Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

martes, 2 de noviembre de 2010

Me hago vieja

No, en serio, no es llorar por llorar... si además a mí hacerme mayor no me ha molestado nunca, vaya, que considero que cada etapa tiene su gracia y sólo hay que saber aprovechar bien cada una... pero hay cosas... que van dos veces ya que me pasa, oiga... que me sienta mal tomar demasiado dulce... ¡a mí! que el brebaje ese de la prueba de la glucosa que a todo el mundo le parece súper empalogoso me parecía de lo más soso... pues sí, sí, a mí, a mí misma ahora resulta que me cae fatal excederme con los postres (y no hablo de excesos draconiandos, hablo de picar un poco de dulce en casa de mis suegros y otro poco en casa de mis padres). ¡Lo que hay que ver!

Si es que ni el tiempo ni el cuerpo perdonan, y una ya está más cerca de los cuarenta que de los treinta... y ya lo decía un antiguo jefe mío, que a partir de los cuarenta hay que pasar la ITV todos los años.




Peeeeeeeeeeeroooooo, no todo va a ser malo en cuanto al paso del tiempo... la parte positiva de todo esto es que mis retoños ya están en edad de protagonizar la siguiente escena (absolutamente verídica y de ayer mismo por la tarde)

Llegamos a casa cansaditos de andar de acá para allá celebrando todos los santos y comiendo dulces (y por tanto con el cuerpo así algo revueltillo) Los niños entran de repente en hipervelocidad y se aceleran sacando juguetes, chillando, etc. A todo esto yo con un libro empezado (lo que me recuerda que tengo que actualizar esa lista de lectura que puse por ahí y a la que no le hago mucho caso) Y de repente, se me enciende la bombilla: "¡Chicos! ¿qué os parece si nos sentamos juntos a leer cuentos?" (papá se había puesto a planchar, lo que dicho sea de paso redondea la perfección de la escena en cuestión) Oye, pues coló... ahí estuvimos un buen ratico los tres en el sofá, yo con mi libro (bastante flojo por cierto, no me molestaré en recomendarlo) y mis chicos sacando y mirando cuento tras cuento y... agarraos, que vienen curvas... ¡¡¡en silencio!!! bonito, ¿eh? pues sí, eso también lo da el tiempo... yo me haré mayor, pero mis hijos también... mayores y más independientes (y eso que aún no saben leer... bueno, Sofía está aprendiendo...)

Así que, malestares aparte (que de todas formas no me vendrá nada mal controlar el dulce, seamos francos) , ¡bienvenido paso del tiempo!



9 comentarios:

Uma dijo...

que escena más chula!!! y eso que aun no saben leer!! eso es estimularlos desde pequeños!! bien hecho!!
besos

M Luz dijo...

jum jum...me parece que eso de que tu maridín se puso a planchar forma parte del cuento no??? jajaja es una broma!

Eso de hacerse mayor, me vino como un relámpago el domingo, tomando un vermut en el bar del pueblo con mi marido.
Vi a un recien nacido entre los brazos de su madre y le dije a mi marido:
Te das cuenta de que el próximo recién nacido que tengamos en nuestros brazos será un sobrino o un nieto? ¿no te da pena?

Ante la cara de horror de mi marido le aclaré:
NO, no te preocupes, ya sabes que ni quiero ni puedo tener más hijos, pero...nos estamos haciendo mayores....snif...

Tita dijo...

¡Sí es idílica la escena, sí! lo del silencio es lo que más te envidio, fijaté jajajaja (es tontería, que luego cuando mi nena no está es horroroso!!)

Buffffffff por lo demás, ¿como huele la cuarentena no?? Seguro que con tus peques se te hace más fácil ¿quien pasó por esa edad sin crisis?

Muchos besos

Pd. Me recuerdas las sandeces que te estoy diciendo dentro de 5 años ¿vale?

Lamamma dijo...

Mariluz, de cuento nada, bonita, que lo lleva en los genes, no sabes cómo plancha mi suegro... y maridín igual... y si a eso le añades lo mal que plancho yo... está claro a quién le toca (salvo circunstancias en contra)

mamisepa dijo...

A mí ahora me cuesta comer cosas con grasa. Antes daba igual, iba todo para adentro, y ahora tengo que ir con cuidadito. Y a la hora de la cena estoy super-delicada, cena flojita, muchas veces es fruta y/o un vaso de leche. Son los años.

OOOOhhh, y eso de que maridín planche es fabuloso...

añil dijo...

Preciosa escena, yo aún la recuerdo y me parece de una ternura increible.

Ahora mis hijos están en la universidad y nosotros volvemos a ser casi novios así que, ya sabes, aprovecha esta etapa y la siguiente y la otra.

Me encanta tu blog, la frescura con la que escribes.

Un beso(¿puedo?)

Lamamma dijo...

Adelante Añil, me alegro de verte de nuevo... muy interesante tu post sobre la meditación, por cierto. Me resuelve algunas viejas dudas. A ver si encuentro un hueco tranquilo (ejem) para leerlo con calma...

angeles dijo...

La escena perfecta, los niños en silencio y el marido planchando, cuando me llegará eso a mí???? lo del marido lo tengo crudo porque odia planchar jajaja pero lo de mi hija en silencio cada día lo vamos consiguiendo mas... con lo movida que era de pequeña....

Esther dijo...

que escena taaaaaan bonitaaaa!!!!
jo enhorabuena!!

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