Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 23 de abril de 2010

Conciliando

Me gusta trabajar por mi cuenta, ¿sabéis? no digo que no sea duro, que lo es. Poner en marcha una empresa, aunque sea modesta, en estos tiempos que corren se las trae. Y va todo muy lento, las cosas como son. Pero ésa es sólo la parte negativa, y sabéis que a mí me gusta siempre ver la positiva. Y la parte positiva es que ahora soy yo quien se organiza los horarios; que puedo llevar a mi hija a la parada del autobús y a mi hijo a la guardería, que puedo ir a buscarlos (salvo reunión o visita a hora inoportuna o que esté de viaje, claro), que gracias a la tecnología (bendito email en el móvil) se puede trabajar en cualquier lado... pero ¿sabéis a qué llamo yo conciliar de verdad? porque no se concilia sólo con los hijos, se concilia también con uno mismo, con nuestra vida privada, con nuestra pareja, con nuestras aficiones... para mí el símbolo de mi recién estrenada conciliación es poder bajarme a trabajar (o simplemente a escribir) a una terracita en un día soleado, con un café con hielo a un lado y el portátil al otro (benditas wifis en zonas públicas)




Con frecuencia recuerdo mis pasados días de horario rígido de oficina, "atada" a mi mesa. Y pienso que ahora me organizo así porque dependo de mí misma, pero que en realidad... ¿qué me obligaba entonces a quedarme en la oficina? tenía que estar disponible para mis clientes en horario comercial, de acuerdo, también ahora... pero ¿y para qué están los móviles? necesitaba el ordenador y además conectado al servidor de la empresa para responderles, de acuerdo... ¿y para qué están los portátiles? ¿y las conexiones por internet? cierto que no es lo mismo estar físicamente en el lugar donde se mueve todo, donde se fabrica, donde se comenta, y no digo que sea para no pasar nunca por la oficina, pero ¿ocho horas al día, haya trabajo o no? ¿seguro? yo creo que entonces, como ahora, podría haberme organizado perfectamente con menos horas en la oficina y el resto disponible desde casa, o desde la calle o desde donde me pillara... claro que no es fácil hacerle entender a tu jefe algo así...

Pero entonces... ¿de verdad es tan difícil la conciliación? ¿no se tratará simplemente de barreras mentales, propias o impuestas por algún jefe arcaico? de acuerdo que ésto sólo vale para puestos concretos, pero a veces lo que tan difícil, o hasta imposible, nos parece a priori, luego resulta que no lo es tanto... un dependiente de comercio está claro que no puede trabajar con un portátil y un móvil, ni un peluquero, ni un ebanista, ni un operario industrial... pero quizás sea cuestión de ajustar mejor los horarios, o los turnos, o yo qué sé... pero me niego a admitir que sea tan difícil eso de la conciliación. Sólo que hay que ponerse, y sobre todo darle la importancia que tiene, como se le da en otros países: racionalizar los horarios, olvidarse de esa manía de que el más horas pasa en el trabajo más produce (¿de verdad alguien se cree esa memez?), respetar el necesario equilibrio entre vida privada, familiar y laboral (¿de verdad no ven que eso redundaría en una productividad mucho mayor de cada uno de los trabajadores?)

En fin, no sé, es un tema viejo, al que se le han dado mil vueltas, pero que parece no avanzar nunca, y menos en tiempos de crisis, donde los pocos que ofertan puestos de trabajo se creen con derecho de pedir imposibles a precio de saldo. ¿Y quién le pone el cascabel al gato? anda, que están las cosas como para ponerse a exigir, sea en el puesto de trabajo actual, quien lo tenga, o al optar a uno nuevo.

Malo, malo...




8 comentarios:

mamisepa dijo...

Te doy la razón en todo. Las principales barreras son mentales. También con los horarios. Hay trabajos que se pueden hacer de 7 a 3, de 8 a 4, o de 8 a 5 con 1 hora para comer... Pero siguen insistiendo en tener a la gente enganchada hasta las 7 y las 8 porque sí. Aquí sigue primando la ley del látigo, y me temo que el cambio será muy poquito a poco.

Saludos

Elena-Z dijo...

Lo malo es que muchas veces el látigo no sólo lo impone el jefe: lo impone el cliente. MI trabajo yo lo podría desarrollar perfectamente desde mi casa, dedicando x tiempo en la oficina a reuniones con clientes, que precisaran tratar el tema que fuera "cara a cara". PERO NO. Si viene un cliente a la oficina a dejar dos papeles y de paso hablar del tiempo que hace... si no estoy yo, es que no estoy trabajando. Aunque en ese momento precisamente esté tratando de solucionarles un problema con hacienda, o consiguiendoles una subvención muy chula, o dando vueltas a su contabilidad para ver donde está ese dinero que dice que le falta o que yo veo que le sobra... Pero efectivamente, si no estás donde ellos juzgan que debes estar, es que no trabajas. AUnque el hecho de estar y sonreirles mientras te cuentan su última y aburrida batallita te suponga perder 20 minutos de ese tiempo que según ellos debieras dedicar a trabajar.

Asi que más que a los jefes, hay que convencer a la sociedad entera. Y deshacernos de un poquito de egoismo. Que yo los sábados trabajo de 11 a 1 en un sector que nadie trabaja en sábado y ya casi ni los viernes por la tarde, y el otro dia un cliente al ver que estaba dentro me abrió la reja a las 9 y media. Y otras veces me han dicho que vaya horario escaso que tengo el finde.

Asi no se puede conciliar NADA.

Ellyllon dijo...

¿Y es mucho preguntar en qué trabajas?

