Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cruce de agendas

Me estaba dando yo cuenta ayer de que mi agenda es un auténtico show. Como apunto tanto mis compromisos profesionales como las actividades de los niños (mi vida social ya sabeis que ocupa poco espacio, la pobre, cualquier día de estos le pongo remedio, lo prometo), sólo en esta semana han convivido en perfecta armonía reuniones laborales, fiestas de las monsters, natación y patinaje artístico. Hasta he quedado con algún amigo y todo. Madre mía, ¡qué vuelta de vacaciones! y este fin de semana celebraremos medio en paralelo nuestro aniversario de bodas (11 años ya) y el cumpleaños de mi madre.



Me gusta mezclar, lo reconozco. No soy de esas personas que necesitan un horario estricto y aún así les cuesta separar trabajo y vida privada. A mí me chifla, meterlo todo en una coctelera y alternar actividades personales, familiares, laborales y privadísimas. Cambio el chip en cuestión de minutos y no puedo evitar encontrar cierta gratificación en hacer cuatro cosas a la vez, o cinco si a mantener un ojo y un oído fijos en el móvil se le puede considerar cosa.

Sí, lo sé, hay quien piensa que así no hay quien se concentre en nada, pero en realidad, pensarlo. ¿Cuánto tiempo de trabajo seguido estáis de verdad concentrados y rindiendo al máximo? nunca me ha gustado la jornada continua, ocho horas seguidas de trabajo, por mucho que hagas alguna pequeña pausa, me resulta totalmente ineficiente. Ya sí, soy la única rara que defiende la jornada partida, o casi, pero es que de verdad que no rindo yo con esos horarios. Afortunadamente, ahora tengo un horario mucho más flexible y estoy feliz. Soy consciente de que hay ciertos trabajos que requieren un horario específico; horarios comerciales, trabajos a turnos... pero por suerte el trabajo que realizo ahora mismo da igual si lo hago a las 8 de la mañana o a las 10 de la noche, una vez con los niños acostados y la casa en paz. Me permite aprovechar mucho mejor mis propios ciclos naturales (hay horas a las que no rendimos nos pongamos como nos pongamos y otras en los que el trabajo nos cunde el triple, seguro que estáis de acuerdo conmigo)

Siempre he defendido los horarios flexibles, favorecen la conciliación familiar y laboral (para mujeres y para hombres, que parece que cuando se habla de conciliación sólo nos afecte a nosotras y que yo sepa los hombres también tienen familia y vida privada) Pero qué difícil es hacerlo entender en ciertas empresas... nunca he entendido por qué. Es una pena que haya tanta mente cerrada dirigiendo el país.

Uy, que se me va el tema del blog... ¿veis lo que os decía de mezclar? si es que no lo puedo evitar... pues hala, ahora que ya he dedicado un ratito a mi vida privada, me vuelvo a la laboral... caaaaaaaaambiooooo de chiiiiiiip.

1 comentario:

Elena-Z dijo...

Hoy me decía un cliente: recibí el otro día un mail tuyo a una hora intempestiva... ¿estabas en la oficina o es que estabas trabajando desde casa? Me lo ha dicho en plan "jo qué bien me vino que me lo mandaras entonces".
Poco a poco algunos van (vamos) cambiando el chip, y se dan (nos damos) cuenta de que para hacer bien el trabajo ni hace falta hacerlo desde cuatro paredes y una mesa pre-establecidos, ni el único horario válido es de 9 a 1 ni de 4 a 8.

Seguidores