Complejo este tema del amor, ¿verdad? hay tantos y tan variados. Amores que matan, amores que ríen, amores que lloran, amores que amargan... bien, bueno, dejando el "son de amores" de Andy y Lucas, sigamos con lo nuestro. El caso es que sí, aunque el de esta canción no tenga nada que ver, desde luego el amor a los hijos es de los que matan, ríen, lloran, amargan y mucho más.
Porque es cierto, será lo más manido del mundo, pero como se quiere a un hijo no se quiere a nadie más. Y ya no entro en comparaciones cuantitativas. Yo quiero muchísimo a mis hijos y también a mi marido. No pretendo decidir a quién más. Me parecería un poco tonto. Indudablemente son amores distintos. Nada que ver una cosa con otra así que, ¿cómo equipararlos?
Porque es cierto, será lo más manido del mundo, pero como se quiere a un hijo no se quiere a nadie más. Y ya no entro en comparaciones cuantitativas. Yo quiero muchísimo a mis hijos y también a mi marido. No pretendo decidir a quién más. Me parecería un poco tonto. Indudablemente son amores distintos. Nada que ver una cosa con otra así que, ¿cómo equipararlos? Pero sí es verdad que el amor a los hijos es algo distinto a todo lo demás. Dejando aparte esos momentos en que:
a) los estrangularíamos
b) nos iríamos "a comprar tabaco"
c) los venderíamos al mejor postor
(cosas que por supuestísimo que jamás haríamos, pero que tod@s hemos pensado alguna vez)
Pues eso, que dejando aparte esos momentos, ¿no os ha pasado alguna vez quedaros mirando a alguno de ellos y sentir que algo se te rompe dentro? a mi me pasa sobre todo cuando están dormiditos (esos momentos de paz que tanto se agradecen) También cuando se divierten entre ellos, cuando van cogiditos de la mano tan amigos, cuando se abrazan o se dan un beso. Pero sobre todo cuando están tranquilamente dormidos. Esa calma que desprenden es tan inspiradora... y en esos instantes no es que los quieras más, eso sería ridículo. Pero quizás el hecho de estar por fin relajada y tranquila te hace darte más cuenta, o disfrutarlo más, o simplemente ser consciente por unos segundos de la inmensidad de lo que sientes por ellos. Y por eso crece y crece dentro de tí y parece que vaya a romperte el pecho.
Y luego los niños crecen... y los problemas también... pero supongo que ese amor único que sentimos por ellos se mantiene intacto. ¿Cómo explicar si no tantas y tantas cosas? dejo el tema en el aire...
y un pedazo de coche rosa chicle (un audi nada menos, por no hablar del megamonstruo por excelencia, el hummer, que también parece tener su versión pink), un monopoly en versión rosa... varias consolas...
