Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

lunes, 7 de noviembre de 2022

Entrevista con una autora novel

Hace un tiempito ya, Sofía y yo tuvimos ocasión de betear un texto de una autora a la que, en aquel momento, no conocíamos de nada. A las dos nos pareció un libro con un gran potencial y tras hacer nuestras sugerencias y pequeñas correcciones nos quedamos con el corazón calentito pensando en qué sería de esa historia (un retelling del mito de Apolo y Dafne) que tanto nos había gustado. 

Para mayor alegría nuestra, al cabo de unos meses, la autora nos informó de que tenía una oferta de una editorial (luego vino alguna más) para publicarla y las dos dimos botes de alegría. 

Ni que decir tiene que en cuanto salió la preventa pedimos unos cuantos ejemplares, para casa pero también para regalar. Una edición muy bonita, por cierto, y los detallitos de la preventa muy acertados.


 

Ahora la autora nos ha hecho un hueco en su campaña de promoción para concedernos una entrevista para este blog que cada vez es menos de mamis y más literario (aunque en mi cabeza son dos conceptos que siempre han ido unidos, por alguna razón, así que tampoco me choca tanto, la verdad) 

Sin más preámbulos, os dejo con Mar García

Elena: Lo primero de todo, felicitarte por el éxito de El alfil y la Dama, no hago más que verlo por todas partes, estarás muy orgullosa, ¿es tu primer libro?

Mar: Cuando hablamos de primer libro, es complicado de responder, además sabiendo la cantidad de formas de publicar que hay hoy en día. Por un lado, es el primero que publico de la mano de una editorial, pero, por otro, llevo muchos años publicando cosas en Wattpad e incluso lo he intentado con la autopublicación, así que no, cierta experiencia sí que tengo.

Lo diferencio porque, aunque parezcan lo mismo, ni siquiera tienen que ver entre sí. Quisiera decir que sí, que es mi primer libro porque estoy orgullosa de él y de todo lo que estoy consiguiendo gracias a ello. Sería bonito que este fuera el principio de todo, pero tampoco puedo olvidar mis raíces y el camino que hay detrás de mí, cómo es que años de práctica y de error me han llevado a donde estoy ahora. 

Es algo que no se tiene muy en cuenta, que se piensa que los escritores nacemos con un don y ya está. La realidad es que he escrito cosas nefastas a lo largo de mi corta vida, sobre todo si tenemos en cuenta la edad y la inexperiencia, pero no me arrepiento de haberlo hecho y mucho menos de admitirlo, porque sin ello seguramente no estaría hoy aquí. Es más, probablemente dentro de diez años me avergüence de este libro y quiera cambiarle mil cosas, porque no escribiré igual que lo hago ahora.

Elena: ¿Qué te parece más difícil? ¿escribir la novela, encontrarle editorial o darla a conocer una vez publicada? 

Mar: Siempre diré que lo más fácil de publicar un libro es básicamente escribirlo. Eso sabemos hacerlo más que de sobra, porque es lo que nos gusta hacer, pero hay que tener en cuenta que escribir un primer borrador no es suficiente: hay que corregir, buscar lectores beta, volver a corregir, corregir, corregir, corregir... Hasta que llega un momento en el que decides mandarlo a editoriales.

Lo gracioso es que la cosa no queda ahí, porque para mandarlo necesitas informarte bien de esas editoriales, buscar un buen título, una buena sinopsis, un resumen que englobe toda la obra, etc.

Y tampoco queda ahí, porque después de firmar aún tienes trabajo por delante. Ahora tienes ayuda, pero constantemente te bombardean el correo con bocetos de portada, escenas que hay que cambiar, correcciones del editor, dar el visto bueno a la maquetación...

¿Y lo peor? Es que sigue sin acabar, porque luego de todo el machaque que te has dado (que para mí todo lo anterior fue a lo largo de un año), tienes que ponerte a promocionar. Eso significa moverte, aprender de marketing, hacer entrevistas allí, aquí y donde sea, ponerte a hacer tiktoks, hablar con la gente, hacer contactos, lecturas conjuntas... Y todo un sinfín de cosas, por tal de que tu libro no caiga en el olvido.

Elena: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiera dedicarse profesionalmente a esto?

Mar: Creo que para dedicarte a esto, hay que tener dos cosas claras:

La primera es el esfuerzo que lleva todo esto detrás, que no se trata de escribir una semanita y ya tengo mi novela publicada. Conlleva mucho trabajo y no es fácil de llevar.

Y lo segundo es encerrar a esos pajaritos que tenemos normalmente en la cabeza. No, no somos los mejores escritores del mundo y tenemos que ser consciente de que nos equivocamos y debemos mejorar. Además, también tenemos que ser conscientes de que ganarse la vida con los libros es realmente complicado y no es un mundo tan bonito como parece. Eso de volverse famoso y millonario solo pasa en Estados Unidos y muy pocas veces. 

Elena: Como escritora, doy por hecho que también eres una voraz lectora, ¿qué género o géneros te gusta más leer? ¿y escribir? 

Mar: Sí que soy lectora, aunque el voraz tal vez no. Por supuesto que leer nos nutre como escritores para técnicas de escritura o para estructurar una historia, pero para cosas así también podemos recurrir a otros recursos como los juegos y las películas/series.

De adolescente sí que era una lectora voraz, he llegado a leerme libros en un día. En esa época los libros que había en auge eran los de Divergente, Los Juegos del Hambre, Hush Hush, libros de John Green... Los vivía como nadie. Eso sí, conforme he ido creciendo he empezado a leer menos y de manera más selectiva. Lo hago con calma y no me avergüenzo de decirlo, porque cada uno lee a su ritmo, sobre todo siendo conscientes de que cada uno tiene un tiempo libre limitado y que lo consume según le apetezca.

Ahora mismo lo que más me gusta leer es la fantasía y la ciencia ficción, sobre todo si los mezclan con romance. Para escribir sí que solo me atrevo con la ciencia ficción mezclada con el romance, pero tampoco me preocupa porque este gran género tiene montones de subgéneros que se pueden explorar.

Elena: Aparte de la clásica pregunta de si eres escritora mapa o brújula ¿cómo fue en concreto tu proceso de creación de los personajes principales?

Mar: Ante esta pregunta, siempre contesto lo mismo: soy escritora de brújula, pero de las que van por el bosque sin la brújula, a donde el camino le lleve. De lo que escribo, no planifico nada en absoluto, todo lo tengo en mi mente y los sucesos fluyen según convienen. Llega un momento en el que no sé ni cómo lo hago.

Así que los personajes surgieron sin más, porque tenían que hacerlo. Aquí por lo menos tenía la base de los personajes de la obra original, pero el resto fue porque me apetecía, porque la historia me lo pedía así. Ya cuando me preguntan por qué Apolo es trans y bisexual o por qué Dafne es asexual, lo único que puedo responder es: ¿y por qué no? Algo que tengo por seguro es que, todo lo que escriba, tiene que tener alguna representación del algún tipo. Yo misma estoy cansada de las historias en las que todos los personajes son alocisheteros blancos y con cuerpos normativos, porque no me parece realista, solo una simple idealización arrastrada por la discriminación.

Mi mayor interés en todo lo que creo es escribir cosas que a mí mismo me hubiera gustado leer de más joven. La representación para mí es lo más importante, porque yo misma he vivido lo que es que en todo lo que consumes sea con personajes que no tienen nada que ver contigo. Vivimos en un mundo lleno de diversidad, con personas distintas que tienen sus propios problemas como cualquier otra. Quiero historias de todo tipo, con personas que podrías encontrarte en la vida real.

