Si es que no falla... en cuanto me pongo a dieta (entiendo por dieta siempre ese concepto entre flexible y ambiguo que tengo yo de las mismas) se me empiezan a ocurrir cosas ricas que experimentar...
Lo mío con los yogures viene ya de lejos. En realidad tengo el vago recuerdo de haber visto de niña una yogurtera por casa de mis padres, pero realmente no tengo imágenes de esos yogures. Pero hace ya unos años descubrí por casualidad un libro de Mireille Giuliano (presidenta de Champagne Veuve Cliquot, perteneciente al grupo de súper lujo LVMH): "Las francesas no engordan" A mí estos libros... vamos, que se llega a llamar las italianas no engordan y ni lo miro, pero cosas de las influencias gabachas... según pasé por delante, saltarme a la vista, cogerlo y pagarlo fue todo uno... Gran descubrimiento, por cierto... no es que cuente nada que no sepamos ya todos... al fin y al cabo habla de equilibrio y sentido común, pero viene bien que de vez en cuando te recuerden ciertas cosas, como que el mejor bocado siempre es el primero y que se disfruta más de un pedacito de tarta de chocolate que comiendo hasta reventar... en fin, cosas así... y resulta inspirador. Yo lo releo de vez en cuando, sobre todo cuando veo que me estoy descompensando demasiado con la comida, y tiene la virtud de devolverme un cierto sentido del equilibrio.
Al grano, que me despisto... entre otras muchas sabias recomendaciones, Mme. Giuliano nos sugiere olvidarnos de los sucedáneos de yogur que suelen encontrarse en los supermercados y hacer nuestros propios yogures. Es facilísimo y descubres cosas curiosas... luego os cuento una.
El caso es que ayer estaba yo preparando la siguiente tanda de yogures y lo que os decía, con eso de estar a dieta... veía yo la leche tan blanquita y pensaba... ¿y si le ponemos a esto un poco de chocolate? Pues sí, se lo puse y sí, me salieron unos yogures de chocolate riquísimo (el vaso vacío y bien rebañado que tengo a mi lado lo atestigua)
Os cuento la receta básica de los yogures y luego la variación al chocolate:

Para 8 yogures (tamaño vaso de cristal del yogur tradicional de danone)
1 l. de leche
entre 4 y 6 cucharadas de soperas de azúcar al gusto (si los queréis ya azucarados)
1 yogur (comprar los de vaso de cristal, hacedme caso, luego os cuento por qué)
leche en polvo (opcional)
Y ya está, sólo necesitaréis una yogurtera (es una pequeña inversión)
Calentáis la leche con el azúcar y antes de que llegue a hervir, la apartáis del fuego y añadís 3 o cuatro cucharadas de leche en polvo (no hace falta en realidad, pero os quedarán más cremosos) y el yogur. Batirlo todo bien y verter en los vasitos de cristal. Los colocáis en la yogurtera, le ponéis la tapa, la encendéis y os olvidáis hasta... entre ocho y 12 horas aproximadamente. Yo los preparo por la noche, antes de acostarme, y me olvido de ellos hasta que me levanto, apago la yogurtera, la destapo (cuidado con la condensación, os puede caer algo de líquido) y los dejo templar un poco antes de meterlos al frigorífico, donde deben estar al menos un par de horas, mejor un día entero, pero bueno, de la mañana a la noche que me los tomo están ya perfectos.
Y la versión chocolateada, es lo mismo (ojo con las cantidades de azúcar) pero añadiendo chocolate en polvo (de los de preparar chocolate a la taza, no cola cao y la cantidad a ojo, cargarlo lo que os apetezca, yo le eché bastante pero es que yo soy muy chocolatera) Y como ya le da cremosidad el chocolate, no le puse leche en polvo, claro.
Ya está, lo demás es todo igual...
Ah, se me olvidaba... lo del yogur tradicional en vez de los de plástico es porque antes los hacía con los normales y hubo alguna vez en que ¡ni me cuajó la leche! esas cosas me parece que llevan más agua que otra cosa... desde luego bichitos vivos poco. Así que probé a hacerlos con lo de tarrito de cristal y no ha vuelto a pasarme nunca. Lo único vigilar la fecha de caducidad, cuanto más lejana esté más bichitos vivos tendrán. Ah, y también vale usar uno de vuestros yogures para hacer la siguiente tanda, pero sin abusar, de vez en cuando hay que meter yogur nuevo otra vez.
¡Probadlos, salen buenísimos!