Vaya, quién me lo iba a decir a mí. Mis hijos llevan un par de semanas en el pueblo tan a gusto mientras nosotros nos cocemos en nuestros jugos en la ciudad. La norma es que entre semana los dejamos asilvestrarse a gusto con su abuela y el fin de semana pasamos por allí a vernos los unos a los otros y darnos nuestra ración de besitos y achuchones. La excepción a la norma es este fin de semana. Tenemos boda en Zaragoza así que no hay visita al pueblo. Y joooo, sí que me apetece por una vez salir tranquilamente con maridín, sin tener que preocuparme de si vamos con niños, si los dejamos con alguien, si habrá que ir a recogerlos pronto al día siguiente... peeeeeeeroooo, también me ha dado morriña...
ays, que me apetece achucharlos, oye... bueno, vosotr@s me entendéis, ¿verdad?
Un blog sobre maternidad, niños, conciliación, preocupaciones varias y, en general, mi vida diaria.
Bienvenidos a bordo
y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?
sábado, 13 de julio de 2013
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3 comentarios:
Que si te entiendo??? Estoy dejando a Pyrene arguellada de tantos besos y achuchones que le estoy dando desde que volvió el viernes de campamentos...y ella encantada EHHHH?!
Pues claro mujer...pero hace falta todo, achuchones, y tiempo sin ellos para tener muchas más ganas de dárselos!!!
Hola! muchas gracias por tu comentario y tus ánimos...
...espero que el fin de semana sin niños haya sido estupendo, que siempre viene bien una bocanada de aire fresco e intimidad a la pareja!
Eso sí, cuando pilles a los niños por banda seguro que te los comes... :)
Un abrazo
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