Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidades con glamour


Porque acaba un año y empieza otro, aunque al final se trate sólo de un número en el calendario, porque estamos hartos de crisis, porque no hace falta gastarse dinero para ser glamouros@s, porque me acuerdo desde hace días del memorable post (y su continuación) de Miss Sybarite del año pasado y porque, por supuesto con su permiso, he decidido retomar su extraordinario reto del photocall de Nochevieja.

En este caso, si os parece, ampliaré el periodo a las navidades completas. Podéis enviarme vuestras más glamourosas fotos (no hace falta que se os vea la cara si no queréis) del momento que decidáis de estas fiestas aunque para mí el momento ideal para ponerse súper divina de la muerte es la Nochevieja por esto de despedir el año como se merece y, por supuesto, recibir al nuevo con todos los honores. Hasta el 3 de enero se recibirán las fotos en lamamma05@gmail.com ¡Que no me falle nadie! (también valen detalles especiales de la decoración de la casa, mesa, árbol...)

Y ahora el turno de los consejitos:

- El año se empieza estrenando algo. Ropa, pendientes... o el pijama si os apetece, pero se estrena algo (Lamamma dixit)

- No olvidéis vuestra lista de buenos propósitos. No es broma. Para mí, que no soy religiosa, el auténtico sentido de estas fiestas (no por la navidad sino por el fin de año) consiste en hacer repaso del año que termina, analizar lo que he hecho, lo que no, y como seguir evolucionando y mejorando durante el año que entra. Para los católicos, ya de paso, dedicar algún ratito a pensar en lo que de verdad significan estas fiestas para vosotros, no tiene por qué estar reñido con el glamour ni con los regalos, pero también hay que pensar en ello.

- El año se empieza con una buena copa de champagne rosé en cuanto acaban las campanadas (y digo champagne, no cava, que los hay buenísimos pero no es lo mismo, para defensores del cava, aseguraros al menos de que sea excelente, no es cosa de empezar el año con mediocridades...) Lo del rosé se me ocurrió el año pasado por eso de que el 2009 pintaba tan negro que pensé que había que darle un empujoncito para empezar a verlo todo de color rosa. Chorrada monumental, ya, pero oye, yo lo hice y estoy contenta de cómo me ha ido todo. Pienso repetir, tengo un proyecto importante para el 2010.

- Sed cuidadosos en la elección de los regalos que debáis hacer. Si el regalado no ha mostrado preferencias, tomarlo como un reto. Pensad cuidadosamente en sus gustos, elegir con cariño y sorprenderle favorablemente.

- Haceros algún autoregalo, concederos un capricho. Para regalos útiles o prácticos siempre hay tiempo. No hablo de gastar mucho dinero, puede ser una tontadita que os apetezca especialmente, pero seguro que hay algo con lo que daros un pequeño homenaje, da igual que sea una valiosa joya o una baratija, una edición especial de ése libro con tanto significado para vosotr@s o un DVD de oferta, concederse el tiempo de tomar un largo baño de espuma o comprarse el aceite dorado para el cuerpo con aroma a caramelo de Sephora y embadurnarse de los pies a la cabeza con él.

- Si os toca celebrar alguna comida en vuestra casa, la mesa debe de ser tan glamourosa como el menú. Comer es toda una experiencia sensorial, no la limitéis. Observar la presentación de los platos, la disposición de la mesa, concentraros en primer lugar en los olores, dejar que os impregnen, después probar un pequeño bocado, sentir su textura, escuchar su sonido al morderlo, dejar que su sabor os invada, tratar de describirlo, aunque sea mentalmente. Tomaros vuestro tiempo, comer deprisa es un sacrilegio (y lo dice Speedy González, pero os juro que intento corregirme) Y no os olvidéis de que el mejor es siempre el primer bocado. No hace falta inflarse a comer para quedar satisfecha. Y puestos a elegir, yo me estoy volviendo fan fatal de la nouvelle cuisine. Prefiero muchos platos con pequeñas cantidades que uno sólo enorme. Probar varios sabores, texturas, pero siempre un poquito de cada.

- Cuidar vuestra apariencia. Para el maquillaje os remito a la lección magistral del año pasado de Miss Sybarite, añadiendo únicamente una sugerencia propia, yo para este año pienso apostar por un tono vino subidísimo para los labios. No olvidéis tampoco el atuendo. De acuerdo que siempre hay que adecuarse al entorno, no nos vamos a vestir igual para el cotillón de un hotel de cinco estrellas que para ir a casa de la familia, pero para estas navidades busquemos un toque de elegancia, ¿vale? Y no olvidéis enviarme luego vuestra mejor foto. Da igual que sea sólo un detalle pero que sea glamouroso.




martes, 15 de diciembre de 2009

Sonrisas sin lágrimas


Ya hacía días que no recibía yo una invitación a un meme así que me alegro mucho de cumplir inmediatamente la primera de las condiciones: agradecer a Mari Luz que me haya enviado sus sonrisas.