Sofía: La escritura de este libro ha requerido de varios procesos de adaptación bastante difíciles, por una parte, el remake de un mito griego a la actualidad, y por otra, la creación propia de una sociedad basada en el ajedrez, que a su vez, no tiene nada que ver con los mitos griegos, ¿Cómo has logrado que elementos tan distintos confluyan en una misma historia de forma tan homogénea? 

Mar: Siendo esa clase de escritora que no planea nada, creo que ha salido bien porque he tenido suerte: como el que va a la cocina y se inventa un plato que acaba teniendo un sabor excepcional.

Sobre el mito he de decir que es un retelling, pero no la historia tal cual. El original es bastante tóxico si lo extrapolamos a la realidad, así que solo me dediqué a coger los puntos claves y los adapté a un mundo futurista.

El ajedrez lo que me otorgaba para el retelling, aparte de una división muy marcada, era una especie de elegancia, de alta nobleza, que buscaba, porque quería que mis personajes se movieran por esos lares y no por las zonas más bajas de la sociedad.

Sofía: Siguiendo con el mito y el ajedrez, el libro está lleno de citas de ajedrecistas famosos y fragmentos del mito original, ¿lo tenías planeado así desde el principio o te lo pidió la historia? 

Mar: Cuando comencé a escribirlo, me pareció interesante añadir un elemento así que marcara los cambios de narración. Al principio, pensé en hacerlo con poemas sobre Apolo y Dafne, pero luego pensé que era mejor si lo hacía sobre el ajedrez, porque me daba muchísimo más juego.

No fue nada sencillo unir las citas de los ajedrecistas a lo que ocurría en cada momento. En algunas narraciones fue un auténtico quebradero de cabeza.

Elena: Una cosa que me gusta hacer como lectora es tratar de descubrir qué partes de la novela nos ofrecen un retrato personal de quien la ha escrito, ¿cuánto hay de tí misma en El Alfil y la Dama?

Mar: No hay tanto como podría parecer. Si quitamos el tema de la obesidad y la asexualidad, no queda nada de mí. No me gusta hacerme a mí misma en una novela y, cuando creo a los personajes, normalmente dejo que ellos tengan vida propia. Dejo que tomen las decisiones según su personalidad y puedo decir que la mayoría de veces estoy de acuerdo con lo que hacen, pero no siempre.

Elena: Si tuvieras que remarcar solo una característica imprescindible para ser un buen escritor, ¿cuál sería?

Mar: Creo que a la hora de definir a un buen escritor, se cae mucho en la subjetividad, en el punto de vista de cada uno. Es algo que no me gusta, porque lo que yo pueda decir nunca será una verdad absoluta, ya que depende de la persona de la que estemos hablando.

Siempre se dicen que los buenos escritores tienen que leer mucho, por ejemplo, y puede que sea verdad y en muchos casos se dé, pero no es 100% seguro que sea verdad. Habrá algunos a los que no les sirva. Y otros pueden decir que hay que tener talento sí o sí, pero tampoco estoy de acuerdo, porque repito que depende mucho de cada caso particular.

Si tengo que decir algo, diría que lo mejor que pueden hacer es trabajar y esforzarse en mejorar cada día. Tal vez así consigan ser unos buenos escritores (en general, porque siempre aparecerá alguien que les dirá que no lo son) 


jueves, 3 de noviembre de 2022

Reflexiones sobre el NaNoWriMo

Sí, no tengo bastante con lo que tengo (trabajo a tiempo completo, dos hijos, una perra...) que además me he apuntado al reto por excelencia de los escritores: el NaNoWriMo



Si os soy sincera, llevaba varios años viéndolo sin animarme a inscribirme porque ¡qué locura! escribir 50.000 palabras en un mes, yo que escribo cuando puedo, a saltos y sin continuidad ninguna. Pero es que precisamente para eso sirve este reto. Para obligarte a buscar los huecos y a establecer una rutina. ¿Y sabéis qué? ¡que funciona! 

Y es que, pensadlo por un momento. ¿Cuánto tiempo se os va al día en las redes sociales? ¿o en ver series tontas? en mi caso mucho, la verdad. Y si bien es cierto que yo lo de madrugar lo llevo mal, también lo es, que mi horario actual me permite levantarme una hora antes sin grandes sufrimientos. Así que, entre eso y que he cambiado la serie de después de cenar por otra sesión de escritura, me sorprendo a mí misma viendo que llego, sin mayores problemas, a cumplir los retos diarios. Al menos de momento, que empecé el día 1 y queda mucho mes por delante.

Esto me lleva a un tema recurrente: ¿de verdad "no tenemos tiempo" para las cosas que queremos hacer? ¿o será que no le damos suficiente prioridad como para plantearnos seriamente reservarles los huecos necesarios? Va a ser más bien esto, ¿verdad? 

Vale que tampoco es lo mismo tener a los hijos ya mayores que cuando son pequeños, os lo concedo. Pero a quienes los tenéis todavía pequeñajos, aseguraos de que hacéis de ellos pequeños adultos responsables e independientes. Así llegará el día en que no solo no tendréis que estar pendientes de ellos a todas horas, sino que podréis implicarlos en la marcha diaria del hogar y creedme, eso os liberará de mucho tiempo. 

lunes, 31 de octubre de 2022

Halloween

 Un año más llega la famosa y, no entiendo muy bien por qué, controvertida festividad de Halloween. 


A mí particularmente es una noche que me encanta. Más allá de disfraces y vaciar calabazas, que también lo he hecho, cuando los niños eran más pequeños, me atrae muchísimo la idea de que sea una noche en la que las fronteras entre los distintos mundos se difuminen. El mundo de los vivos y de los muertos, de los seres feéricos y "reales" Me chifla. ¡Con lo que soy de yo de mezclar! fantasía y realidad, personajes inventados con reales, reales con toques inventados... parece una noche hecha enteramente a mi medida. 

¿Que la hemos importado de los EEUU? de eso nada, en todo caso fueron los americanos quienes tomaron las viejas tradiciones celtas, como el antiquísimo samhaim y con el paso del tiempo la han ido adaptando a su gusto. Pero si preguntáis por el norte de España sobre todo encontraréis tradición de calabazas con luces, que indicaban el camino a seguir a los difuntos que volvían en esa noche mágica, los disfraces, con telas, pieles y máscaras, para ahuyentar a los malos espíritus. Vaya, ¿os suena? a ver si no va a ser tan americano esto. Si realmente, si lo pensáis bien... ¿Qué han inventado los estadounidenses? ¿La pizza? hmm, no. ¿Las hamburguesas? vaya, tampoco... 

Bueno, que independientemente de cuál sea su origen y de que, en realidad, no es ni mucho menos incompatible con la tradición religiosa de celebrar todos los santos, a mí particularmente me gusta esta noche. Cierto es que en mi casa nunca hemos sido mucho de todos los santos (más allá de los huesos de santo, que para comer dulce siempre hemos encontrado hueco) y con esta fiesta me pasa como con las navidades, que más allá de la parte estrictamente religiosa, le encuentro puntos de reflexión muy interesantes. 

En cualquier caso, que cada uno disfrute de estos días como prefiera. Yo particularmente os recomendaría pasar esta noche leyendo en familia un buen relato de terror. Sí, también vale ver una peli, pero, ¿qué queréis? soy escritora, no cineasta. Yo tengo que barrer para casa. Y voy a aprovechar para daros una primicia... si todo va bien, para el año que viene tendré ya a vuestra disposición mi propia novela de terror (espero) De momento este año me he venido arriba y me he apuntado al NaNoWriMo, que ya llevaba unos añitos rondándome la cabeza y esta vez quiero aprovecharlo para finiquitar el borrador de esta novela de miedete que os cuento. ¡A ver qué tal se me da!


domingo, 16 de octubre de 2022

Esos momentos de crisis

 


Pues sí, estoy en otro de mis famosos momentos de crisis personal. De repente nada parece funcionar bien. Y sé que no es así, hay muchas cosas, muchísimas, que funcionan perfectamente en mi vida: para empezar mi familia, de la que parece mentira, pero hace mucho que no hablo en este blog, a pesar de ser, en teoría, su temática principal.