Anda que no nos queda ná en este país para poder conciliar... ni siquiera un poquico.

Y en estos tiempos en los que cobras más en el paro que en un puesto de trabajo, la gente ni se molesta en madrugar y tirarse 10 horas de su día pasando penalidades (ni aunque sean padres de familia y te hablo por una experiencia cercana).

Así que...
Yo me autoempleé una vez. Horario cómodo, muuuuuuuuy cómodo. Podías dejarla en media jornada y podías dedicarte a otra cosa. Y se ganaba bien.
Y la idea fue un acierto hasta que llegó internet a las casas...

En fin, que sigo soñando con autoemplearme de nuevo y en algo que me deje tiempo para seguir ocupándome de mi hija en la medida de lo posible.

Un besazo mamma.
Elly

laura dijo...

Yo no m puedo quejar d mi horario, soy autónoma y al tener mi empresa si tengo q ir a algún sitio, médicos o lo q sea no tengo problema,lo q ocurre es q nunca desconectas del todo, nunca.Ni pude desconectar en mi viaje d novios ni cuando estuve d baja durante el embarazo,y mi movil a veces suena fuera del horario establecido en la oficina pq hay clientes q m llaman directamente a mi ,y cuando nació mi hija al mes y medio ya m fui a currar,así q lo d ser tu propio jefe está bien para unas cosas y para otras no tanto.A veces deseamos lo q no tenemos, mi marido es funcionario y m da mucha envidia,trabajo estable, buen sueldo, d 8 a 3 y "hasta mañana" y sus vacaciones son verdaderas vacaciones.Eso si es conciliación familiar y "personal" pq por la tarde aún tiene tiempo d hacer lo q le gusta en una empresa q tiene con un compañero y en la q sólo se pasa por ahí d vez en cuando pq está relacionada con el deporte y no es necesario q esté allí cada día.No m importaría cambiar los papeles jaja.besitos a todas

Celia dijo...

En mi trabajo no tengo que estar un número fijo de horas, salvo durante par de meses al año o cuando tenemos reuniones. De hecho, funcionamos con unos objetivos semestrales y/o anuales. El objetivo básico es cumplir con esos requerimientos y mientras lo hagamos podemos hacer el horario que queramos e, incluso, trabajar desde casa o desde donde queramos.
Por razones prácticas (si trabajo en casa tengo que pagarme yo internet, por ejemplo), paso mucho tiempo en la oficina. Pero sé que si un día mi hija se pone enferma puedo quedarme en casa para atenderla.
A veces, tengo que trabajar algunas horas en domingos o festivos para sacar a tiempo el trabajo. Pero, en general, estoy muy contenta con esta facilidad de horarios porque puedo conciliar vida laboral y vida personal mucho mejor que otras personas. Pienso por ejemplo en una amiga que es autónoma y que está atada a su negocio muchísimas horas al día.
También es cierto que este modelo no se puede aplicar a todos los tipos de trabajo. Pero se podría hacer algo para compactar jornadas laborales etc....

Anónimo dijo...

A mi lo que me mata es que somos europeos para un millón de memeces (como el cambio de horario) y para el tema sueldos y horario laboral ni flawers, y de las ayudas ya ni te cuento, en lugar de priorizar y entregar ayudas a las familias o a las personas trabajadoras que cotizamos y producimos, pues no, parece ser que es mas importante mandar condones a las antípodas,que digo yo que eso estará muy bien, pero por favor, si es que en españa, somos unos arcaicos, me da vergüenza lo poco que se ayuda a crear empleo o a las familias ,eso de trabajar en casa u optimizar el trabajo en menos horas, no por dios menos horas no en el trabajo hasta las 8 aunque te lies a cafes mas que a otra cosa, y no digamos lo de ayudas a las empresas que reduzcan jornadas, eso no de coña, con lo malos que son los empresarios,es mejor entregar subsidios y paros de 3 años, que yo ya se de mas de dos y de tres que pasan de currar hasta que se les termine el paro(que pena) total que entre unos y otros nos fastidianos los de siempre, los que curramos y pagamos, yo es que ya estoy muy arta, que está muy bien eso a ayudar a los necesitados queda divino en las campañas electorales, pero es que en España ya esta llegando a un punto que roza la insensatez, yo tambien quiero la ayuda para libro o para el comedor para mis hijos y no les dan nada de nada, y me temo que me va a tocar segur pagando impuestos destinados a comprar peces en lugar de cañas de pescar.
Jo que chapa, sorry un besazo.

Nais dijo...

No se ve el punto de vista igual desde un lado que de otro. Yo pienso todo lo que dices aquí pero mi jefe piensa que ya que es él el que me paga tiene que exigirme, por lo que mi concilación familiar y personal es nula, cero, trabajo 10 horas en una oficina con sábados hasta medio día, una burrada, más luego tengo que echar unas horas en una empresita que tiene mi padre y que le tengo que llevar los papeles. Imagina el tiempo que me queda para mi hija, mi marido o mi casa. Un caos.
Pero mi jefe no lo ve así, lo ve como que esto son lentejas y si quieres te puedes ir pero a ver donde, asi que te envidio y mucho.

Milagros dijo...

En España no se concilia por un problema cultural. Aquí no se valora el resultado de tu trabajo, sino tu presencia y eso te obliga a estar en la oficina aunque sólo sea para tomar cafés... Y muchos directivos prefieren mantener esa cultura para no ir a casa y atender a la familia. Es más fácil (y menos cansado) contratar una niñera o llevar a los niños de actividad en actividad para que estén ocupados que cambiar pañales, corretear detrás de tu niño o entenderlo en su lenguaje infantil...

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