Y aquí van las mías, como manda el meme, con una sonrisa de oreja a oreja:

1. ¿Qué es aquéllo que siempre logra robarte una sonrisa?

Muchas cosas, muchísimas, es extremadamente fácil hacerme sonreir, pero cuando, por circunstancias, necesito forzar la sonrisa (ejemplo, posar para una foto, cosa que odio y hago fatal) suelo recurrir a algún recuerdo especial. Varía con el tiempo, lógicamente. Ahora mismo, recurriría sin dudarlo a la imagen de mis hijos jugando con su padre.

2. La persona con la sonrisa más bonita del mundo es...

A saber... para mí todas las sonrisas son bonitas si son sinceras, pero las que más, las que no vienen a cuento de nada. Ya sabéis a qué me refiero. Entras en una tienda donde no conoces a nadie y te reciben con una amplia sonrisa... te diriges a Hacienda porque te ha llegado una carta tan inquietante como sólo ellos saben redactar (aunque luego sea para comunicarte una chorrada sin la menor importancia) y te reciben sonriendo. Para mí, ésas son las sonrisas más bonitas del mundo.

3. La última que te quedaste sonriendo embobad@ fue...

Ayer por la noche. Estábamos cenando y Guille remoloneaba con su tortilla así que Sofía decidió que se hacía cargo ella. Que ella sería la mamá y Guille su bebé y le daría la cena. Y sí, sí, se sentó a su lado y, trocito a trocito, le hizo comerse toda la tortilla. Y el gandul de él, que sabe comer sólo tan bien como yo encantado con el paripé.

4. ¿Qué canción tiene un efecto mágico en tu sonrisa?

Varias, pero si solo puedo elegir una sería sin duda Our House, de Madness. Me traslada de golpe a un mágico verano en un mágico lugar, con mágica gente.

5. Regálanos una imagen que te guste para que podamos sonreir todos juntos.

Ésa es fácil. Es la imagen que me representa en blogger:



Mi mano, la de mi hija Sofía y la de mi hijo Guille.

Y, por último, enviar cinco sonrisas a cinco blogs y por supuesto avisarles de que el destello que ven a lo lejos es el de tus dientes mostrados en esta sonrisa radiantes.

Y mis sonrisas van para:

El Charolito: que, siempre, siempre, tendrá una de mis sonrisas a mano cuando la necesite, y cuando no.

Merce: mis idas y venidas por tu blog son un poco como el Guadiana pero nunca te olvido del todo.

Azul añil: me gusta tu blog...

El notario de la realidad: me pasa contigo como con Merce, pero ya véis que a la hora de repartir sonrisas no os olvido.

A la mamá atribulada: a la que no olvido aunque tenga un poco descuidado el blog...

¡Nunca dejéis de sonreir!

viernes, 11 de diciembre de 2009

Entrando en el espíritu

Bueno, bueno, que no se diga... poco a poco voy entrando. Será porque hoy ya hace un frío que pela en esta mi querida Zaragoza, será porque esta tarde tenemos café en casa de la familia para acabar de organizarnos con los regalos, será porque estoy contenta, será porque será. El caso es que ya puestos me he acordado de la invitación de Mariluz a participar en esta curiosa cadena lotera entre blogs. Que tocar no sé si tocará algo entre tantos participantes, pero oye, no deja de tener su punto. Así que a siguiendo las reglas:



Las condiciones para participar con este número son:

- difundir la iniciativa en nuestro propio blog, incluyendo un enlace al artículo original

- invitar al menos a otros cinco blogs a participar

- dejar un comentario con el enlace a nuestro propio post en el blog de Alas de Plomo que, después de verificar que se cumple la primera condición, nos asignará un número de participación

Así que, complida la primera condición, vamos con la segunda. Reparto suerte a:

Eva, de Desde Rusia con... aunque no sé si no te han invitado ya antes...

