Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 27 de enero de 2010

¿Tiene puerta la luna?

Vaya preguntita, ¿eh? os explico el contexto. Ayer iba con Guille por la calle y se estaba haciendo ya de noche. De repente vio la luna y se puso tan contento porque le encanta verla. Y así, sin transición me suelta: "mira, el niño pescando en la luna. ¿Tiene puerta la luna?"



Aclaración: el niño pescando en la luna es el de Dreamworks y sale al principio de Shrek pero no me preguntéis cómo lo vio Guille en la luna de ayer. Hasta ahí mi limitada mente de adulta ya no llega.

Le dije que no, que la luna no tenía puerta y su maravilloso cerebrito se preocupó inmediatamente: "Entonces, ¿el niño no puede salir de la luna?"

Traté de explicarle como pude que en realidad el niño no está dentro de la luna y por eso no necesita salir, que está encima de ella, pero para más inri ayer había luna creciente, más de media ya, así que era para verme tratando de explicarle que el niño se colgaba a pescar cuando la luna estaba más pequeña, cuando es como una sonrisa (éso dice Sofía)

En fin, que me lío. A lo que iba yo es a que cada día me maravilla un poco más la forma de pensar de mis hijos, su lógica, sus conexiones... el otro día me preguntaba Sofía si los mayores son más listos que los niños y me salió instantáneo contestarle que no, ni muchísimo menos. Que los mayores a lo mejor sabemos más cosas porque nos las han enseñado, pero que desde luego los niños son mucho más listos que nosotros.

¿O no es así? que levante la mano quien no haya perdido, en todo o en gran parte, esa capacidad de reflexión tan libre que tenemos de niños. Para empezar libre de supuestas verdades absolutas aprendidas a lo largo del tiempo, pero también libre de prejuicios sobre lo que debe ser y lo que no. Creo recordar que os conté ya aquél experimento que habían hecho en el metro de Washington con un violinista famosísimo interpretando con un auténtico Stradivarius algunas de las piezas más complicadas de su repertorio. ¿Créeis que alguien le hizo caso? Sólo una mujer, que le había visto tocar en alguna ocasión, le reconoció, pocas, muy pocas personas, le dirigieron al menos la mirada y, según leí, cuando un niño de corta edad, fascinado por la música, trató de quedarse a escuchar, sus padres tironearon de él sin el menor interés por parar ni un minuto.

No puedo olvidar este caso, es una muestra clarísima de hasta qué punto nos dejamos llevar por lo que se supone que es... la noche anterior cientos de personas habían pagado una media de 100 euros por sus entradas para escuchar al mismo músico. ¿Fue mejor la actuación en el Boston Symphony Hall que en el metro? dejando aparte consideraciones acerca de la mejor o peor acústica de cada lugar, un virtuoso es un virtuoso en cualquier parte, y el Stradivarius de 3,5 millones de dólares no creo que distinga escenarios.

Así que sí, últimamente me sorprendo demasiado a menudo deseando recuperar esa espontaneidad infantil para establecer razonamientos lógicos no sujetos a las estrecheces de lo supuestamente correcto. No cejo en mi empeño de conseguirlo y os invito a hacer lo mismo.

10 comentarios:

Uma dijo...

Ese experimento me fascinó a mi también!
Los niños son geniales y esas preguntas y los razonamientos con los que se explican son adorables.

BB dijo...