Es una de las cosas, de hecho, a las que quiero dar una vuelta. No soy capaz hoy por hoy de cerrrar definitivamente este pequeño espacio mío, pero ya no lo reconozco tampoco. ¿Cuándo "mamá a bordo" se ha convertido en una especie de "libros a bordo"? ¿Se va a volver esta su temática definitiva? ¿seré capaz de reconducirlo de nuevo hacia algo más acorde a su intención inicial y, supongo, a lo que quien caiga aquí por casualidad esperaría encontrar? 

No deberían faltarme temas, mis hijos, por mucho que hayan crecido desde aquel primer "diario de un embarazo" con el que toda esta aventura comenzó, siguen siendo menores, siguen viviendo bajo mi techo y, en algún momento, alcanzaron esa magnífica etapa que es la adolescencia. Y lo digo sin sarcasmo alguno. De verdad me parece una edad fascinante y tengo la suerte de recordar bien la mía propia y por tanto, me enorgullece decir que estoy llevando la de mis hijos francamente bien. 

Recuerdo bien mi estreno como mami. Fue un cambio tan radical en todos los sentidos, un crecimiento personal tan brutal, que sentí que todo aquel aparente equilibrio que había construido en mi vida se venía abajo. De repente mi trabajo ya no me bastaba, necesitaba retos nuevos, más estimulantes. Con el tiempo los conseguí, pero fue una etapa complicadilla hasta entonces. Mi vida personal, qué os voy a contar, se vino abajo de repente. Aunque nunca dejamos que nuestra faceta como padres se nos comiera del todo, nuestros momentos de ocio se redujeron enormemente. Me faltaba tiempo para todo. Por más que buscáramos esos momentos para nosotros solos, individualmente o en pareja, seguían siendo escasos. 

Como madre me sentía fenomenal, pero todos tenemos muchas facetas en nuestra vida a las que atender. Esa crisis fui capaz de identificarla rápidamente y con precisión. La que me acecha ahora no la tengo tan clara, o quizás sí. Hace tiempo ya que ha dejado de gustarme mi trabajo. No hablo del actual, que desde luego tiene sus pegas pero tampoco está tan mal. Hablo en general de mi profesión. 

No es ningún secreto que siempre he soñado con vivir de la escritura, "del cuento", como me gustaba decir medio en broma medio en serio. Pero siempre he sabido que era un sueño poco razonable. Pocos escritores pueden permitirse no necesitar otro trabajo que les asegure unos ingresos regulares con lo que comer, pagar facturas, invertir en la educación de sus hijos... Yo nunca he sido uno de esos pocos, ni tiene pinta de que vaya a serlo en un futuro cercano. Y, sin embargo, es algo que cada vez me quema más. Esa sensación de estar perdiendo el tiempo día tras día, de no estar viviendo la vida que realmente quiero vivir.  ¿Pero cómo? no veo la salida a este puñetero laberinto en el que me he metido y, por primera vez en tantos años, empieza a agobiarme. Me faltan muchos años todavía para jubilarme y cada vez tengo más claro lo que me gustaría hacer en ellos, pero sobre todo lo que no. 

La escritura siempre me ha servido para desahogarme, para aclarar mis ideas, para dar salida a algún fuego interno. Supongo que de eso va esta entrada. Sin más. No espero encontrar aquí ninguna fórmula mágica que resuelva mi crisis, pero me apetecía expresarla. Y también, ¿por qué no?  hacer un ejercicio de autocrítica, que siempre es sano. Porque sí, yo quiero vivir de la escritura, claro que quiero. Pero ¿acaso estoy escribiendo con regularidad? ¿me estoy currando algún tipo de estrategia de marketing para darme a conocer? ¿estoy estableciendo contactos a diestro y siniestro? ¿estoy participando en concursos y enviando propuestas a editoriales? Pues como con casi todo en mi vida, a días y a ratos. Y sin constancia, pocas opciones de éxito hay. 

A esta crisis, llamémosla laboral, se ha unido entonces esa autocrítica que llevo haciéndome últimamente porque ya me canso de mi falta de compromiso, la verdad. Decido que voy a quitarme de una vez por todas esos kilitos que me sobran pero, como las 23.548.754.532 veces anteriores, las buenas intenciones me duran un suspiro. Decido que voy a volver a correr porque quiero llegar en forma a la carrera X y ups, vaya, de repente me doy cuenta de que la carrrera en cuestión es el domingo que viene (en este caso la de la mujer, pero poned la que se os ocurra) y llevo un mes sin correr. 

Y sí, como he dicho desde el principio, por supuesto que no todo es un desastre: últimamente leo mucho, supongo que por eso este blog ha ido derivando por donde ha derivado; mi relación con mis hijos es francamente buena, y si hay algo en lo que he sido constante ha sido en el amor. 20 años ya casados y subiendo. Sigo aprendiendo cosas nuevas siempre que tengo ocasión, me he apuntado a un curso de teatro en inglés, aprendí a esquiar (más o menos) este invierno, sigue  apeteciéndome hacer cosas nuevas, conocer gente nueva, aunque las multitudes y los ruidos cada vez me agobian más. 

Cambiando, siempre cambiando, con las crisis personales que supongo que ello conlleva inevitablemente, pero ¿quién quiere quedarse quieta? Nada me espanta más que esa frase tan manida de "no cambies nunca" Por favor, ¿qué clase de maldición es esa? Bienvenidas sean las crisis siempre que te lleven a seguir desarrollándote, mejorando, evolucionando. Ya lo dice la frase con la que he encabezado la entrada de hoy: "Las crisis personales son extraordinarias oportunidades para crecer" ¡Que así sea!

domingo, 2 de octubre de 2022

Reto de Septiembre: iniciar una nueva colección



Nuestro reto del mes de septiembre iba de iniciar una nueva colección. Aquí reconozco que tenía un par de firmes candidatas: Las siete hermanas, de Lucinda Riley, y El descubrimiento de las brujas, de Deborah Harkness, pero al final se me cruzó en el camino una trilogía de un autor que venían recomendándome hace tiempo y me decidí a descubrir por fin a Jorge Zepeda y su grupo de Azules.

Creo que hice bien, la verdad. El primero de los libros: Los corruptores, me encantó. Tal vez un poco excesivo en sus descripciones del panorama político mexicano, pero creo que es lo que lo hace más genuino. En las siguientes entregas: Milena o el fémur más bello del mundo y Los usurpadores, la carga política se ve reducida, aunque desde luego sigue muy presente.  Recuerdo que pensé que me sonaba totalmente a señor editor diciendo “esto me lo rebajas que vaya rollos políticos metes” Los dos siguientes también me gustaron, Jorge Zepeda tiene una prosa muy ágil que te atrapa enseguida y, sobre todo, me pareció muy bueno creando a sus personajes. Sin excesivas descripciones acabas con la sensación de conocerlos perfectamente, como si hubieras formado parte de su cuadrilla desde el cole. Me encantan sus mujeres, fuertes e independientes, y los mil pliegues de sus personajes masculinos, que nunca son del todo lo que te había parecido al principio.

