Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 12 de abril de 2017

Vida sin gluten

Esta hija mía no deja nunca de sorprenderme. Como sabéis, hace apenas unos meses le diagnosticaron celiaquía. Lógicamente ha habido que hacer algunos ajustes pero lo cierto que hoy en día hay muchísimos productos sin gluten y cada vez más bares y restaurantes que son conscientes de lo que supone no poder comer gluten (y sí, por un poquito sí pasa y sí, porque haya caído una miguita en el plato ya te lo tienes que llevar porque no me vale y no, no me sirve que le quites los palitos de pan a la ensalada porque ya la has contaminado).

Independientemente de esto, una vez hechos los ajustes básicos en casa y en la cesta de la compra, hemos ido aprendiendo algunos truquillos poco a poco, como el de salir con su kit básico de supervivencia celiaca (nesquick porque en la mayoría de bares tienen colacao, unas galletas sin gluten o, según a donde vayamos, unas tostaditas de pan apto... en fin, esas cosas).

Por supuesto en una familia tirando a viajera como la nuestra, y con los medios actualmente a nuestra disposición, lo de no salir de casa por miedo a no encontrar donde comer nunca se nos pasó por la cabeza (aunque me sorprendió ver en grupos de facebook que sí es algo que echa para atrás a mucha gente).

Desde el minuto uno mi hija ha tenido muy claro que no tenía la menor intención de dejar de hacer su vida normal por ser celiaca y lo está llevando hasta su último extremo. El otro día pasamos por uno de estos puestos callejeros de palmas de semana santa y chuches varias. A Sofía todos los años le gusta cogerse una especie de galletitas de azúcar. Pero claro, este año no teníamos certeza ninguna de que no contuvieran gluten o no estuvieran contaminadas en el proceso así que no pudo cogerlas. Le dije que no pasaba nada, que haríamos galletas en casa.

Le compré fondant (sin gluten) de varios colores y a lo que me iba a poner con ella a hacer un receta de galletas de mantequilla aptas que tengo por ahí en la recámara pendiente de probar, me salta que no, no, galleta no, sólo fondant. Que las que se cogía otros años eran sólo de azúcar y no quiere que su vida cambie nada por ser celiaca. ¡Aguántala! Pues sí, sí, se cogió sus fondants de colores y su rodillo (de silicona, claro, el de madera puede llevar contaminación de gluten por todos sus poros) y ahí se pudo a estirar, amasar y decorar a su entero gusto para hacerse sus propias galletitas de azúcar.



Le pregunté ya de paso si querría torrijas, que yo juraría que ningún año les ha hecho ni caso pero dijo que sí, sí, por supuesto que quería torrijas, así que ya os contaré, que ando investigando qué pan sin gluten será mejor... pronto recetita.

2 comentarios:

@annadomin dijo...

Hola,


La fundació Alicia ha hecho una receta para los bueñuelos.

Si quieres te paso la imagen

Lamamma dijo...

Ay, pues si la tienes a mano, sí, pásamela, porfa. Si no ya la busco. ¡Gracias!

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