El 10 de enero mi Guille hizo 4 años.El día de su cumple y posteriores ya sabéis, preguntas de qué mayor eres, como estás.... etc, a las cuales, él, muy panchote, respondía: 'Pues yo no noto diferencia, soy igual que con 3 años, a que sí mamá'?????? jaja, y es cierto, a veces nos dejan rotos con respuestas que muchas veces queremos dar nosotros mismos y no nos atrevemos.
Ya os he contado muchas veces la lección que mi hijo me ha dado de donde está su yaya, (cosa que yo aún no asimilo), él está tan tranquilo pq es la estrella más grande que ve y desde allí le cuida. Además, que cuando pasa una nube y la tapa dice: ....'ya está la yaya jugando al escondite...'. Ya me gustaría a mi razonar así con este caso de la pérdida de mi madre.
Y allá va una de risita si me permitis...- la profe de mi hijo es muy guapa, alta, super simpática pero con muy poquito pecho. pues resulta que mi hermano pequeño (23 años), la conoció en navidad en la representación de villancicos del cole. A la vuelta, en el coche, mi hermano iba comentando a mi marido...'pues sí que está buena la profe, pero le falta pecho......', ya sabéis, cosas de chicos jóvenes, a lo cual el pispoleto que parece que no escucha saltó....'pero tío, cuanto pecho quieres que tenga, si ya tiene dos...., como todas las mamás...'. Rotos nos quedamos.
Por eso os digo, que la inocencia de un niño al hablar nos gana con creces a los adultos y ojalá fuera así siempre.
Bs. BB

superwoman dijo...

LA mente infantil es tan sabía que a veces nos deja sin palabras. Creo que deberíamos ser capaces de no perder ese razonamiento lógico que tienen los niños, esa capacidad de hacer preguntas imposibles y buscar respuestas aún más disparatadas.
Siempre he creído que todas las personas que de adultos son unos visionarioss es porque siguen siendo un poco niños, porque no han perdido la capacidad de imaginar y de hacer preguntas. Besos.

Ellyllon dijo...

No conocía el experimento del violinista pero la verdad, no me sorprende el resultado, ¿por qué será? (pregunta retórica).

Está claro que con la inocencia, perdemos muchas cosas más.
Tu hijo me maravilla, de verdad.
Espero estar a la altura de muchas de vosotras cuando me toque a mí hacer frente a estas cuestiones...

Besicos
Elly

espontanea dijo...

Creo que a todos los niños pequeños les fascina la luna, no solo de noche, cuando brilla, también de día, y son capaces de enseñártela cualquier tarde de agosto. Luego van creciendo, y hacia los seis años ya se han acostumbrado a su presencia, tanto como un adulto.

Elly, no te preocupes, el día que te enfrentes a esas preguntas insólitas descubrirás que llevas dentro mucha más sabiduría de la que nunca habrías imaginado. Más de una respuesta de mamá merecería un premio nobel.

Eva dijo...

A mí me parece una pregunta maravillosa, de la que saliste con bastante éxito. Curiosamente mi post también va de preguntas curiosas ( y mágicas), lo malo es que esta vez no sé que contestar.Igual puedes ayudarme.

Lamamma dijo...

Es que la preguntita efectivamente se las trae, pero bueno, que no se diga que no lo he intentado... en tu blog tienes mi propuesta de respuesta.

laura dijo...

los niños tienen una ilimitada y asombrosa capacidad para sorprendernos,yo no m canso d repetir q para mi ha sido (y es cada día)la mejor escuela q he tenido, a veces creo q somos los padres los q aprendemos más d ellos q ellos d nosotros,en ocasiones m explica historias tan sorprendentes y tan sencillas a la vez q m quedo maravillada escuchándola...bendita inocencia...!q lástima q todo esto dure tan poco y q dentro d unos años se conviertan en preadolescentes bordes y llenos d granos! jaja
besitos a todas.

ODRY dijo...

Disfruta mientras puedas, que luego en cuanto comienza la adolescencia se convieten en unas bestias pardas.

Un besazo

Tita dijo...

Cuando dicen que los hijos te cambian la vida...¡no saben hasta qué punto tienen razón!

Lo más hermoso de tener un hijo o hija, es que lo re-descubres absolutamente todo, desde sus ojos y su fascinación. Por si se te había ocurrido dar algo por hecho.

¡Lástima no haber vivido en Nueva York cuando lo del experimento! No es por ir de guay ni nada...me encantan los músicos del metro ¡hacen la vida menos gris! Siempre tengo unos segundos para reforzar que sigan yendo, dandoles suelto (sí, lo reconozco) y como pueda quedarme a escuchar, lo hago ¿cuantas veces al día se puede escuchar música en directo?

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