Y una vez cumplidos estos dos requisitos, paso por Alas de Plomo a dejar mi comentario...

jueves, 10 de diciembre de 2009

Espíritu navideño

O lo que sea... el caso es que este año me parece a mí que me falta. Habiendo niños en casa huelga decir que ya están puestos árbol y belén y escrita la carta a los reyes magos (yo también, que el otro día me quede colgadísima con un anillo que espero que me traigan porque he sido muy, muy buena este año), pero no siento que se acerquen las navidades. Y eso que ayer, volviendo de hacer unas compras con Sofía (me dio el arrebato de hacer natillas y no tenía canela en rama) estuvimos contando las luces de toda la calle.

Así que sí, calles iluminadas (sin tanta profusión como en Madrid ni tanta moderación como en San Sebastián), casa decorada, regalos solicitados, colegio avisando de las celebraciones correspondientes, familia hablando de las comidas y cenas navideñas, citas de temporada que empiezan a rellenar mi triste agenda social... y yo que no me doy por enterada, oye.


¿Hace falta algo especial para sentir el espíritu navideño? en mi caso, obviaremos si no os importa el tema del auténtico sentido de estas fechas porque a mí ya sabéis que la religión... vamos, que en ese sentido me daría igual estar celebrando el Iom Kipur. Pero sí que es verdad que, normalmente, el ambientillo navideño se me impregna por todo el cuerpo. No os diré que me siento más feliz, ni mejor persona ni nada de eso. Pero nadie puede negar que las ciudades están más bonitas en estas fechas y las casas más alegres. Tampoco es lo mismo entrar en una oficina para realizar cualquier trámite y encontrarla decorada o no. Quizás no me sienta mejor persona por estar en Navidad, ni me porte mejor con mis semejantes que el resto del año (yo trato de ser igual de buena o de mala todo el año) pero sí me siento distinta.

Este año, en lugar del espíritu navideño, me invade una infinita pereza. Me cuesta ponerme a pensar en qué hacer para comer el día de Año Nuevo (tradicionalmente celebrado en mi casa con las dos familias), no he comprado turrones ni adornos nuevos para el árbol... y me salvo por los pelos porque compré una planta de pascua pero debo confesar que originariamente era para unos amigos, aunque luego cambiamos el obsequio (salieron ganando) y me quedé la planta para mí.

Y el caso es que me gusta la Navidad... ¿y a vosotr@s? ¿qué os sugieren estas fechas?

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Estados alterados

Venía yo hoy pensando que sin falta tenía que actualizar este pobre blog. Y venía pensando también en el profundo agujero sin fondo en que se ha convertido últimamente mi cerebro. Nada, ninguna idea razonable sobre la que escribir. Y en éstas que reviso actualizaciones recientes y me encuentro con el melodramático e incitante post de Eva. Y digo incitante porque me han entrado unas ganas locas de ponerme dramática yo también. Sí, sí, justo con ese gesto de la mano en la frente... pero sobre todo me ha recordado por qué no puedo vivir sin libros (éso y la insoportable cantidad de tiempo que hace que no voy al teatro), y es que leer es sumergirse en otros mundos, en otras vidas, y sea mejor o peor el libro, raro es el que no consigue transportarte por unas horas, hacerte reir, temer, alegrarte o sufrir y sí, ¿por qué no decirlo? dotar de cierto dramatismo a nuestras rutinarias vidas.



Sin embargo, a raíz de las turbulencias creadas por la maternidad, pasé un tiempo sin poder dedicarme demasiado a la lectura. Ahora ya, con los dos niños en horario escolar razonable y con una cierta libertad horaria que ya no me haría ninguna gracia abandonar, he podido recuperar el placer de sumergirme, durante largas horas o intensos minutos, según se de el día, en dramas o aventuras ajenas. De hecho hace días ya que venía pensando en añadir una pequeña nota en el lateral en la que reflejar mis actuales lecturas y bueno, ahí mismo la tenéis. Pero aprovecho y, a falta de idea mejor con la que rellenar este post, hablemos de mis últimas aventuras literarias:

- Millenium. Sólo la primera parte. Me pareció tan mala que, a pesar de que debo reconocer que la historia me enganchó, no he tenido mayor interés en leer la continuación. Renueva mi convencimiento de que yo también puedo publicar.

- Réquiem. Ya os hablé de él. Es la tercera parte de la trilogía de David Lozano. Novela juvenil. Bien escrita, buena historia (imprescindible haber leído las dos primeras, claro), mantiene bien el ritmo y consigue un final más que digno, lo que no era fácil visto el jardín en el que se había ido metiendo a lo largo de las tres novelas. Bastante mejor que Millenium. Renueva mi convencimiento de que con un poco de constancia yo también podría escribir.

- La isla bajo el mar. Simplemente brillante, como de costumbre en Isabel Allende. Renueva mi convencimiento de que yo jamás seré una escritora de verdad.



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