Pese a todo, si tuviera que elegir me quedo con el primero, tal vez me equivoque, pero me pareció el más auténtico. En todos los casos te lleva por sórdidas historias, sin miedo alguno a introducirte en lo más oscuro del ser humano y las vilezas que es capaz de cometer, pero en el primero creo que es más él. Sigo con mi sensación de que una vez que este tuvo éxito lo cogió por banda una editorial y se dedicó a “pulirle” el estilo. ¿Qué han salido otros dos muy buenos libros? Sí, desde luego, pero que ya no tienen la personalidad del primero también.

 

Antes de dar paso a Sofía para que os comente su lectura, aprovecho para recordaros que este mes de octubre tenéis en marcha una curiosa iniciativa en redes sociales: #LeoAutorasOct que pretende incentivar la lectura y recomendación de libros escritos por mujeres (y autores no binaries). Tienen incluso un bingo de temáticas, por si os picáis y queréis tratar de completarlo.

Por mi parte, voy a unir nuestro reto de octubre: un género que no solamos leer, con la iniciativa #LeoAutorasOct.  Como ya me metí con el terror hace unos meses con fines didácticos, voy a tirar por el ensayo, género que tengo francamente abandonado. Hace mucho ya que mi madre me viene recomendando con insistencia El infinito en un Junco, de Irene Vallejo.

Os dejo con Sofía:

Mi elección de este mes ha sido el primer libro de Percy Jackson (de Rick Riordan), es decir, El ladrón del rayo. Llevaba tiempo queriendo meterme en el maravilloso mundo de los mitos de Rick Riordan, pero estaba difícil porque tiene muchos libros y hay que leerlos en un orden concreto que bueno, yo me he saltado un poco porque antes de leerme el primero de Percy Jackson, que es el original, ya me había leído el primero de Las pruebas de Apolo, que me deslumbró y con el que reí y lloré a más no poder. Así que yo ya sabía que me iba a encantar el mundo Rick Riordan, quiero decir: ¿libros de aventuras juveniles basados en mitos griegos? Era imposible que no me gustara. No sólo el libro ya me había convencido antes de siquiera leerlo, sino que, una vez lo empiezas es imposible dejarlo. La forma de narrar historias de Rick Riordan te mete en la historia por completo desde la palabra uno. Y cuando digo te mete en la historia, me refiero a esos libros que, cuando no los estás leyendo, te encuentras en clase tomando apuntes o comiendo el almuerzo cuando de repente te acuerdas de ellos y te preguntas qué les ocurrirá a esos personajes, cómo van a solucionar el problema con el que se encontraron en el último capítulo y aunque estés en mitad de una actividad que no tenga nada que ver sólo te apetece coger el libro y seguir leyendo. A eso me refiero cuando digo que te metes en la historia, a cuando sigues enganchado aún cuando no lo lees. He de decir, que yo ya conocía el desenlace de la historia porque había visto la peli. Si no la habéis visto aún y lleváis intención de leeros estos libros, os recomiendo encarecidamente que no la veáis, porque os vais a chafar la intriga tan bien lograda de Rick Riordan con una película que no le llega al libro ni a la suela del zapato.

En resumen, me ha encantado Percy Jackson y aguardo con ganas la próxima oportunidad que tenga de leer otro libro de sus aventuras o las de sus compañeros. Bueno, o cualquiera escrito por Rick Riordan, autor que recomiendo a cualquiera, pero sobre todo a aquellos adolescentes que aún no han encontrado un libro que les enganche.

domingo, 28 de agosto de 2022

Reto de Agosto: un libro en francés


Esta vez dejaré a Sofía empezar con su relato, aunque ya os avanzo que a las dos nos han gustado mucho nuestras elecciones del mes.

Para agosto decidí leerme el libro que mi madre me compró cuando estaba de viaje de trabajo por Francia y que una amable dependienta le recomendó: A(ni)mal, escrito además por una autora (Cécile Alix) de la zona, y que trata la historia del viaje de Miran. Una historia que narra no sólo el viaje de Miran, si no desgraciadamente, de muchas otras personas en la actualidad. El libro comienza directamente en la acción, lo cual para ser mi primer libro en francés se me hizo un poco cuesta arriba, pero sí es cierto que, aún siendo consciente de que se me escapaban la mitad de las palabras, notaba en cada página lo bueno que era el libro y me daba rabia no ser capaz de entenderlo al completo.

Tras mi semana en Francia la lectura se me hizo notablemente más fácil, aún había frases y palabras que no terminaba de entender, pero seguir la trama se me hizo mucho más sencillo y pude acompañar a Miran en su viaje mucho mejor. Como he dicho, fui consciente desde el principio de lo que me encantaba el libro y lo bueno que era, pero no tenía ni idea de qué me depararía al final del libro. Sin spoilers, pero un final precioso con el que casi lloro. Estoy encantada de poder haber leído A(ni)mal y en cuanto pueda me encantará releerlo para absorber al máximo todo lo que este libro tiene que ofrecer. Se lo recomiendo a cualquiera que quiera salir de la burbuja primermundista en la que vivimos y conocer un poco más qué es vivir la guerra, la muerte y la emigración a una edad tan temprana como los 15 años.

 

Y por mi parte, como suelo aprovechar mis viajes de trabajo para coger algún libro que me llame la atención, tenía varias opciones en francés con las que ponerme. Escogí La vie est un roman, de Guillaume Musso, intrigada por su sinopsis y su protagonista, una misteriosa novelista. Buena elección, la verdad, sobre todo siendo yo también escritora. Me encantó el juego constante de la novela entre los mundos real y literario. Partimos de un inicio francamente inquietante. La protagonista, una famosa pero misteriosa escritora, está jugando al escondite con su hija pequeña pero cuando termina de contar y empieza a buscarla, la niña no aparece por ninguna parte. ¿Cómo puede haber desaparecido una criatura en un apartamento que se ha mantenido totalmente cerrado durante el juego? Nadie ha entrado y nadie ha salido, las grabaciones de seguridad lo confirman. A partir de aquí, a lo largo de tres partes, el libro nos lleva de sorpresa en sorpresa (alguna me pareció algo traída por los pelos, debo decir, pero da igual, estaba ya tan atrapada en la historia que me hubiera tragado cualquier cosa) hasta un más que digno final, que tenía yo mis dudas visto el devenir de la historia. De esto que dices, con el fregaó en que el que te has metido, a ver cómo sales ahora de aquí dignamente… pero sí, al final todo tiene sentido.

domingo, 7 de agosto de 2022

Reto de Julio. Un libro en inglés

Siguiendo con Stephen King, a quien apenas acabo de descubrir, me terminé (en español, tal y como lo había comprado) El misterio de Salem’s Lot. No me disgustó: hubo una escena en concreto, más bien al principio, que sí que me puso los pelillos de punta, por la que mis expectativas se dispararon un poco, pero continuando con la lectura, no volví a encontrar otra escena que me impactara tanto así que, la verdad, tampoco me pareció para tanto para lo que había escuchado de él. Puestos a escoger libro en inglés, pensé en darle otra oportunidad, así que decidí continuar, esta vez ya en inglés, con algún otro libro suyo. Al final me decidí por uno de relatos cortos: If it bleeds (la sangre manda), compuesto de cuatro novelas cortas.


Debo confesar que por ahora solo me he leído la primera: Mr. Harrigan's phone, y no ha llegado a engancharme. Algún ratito puntual, como la de Salem’s Lot, pero me reafirmo en que no entiendo la fama de este autor. Cierto que no soy yo mucho del género, así que supongo que no puedo opinar con demasiado fundamento, pero particularmente, donde esté la habilidad sobrenatural de Edgar Allan Poe para traumatizarte de por vida, El pozo y el péndulo me mantuvo con el alma en vilo pero lo que todavía hoy no he superado, a pesar de haber pasado muchos años, es la angustia de haber leído El entierro prematuro. ¿Cuántos autores son capaces de algo así?

