Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

lunes, 22 de noviembre de 2010

Nuevo viaje a las estrellas



El pasado jueves, 18 de noviembre, el yayo José Luis consiguió por fin desprenderse de su cuerpo, gastado por la enfermedad, para dejar que su espíritu volara hacia su estrella. El espíritu de un hombre en esencia bueno. No se me ocurre otra cosa que lo describa mejor, ni conozco a nadie que lo haya conocido y no lo haya querido, o al menos apreciado. Era mi suegro pero me trató desde el principio como a una hija más, al igual que yo le quise como a un padre. Porque un hombre sin dobleces, agradable, con buen corazón, enseguida se hace querer.

Y la vista de los hechos, mucha gente le quiso. Pocas veces había visto el tanatorio tan lleno, tantísima asistencia a una misa fúnebre. Pocas veces he visto un entierro tan bonito, en el pueblo, como él quería, dónde pasó tantos buenos momentos.

Como siempre, en estos momentos, mis hijos son, no sólo el mejor apoyo para recuperar la alegría, sino además ejemplo a seguir. Como ya hicimos con mi abuela, les explicamos que el yayo José Luis se había ido a su estrella. Siguiendo la sugerencia de la profesora de Sofía hicimos una pequeña ceremonia privada en casa, algo sencillito, todavía son pequeños. La noche del jueves encendimos una vela que le representaba. Les expliqué que vería su luz y sabría que estábamos pensando en él. Al día siguiente pegamos una nueva estrella fosforescente, más grande y llamativa, en el particular cielo de su habitación. No ha habido dramas. Se querían con locura, pero han asumido de la forma más natural que ya no esté con nosotros. Para ellos la muerte es algo más simple, más natural, que desde luego no supone ningún tabú ni les da ningún miedo. No podemos evitar el dolor por la pérdida, por supuesto, pero quizás sí podamos tratar de recuperar esa sabiduría infantil, todavía no mancillada por los prejuicios adultos. O quizás ya no sea posible, no lo sé. En cualquier caso, mis hijos nunca dejan de sorprenderme.

12 comentarios:

angeles dijo...

Muy bonito Elena!!!! la vuelta a la rutina es dura pero necesaria y como dices los niños nunca dejan de sorprendernos. Un abrazo para todos.

Elena-Z dijo...

Que bonito...

Desde luego, los niños nunca dejan de sorprendernos, pero ten por seguro que si ellos lo asumen con esa calma, es porque también vosotros les habeis sabido transmitir serenidad.

Un abrazo.

BB dijo...

Cuanto lo siento....Ya he dicho por aqui muchas veces que el único que supo de verdad donde se habia ido mi madre, su yaya, hace ya dos años y estando él presente, fue mi peque, que rápidamente dijo que era una estrella, eso sí, la más brillante del cielo, y que desde alli nos veía. Siempre digo, que afortunado él que lo ve así, como deberíamos verlo todos, aunque cosa imposible cuando eres racionalmente consciente de la muerte. Para mi, el problema me viene cuando el peque me pregunta cuando bajará de la estrella su yaya, o cuando irá él a otra estrella......puff, la primera es fácil, pero la segunda....me cuesta decirle que espero que dentro de muchos años, si antes le he dicho que su yaya está en un sitio bonito...y es que a estos peques la cabecita les empieza a dar vueltas pensando a veces demasiado.
Lo dicho, a tirar hacia adelante y besos para todos.
BB.

Uma dijo...

lo siento por tu suegro...pero es ley de vida y no nos queda otra cosa que asumirlo!
besos

Cruela DeVal dijo...

Lo lamento
Yo también hice lo de la estrella con un perro que se murió y que mi E adoraba, después durante años saludábamos a la estrella de Chuly...
Besos

Tita dijo...

Lo siento, Elena, y mucho por tu marido además. Ha tenido que ser una pérdida terrible para todos.

Tus hijos aún no son conscientes de la irreversibilidad de la muerte, y eso les mantiene protegidos, además de vuestra serenidad.

Pronto empezarán a preguntarte por qué no ven al yayo, y por qué no pueden verle. Preparad la respuesta, sin angustia, sin sorpresa, y sin engañarles. Si algo ha de quedar claro de la muerte (cuando pregunten) es que de allí no se vuelve. Todo ello explicado con todo el amor y cariño del que sois capaces, y sobre todo, respetando sus muestras de dolor o enfado al ir conociendo más detalles. Siempre según vayan preguntando.

Respetad sus defensas, buscad alternativas (ver fotos, cerrar los ojos y verle con el corazón, recordar momentos bonitos) todo aquello que hace que nos sintamos un poquito menos tristes.

Te buscaré bibliografía si quieres.

Un abrazo muy fuerte para maridín y para ti, ánimo.

M Luz dijo...

Qué te puedo decir que no te haya dicho ya...
Tuve la oportunidad de coincidir con tu suegro un par de veces , y aún recuerdo la última en mi tienda, cómo se la caía la baba con Guille (Sofía no vino)
Me ha parecido precioso la forma en la que habeis hecho crear la estrella con los niños. Nunca lo había oído (gracias a dios, aún no me ha hecho falta) y sólo pido que cuando tenga que hacerlo mi hija sea tan mayor que ya no sea necesario.

Tita, como siempre tus palabras preciosas....

ODRY dijo...

Siento el momento tan malo que has tenido que pasar, por eso sólo se me ocurre mandarte un abrazo y un besazo.

laura dijo...

siento mucho lo d tu suegro, si, son momentos duros,Sofía es más mayor y tendrá recuerdos d él,yo recuerdo a mi yaya y cuando murió tenía 4 años, mi madre alucina y se emociona cuando se lo digo, no son recuerdos claros,son como flashes d escenas q recuerdo haber vivido con ella, en la cocina comiendo leche con colacao con pan(si, pan jaja, m encantaba y a ella tb),el dia d la fiesta mayor vestidas d pubillas,los días q nos quedábamos a dormir en su casa con los cojines en el suelo viendo la tele y su perro, q era enorme a nuestro lado mientras ella bordaba...el olor d su calle q aun huele igual q antes y m trae recuerdos. Con Guille los recuerdos serán aún más difusos así q enseñadle muchas fotos y contadle muchas cosas d él, y sobretodo con alegría.Con el tiempo lo q ahora sólo es dolor se convertirá en un hermoso recuerdo e incluso reireis recordando anécdotas con él.Animos y Bsitos

espontanea dijo...

Yo también lo siento, lamama, siempre es triste ver desaparecer de nuestra vida a la gente que queremos, por muy ley de vida que sea.
En cuanto a los niños y la muerte, hace apenas un año enterramos a Tía Puri, una abuela para mis hijas. Creo que lo entendieron bien, al menos intenté explicárselo todo. Tan sólo una cosa les asustó: el entierro. El recuerdo que les quede de ella sólo puede ser bonito, era una hada del cielo.

CELIA dijo...

Lo siento mucho. Mi suegra murió hace ahora un año. A mi hija le dijimos que se había ido al cielo. Al principio reaccionó enfadándose y diciendo que su yaya tenía que volver y estar con ella. Así que le explicamos que cuando se hace ese viaje es para no volver. Afortunadamente, lo asumió sin mayores problemas. Ayuda mucho enseñarle fotos para que se sigan acordando o explicarles cosas que hacían con ellos, sobre todo cuando son tan pequeñitos...mi hija sólo tenía 3 años.

mamisepa dijo...

Lo siento. Descanse en paz.

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