Bueno, pues mi pequeña pinche me ha abandonado. Tiene gracia... bajamos un momento a la calle mientras reposa la masa y justo, nos encontramos con los abuelos y haaaaalaaaa, que quiero ir a casa de los yaaaaaaayoooooos... pues hala, con los yayos se me ha fugado la tía... y se queda a dormir con ellos y todo (oooohhh, qué peeeeenaaa) ejem...
Pero una vez liada había que seguir, así que ahora mismo tengo los preñaus en el horno y me está viniendo un olorcillo que vaya, no sé si comerme un cabrito o dos para ir haciendo boca... ays... ¡qué hambre!
Pues nada, a ver qué tal nos sale el invento... Miss Sybarite hablaba de que lo difícil era precisamente darle el punto de cocción... pues en ello estamos. A ver si acierto, que ésto no lo he hecho nunca hasta ahora. Y encima tengo la poca precaución de ir contándolo en directo en el blog, y con fotos y todo, hala, así si me sale mal no tengo escapatoria... ay, madre, ¡qué poco talento tengo!
Bueno, pues hasta dentro de un ratito, cuando los saque del horno... y en cuanto les hinquemos el diente os cuento el resultado del experimento. Y si salen bien os pondré la recetita, claro.
Bueno, pues hasta dentro de un ratito, cuando los saque del horno... y en cuanto les hinquemos el diente os cuento el resultado del experimento. Y si salen bien os pondré la recetita, claro.
De nuevo... continuará...
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