 

En resumen, que no estoy demasiado contenta con mi elección del libro para el reto de Julio pero he comenzado ya el de Agosto: un libro en francés y este sí que me está fascinando, la verdad. Ya os contaré. De momento os dejo con Sofía y su reto:


Mi libro en inglés de Julio ha sido The ocean at the end of the lane de Neil Gaiman, un autor del que ya he leído un par de cosas y soy bastante fan. Este libro en concreto me ha enganchado bastante gracias a su entrañable, fantástica e intrigante historia narrada desde el punto de vista de un sincero niño que ama leer y a pesar de ser más adulto que sus compañeros de generación mantiene un valiente e inocente espíritu infantil que te acompaña desde principio a fin de la historia. No es mi favorito de Neil Gaiman porque Buenos presagios y los cómics de Sandman son insuperables, pero desde luego no me ha decepcionado. Creo que es imposible que Neil Gaiman te decepcione. Recomiendo a cualquiera no sólo este libro, si no cualquiera escrito por él.



sábado, 2 de julio de 2022

Retos lectores mayo y junio 2022

Esta vez nos ha pillado un poco el toro escribiendo nuestras reseñas del reto lector, pero no nos olvidamos, y aquí van las de estos dos meses. 

En mayo nos habíamos propuesto leer algo que nos hubieran recomendado. En este caso estuvo fácil. Yo hacía tiempo que quería que Sofía descubriera, con Marina, su novela más juvenil, creo, a Carlos Ruiz Zafón y ella acaba de leerse, como recordaréis, El misterio del solitario, de Jostein Gaarder. 

Vamos con nuestras impresiones. 

Marina es un libro extremadamente complicado de describir, hasta el propio autor, al principio de la obra, habla de lo difícil que fue encontrar una edición y portada adecuada a su género que nadie termina de saber definir. Zafón también explica que es una obra de transición entre joven y adulto, y es que aunque los protagonistas sean dos jóvenes sí que es verdad que está bañada en una trama, personajes y reflexiones muy adultas, o por lo menos así me lo ha parecido a mí. Sinceramente, creo que Marina es una obra que se presenta distinta para cada uno, y al igual que El Principito (un libro que me gustaría leer en cada etapa de mi vida), también se presenta distinta dependiendo de la edad del lector. 

En conclusión, sólo soy capaz de describir Marina con una palabra; indescriptible. No tengo otra palabra para resumir esta obra que tan sólo comenzarás a conocer una vez leída, yo personalmente creo que necesitaría releerla un par de veces para entenderla en su completo. No es romance, no es aventura y no es terror, es un género que sólo Zafón logra y que a mí, como lectora novel de su género, me ha encantado y espero poder volver a leer más libros suyos. 

Por mi parte, El misterio del solitario me ha parecido un libro francamente curioso. Muy en la línea filosófica de El mundo de Sofía, aunque no tengan mucho más que ver el uno con el otro. Plantea de una forma muy divertida y original cuestiones filosóficas, incluso psicológicas, francamente complejas, consiguiendo que no tengamos en ningún momento sensación de pesadez o de estar leyendo un "ladrillo"  Aunque al principio me costó un poco entrar en la historia porque no terminaba de ver a dónde me estaba llevando todo aquello, pronto llega el momento en que todo, no digo que empiece a encajar, porque no encaja hasta bastante más adelante, pero sí tienes pistas suficientes para saber que por ahí viene algo bueno y ya no puedes dejar de leer. Una mente muy interesante la de este autor. 

Los chicos de momento se han descolgado del reto, no sé si en algún momento volverán. De momento seguimos Sofía y yo. 

En junio nos tocaba descubrir algún autor novel, o bien betear un proyecto, si alguien nos dejaba. No fue el caso en realidad, y es una pena porque a la novela que yo escogí para este mes me hubiera gustado echarle el ojo en fase de beteo. Está muy bien, no nos equivoquemos, pero de esto que vas leyendo y se te van ocurriendo mejoras posibles (a la par que vas detectando fallos tontos que parecen haber escapado a la revisión)


Hablamos de El renacer de Lucifer, de Nerea Genovés. una historia de ángeles, demonios y brujas, que como sabéis, son temas que me chiflan. Con influencias variadas (sospecho que hemos compartido el interés por más de un libro o serie la autora y yo), la historia está bien construida y se toma el tiempo suficiente para ir presentándonos los personajes, con suficiente desarrollo para no resultar planos. En mi opinión le falta darle una vuelta más de revisión para que termine de ser una historia redonda pero igualmente la recomiendo si como a mí, te van esos salseos de criaturas sobrenaturales.  

Para Sofía esta vez también estaba claro. Le había traído de la feria de de Sevilla en la que estuve con mis niñas brujas un libro que desde el primer momento me llamó la atención. Su autora, Silvia P. Martín es además un amor. Comentando el libro con ella, tuve claro que a mi hija le encantaría y... bueno, os lo cuenta ella misma:

48 horas antes de ser un zombie ha sido increíble la verdad, no me lo esperaba ni de lejos tan bien. Este breve pero tronchante libro es una magnífica mezcla de sangre, humor y feminismo que, sin que te des cuenta, también mete una pizca de reflexión filosófica sobre la muerte que a mí me ha encantado. Es una receta que aún asimétrica, funciona a la perfección. A mí me ha gustado muchísimo y creo que es un libro ligero que yo creo que es un muy buen anzuelo para introducirte en el mundo de la lectura. La verdad es que me encantaría verlo en el proyecto de lectura de mi colegio porque creo que encajaría muy bien en esas edades y ese contexto en el que el objetivo es incentivar la lectura de manera colectiva dejándote escoger tu lectura libremente y donde es muy común la recomendación de libros entre compañeros. En resumen, es un libro corto, ligero y divertido que con una receta muy original que te hará querer vomitar, partirte de la risa y también pensar. Se lo recomiendo a cualquiera que quiera pasar un buen rato con un libro. 

Bueno, pues ahí quedan estos dos meses de reto. Ahora vamos a por el del libro en inglés. Sofía creo que lo tiene claro yo. Yo ando tirándome de los pelos por haberme empezado El misterio de Salem's Lot sin acordarme para nada del reto de julio. Tampoco llevo tanto leído, aún estoy a tiempo de cambiarme a la versión original... 

sábado, 7 de mayo de 2022

Reto lector abril 2022

 Este mes nos tocaba poesía, no es mi género favorito pero siempre me gusta darle otra oportunidad a ver qué descubro. Y eso hice, me lancé con un autor poco conocido que un contacto de twitter estaba recomendando y rápidamente compró su libro. No me gustó mucho sin embargo. 


Alguien a quien conocí en una cata de diviñas me sugirió probar a leer los poemas en voz alta así que se lo propuse a Sofía y rápidamente aceptó. Allá que nos pusimos las dos con mi autor poco conocido pero nada, tampoco nos llegaba, y tampoco a mi hija le estaba gustando su poesía. Sin embargo, me comentó que tenía que leerse las leyendas de Bécquer para la clase de literatura española y que había echado un vistazo también a las rimas y le habían encantado. Así que ni cortas ni perezosas, cambiamos un poeta por otro y en dos o tres noches nos habíamos leído la una a la otra todas las rimas del sevillano, además de alguna que otra leyenda. 



Reconozco que en poesía soy muy limitadita. Siempre me gustó Bécquer y caí rendida ante Benedetti pero pocos más han conseguido llamar mi atención. Seguro que porque no he probado lo suficiente, de ahí el reto de este mes pasado y desde luego, si tenéis sugerencias que proponerme, soy toda oídos (ojos en este caso) 


En fin, que el reto de este mes ha ido regularcete porque aunque Sofía sí ha descubierto a Bécquer y le ha encantado, yo no he conseguido ampliar mis horizontes poéticos. Todo se andará, supongo. 


