Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

martes, 11 de agosto de 2015

Yo ya he cumplido

Dicen que lo difícil no es plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Lo verdaderamente difícil es que el árbol crezca, que alguien te publique el libro y criar a los hijos. Et voilà:



El albaricoquero (albergero para los mañicos) lo plantamos el día que nos casamos (tras la boda medieval de Albarracín) un poco como símbolo de nuestra relación y me alegra mucho comprobar, año tras año, como sigue creciendo sano y fuerte. Teniendo en cuenta que al pobre arbolico no le hacemos mucho caso porque tampoco vamos mucho al pueblo, tengo razones de sobras para estar muy, muy contenta, con él. El mismo día plantamos también un par de rosales, uno de rosas rojas (el mío) y otro de rosas blancas (el de mi marido) que también siguen en perfecto estado.

El libro, bueno, llevaba años y años escrito esperando a que alguien se lanzara a publicarlo y por fin ha llegado el momento. En septiembre haremos una presentación en condiciones, de la que os informaré puntualmente, pero de momento si lo queréis, podéis pedírlo directamente a la editorial La Fragua del Trovador en este email.

Y en cuanto a mis hijos... bueno, qué os voy a contar de ellos, si habéis podido seguir su evolución en este blog casi desde el principio. Criados del todo no estarán, cierto, pero mal camino no llevan ¿no?

En fin, que yo ya he cumplido con el dicho pero ya me conocéis, una vez conseguida una cosa... ¡hay que ir a por más! el próximo reto es cumplir por fin con los dichosos 10k, empezaremos por correr 7 kilometrillos en París, en la Parisienne, que es algo a lo que le tenía ganas hace ya tiempo. Y los 10 pronto caerán, y aquí en Zaragoza.

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