Hace un tiempito ya, Sofía y yo tuvimos ocasión de betear un texto de una autora a la que, en aquel momento, no conocíamos de nada. A las dos nos pareció un libro con un gran potencial y tras hacer nuestras sugerencias y pequeñas correcciones nos quedamos con el corazón calentito pensando en qué sería de esa historia (un retelling del mito de Apolo y Dafne) que tanto nos había gustado.
Para mayor alegría nuestra, al cabo de unos meses, la autora nos informó de que tenía una oferta de una editorial (luego vino alguna más) para publicarla y las dos dimos botes de alegría.
Ni que decir tiene que en cuanto salió la preventa pedimos unos cuantos ejemplares, para casa pero también para regalar. Una edición muy bonita, por cierto, y los detallitos de la preventa muy acertados.
Ahora la autora nos ha hecho un hueco en su campaña de promoción para concedernos una entrevista para este blog que cada vez es menos de mamis y más literario (aunque en mi cabeza son dos conceptos que siempre han ido unidos, por alguna razón, así que tampoco me choca tanto, la verdad)
Sin más preámbulos, os dejo con Mar García
Elena: Lo
primero de todo, felicitarte por el éxito de El alfil y la Dama,
no hago más que verlo por todas partes, estarás muy orgullosa, ¿es
tu primer libro?
Mar: Cuando
hablamos de primer libro, es complicado de responder, además
sabiendo la cantidad de formas de publicar que hay hoy en día. Por
un lado, es el primero que publico de la mano de una editorial, pero,
por otro, llevo muchos años publicando cosas en Wattpad e incluso lo
he intentado con la autopublicación, así que no, cierta experiencia
sí que tengo.
Lo
diferencio porque, aunque parezcan lo mismo, ni siquiera tienen que
ver entre sí. Quisiera decir que sí, que es mi primer libro porque
estoy orgullosa de él y de todo lo que estoy consiguiendo gracias a
ello. Sería bonito que este fuera el principio de todo, pero tampoco
puedo olvidar mis raíces y el camino que hay detrás de mí, cómo
es que años de práctica y de error me han llevado a donde estoy
ahora.
Es
algo que no se tiene muy en cuenta, que se piensa que los escritores
nacemos con un don y ya está. La realidad es que he escrito cosas
nefastas a lo largo de mi corta vida, sobre todo si tenemos en cuenta
la edad y la inexperiencia, pero no me arrepiento de haberlo hecho y
mucho menos de admitirlo, porque sin ello seguramente no estaría hoy
aquí. Es más, probablemente dentro de diez años me avergüence de
este libro y quiera cambiarle mil cosas, porque no escribiré igual
que lo hago ahora.
Elena: ¿Qué
te parece más difícil? ¿escribir la novela, encontrarle editorial
o darla a conocer una vez publicada?
Mar: Siempre
diré que lo más fácil de publicar un libro es básicamente
escribirlo. Eso sabemos hacerlo más que de sobra, porque es lo que
nos gusta hacer, pero hay que tener en cuenta que escribir un primer
borrador no es suficiente: hay que corregir, buscar lectores beta,
volver a corregir, corregir, corregir, corregir... Hasta que llega un
momento en el que decides mandarlo a editoriales.
Lo
gracioso es que la cosa no queda ahí, porque para mandarlo necesitas
informarte bien de esas editoriales, buscar un buen título, una
buena sinopsis, un resumen que englobe toda la obra, etc.
Y
tampoco queda ahí, porque después de firmar aún tienes trabajo por
delante. Ahora tienes ayuda, pero constantemente te bombardean el
correo con bocetos de portada, escenas que hay que cambiar,
correcciones del editor, dar el visto bueno a la maquetación...
¿Y
lo peor? Es que sigue sin acabar, porque luego de todo el machaque
que te has dado (que para mí todo lo anterior fue a lo largo de un
año), tienes que ponerte a promocionar. Eso significa moverte,
aprender de marketing, hacer entrevistas allí, aquí y donde sea,
ponerte a hacer tiktoks, hablar con la gente, hacer contactos,
lecturas conjuntas... Y todo un sinfín de cosas, por tal de que tu
libro no caiga en el olvido.
Elena: ¿Qué
consejos le darías a alguien que quiera dedicarse profesionalmente
a esto?
Mar: Creo
que para dedicarte a esto, hay que tener dos cosas claras:
La
primera es el esfuerzo que lleva todo esto detrás, que no se trata
de escribir una semanita y ya tengo mi novela publicada. Conlleva
mucho trabajo y no es fácil de llevar.
Y
lo segundo es encerrar a esos pajaritos que tenemos normalmente en la
cabeza. No, no somos los mejores escritores del mundo y tenemos que
ser consciente de que nos equivocamos y debemos mejorar. Además,
también tenemos que ser conscientes de que ganarse la vida con los
libros es realmente complicado y no es un mundo tan bonito como
parece. Eso de volverse famoso y millonario solo pasa en Estados
Unidos y muy pocas veces.
Elena: Como
escritora, doy por hecho que también eres una voraz lectora, ¿qué
género o géneros te gusta más leer? ¿y escribir?
Mar: Sí
que soy lectora, aunque el voraz tal vez no. Por supuesto que leer
nos nutre como escritores para técnicas de escritura o para
estructurar una historia, pero para cosas así también podemos
recurrir a otros recursos como los juegos y las películas/series.
De
adolescente sí que era una lectora voraz, he llegado a leerme libros
en un día. En esa época los libros que había en auge eran los de
Divergente, Los Juegos del Hambre, Hush Hush, libros de John Green...