Y para el mes de mayo, vamos con un libro recomendado. Ya os contaré. 

lunes, 4 de abril de 2022

Reto lector marzo 2022

Como era predecible, los chicos se han ido cayendo del reto para seguir leyendo a su marcha pero Sofía y yo seguimos al pie del cañón. 


En marzo teníamos que leernos un libro que hubiera obtenido algún premio, sin especificar. 

Sofía ha escogido El misterio del solitario, de Jostein Gaarder. Os dejo que ella misma os comente sus impresiones:

He escogido El misterio del solitario para este reto lector porque sabía que entre los 30 libros pendientes que tenía alguno con premio debía haber, y efectivamente, El misterio del solitario, libro que me regaló mi abuela después de que llorara por terminarme El mundo de Sofía, cuenta con, en mi opinión ahora que lo estoy leyendo, pocos premios, pues sólo ha ganado el Premio de la Crítica noruego. Es verdad que no lo he terminado pero estoy a punto y cada vez me fascina más lo absolutamente maravillosos que son tanto el libro como el autor. Por ejemplo, una de las cosas que más me llamó la atención de El mundo de Sofía fue la entretenida y sencilla forma que tenía de lograr hacer entender a cualquiera toda la historia de la filosofía además de la intriga sobre el desenlace final, presente durante toda la obra. Y finalmente, una vez terminas el libro, la compleja forma en la que ha hecho cuadrar todos los elementos del libro. Es esta última, precisamente, la característica que mayormente veo potenciada en El misterio del solitario donde todo parece tan aleatorio como irreal, y sin embargo, conforme vas avanzando la lectura todas las piezas que incluso llegarías a pensar forman parte de distintos puzles, cuadran a la perfección. 

Aún no lo he terminado pero sé que no me va a defraudar porque el final del último libro que me leí de Jostein Gaarder fue explosivo literaria y filosóficamente hablando y se trataba de una recopilación de la historia filosófica, es decir, no me quiero imaginar el desenlace que le va a dar Jostein Gaarder a una novela en pura esencia. También me gustaría decir que he notado patrones entre ambos libros y uno de ellos es la forma de explicar compleja filosofía de manera sencilla a través de la relación entre un padre y un/a hijo/a, lo cual en mi opinión es un excelente recurso literario. 


Yo quise dar una oportunidad a libros quizás menos conocidos y escogí el premio literario Amazon 2021: Entre líneas. de Luis A. Santamaría. Me gustó. Parte de la curiosa idea de dejar pistas sobre lo que inevitablemente va a pasar entre las correcciones de la novela que tienes entre manos pero la cosa se enreda mucho. Tanto que para mi gusto termina dejando algún cabo suelto que me hubiera gustado tener más claro pero no descarto que haya un próximo libro en el que salgamos de dudas. En realidad, este Entre líneas, va a continuación de Entre bambalinas, cosa que no sabía cuando lo compré o probablemente lo habría leído antes, aunque se pueden leer independientemente sin problemas. 

Hablando de esto, he estado leyéndome también este mes tanto El paciente como La cicatriz, de Juan Gómez Jurado, en los que supuestamente debería haber descubierto ciertas claves para entender mejor su famosa trilogía Reina Roja, Loba Negra, Rey Blanco, que me atrapó sin remedio. Para mi desesperación, las claves ofrecidas son pocas y como además tengo una terrible memoria de pez, no recordaba con el detalle suficiente las novelas de la trilogía, que me leí el verano pasado. ¿Resultado? al acabar de leer La cicatriz, Amazon me recomendó amablemente continuar con otro libro sobre Mr. White: La historia secreta del señor White, caí en su gentil trampa, claro, hace falta poco para convencerme a mí de comprar un libro. Así que ahora tengo que leerme este último y luego, para acabar de poner todas las piezas en orden, volver a leerme la trilogía completa. 


Peeeerooo, el reto del mes de abril iba de poesía, un género al que no termino de cogerle el gusto, pero de esto va este reto también, de salirte un poco de tu zona de confort a ver qué encuentras. En este caso Sofía y yo hemos coincidido en probar con un libro que un contacto común en Twitter recomendó hace unos días: Eternos bajo tierra, de Gian Kôsui. Un poemario entre el amor y la reivindicación de los derechos LGTBI+  Ya os contaré. 

domingo, 27 de febrero de 2022

Reto lector febrero 2022

Finales de febrero ya y volvemos con nuestro reto lector. Este mes iba de novelas gráficas. Ay, los cómics, mangas, tebeos, como queráis llamarlos, tan denostados a veces y con tan poca razón. Hoy mismo leía en comentarios de algo críticas porque a alguien a quien no le gustaba mucho leer le habían recomendado cómics. Ya no, no le busquéis la lógica, no la tiene. Para empezar porque hombre, si te da perecita ponerte a leer probablemente te resulte más fácil el formato de novela gráfica. Pero es que además, ¿qué tiene de malo? para mí es tan literatura como el más tochaco de los libros y además hay auténticas joyas.

Bueno, que me pierdo, que a mí este es un tema que me enciende. A lo que iba, nuestras elecciones:

Ricardo, como ya avancé, lleva su propia marcha en este reto pero espero que al menos se lea el último Asterix, que ya obra en nuestro poder. Yo ya me lo he leído y me ratifico en mis últimas impresiones. Astérix y Obélix siempre tendrán su hueco en mi corazón y probablemente siga comprando todo lo que salga de ellos pero desde que ya no está el tándem original esto no es lo mío. Ojo, no digo que sean malos, pero esa chispa de genialidad que tenían los originales ya no está, ni creo que vuelva. 

Guille, por su parte, le ha dado otro empujón a la colección de Dragon Ball y tiene por ahí en la recámara pendiente de leer Neurocómic pero todavía no se ha puesto con él. 

Sofía tiene pendientes varios Sandman pero para este reto optó por otra obra que yo había comprado para mí misma: Objetivo Hedy Lamarr, que mezcla alegremente una trepidante historia de espías con hechos reales de la vida de la bella actriz que, ¡oh, sorpresa! fue mucho más que eso. Una brillante científica que inventó el sistema de guía por radio que más adelante permitiría todo el desarrollo de internet tal y como lo conocemos actualmente. A Sofía le gustó mucho. A mí el dibujo sí pero la historia, bueno, se me quedaba un poco coja y, la verdad, habría preferido algo más ajustado a la verdadera historia, que suficiente tenía sin necesidad de inventarse cosas raras. De esta forma te queda la duda de si ciertas cosas son ciertas o no cuando probablemente sí lo eran.

Y por último, yo me decanté por otra obra que llevaba tiempo en mi lista de pendientes: Los ignorantes, una más que curiosa simbiosis entre un dibujante de cómics que quiere aprender cómo se hace el vino, y su improvisado maestro, un viticultor que no sabe nada de cómics pero descubrirá de la mano de su nuevo amigo todo un mundo de apasionantes narraciones y sugerentes dibujos de lo más variopinto. Esta sí me gustó mucho, la verdad. Siendo eminentemente instructiva, tanto en cuestión de vinos como de cómics, mantiene un ritmo narrativo muy ágil, tanto que a veces me daban ganas de parar y tomar notas sobre algún aspecto en concreto que estaba explicando, pero no quería parar de leer. Probablemente le haga una segunda lectura, cuaderno de notas en mano. 


