraba en torno a si el ratoncito Pérez deja un regalito sólo por el primer diente caído o por todos ellos... yo siempre he defendido que es sólo por el primero... ¿cuál es vuestra versión?



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