Los vivía como nadie. Eso sí, conforme he ido creciendo he empezado
a leer menos y de manera más selectiva. Lo hago con calma y no me
avergüenzo de decirlo, porque cada uno lee a su ritmo, sobre todo
siendo conscientes de que cada uno tiene un tiempo libre limitado y
que lo consume según le apetezca.
Ahora
mismo lo que más me gusta leer es la fantasía y la ciencia ficción,
sobre todo si los mezclan con romance. Para escribir sí que solo me
atrevo con la ciencia ficción mezclada con el romance, pero tampoco
me preocupa porque este gran género tiene montones de subgéneros
que se pueden explorar.
Elena: Aparte
de la clásica pregunta de si eres escritora mapa o brújula ¿cómo
fue en concreto tu proceso de creación de los personajes
principales?
Mar: Ante
esta pregunta, siempre contesto lo mismo: soy escritora de brújula,
pero de las que van por el bosque sin la brújula, a donde el camino
le lleve. De lo que escribo, no planifico nada en absoluto, todo lo
tengo en mi mente y los sucesos fluyen según convienen. Llega un
momento en el que no sé ni cómo lo hago.
Así
que los personajes surgieron sin más, porque tenían que hacerlo.
Aquí por lo menos tenía la base de los personajes de la obra
original, pero el resto fue porque me apetecía, porque la historia
me lo pedía así. Ya cuando me preguntan por qué Apolo es trans y
bisexual o por qué Dafne es asexual, lo único que puedo responder
es: ¿y por qué no? Algo que tengo por seguro es que, todo lo que
escriba, tiene que tener alguna representación del algún tipo. Yo
misma estoy cansada de las historias en las que todos los personajes
son alocisheteros blancos y con cuerpos normativos, porque no me
parece realista, solo una simple idealización arrastrada por la
discriminación.
Mi
mayor interés en todo lo que creo es escribir cosas que a mí mismo
me hubiera gustado leer de más joven. La representación para mí es
lo más importante, porque yo misma he vivido lo que es que en todo
lo que consumes sea con personajes que no tienen nada que ver
contigo. Vivimos en un mundo lleno de diversidad, con personas
distintas que tienen sus propios problemas como cualquier otra.
Quiero historias de todo tipo, con personas que podrías encontrarte
en la vida real.
Sofía: La
escritura de este libro ha requerido de varios procesos de
adaptación bastante difíciles, por una parte, el remake de un mito
griego a la actualidad, y por otra, la creación propia de una
sociedad basada en el ajedrez, que a su vez, no tiene nada que ver
con los mitos griegos, ¿Cómo has logrado que elementos tan
distintos confluyan en una misma historia de forma tan homogénea?
Mar: Siendo
esa clase de escritora que no planea nada, creo que ha salido bien
porque he tenido suerte: como el que va a la cocina y se inventa un
plato que acaba teniendo un sabor excepcional.
Sobre
el mito he de decir que es un retelling, pero no la historia tal
cual. El original es bastante tóxico si lo extrapolamos a la
realidad, así que solo me dediqué a coger los puntos claves y los
adapté a un mundo futurista.
El
ajedrez lo que me otorgaba para el retelling, aparte de una división
muy marcada, era una especie de elegancia, de alta nobleza, que
buscaba, porque quería que mis personajes se movieran por esos lares
y no por las zonas más bajas de la sociedad.
Sofía: Siguiendo
con el mito y el ajedrez, el libro está lleno de citas de
ajedrecistas famosos y fragmentos del mito original, ¿lo tenías
planeado así desde el principio o te lo pidió la historia?
Mar: Cuando
comencé a escribirlo, me pareció interesante añadir un elemento
así que marcara los cambios de narración. Al principio, pensé en
hacerlo con poemas sobre Apolo y Dafne, pero luego pensé que era
mejor si lo hacía sobre el ajedrez, porque me daba muchísimo más
juego.
No
fue nada sencillo unir las citas de los ajedrecistas a lo que ocurría
en cada momento. En algunas narraciones fue un auténtico quebradero
de cabeza.
Elena: Una
cosa que me gusta hacer como lectora es tratar de descubrir qué
partes de la novela nos ofrecen un retrato personal de quien la ha
escrito, ¿cuánto hay de tí misma en El
Alfil y la Dama?
Mar: No
hay tanto como podría parecer. Si quitamos el tema de la obesidad y
la asexualidad, no queda nada de mí. No me gusta hacerme a mí misma
en una novela y, cuando creo a los personajes, normalmente dejo que
ellos tengan vida propia. Dejo que tomen las decisiones según su
personalidad y puedo decir que la mayoría de veces estoy de acuerdo
con lo que hacen, pero no siempre.
Elena: Si
tuvieras que remarcar solo una característica imprescindible
para ser un buen escritor, ¿cuál sería?
Mar: Creo
que a la hora de definir a un buen escritor, se cae mucho en la
subjetividad, en el punto de vista de cada uno. Es algo que no me
gusta, porque lo que yo pueda decir nunca será una verdad absoluta,
ya que depende de la persona de la que estemos hablando.
Siempre
se dicen que los buenos escritores tienen que leer mucho, por
ejemplo, y puede que sea verdad y en muchos casos se dé, pero no es
100% seguro que sea verdad. Habrá algunos a los que no les sirva. Y
otros pueden decir que hay que tener talento sí o sí, pero tampoco
estoy de acuerdo, porque repito que depende mucho de cada caso
particular.
Si
tengo que decir algo, diría que lo mejor que pueden hacer es
trabajar y esforzarse en mejorar cada día. Tal vez así consigan ser
unos buenos escritores (en general, porque siempre aparecerá alguien
que les dirá que no lo son)