Y hasta aquí nuestro reto lector de febrero. Para marzo la propuesta es escoger una obra que haya sido premiada en algún momento. ¡Veremos! Pero con tanto hablar de libros, no puedo dejar de contaros que la tercera parte de mi saga de pequeñas brujas ya está en mis manos. La presentación oficial en Zaragoza será en breve (atentos a mis redes sociales para más información) pero ya podéis pedirla a vuestra librería habitual (que probablemente no la tenga pero os la pedirán encantados a la editorial) o directamente en la web de esta última: La fragua del trovador


lunes, 31 de enero de 2022

Reto lector Enero 2022

 Termina enero y con él nuestro primer mes de este nuevo reto lector que nos habíamos planteado. 

En este caso, teníamos que leer un libro que nos hubieran regalado (nada obvio después de Papá Noel y Reyes) 

Yo me puse con Presente Imperfecto, un libro de relatos de Nando López, que ya me había atrapado anteriormente con Hasta nunca Peter Pan

En estos momentos es cuando me da rabia mi total incapacidad para hacer una reseña decente de un libro. Yo no sé por qué, mira que se me daban bien los comentarios de textos, me gusta leer, escribir... pero pienso en reseñar algo y es que me bloqueo totalmente. En cualquier caso, un conjunto de 12 relatos en los que algunos personajes se entrecruzan y otros no, aunque todos ellos nos hacen partícipes de fragmentos de su vida, de su búsqueda constante de la felicidad y del equilibrio (ese equilibrio del que yo casi nunca hablo, ¿verdad?) Todo esto escrito con ese estilo limpio y exquisito que me atrapa del autor junto con su especial sensibilidad, que desborda cada uno de sus escritos. 

También de Nando López, Guille ha escogido El don de Ariadna, el primer libro de su trilogía La leyenda del Cíclope, una distopía plagada de referencias a la mitología griega. La verdad es que últimamente está tan enganchado al ordenador que en este caso el reto es conseguir que lea un rato de vez en cuando, por eso me sorprendió gratamente que se animara a apuntarse a nuestro reto lector, aunque no se haya comprometido a cumplir todos los  meses.  

Sofía ha escogido Tierra, también de uno de sus autores favoritos, Eloy Moreno. El libro le ha encantado, pero es que Eloy también es mucho Eloy. Yo reconozco que pese a la ferviente recomendación de mi hija, me daba muchísima pereza leer sus libros, tal vez porque los había visto tantas y tantas veces recomendados (sobre todo Invisible) que ya sabéis lo que pasa a veces con esta cosas. El caso es que me costó mucho cogerlo pero lo cogí, y me estremecí, y me dejó tocada, como solo los buenos libros saben hacer. Y entonces cogí Diferente, que para mi sorpresa me gustó todavía más. Y es que a veces las expectativas sí se cumplen. Así que ahora estoy deseando coger Tierra. 

Y Ricardo, aunque ya dijo que él iría a su marcha y no se comprometió al reto en absoluto, está leyendo Nunca, lo último de Ken Follet.

domingo, 30 de enero de 2022

Cuando te rompes

 A veces tu vida, mejor o peor organizada, simplemente va pasando a tu alrededor y, mejor o peor, has encontrado tu sitio en ella. Tienes un relativo equilibrio entre sus múltiples aspectos, siempre relativo desde luego, no es moco de pavo lo del equilibrio, pero bueno, ahí está, y más o menos, funciona.

Pero otras veces, a veces sin saber ni siquiera por qué, algo cruje en algún sitio. Una pequeña piececita de ese delicado engranaje se desplaza (a veces es una grande, pero eso ya es otra  problemática distinta, que no es de la que os quiero hablar yo hoy) Decía pues que una pequeña piececita se desplaza, quizás tan solo unos milímetros, pero de repente ya nada funciona como debería. Y cada cosa que se estropea mueve otra pequeña pieza, que estropea otra cosa. Y en cuestión de un par de días te encuentras totalmente perdida en tu vida, que aparentemente no ha cambiado pero ¿entonces? ¿Dónde está el desequilibrio? ¿Qué es lo que se ha roto? pues a veces somos capaces de descubrirlo pero otras no. O no inmediatamente. 


Ahí estoy yo ahora mismo, que no sé qué demonios se me ha roto en el engranaje. Claro que se me ocurren cosas pero creo que en este caso más bien ha sido la clásica gota que desborda el vaso. No estoy muy segura de qué gota ha sido, sin embargo. A veces es difícil separar el grano de la paja y una cosa que no soy precisamente es calmada. Cuando empieza a hervirme la sangre es fácil que me deje llevar y acabe diciendo cosas que no siento o dándoles más importancia de la que tienen, lo que desde luego no ayuda a encontrar soluciones, ni siquiera a contemplar el problema con claridad.

Llevo unos días muy cansada, a eso sí le encuentro un origen claro y razonable (en el ámbito laboral),  pero lo que no tengo tan claro es por qué me está durando tanto ni por qué ha contaminado otros  ámbitos como el personal. Supongo que también ahí había un vaso que se venía llenado poco a poco desde hace tiempo. Porque desengañaros. Los niños crecen sí, y se hacen más independientes y autónomos, desde luego. Nada que ver mis criaturas de 14 y 16 años con lo que eran cuando empecé a escribir este blog. El nivel de exigencia en cuanto a atención está muy lejos. Pero al final resulta que igualmente llegas a casa y te encuentras con que hay una lavadora terminada, una colada ya  seca por recoger y un lavavajillas lleno hasta la bandera pero que a nadie se le ha ocurrido tender/recoger/poner porque resulta que al parecer nadie está pensando en las cosas que hay que hacer en casa. Si se lo pido lo hacen sí, ¿pero por qué hace falta que se lo pida? ¿tan difícil es que se les ocurra a ellos que si acaban de desayunar y meten los cacharros al lavavajillas (cuando los meten porque marido e hija suelen dejarlos en el fregadero en la esperanza por lo visto de que algún duende bienintencionado los pase a la máquina) y aún viendo que ya está totalmente lleno no caen en ponerle una pastilla y darle a un simple botón. ¿O que si la lavadora pita porque ha terminado el programa hay que tender la ropa? ¿y que si el tendedero está lleno de ropa seca habrá que recogerla para poder tender lo siguiente? Pues parece que no, que solo se me ocurren a mí estas fantasías. 

Es un ejemplo tonto, pero a veces estas tontadas son las que desplazan un milímetro esa pieza que ya estaba mal ajustada porque ya se había desbordado el vaso laboral un par de días antes, moviendo otra pieza que había movido otra pieza. Y así es como la delicada maquinaria que mantiene nuestras vidas en precario equilibrio de repente un día se descuajeringa, obligándonos a replantearnos cosas, tratando de mantener además la cabeza lo más fría posible para no tomar decisiones precipitadas y claramente nefastas como mandar a tus jefes a la mierda y pedir el finiquito, cuando en realidad sabes que ni ha sido para tanto, aunque así lo sientas por el momento, ni requiere una solución tan drástica para mejorarlo. Pero también sabes que al final la solución, sea la que sea, no será suficiente,  porque no van a hacer lo que de verdad habría que hacer, y te devolverá momentáneamente un fingido equilibrio que otro día, tarde o temprano, se volverá a resquebrajar. 


domingo, 16 de enero de 2022

Alimentación consciente y ejercicio

Como sabéis, mi propósito  de año nuevo por excelencia  (un año tras otro) es quitarme de una vez esos kilos que me sobran. Como todos los años, me mentalizo, releo libros y artículos sobre dietas, deporte, alimentación consciente y mil cosas más y, como siempre, la teoría la llevo fenomenal pero la práctica... ay, la práctica...

Una vez que ya he asumido por fin que lo de la fuerza de voluntad no es ningún ente mágico a quien culpar de nuestras debilidades, me he convencido de que no puedo seguir escudándome en la falta de ella. Supongo que la voluntad, como todo, se trabaja. No es que algo que tengamos o no por definición. Así que esta vez estoy decidida a encontrar las herramientas necesarias para lograrlo. Empezando por objetivos pequeños para ir avanzando poco a poco. 

