Este último viaje he aprovechado para terminar de leer un
libro que llevaba tiempo alternando con otros: “El elemento”, de Sir Ken
Robinson y Lou Aronica. Me ha resultado inspirador y hay muchas cosas de él que
me gustaría transmitir a mis hijos pero todavía no sé muy bien cómo. Además
cometí el error de comprarlo en e-book, un formato muy práctico para viajar,
sin duda, pero que no me permite “interactuar” con los textos como el papel. Y
eso que en general no me gusta escribir en los libros ni subrayarlos, pero éste
es uno de esos escasos libros que sí habría llenado de anotaciones y marcas.
Copio literalmente del final del libro: “Sir Ken Robinson es
un experto mundial en el desarrollo del potencial humano. Ha colaborado con
múltiples gobiernos europeos” (aquí hago un inciso pero de mi cosecha, viendo el panorama
educativo en España sospecho que por aquí no le han llamado todavía, y no nos
vendría mal) “y asiáticos, entidades internacionales, empresas de primera
línea, sistemas educativos y algunas de las organizaciones culturales de mayor
proyección en el mundo. Es británico de nacimiento pero se trasladó a vivir a
Los Ángeles con su esposa Terry y sus dos hijos.”
Añado que es un experto en educación y ha convertido en
misión personal el intento de mejorar los sistemas educativos del mundo en
general, por eso apuntaba que no nos vendría mal que algún ministro de por aquí
le consultara y dejaran ya de marear nuestro maltrecho sistema, que cada vez
que le meten mano me echo a temblar.
El caso es que me ha pasado con este libro un poco como
cuando me decidí a escribir “El pijama mágico”, contiene tantas ideas que no
quiero que se escapen pero no sé muy bien cómo manejar, tantas cosas que quiero
explicar a mis hijos pero en un lenguaje distinto al que usa él en el libro,
indudablemente para más mayores... Pensaba antes en el avión que no me iba a
quedar más remedio que comprar la versión en papel (con la que pueda, como os
decía “interactuar” de otra manera) y desarrollar otro cuento infantil que
integre alguno de esos conceptos. ¿Será éste mi próximo reto? Va a requerir
cierto trabajo previo, me temo, y no ando muy sobrada de tiempo pero es
cuestión de ponerse y encontrarle el hueco. Os mantendré informados.
Pero no os he contado nada sobre el libro en sí, ¡qué
desastre! Básicamente habla de cómo encontrar nuestro elemento, es decir
aquello en que nos sentimos a gusto y se nos da bien, eso en lo que nos
encontramos en nuestra salsa, y para
ello cuenta un sinfín de historias de grandes personajes que, en muchas
ocasiones, fueron niños desastre, por los que nadie daba un duro, simplemente
porque los sistemas educativos más que ayudar a desarrollar nuestras verdaderas
aptitudes se empeñan en encasillarnos en lo que se supone que debemos ser y
debemos saber. No siempre es fácil descubrir lo que verdaderamente te gusta y
se te da bien, pero si además el entorno no ayuda, mucho peor, claro. En muchos
casos, estas personas encontraron por fin su elemento y lo convirtieron en su
profesión, en otros, eso no ha sido posible pero lo combinan con un trabajo que
les permita ser independientes económicamente aunque no les satisfaga del todo.
Que al final hasta es realista el libro y todo, cosa que en algunos momentos al
principio me hizo dudar.
En fin, que es un libro interesante, que da que pensar (y
que os recomiendo, independientemente de que llegue a sacar mi “versión para
niños” o no) A mí particularmente me ha
hecho reflexionar de nuevo sobre viejas dudas. Probablemente la mayoría de
nosotros no tengamos un único elemento, o sí, pero que puede funcionar en
distintas versiones. Yo me siento en mi elemento cuando escribo, pero también
cuando viajo y me relaciono con personas distintas, de distintos países, sea
por trabajo o por placer.
Por otra parte, una vez publicado mi primer libro, he visto
que presentarlo en público, conocer a mis lectores y poder hablar con ellos, me
hace estar en mi elemento más aún. Y me da por pensar a lo grande y me veo
viajando por el mundo haciendo promoción de mis libros y ahí sí me adivino de
verdad en mi salsa. Probablemente sea allí donde se encuentre mi verdadero
Elemento pero ¡qué difícil llegar hasta allí! (que no imposible)
En fin, que tengo cosicas que “rumiar”, como veis. Empezaré
por comprarme el libro en papel para manosearlo a gusto. (Carencias de los
e-books pese a sus ventajas prácticas)
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