Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 7 de enero de 2022

Hacerse mayor

Después de toda la polémica con varias famosas que han dejado de teñirse las canas y los comentarios de todo tipo sobre la nueva Sex in the city, he visto recientemente dos cosas que me han hecho pensar en cómo la sociedad, y sobre todo la industria del espectáculo trata el envejecimiento femenino. Y digo femenino porque todos sabemos que los hombres se vuelven maduritos interesantes y las canas hasta les hacen más sexys, pero las mujeres solo nos volvemos viejas. ¿En serio? ¿a estas alturas de siglo y aun estamos así? 

Decía que había visto últimamente dos cosas que me habían hecho pensar en ello. Una entrevista a Jennifer Anniston en la que se le alaba que haya confesado su verdadera rutina de belleza, más allá del clásico beber mucha agua y dormir mucho con lo que tradicionalemente han intentado convencernos las grandes bellezas de que ese y no otro era el secreto de su excelente aspecto (con la maravillosa excepción de la top model Cindy Crawford, que ya dijo hace muchísimos años que cualquier mujer que dedicara ocho horas al día a estar guapa como hacía ella, ya que lo consideraba su trabajo, lo estaría) 

Pero a lo que voy yo no es a si hace falta más o menos esfuerzo, más o menos dinero, para mantenerse joven y guapa. A lo que voy es a ¿por qué demonios tenemos que seguir estando jóvenes y guapas eternamente? no es natural, no es lógico, no es ni siquiera sano, y menos mentalmente. Nuestro cuerpo evoluciona, afortunadamente, como nuestra piel, nuestro comportamiento, nuestra mente. ¿Tiene algún sentido que nos estanquemos en unos eternos veintitantos o treintapocos como mucho? ¿para quién? para mí no tiene ni pies ni cabeza. Claro que está bien cuidarse, hidratar la piel, hacer ejercicio y comer sano para mantenernos en forma, pero de ahí a negarse al paso del tiempo hay un abismo. 

Y con esto llego a lo segundo que me ha hecho reflexionar: El personaje de Sylvie en Emily in Paris, serie en la que mi hija coincidimos en que nos ha gustado "a pesar de Emily" Bueno, yo particularmente, ya sabéis, si sale París ya tiene muchos puntos ganados. Mi hija se parte porque cada dos por tres viendo la serie me entra la morriña aguda y le lloriqueo que yo quiero volver. Pero ciudad maravillosa donde las haya aparte, volvemos al personaje de Sylvie: Mujer madura que por supuesto que se cuida y viste divinamente (mucho mejor que la protagonista en mi opinión), pero que no oculta sus arruguitas. Hablo de la serie, debo confesar que he estado buscando alguna foto en la que se vean pero aparentemente están todas retocadas. 

Estamos en el camino pero todavía lejos, por lo visto. Que a un personaje como ella, mujer de éxito, independiente, elegante, que se lía con quien le da la gana, independientemente de la diferencia de edad, nos veamos obligados a retocarles las fotos para eliminar arruguitas me parece vergonzoso. Durante toda la serie pensé que ella sí me parecía un modelo de mujer mayor que podría inspirarme, como me lo pareció la gran Kate Winslet cuando devolvió varias veces las fotografías retocadas que pretendían utilizar para la promoción de su serie Mare os Easttown por no verse reflejada en ellas, sin sus arruguitas, sin su barriga: "les dije: chicos, sé cuántas arrugas tengo en los ojos, por favor, devolvedlas todas" 


Pues eso, dejadnos nuestras arruguitas, dejad que nuestro cuerpo evolucione como debe, que no podemos tener 20 años para siempre (ni ganas, al menos yo). Dejadnos hacernos mayores con dignidad y que nadie tenga que sufrir por no estar tan joven como alguien que nos importa un pimiento desearía. No sé a ti que me estás leyendo pero a mí particularmente me importa un bledo lo que piense la industria cinematográfica. Y que conste que me parece estupendo que Jennifer Aniston dedique tanto tiempo y dinero como le apetezca a mantenerse eternamente joven, está en su derecho. Pero en el mismo derecho que estamos las demás de dejar que el paso del tiempo deje sus huellas en nuestro cuerpo y en nuestra piel. Cada arruguita, cada estría cada michelín, cada hoyuelo de celulitis son parte de nosotras, de nuestra historia y de nuestro desarrollo. Y está fenomenal cuidarse, deberíamos hacerlo, mantenernos ágiles, sanas y también atractivas, claro que sí, pero siempre desde el sentido común y el respeto, a nuestros cuerpos, a nuestras vivencias, a nuestra edad, a nosotras mismas, en fin. 

No hay comentarios:

Seguidores