Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 1 de febrero de 2017

La fuerza del destino

La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino; simplemente somos atropellados por él. Para cuando levantamos la cabeza y lo vemos alejarse por la carretera ya es tarde y el resto del camino lo tenemos que hacer por la cuneta de aquello que los soñadores llaman la madurez. La esperanza no es más que la fe de que ese momento no ha llegado todavía, de que acertemos a ver nuestro verdadero destino cuando se acerque y podamos saltar a bordo antes de que la oportunidad de ser nosotros mismos se desvanezca para siempre y nos condene a vivir de vacío, añorando lo que debió ser y nunca fue.

Carlos Ruíz Zafón. "El laberinto de los espíritus"



Ya no es la primera vez que encabezo un artículo con una cita de este autor. Algo tiene que hace que me sienta especialmente identificada con lo que escribe. En este caso, no sé si identificada sería la palabra. De hecho, sigo releyéndolo intentando comprender bien qué es eso de que el destino nos atropella. ¿Se desvanece nuestra oportunidad si no estamos atentos? pero entonces, ¿es que sólo tenemos una oportunidad? Yo no lo creo. Sí que estoy convencida de que muchas veces, efectivamente, alguna ocasión de oro nos pasa por encima y ni nos enteramos a pesar de habernos quedado incluso magullados. Pero de ahí a que ese sea el último tren va un buen tramo.

Tiene que ser triste de todas formas eso de vivir de vacío añorando lo que debió ser... ¿nunca fue? puede, pero ¿nunca será? ¿por qué? ¿no será esa la forma de continuar viviendo? ¿seguir luchando por lo que queremos ser? será esperanza, sí, y fuerza, y determinación, y muchas más cosas. No creo que sea solo fe en que el momento aun no ha llegado. Puede haber muchos momentos, cada cual distinto. Seguro que todos no nos llevarían por el mismo camino, quizás ni siquiera al mismo destino, pero ahí están y de nosotros depende no caer demasiado rápido en esa cuneta de la madurez, no perder de vista nunca nuestros sueños. A esos hay que perseguirlos siempre, aunque nos arrollen y sigan su camino por la carretera. ¿Quién dice que incluso entonces no podamos alcanzarlos?


Madre mía, me temo que me ha salido otra de esas entradas en la que acabo por no decir nada... mira que cuando me da el día tonto... pero ya que estamos, contadme, ¿Creéis en eso del destino? ¿está todo prefijado o nos lo creamos nosotros mismos día a día?

No hay comentarios:

Seguidores