Para esta semana que hoy terminamos, me había propuesto simplemente no caer en la tentación de los picoteos de cosas poco saludables de las que siempre tenemos por la oficina y volver al gimnasio, así, sin más. Supongo que se puede decir que lo he cumplido. Picar desde luego no he picado nada que no me hubiera llevado yo de casa (fruta) y al gimnasio solo fui una vez, a clase de Pilates, pero estrictamente he vuelto a ir así que venga, ¡objetivo cumplido!

En realidad, este fin de semana mi intención era comenzar con las clases de esquí, aunque no lo había especificado como objetivo semanal. Y menos mal, porque el viernes me pusieron la tercera dosis de la vacuna covid y anda que estaba yo ayer como aprender a nada. 

Así que queda fijado para esta próxima semana, esta vez sí, como objetivo ineludible, que si no me veo que no empiezo nunca (salvo que un tiempo horroroso lo impida, claro) Mantendré lo de ir al menos un día al gimnasio y desde luego lo de seguir sin picar nada que no deba, que además me resulta más fácil cuando ni siquiera empiezo, como coja un poquito de algo ya estoy perdida.


 

viernes, 7 de enero de 2022

Hacerse mayor

Después de toda la polémica con varias famosas que han dejado de teñirse las canas y los comentarios de todo tipo sobre la nueva Sex in the city, he visto recientemente dos cosas que me han hecho pensar en cómo la sociedad, y sobre todo la industria del espectáculo trata el envejecimiento femenino. Y digo femenino porque todos sabemos que los hombres se vuelven maduritos interesantes y las canas hasta les hacen más sexys, pero las mujeres solo nos volvemos viejas. ¿En serio? ¿a estas alturas de siglo y aun estamos así? 

Decía que había visto últimamente dos cosas que me habían hecho pensar en ello. Una entrevista a Jennifer Anniston en la que se le alaba que haya confesado su verdadera rutina de belleza, más allá del clásico beber mucha agua y dormir mucho con lo que tradicionalemente han intentado convencernos las grandes bellezas de que ese y no otro era el secreto de su excelente aspecto (con la maravillosa excepción de la top model Cindy Crawford, que ya dijo hace muchísimos años que cualquier mujer que dedicara ocho horas al día a estar guapa como hacía ella, ya que lo consideraba su trabajo, lo estaría) 

Pero a lo que voy yo no es a si hace falta más o menos esfuerzo, más o menos dinero, para mantenerse joven y guapa. A lo que voy es a ¿por qué demonios tenemos que seguir estando jóvenes y guapas eternamente? no es natural, no es lógico, no es ni siquiera sano, y menos mentalmente. Nuestro cuerpo evoluciona, afortunadamente, como nuestra piel, nuestro comportamiento, nuestra mente. ¿Tiene algún sentido que nos estanquemos en unos eternos veintitantos o treintapocos como mucho? ¿para quién? para mí no tiene ni pies ni cabeza. Claro que está bien cuidarse, hidratar la piel, hacer ejercicio y comer sano para mantenernos en forma, pero de ahí a negarse al paso del tiempo hay un abismo. 

Y con esto llego a lo segundo que me ha hecho reflexionar: El personaje de Sylvie en Emily in Paris, serie en la que mi hija coincidimos en que nos ha gustado "a pesar de Emily" Bueno, yo particularmente, ya sabéis, si sale París ya tiene muchos puntos ganados. Mi hija se parte porque cada dos por tres viendo la serie me entra la morriña aguda y le lloriqueo que yo quiero volver. Pero ciudad maravillosa donde las haya aparte, volvemos al personaje de Sylvie: Mujer madura que por supuesto que se cuida y viste divinamente (mucho mejor que la protagonista en mi opinión), pero que no oculta sus arruguitas. Hablo de la serie, debo confesar que he estado buscando alguna foto en la que se vean pero aparentemente están todas retocadas. 

Estamos en el camino pero todavía lejos, por lo visto. Que a un personaje como ella, mujer de éxito, independiente, elegante, que se lía con quien le da la gana, independientemente de la diferencia de edad, nos veamos obligados a retocarles las fotos para eliminar arruguitas me parece vergonzoso. Durante toda la serie pensé que ella sí me parecía un modelo de mujer mayor que podría inspirarme, como me lo pareció la gran Kate Winslet cuando devolvió varias veces las fotografías retocadas que pretendían utilizar para la promoción de su serie Mare os Easttown por no verse reflejada en ellas, sin sus arruguitas, sin su barriga: "les dije: chicos, sé cuántas arrugas tengo en los ojos, por favor, devolvedlas todas" 


Pues eso, dejadnos nuestras arruguitas, dejad que nuestro cuerpo evolucione como debe, que no podemos tener 20 años para siempre (ni ganas, al menos yo). Dejadnos hacernos mayores con dignidad y que nadie tenga que sufrir por no estar tan joven como alguien que nos importa un pimiento desearía. No sé a ti que me estás leyendo pero a mí particularmente me importa un bledo lo que piense la industria cinematográfica. Y que conste que me parece estupendo que Jennifer Aniston dedique tanto tiempo y dinero como le apetezca a mantenerse eternamente joven, está en su derecho. Pero en el mismo derecho que estamos las demás de dejar que el paso del tiempo deje sus huellas en nuestro cuerpo y en nuestra piel. Cada arruguita, cada estría cada michelín, cada hoyuelo de celulitis son parte de nosotras, de nuestra historia y de nuestro desarrollo. Y está fenomenal cuidarse, deberíamos hacerlo, mantenernos ágiles, sanas y también atractivas, claro que sí, pero siempre desde el sentido común y el respeto, a nuestros cuerpos, a nuestras vivencias, a nuestra edad, a nosotras mismas, en fin. 

domingo, 2 de enero de 2022

Nuestro reto lector para 2022

 Nos gustó la experiencia del reto lector de la última vez así que este año hemos decidido repetir. Sobre todo Sofía y yo. Guille se apuntará a algunas y otras no y Ricardo prefiere ir leyendo a su marcha lo que le apetezca, que también está muy bien. 



Y para este 2022 nos lo hemos planteado así:

ENERO: un libro regalado (fácil, Papá Noel fue generoso literariamente hablando)

FEBRERO: una novela gráfica (injustamente maltratadas a veces, hay verdaderas joyas)

MARZO: un libro que haya ganado algún premio (en mi caso sospecho que no será el Planeta, este año me ha terminado de decepcionar para siempre)

ABRIL: poesía (un género precioso y que sin embargo me cuesta mucho, me apetece darle otra oportunidad)

MAYO: un libro que nos hayan recomendado (escucharemos propuestas a ver si descubrimos una gran obra) 

JUNIO: un libro de un autor novel (o betear un proyecto si nos dan la ocasión)

JULIO: un libro en su versión original en inglés (aquí dos apasionadas de los idiomas)

AGOSTO: un libro en su versión original en francés (lo dicho)

SEPTIEMBRE: empezar una nueva colección o saga 

OCTUBRE: un género que no solamos leer (en mi caso puede ser algo de terror, o quizás ensayo)

NOVIEMBRE: teatro (tampoco suelo leerlo, pero sospecho que me estoy perdiendo todo un mundo)

DICIEMBRE: el libro de una película que hayamos visto y nos haya gustado (mejor primero la peli y luego el libro, que si no ya sabemos lo que pasa, jaja) 

Este es nuestro plan, ¿te animas a seguirnos en nuestro particular reto? si es así déjame un comentario y hablamos. 



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