Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

martes, 27 de enero de 2015

Complejo de Madonna

Vale, sí, salvando las distancias (enormes)... ¿que a qué viene esto? pues viene a que de nuevo me encuentro en una de esas encrucijadas en que tienes que decidir qué hacer con tu vida (laboral concretamente) Una vez descartada la opción que, a priori más me gustaba pero que ya se venía perfilando como imposible, tengo que escoger entre continuar como estoy o lanzarme a alguna nueva aventura.

Precisamente estaba comentando las novedades con un grupo de amigas y una de ellas me ha preguntado "y ¿qué vas a hacer? ¿seguir donde estás o reinventarte de nuevo?" me ha hecho gracia que utilizara justo esa palabra y reconozco que mi primer pensamiento ha sido "¡ni que fuera Madonna!"


Pero ¿sabéis qué? que sí, que un poco Madonna sí que soy, a la fuerza seguramente, no digo que no, porque en estos tiempos que corren a ver quién puede permitirse el lujo de no evolucionar, pero también porque me gusta. Porque no me asustan los cambios (o no demasiado al menos), me crezco ante los problemas, necesito retos que me estimulen, cada vez más sé lo que quiero y sobre todo lo que no y asumo los riesgos que ello implica. Me gusta reinventarme sí, porque eso de la zona de confort está muy bien, pero siempre que te puedas escapar de ella de vez en cuanto.

¿Pido mucho? quizás, pero soy consciente de a lo que juego y de que unas veces tendré éxito y otras me daré un batacazo. Forma parte de la vida y del aprendizaje y soy firme defensora de seguir aprendiendo toda la vida. Y si para eso hay que reinventarse como Madonna, pues nos reinventamos. O no. Que reinventarse continuamente puede ser agotador, y también hay veces en que lo que buscamos es cierta estabilidad y dejarnos de altibajos. Y, la verdad sea dicha, tras una temporada bastante movida laboralmente, a mis 40 años sí busco esa estabilidad en el trabajo. Ahora busco un proyecto con el que comprometerme a largo plazo, al que dedicarle lo mejor de mí misma, pero eso sí, que me ponga a prueba de vez en cuando, que me plantee retos diferentes, que me deje reinventarme y reinventar a mi equipo tantas veces como sea necesario. ¿De nuevo pido mucho? quizás. Pero no hay que perder nunca de vista lo que se quiere conseguir. Quizás no lo alcancemos enseguida, quizás haya que tomar algunos desvíos en el camino, pero si sigue en nuestra mente, poco a poco nos iremos acercando a él. ¿Qué al final no llegamos? bueno, siempre será mejor habernos acercado todo lo posible que haber renunciado en el primer tropiezo, ¿no?

He tenido una jornada rarita, sí. Mañana será otro día.

No hay comentarios:

Seguidores