Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 15 de junio de 2011

Pues será la educación

El otro día andaba yo pasmándome con algún comentario de mi hija de esos que te demuestran que tus hijos son cien veces más listos que tú y la mayoría de los adultos que conoces juntos y comentándolo con mi hermano me decía que claro, que ya hacía muchos años que Alexandre Dumas Había dicho algo así como "No llego a comprender por qué, siendo los niños tan inteligentes,
los adultos son tan tontos. Debe ser fruto de la educación"

Y el caso es que parece que poco ha cambiado porque en realidad lo piensas y sí, el sistema educativo prioriza sobre todo el memorizar, el “porque es así”, y en el mejor de los casos, el dártelo todo mascadito y bien explicado. Cuando en realidad, cualquier niño tiene unas capacidades tremendas de observación, extrapolación y deducción. Es decir, las herramientas precisas para ser capaces de prepararse sus propios temas, investigar sobre ellos, exponer sus conclusiones. Por no hablar de la capacidad de ser críticos, de cuestionárselo todo. ¿Por qué se las anulamos en el cole? Me consta que hay sistemas educativos distintos, que promueven precisamente la incentivación de esas habilidades, pero ¿por qué cuesta tanto encontrarlos?


No caeré en la trampa de echarle toda la culpa al sistema. Indudablemente los padres tenemos nuestro papel primordial en todo esto. A la hora de hacer los deberes con nuestros hijos, en las actividades cotidianas… en nuestras manos está animarlos a investigar por sí mismos, no dejarnos vencer por el cansancio cuando empiezan con sus interminables por qués, hacerlos partícipes de pequeños debates en familia sobre temas de su interés animándoles a cuestionarse cualquier opinión sin darla por válida porque sí. Son muchas las cosas que podemos hacer desde casa para evitar que pierdan esas maravillosas facultades infantiles pero sería más útil desde luego si el cole nos acompañara.

lunes, 13 de junio de 2011

Querer, desear, luchar

Que no es lo mismo, como decía Alejandro Sanz. O no es lo mismo para mí, al menos, porque querer yo quiero muchas cosas, ya sabéis, perder peso, aprender más idiomas, que me toque el euromillón… desear, desear ya… eso para mí ya tiene un grado más. Yo diría que es algo que quieres con más fuerzas, en mi caso, ya sabéis, vivir de la escritura, por ejemplo.

Ahora bien, lo de luchar ya es una categoría distinta. Y lo es porque no es lo mismo querer o desear algo, que hacer todo lo posible por conseguirlo, que, lo confieso, es donde yo patino. Hay cosas en las que no te queda más remedio. Estaba en el paro y no es que quisiera, es que necesitaba encontrar otro trabajo, y por tanto, no tenía más opción que luchar por ello. Sin embargo, en ese mismo tiempo en paro, debo reconocer que no he hecho todo lo que habría podido por conseguir ese viejo sueño mío.


He hecho algunas cositas, tampoco nos vamos a ir al otro extremo, pero mirando ahora atrás, anda que no podría haber aprovechado más horas para escribir, para enviar más textos a editoriales y concursos. ¿Y por qué? ¿Por qué hay gente que tiene esa enorme fuerza de voluntad para sacar horas de donde haga falta para luchar por sus sueños y estamos los que ni teniendo el tiempo necesario para hacerlo nos ponemos? ¿falta de voluntad? ¿de la tan traída, llevada y por el camino desgastada motivación?

Y sí, exactamente, esta es una entrada de autoqueja del tipo: ay, ahora que ya no tengo tiempo me doy cuenta de todo lo que debería haber hecho en estos meses. Y esto hablando de cosas que deseaba hacer, si nos metemos con las que me dan pereza o no me gustan ni en pintura, para qué hablar…

¿De qué tipo sois vosotr@s?

miércoles, 8 de junio de 2011

Momento feliz

Iba yo al mediodía en el autobús pensando en mis cosas cuando algo me ha llamado la atención. Pasábamos por delante del hospital. Normalmente no me gusta mirar a la gente que entra y sale, me agobia mucho. No puedo evitar pensar en lo que les ha llevado allí, en quien parece triste, quien parece aliviado... en fin, bueno, que esta dichosa empatía mía tan útil a veces, tiene su lado oscuro también.

Pero hoy se me ha ido la vista a un pequeño bultito. Un bebé en brazos de su hiperfeliz y jovencísimo padre. A su lado la mami, los dos más contentos que unas pascuas. Y es que es verdad, el momento del nacimiento es espectacular, por supuesto. Pero después de dos o tres días (en el mejor de los casos) en la habitación del hospital, en que no te dejan dormir entre bebés propios y ajenos y enfermeras que entran a cualquier hora encendiendo luces para quién sabe qué, el momento en que te dicen "hala, que ya os podéis ir a casa"... uff, ese momento tampoco tiene precio, ¿a que no?


Así que ya veis, por una fugaz vista de un bultito me he pegado el resto del viaje perdida en mis recuerdos. Esa mezcla de alivio porque por fin vuelves a casa, felicidad porque tienes un bebé, miedo por lo mismo, porque en el hospital estás como más arropada, pero anda, que de repente te sueltan con la criaturita en brazos y tira, ahora apañaros solos... pero en cualquier caso, sin duda un momento feliz. ¿O no?

lunes, 6 de junio de 2011

el día del pepino

Ya perdonaréis mi prolongada ausencia... últimamente ando más liada que un alemán buscando el origen de sus intoxicaciones por E. Coli

Pero echando un ojo a mis blogs de cabecera he descubierto que hoy se ha declarado así un poco extraoficialmente el día del pepino y que la forma de colaborar es poner recetitas. Yo para el pepino soy bastante básica, la verdad, pero me encanta así:

Pelado, cortado a rodajitas, con un poco de sal, una buena chorraíta de vinagre y otra de aceite. Y ya.

Aunque también me gusta añadirlo a la ensalada de cous cous con un poco de tomate, bastante cebollita (a ser posible de Fuentes, que es más dulce y suavecita) y luego ya según lo que tenga por casa.

Así que con esta pobre aportación a la blogosfera os dejo. Volveré cuando pueda

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