Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

sábado, 21 de febrero de 2009

Con las manos en la masa II

Bueno, pues mi pequeña pinche me ha abandonado. Tiene gracia... bajamos un momento a la calle mientras reposa la masa y justo, nos encontramos con los abuelos y haaaaalaaaa, que quiero ir a casa de los yaaaaaaayoooooos... pues hala, con los yayos se me ha fugado la tía... y se queda a dormir con ellos y todo  (oooohhh, qué peeeeenaaa) ejem... 

Pero una vez liada había que seguir, así que ahora mismo tengo los preñaus en el horno y me está viniendo un olorcillo que vaya, no sé si comerme  un cabrito o dos para ir haciendo boca... ays... ¡qué hambre! 


Pues nada, a ver qué tal nos sale el invento... Miss Sybarite hablaba de que lo difícil era precisamente darle el punto de cocción... pues en ello estamos. A ver si acierto, que ésto no lo he hecho nunca hasta ahora. Y encima tengo la poca precaución de ir contándolo en directo en el blog, y con fotos y todo, hala, así si me sale mal no tengo escapatoria... ay, madre, ¡qué poco talento tengo!

Bueno, pues hasta dentro de un ratito, cuando los saque del horno... y en cuanto les hinquemos el diente os cuento el resultado del experimento. Y si salen bien os pondré la recetita, claro. 

De nuevo... continuará...

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