Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

jueves, 15 de diciembre de 2016

Cuestión de organización




Madre si me ha costado, pero bueno, parece que por fin voy centrando el tiro. Y es que, después de tres años de autónoma, con un horario bastante flexible (para bien y para mal pero flexible), volver a un horario tan nuestro como es pegarse de 9 de la mañana a 7 de la tarde bloqueada en un polígono industrial porque con hora y media que tengo para comer no me compensa volver a casa, pues cuesta, la verdad...

Pero oye, todo es cuestión de organización del tiempo... Y, yo que me reservaba la horita antes de comer para hacer deporte porque es cuando mejor me sienta, pues he descubierto que, o traslado esa hora a la primerísima de la mañana o no hago ejercicio. Y si no hago ejercicio, los kilos de más se apoderan de mí a la velocidad del rayo por este metabolismo perezoso que yo tengo. Así que yo, enemiga natural de los madrugones, me estoy levantando pronto de lunes a jueves para ir alternando correr y gimnasio. Que cuesta, claro que cuesta... pero algo bueno tenía que tener este horario, y es que entrando a las 9 el madrugón en realidad es el mismo que cuando me ha tocado entrar a las 8, que han sido muchos años... (lo del frío y la niebla ya es otra historia)

¿Y esa hora y media del mediodía? pues al final he llegado a la conclusión de que como mejor la aprovecho es comiendo aquí mismo de tupper en media horita y aprovechando la hora restante para cosas mías, como escribir la segunda parte de mi libro, este mismo blog, o leerme los cuentos del concurso de relatos del cole, del que este año soy jurado (hala, por algún lado tenía que decirlo) Por cierto, recordarme que escriba una entrada con ideas sanas y ligeras para comer de tupper en el trabajo.

Para cuando llego a casa estoy ya medio muerta, eso sí. Y si al menos tengo ya a las dos criaturas en casa, la de aquel, pero si además tengo que ir a buscar a alguno a casa de algún abuelo la rematamos. Por no hablar de compras de urgencia, que en ese sentido aún no estoy bien organizada y la mitad de los días me pilla el frigo en estado de emergencia y sin cena. Pero bueno, poco a poco. Cuando hago caso a Alicia, de Orden y Limpieza en casa, y tengo mis menús mensuales (o al menos semanales) hechos y su lista de compra correspondiente para el fin de semana, la cosa va bastante bien. Pero como no sea así (como esta semana mismamente) ya la tenemos liada.

En lo que sí le hice caso es en lo de la organización de tareas. Tenemos todos asignados nuestras tareas, diarias, semanales o mensuales, y un sistema de puntos para incentivar su cumplimiento (al que en el caso de mis hijos va ligada la propina semanal) Y bueno, no nos funciona todavía al 100% pero lo vamos puliendo. Lo cierto es que por tarde que llegues a casa, si tienes la tarea clara y sabes que se ajusta a una de sus maravillosas rutinas de tan solo 5 minutos (8 como mucho), cuesta menos ponerse y dejarlo liquidado.

Así que sí, es cuestión de organizar el tiempo y aprovecharlo bien. Que al final te das cuenta de que en otros momentos en que has tenido aparentemente más tiempo, se te ha ido en tontadas y al final no has hecho tantas cosas (véase en mi caso la semana pasada, que la tuve entera de fiesta y de mil cosas que quería hacer no haría más de dos o tres...) Tempus fugit decían... y ya lo creo que huye...

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