Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 8 de febrero de 2017

Croquetas sin gluten

Ya tocaba, en casa muchas muchas croquetas no se hacen pero de vez en cuando sí caen, sobre todo por Guille que es el que más las pide. Esta vez tocaba prepararlas sin gluten así que nos pusimos manos a la obra.

Ingredientes:
Trocitos de jamón serrano
Leche entera
Harina de arroz (otro día probaré con otra a ver qué tal, no me convenció la textura aunque he de decir que en casa tuvieron mucho éxito incluso entre los glutaneros)
Aceite
Sal (ojo con la sal cuando cocinéis para un celíaco, es muy fácil de contaminar si está en bote abierto, nosotros la hemos pasado ya a un salero de estos herméticos que la espolvorean.
Si echáis especias ojo a que sean sin trazas de gluten
Huevo
Pan rallado sin gluten

Preparación:

La normal de todas las croquetas, con las precauciones habituales con cualquier alergia o intolerancia. Asegurarse de que la sartén está bien limpia y no tiene resto alguno de gluten, no reutilizar aceite para evitar el mismo problema, y remover con una cuchara de silicona. La madera  es poco higiénica y al ser porosa por más que se limpie no se puede evitar nunca del todo los restos así que con un celiaco en casa, cubiertos de madera desterrados...

Y con este preámbulo ya hecho, vamos al lío:

Echar un chorrín de aceite a la sartén (también se pueden hacer con mantequilla pero yo donde esté un buen aceite de oliva virgen extra...) y dejar calentar (que no humee, el aceite nunca debe humear)

Saltear un poco el jamón en él y añadir tres cucharadas soperas de harina de arroz (o de la que queráis probar). Remover bien hasta que la harina se haya tostado un poco. Ir añadiendo poco a poco hasta tres vasos de leche entera (yo a raíz de los últimos estudios ya he decidido pasar de la desnatada y es cierto que no noto diferencias en mi peso ni por eso ni por haber vuelto a comer un plátano al día, cuando engordo es por otros pecados menos ligeros, pero allí ya cada uno) Añadir sal al gusto (a mí me gusta añadirles al final un poco de canela y de nuez moscada pero ojo con las especias, no todas garantizan la ausencia de trazas de gluten, de hecho las de Ducros, que son las más habituales, no son aptas)

No dejar de remover hasta que nos quede una masa pastosa y que se separe bien con la cuchara. En ese momento pasar a un plato y dejar enfriar un rato antes de meterla al frigorífico. Lo ideal es hacer las croquetas al día siguiente pero si no puede ser, al menos dejar enfriar muy bien la masa antes de trabajarla.




A partir de aquí ya, muy fácil (y donde más se puede involucrar a los niños) Ir cogiendo bolitas de masa y darles la característica forma alargada de la croqueta. Pasar por huevo batido primero y luego por pan rallado (que sea sin gluten también, claro) y a la sartén, con el aceite bien caliente (pero sin humear, repito) Es mejor no echar muchas de golpe para que no pierda temperatura y lo ideal sería que el aceite las cubriera totalmente, como en una freidora (que yo hace años que no tengo porque se me estropeó y visto el poco uso que le daba no compré otra). Yo reconozco que las hago con menos aceite del que debería pero vosotros mismos...  (si usáis freidora, por favor, aseguraros que no habéis hecho nada con gluten en ella, debería ser exclusivas para rebozados y empanados sin gluten)

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