Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

domingo, 17 de diciembre de 2017

Cuando facebook te hace pensar

Escribo esto un domingo por la tarde, mientras la música ochentera/noventera de Kiss Fm me transporta mentalmente a otra época, ya lejana, pero siempre fresca en mi mente. Época de grandes sueños y proyectos. Una época por cierto en que las nostalgias mañaneras de facebook no podían alterar mis días simplemente porque a la red social por excelencia le faltaban aún unos cuantos años para existir.

Ahora, sin embargo, la puñetera tiene la capacidad de darle la vuelta como a un calcetín a mis pensamientos en un momento dado. No ella, claro, que solo puede recordarme cosas que yo misma he publicado o compartido. El poder de autoalterarme es todo mío, supongo, pero menuda herramienta el facebook.

No me enredo más. Todo esto viene porque esta mañana mi querido facebook me ha recordado amablemente la foto que publiqué el año pasado de nuestra cena de empresa. Nada destacable en la foto en cuestión, salvo que también este viernes tuve cena de empresa pero con otra empresa y otros compañeros. Las cosas nunca vienen solas, claro. Si yo no llevara ya mil ideas bullendo en mi cabeza sobre mis últimos tumbos laborales y mi situación actual, la nostalgia "facebookera" se habría quedado ahí. Pero me pilla en el momento en que me pilla.

Sabéis lo importante que es para mí conseguir equilibrar facetas en mi vida. Sabéis también, porque hablo demasiado, que hace ya meses que no consigo reequilibrarme. No solo por el trabajo, desde luego, hay muchos factores que entran en juego. Y no es que pueda quejarme. Hace un momento he rellenado otro de nuestros papelitos para el tarro de momentos felices de este año.


No está tan lleno como el del año pasado pero no por falta de ocasiones sino porque hace un año lo cogimos como novedad y, por tanto, con mucha más fuerza, y este año se nos olvida muchas veces rellenar el papelito de turno. 

Si me pongo objetiva he de reconocer que 2017 ha sido un buen año en todos los aspectos. Ha habido cambios importantes (nuevo cambio de trabajo y nuevo miembro peludo en la familia los más importantes) pero en líneas generales debo decir que han sido favorables, aunque hayan contribuido en gran medida a mi "pérdida de equilibrio". Ha habido también malas noticias, por supuesto, fundamentalmente de salud de personas muy cercanas y queridas, pero que por ahora se van resolviendo satisfactoriamente. Por otra parte ha surgido algo que me preocupa y que será tema de un próximo post y que hace que todo lo demás se vuelva relativo. 

Pero relativo o no, ahí está. Zelda se va calmando mucho pero es una perrita nerviosa y todavía altera mucho nuestras vidas. Empezamos la semana que viene con un profesional que nos va a ayudar mucho con ella, espero. No sólo cuestiones básicas de obediencia y comportamiento, que me preocupan poco porque es una buena perrita y más lista que el hambre. En cuanto nos enseñen a enseñarle estoy segura de que esos pequeños trastornos de cachorrona llena de entusiasmo irán desapareciendo rápidamente. Más me interesa que puedan enseñarnos a ayudarle a gestionar mejor esos nervios suyos y su reacción a la frustración. Os iré contando. 

En cuanto al trabajo... bueno... ahí ya estoy hecha un mar de dudas. Será que cuanto más mayor me hago más exigente me vuelvo y desde luego menos conformista. Desde luego cada vez tengo más claro lo que quiero, pero, sobre todo, lo que no. Hace unas semanas otra nostalgia "facebookera" volvía a hacerme pensar. Al parecer hace unos años compartí la siguiente frase:

"Un excelente lugar de trabajo es aquel en el que confías en las personas para las que trabajas, estás orgulloso de lo que haces y te agrada la gente con la que trabajas"

Cuando llegué a esta empresa lo hice escapando de un lugar de trabajo en el que no se cumplía apenas ninguna de estas condiciones. Ahora confío plenamente en mi jefe directo (dejaremos el resto de escalones para más adelante, cuando pueda valorarlos con más criterio), estoy orgullosa del trabajo que estoy realizando (o de gran parte de él al menos)  y desde luego me agrada la gente con la que trabajo. Mucho. 

¿Y entonces? ¿no debería bastarme? ¿será cosa mía, que cada vez soy más inconformista? ¿será esta obsesión mía por evolucionar siempre? Evidentemente no todo es color rosa, faltaría más. En ningún sitio lo es, pero creo que las ventajas compensan los inconvenientes. Es muy poquito lo que necesitaría que cambiara para estar de verdad bien, ¡pero tan importante! 

Todo eso ha desatado un simple recordatorio de facebook, hay que ver. A ver si voy desenredando poco a poco la madeja y reorganizándome en mis precarios equilibrios. Os iré contando. 

No hay comentarios:

Seguidores